La Mantis Religiosa, también llamada mamboretá, santateresa o tatadiós, es un insecto mantodeo artrópodo que pertenece a la familia de los mántidos. Este pequeño insecto alberga una gran distribución geográfica entre Eurasia y África y a su vez tiene distintas subespecies alrededor de todas las regiones. Esta fue traída a los Estados Unidos de América en 1899 y a pesar que fue introducida, es el insecto oficial del estado de Connecticut. Aquí en este artículo te enseñaremos un poco más de ella.
Mantis Religiosa
Es uno de los insectos más misteriosos que existe y que puede llegar a causar más intriga del mundo. A pesar de su extraña y amenazante forma, con brazos cerrados y unos ojos gigantes para su diminuto tamaño, estos insectos no representan ningún riesgo para ningún ser humano y tampoco para ningún animal, a menos que seas parte de su dieta.
Dentro del promedio de lo que miden la mayoría de los insectos, la mantis religiosa posee un tamaño mediano, de aproximadamente 6 o 7 cm, con un tórax largo y unas antenas extremadamente delgadas, casi invisibles a simple vista. Posee dos ojos compuestos de gran tamaño y tres ojos simples pequeños. La cabeza de este insecto puede girar hasta alcanzar los 180º. Sus patas delanteras, que siempre mantiene recogidas como dos pequeños brazos, poseen espinas para hacer más fácil sujetar a sus presas.
Estos se mantienen bastante solitarios, a excepción de su época de reproducción, cuando las mantis machos y hembras se buscan solo para aparearse. Cuando se presentan dos machos para una sola hembra, estos mismos pelean hasta matarse para reproducirse con ella. Las hembras suelen ser mayores y más dominantes que los machos, estas suelen regularmente acabar comiéndose al macho durante o después el apareamiento.
La mantis religiosa suelen ser de color verde o pardo, presentando distintos matices a lo largo de su cuerpo. Su color final de adulto suele ser casi totalmente determinado por el medio donde vive durante su última muda de piel, un buen ejemplo sería visualizar como se tornan a amarillo si han estado en paja seca y en verde si han estado en hierbas frescas. Cabe destacar si singular sistema de audición, puesto que es el único animal que se tiene conocimiento que posee exclusivamente un solo oído, el cual está ubicado en su tórax.
Características
Dentro del mundo de los insectos la mantis religiosa posee un gran tamaño, considerando que pueden llegar a medir hasta 12 cm de largo. Sin mencionar que las hembras suelen ser más grandes, en consecuencia suelen ser dominantes ante los machos de esta especie. Sus principales distinciones son sus largas antenas que salen de su cabeza y su alargado y delgado tórax.
Al analizar la forma y el cuerpo de este insecto resulta verdaderamente interesante la forma de rezo que parecen tener sus pequeños brazos, tal vez por esto mismo se le llame mantis religiosa. Estos mismos pequeños brazos poseen unas pequeñas espinas que en conjunto, hacen ver sus brazos como pequeñas sierras, esto mismo le facilita capturar y retener a sus presas. Como anteriormente fue mencionado, su color está completamente determinado por el entorno donde haya estado la mantis durante su última muda de piel.
Todo esto logra que este insecto sea tan difícil de ver, puesto que son extremadamente buenos camuflándose gracias a su color de piel, el cual es el mismo de su entorno. Una de las principales diferencias entre estas mantis religiosas y las otras especies de la familia mantidae, es que estas pueden girar su cabeza hasta 180º para poder visualizar su entorno hasta detrás de su espalda. Su esperanza de vida tiende a ser de alrededor de un año, estas pasan por seis mudas de piel para finalmente alcanzar el tamaño de adulto.
Estos majestuosos insectos nacen desde unos pequeños huevos que ponen las hembras, estas pueden llegar a poner cientos en cada puesta que hagan. Una vez estos nacen y son jóvenes, poseen exactamente el mismo aspecto que una mantis adulta para en mucho menor tamaño.
Al contrario del pensamiento del pensamiento popular, la mantis religiosa no es un insecto en lo absoluto venenoso y mucho menos pica o hace algo en contra de los humanos. Además, es una grandiosa aliada para controlar ciertas plagas en espacios muy abiertos. Basándonos en esto podríamos insinuar que es bastante beneficioso tener una mantis religiosa en tu propio jardín.
Comportamiento
La mantis religiosa para cambiar su piel, se cuelgan en una rama, ahí mismo se despojan de la exuvia, que vendría siendo la vieja muda de piel; luego de esto salen por la parte anterior de la última cutícula. La mantis religiosa es un insecto carnívoro y es un grandioso depredador, a pesar de ser bastante pasivo, pues es capaz de aguardar a su presa durante un largo tiempo, el cual está casi totalmente inmóvil, finalmente este ataca por sorpresa y con una rapidez que ni siquiera los humanos podemos observar.
