¿Te gustaría saber quién era el Niño Jesús de Praga? y cómo en realidad se desarrolla completamente su Origen, su Historia y la Leyenda de este Santo, no debes preocuparte en este artículo podrás encontrarlo sin ningún problema, solo sigue leyendo y aprende un poco más sobre él.
El Niño Jesús de Praga
El inicio de la historia del Niño Jesús de Praga se origina por el Emperador de Alemania Fernando Segundo, quien en sus tiempo libre buscaba la manera de cómo mostrarle su gratitud a Dios por una batalla ganada en sus tierras, por lo que al verse ganador y salvado por el Señor decidió fundar en la ciudad de Praga el primer convento de Padres Carmelitas en el año 1620.
Sin embargo a pesar de la llegada de los religiosos al convento, la ciudad de Praga en Bohemia pasaba por momentos muy difíciles, ya que existían guerras contantes que afectaban a todos los poblados de Praga y por ende se encontraban presos dentro del monasterio, pasando las peores crisis hasta el punto de no tener como sobrevivir dentro de las instalaciones por falta de agua y comida.
Para esa misma época en Praga, vivía la princesa llamada Polixena Lobkowitz, dicha princesa era conocida por ser una mujer piadosa, lo cual ella al ver como el convento cada día iba empeorado en su situación económica, le entregó al convento de las Carmelitas una pequeña estatua hecha en cera con un tamaño de unos cuarenta y ocho centímetros.
Esta estatua que poseía un inusual tamaño representaba el niño Dios de pie, con una reliquia de oro puro en su mano izquierda y con su mano derecha levantada dando la bendición. Su hermoso rostro demostraba lo amable y misericordioso que Dios era y se encontraba vestido con una túnica realizada por la misma princesa.
Al entregarle tan apreciada estatua, la princesa les dijo a los religiosos que cuidaran de esta figura, ya que en sus manos ella les daba la efigie con mayor poder que poseía en su vida y que si honraban al Niño Jesús, siempre él los estaría protegiendo y nunca les faltaría nada. Los padres al ver tan auténtica estatua la recibieron con agradecimiento y la colocaron en el salón principal del convento para ser venerado el pequeño Niño Jesús por todos, diciendo el padre Cirilo que la figura del Niño Jesús de Praga era muy diferente a los demás santos.
Los religiosos del convento al venerar cada día a la imagen del niño, no podían creer como sus peticiones se iban realizando así como la princesa les había comentado, ya que el Divino Niño comenzaba a mostrar sus poderes de salvación para mantener al convento sano y salvo de todos los problemas cercanos.
Para el año 1631 se comenzó otra guerra en Bohemia, en ese mismo tiempo el ejército de Sajonia tomó por completo la ciudad de Praga, por lo que los padres de las Carmelitas tuvieron que huir hacia Munich para no ser asesinados. Mientras esta horrible guerra sucedía en Praga la devoción al Niño Jesús fue cayendo en el olvido.
Al no estar los padres dentro del convento el ejército de Sajonia irrumpió en él para destruir la iglesia, saquear el monasterio y entrar en la sala principal en donde se encontraba el Niño Jesús para burlarse de él y quebrarle las manos, para así lanzarlas detrás del altar con gran desprecio. Ya pasado un tiempo de que los ejércitos enemigos se marcharan los padres regresaron al convento para volver a reconstruirla a pesar de estar en las ruinas.
A pesar de todo esto los padres al organizar otra vez todo, se olvidaron de aquella preciosa imagen del Niño Jesús, por lo que la miseria fue cayendo en el convento y la población, necesitando de alimentos y recursos para poder mejorar su hogar por completo y tener paz.
Luego de pasar siete años el Padre Cirilo volvió a la ciudad de Praga, para ese momento ya Bohemia se encontraba en momentos de tristeza, ya que el pueblo y los mismos padres estaban perdiendo la poca fe que existía en el lugar, por lo que el mismo Padre Cirilo tuvo que recordarles sobre aquella estatuilla del Niño Jesús, el cuál tuvo que ir hasta el salón principal en donde se encontraba tras los escombros.
Al tenerla en sus manos el Padre Cirilo comenzó a limpiarla mientras lloraba por el mal trato que le habían dado, ya limpia la estatua la beso y la llevó directo al coro del convento en donde la veneraron de nuevo, mientras que cada uno de los padres se iban colocando de rodillas para pedirle perdón por haberse olvidado de él, colocando su confianza en el Niño Jesús para volver a tener su protección y amparo.
Con el tiempo al volver la fe y creencia en el Niño Jesús de Praga, los enemigos levantaron sus tropas para retirarse y dejar a la ciudad de Praga para que el convento pudiera surgir de las cenizas al poseer la bendición de Niño Jesús de Praga. Un día el padre Cirilo se acercó a la estatua para orar, pero en un momento de gran silencio este pudo escuchar como el Niño Jesús le pidió que le consiguieran sus manos para que este pudiera mantener la paz en el templo y así realizar cualquier petición que le solicitarán.