La mantis religiosas son insectos bastante solitarios, normalmente estos viven de una forma completamente independiente a otros de su misma especie. El único momento donde estos tienen contacto con otros de su especie es al momento de la reproducción, y como antes fue mencionado, si se encuentran dos machos para una sola hembra, estos pelearan hasta la muerte para reproducirse con la hembra en cuestión; desafortunadamente, las hembras muchas veces suelen comerse la cabeza del macho al final de la reproducción, a pesar de que esto no es tan común.
Alimentación
Estos insectos cazan de una forma muy pasiva, estos esperan a su presa casi inmóviles con sus brazos serrados en posición de rezo, y una vez que la presa se acerca a ellos giran su cabeza para verla, aun así esté detrás de su espalda, luego de esto la mantis religiosa se lanza con todo al ataque para devorar a su presa. Cabe mencionar, que hay un arte marcial que está fuertemente inspirado en la forma de ataque de estas mantis. Una vez que la mantis agarra a su víctima, esta empieza a alimentarse de ella de una forma inmediata, a pesar de que su presa intente escapar.
La rapidez de las patas de este insecto es tan grande que estos pueden atrapar a una mosca en pleno vuelo. Las presas que atrapan pueden ser comidas en su totalidad o solo en parte, solo dejan como restos, las patas o alas, que las mismas mantis dejan caer al suelo. Estas son capaces de cazar y alimentarse de pequeños reptiles, ratones muy pequeños, polillas e incluso colibríes.
Evidentemente estas mantis tienen preferencia clara por los animales vivos, pero muchas que viven en cautiverio se pueden alimentar fácilmente de insectos muertos, siempre y cuando se les acerque a sus serradas patas o boca, a pesar de que sus habilidades de caza se verán muy disminuidas.
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Reproducción
En la etapa de reproducción, las hembras emanan unas feromonas que atraen fuertemente a los machos, este sería el único momento donde estos dos se reúnen. En esta época las hembras tienden a ser extremadamente agresivas, como consecuencia de esta actitud, las hembras llegan a comerse a los machos en pleno acto sexual o después de este. Popularmente se cree que este comportamiento es bastante habitual, cuando la realidad es que en las mantis en libertad no acostumbran a hacer esto, contrario a las que viven en cautiverio que son bastante propensas a tener este comportamiento.
Estos insectos duran copulando aproximadamente dos horas. Durante este apareamiento, el macho salta hasta al dorso de la hembra, para pegar sus antenas con las de ella, una vez hecho esto el macho pone en contacto sus genitales con los de la hembra en cuestión, luego al terminar, deposita una cápsula de su esperma, o mejor dicho, espermatóforo en el interior de la hembra.
Las hembras ponen los huevos de sus crías en el otoño, y estos mismos se desarrollan aproximadamente para la primavera. Ponen estos huevos en pequeños montones, que parecen una pequeña espuma; estos montones los adhieren a una rama y esa espuma, luego de un tiempo se endurece, sirviendo de protección para los pequeños huevos. En estos pequeños montones pueden albergar hasta 200 o 300 crías, desafortunadamente pocas de estas terminan sobreviviendo, puesto que estas mismas crías practican el canibalismo juvenil para sobrevivir entre ellos mismos.
Hábitat
Este grandioso insecto tiene su origen en Asia y Europa, y como anteriormente se dijo el hombre la introdujo de forma artificial a Norteamérica. Pueden hallarse mantis religiosas en toda Europa, el norte de Asia en toda la extensión de Norteamérica, ciertas partes del centro de África y también en las partes más sureñas de Argentina y Chile. Esta mantis es un insecto de campo y que también se pueden hallar en huertos, pastizales o sitios muy abiertos con poca afluencia de humanos en general.
Este definitivamente no es un insecto que te puedas conseguir caminando en el centro de cualquier ciudad. A estas mantis les gusta camuflarse con las cosas en su entorno, como hojas, hierba y las ramas de los árboles o arbustos. Solo de esta forma, las mantis religiosas aseguran su supervivencia y la posibilidad de cazar de forma efectiva a todas sus presas.
La Mantis Religiosa como Mascota
En los últimos años estas mantis se han vuelto famosas como mascotas, a pesar de su gran tamaño poco habitual y que es un insecto carnívoro, el cual tiende a cazar presas de su mismo tamaño o incluso más grandes como lo son los colibríes. Para poder obtener este insecto como mascota, necesitarás un terrario de un buen tamaño, no debe ser tan pequeño que no se pueda mover con completa libertad, pero tampoco puede llegar a ser tan grande que no pueda encontrar a sus presas.
La forma de alimentarla debe ser con insectos vivos, para que esta los pueda cazar, y así no perder sus mismas destrezas de supervivencia y caza. El terrario en el que ella vivirá debe ser rociado con agua fresca una vez al día, todo para que el terrario se mantenga se mantenga húmedo y la mantis pueda beber las gotas del agua condensada ahí. La forma de adquirirlas es cazarla en algún jardín o comprar los huevos en alguna tienda especializada en esto, sin olvidar que si son adoptadas como huevos, deben ser separadas, de lo contrario estas se pelearán entre ellas.
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