El padre Cirilo al escuchar la petición fue corriendo hasta el padre Superior para contarle lo sucedido y solicitarle que repararan la estatua, sin embargo, el padre se negó a reparar la estatua, ya que el convento se encontraba en una terrible pobreza. Por lo tanto Cirilo para no quedarse de brazos cruzados realizó diversos trabajos para recaudar el dinero necesario para reparar la estatuilla pero al hablar con el padre Superior, este no estaba de acuerdo en repararla sino en comprar una nueva.
El padre Superior al tener la nueva estatua del Niño Jesús realizó una celebración para mostrar la hermosa imagen, sin importarle que el padre Cirilo no estaba de acuerdo, a pesar de esto ese mismo día la pequeña imagen se destruyó, ya que un candelabro le cayó encima. Al poco tiempo el padre Superior tuvo que ceder su puesto por enfermarse y no poder seguir como Superior de los religiosos.
A los días del Superior entregar su cargo se eligió al nuevo que se encontraría a cargo, por lo que Cirilo sin pensarlo le suplicó poder reparar el Niño Jesús de Praga pero este al igual que el primer padre Superior se negó. El padre Cirilo desesperado va a la iglesia a implorarle a la Virgen María para que lo ayudara, cuando apenas culminaba su oración una mujer de hermoso semblante le entregó una bolsa que contenía una cantidad de dinero muy grande, el padre sorprendido al momento de darle las gracias a la mujer ya no se encontraba en el lugar.
El padre corrió al convento para contarle al padre Superior y pedirle que con ese dinero pudieran arreglar la estatua, pero nuevamente este no aceptó y solo le dio veinticinco centavos que no sería suficiente para arreglar la figura, por lo que todo quedo así. Pasados algunos días el convento comenzó a sufrir nuevos problemas, ya que no podían conseguir pagar la renta de una finca que habían arrendado, todos los rebaños que les proporcionaba comida comenzaron a morir y las enfermedades cobraron las vidas de algunos padres.
Los padres que aún vivían acudieron directamente al Niño Jesús de Praga para pedir por su ayuda por lo que se arrodillaron y prometieron celebrar diez misas ante la figura y popularizar su culto, al venerar de nuevo al niño, las cosas en el convento volvieron a mejorar a pesar de que este aún no poseía sus manos. Por ello el padre Cirilo volvió a pedir para restaurar la estatua, y en ese momento escuchó una voz que le decía que colocara la imagen en la puerta del convento y encontraría a una persona que lo ayudaría.
Cirilo sin pensarlo tomó la estatua y la colocó en la puerta y en efecto apareció un hombre que se ofreció a ayudarlo a colocarle las manos al Niño Jesús a pesar de tener algunos problemas con los demás padres. Sin embargo con el Niño Jesús de Praga completo el convento comenzó a mejorar día tras día y los devotos fueron aumentando, ya que en la ciudad se escuchaban los milagros que el niño Jesús realizaba.
Con el tiempo los padres de las Carmelitas consiguieron el dinero suficiente para realizar una capilla pública en donde se colocaría al Niño Jesús de Praga para que todos los devotos pudieran venerarlo, luego para el año 1644 la misma princesa Lobkowitz quien entregó la hermosa estatua, solicitó a sus esclavos construir una capilla más grande para que las personas pudieran entrar cómodamente y participar en la fiesta del Santo Niño Jesús de Praga cada año.
Ya inaugurada la estructura comenzaron a llegar personas de todas partes para encomendarse al niño Jesús, para el año 1655 el gran Conde y Marqués de Bohemia pidió realizar una corona completamente en oro con perlas y diamantes para colocársela al Niño Jesús de Praga en una ceremonia.
El Niño Jesús de Praga por realizar tantos milagros fue nombrado hasta en las más lejanas ciudades por lo que su culto se estaba extendiendo de manera significativa a nivel mundial, en cada una de las naciones al Niño Jesús lo fueron recibiendo en diversos lugares como los monasterios, escuelas, universidades, parroquias y en familias que le brindan un gran trono en donde posar.
Historia del Niño Jesús De Praga
La imagen del Niño Jesús de Praga se cree que fue tallada en España para el siglo dieciséis, por lo que solo se le entregaba de padres a hijos varones que eran de la familia de los Duques de Nájera y los Condes de Treviño, sin embargo dicha estatua había sido regalada a la princesa Polixena de Pernestán en el día de su boda por su madre María Maximiliana Manrique de Lara y Briceño.
Durante años esta figura ha recibido diversas distinciones papales, como en 1896 el Papa León Trece realizó la consagración al Niño Jesús de Praga, luego en el año 1913 el Papa San Pio Décimo realizó una congregación para el Niño Jesús de Praga, mientras que para el año 2009 el Papa Benedicto Dieciséis entregó una gran corona de oro puro a la estatua mientras él se encontraba de visita apostólica en la República Checa.
Ya con el paso del tiempo, la celebración del Niño Jesús de Praga se realiza el primer domingo del mes de junio, en dicha celebración a la figura se le realizan grandes altares para llenarlo de velas, frutas y flores para su veneración y gratitud por cada milagro concedido.
Leyenda del Niño Jesús De Praga
El Niño Jesús de Praga posee diversas leyendas basadas en los milagros que ha realizado a diferentes personas, pero la más conocida es cuando un monje llamado Fray José de la Santa Casa que poseía un corazón noble podía escuchar al Niño Jesús.
Un día el monje cuando realizaba sus oficios dentro del monasterio comenzó a escuchar la voz de un pequeño niño que le pedía que por favor le recite el Ave María, por lo que Fray sin pensarlo colocó a un lado la escoba y comenzó a rezar, pero al llegar a la estrofa de y bendito el fruto de tu vientre, el pequeño niño lo detiene para decirle que ese es él y así como lo dijo desapareció.
El monje de inmediato le pidió al niño que regresara pero este no volvió a aparecer, día tras día este llamaba al pequeño niño en cualquier lugar del monasterio, hasta que un día volvió a escuchar la voz que le decía, volveré el día que poseas todos los implementos para que hagas de mí una figura de cera y se volvió a desaparecer.
Fray sin pensarlo comenzó a buscar cada uno de los instrumentos que necesitaría para hacer la figura en cera, por lo que le pidió al padre Prior que lo ayudara a conseguir un pincel, un cuchillo y cera para poder hacer una estatua. El padre Prior no se negó y le entregó lo que solicitaba, por lo que Fray se alegró, ya que sabía que iba a poder modelar al niño que había visto.
El monje Fray para pasar el tiempo comenzó moldeando una tras otra figura pero cada una que hacía era más hermosa que la anterior, un día varios ángeles bajaron junto al Niño Jesús quien le dijo a Fray aquí estoy para que me veas cómo soy y puedas realizar una figura de mi hecha en cera, sin pensarlo el monje comenzó a moldear la cera y realizar al niño.
Al culminar, este se da cuenta que creó una figura exactamente igual a como es el divino Niño Jesús, por lo que entre alegría este se arrodilla baja su cabeza y fallece frente a ella. Los mismos ángeles que custodiaban al pequeño niño tomaron el espíritu de Fray y lo llevaron al paraíso.
Los padres tomaron al cuerpo del monje para enterrarlo dignamente mientras que aquella escultura se colocó en lo alto del monasterio, una noche Fray se le aparece al padre prior para comunicarle que esa pequeña figura echa en cera no era para ellos, ya que se debía entregar a Doña Isabel Manríquez de Lara quien a su vez daría al pequeño niño Jesús a su hija como su regalo de boda y esta se la entregaría al convento de las Carmelitas para que allí lo nombraran como el Niño Jesús de Praga.
Al poco tiempo la mujer llegó al lugar y el padre Prior le entregó al Niño Jesús, contándole la historia de lo sucedido, la dama con mucha alegría regresó a su castillo para hacer lo que le había pedido el padre.
Oración al Milagroso Niño de Praga
Al estar presente el Niño Jesús de Praga, los religiosos realizaron una pequeña oración para pedir aquellos milagros, que el Niño Jesús solía conceder, por ende la siguiente oración es:
“¡Oh Niñito Jesús de Praga! Te rogamos que mires nuestros corazones infectados. Deja que tu Corazón de gran compasión se compadezca y nos dé la gracia que te suplicamos de rodillas.
(Pide lo que necesitas)
Límpianos del dolor y de la desilusión, de los padecimientos y desdichas que nos abruman. Acuérdate de todos las virtudes de tu sagradísima niñez, y oye nuestra demanda. Danos tu consuelo y tu gracia para que perpetuamente te logremos venerar junto al Padre y al Espíritu Santo, Amén”
Poderosa Novena de Nueve Horas al Niño Jesús de Praga
Además de la oración al pequeño niño también se realiza una novena que se debe hacer por nueve horas seguidas sin interrupcción, para que el Niño Jesús pueda escuchar las peticiones que le solicitemos, la oración que se debe hacer es:
“Oh mi Niño Jesús, Tú que dijiste solicita y recibirás, indaga y encontrarás, toca y se te abrirá, por el Corazón Puro de tu Beatísima Madre, yo te solicito, indago y toco a tus puertas, que mi oración sea atendida. (Decir la petición)
Oh mi Jesús, Tú que una vez dijiste: todo aquello que solicites a Mi Padre en Mi Nombre te será dado. Por el Corazón Limpio de tu Sagradísima Madre, humilde y urgentemente pido al Padre, en Tu Nombre que escuche mi oración. (Decir la Petición)
Oh Mi Niño Jesús de Praga, Tú que dijiste los cielos y la tierra transitarán pero mis palabras no pasarán. Por el Corazón Perfecto de tu Santísima Madre, te requiero confiado de que oyes mis ruegos. (Decir la Petición)
¡Gracias, Divino Niño de Praga! Amén”
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