¿Habéis oído hablar de la mantis marina? A pesar de ser un animal bastante común, no es de los más conocidos, y eso que tiene muchas cualidades destacables. Entre ellas se encuentran su espectacular fuerza y su visión trinocular. ¿No sabéis qué es esto? Entonces os recomiendo que sigáis leyendo.
En este artículo explicaremos qué es la mantis marina y cuáles son sus características más curiosas y destacables. Se trata de un animal sin igual que seguro que os sorprenderá en algún que otro aspecto. Así que no os quedéis sin conocer a este increíble crustáceo marino.
¿Qué es una mantis marina?
Cuando hablamos de la mantis marina, nos referimos a un orden de crustáceos pertenecientes al suborden Hoplocarida llamado Stomatopoda (estomatópodos). Otros nombres que reciben estos animales son galeras, langostas mantis, esquilas, tamarutacas y gamba mantis. El motivo por el cual se conoce por este último nombre es por su aspecto similar al de los insectos terrestres, sobre todo en lo que se refiere a los siguientes rasgos:
- Extremidades raptoras
- Capacidad de mimetismo con el entorno
- Carácter depredador
- Ojos destacados y llamativos
- Capacidad de distinguir y reaccionar a la luz polarizada
La mantis marina suele medir entre 30 y 38 centímetros de largo, según la especie. Posee una caparazón que cubre los ochos segmentos anteriores del tórax y la cabeza. El color de estos animales es muy variado y llamativo. Pueden ser rojos, morados, naranjas, blancos, azules, verdes, ocres y marrones. Además, poseen tonos fluorescentes y pálidos.
A pesar de que la mantis marina es un depredador de suma importancia en el hábitat marítima tropical y subtropical y un animal bastante común, es muy desconocido. Esto se debe a que no suelen salir de sus madrigueras que se encuentran bien escondidas en agujeros. Éstas tienen normalmente pasadizos y se encuentran en formaciones rocosas en el fondo del mar. En cuanto a la ubicación de los hábitats de la mayoría de estas especies, éstas son el mar Caribe y los océanos Pacífico e Índico. No obstante, algunas viven en mares templados.
De carácter son animales solitarios y también agresivos. A la hora de cazar, son pacientes y esperan a que su presa esté lo bastante cerca para ir a por ella. Sin embargo, en algunas ocasiones incluso pueden llegar a perseguirla, cosa que no es muy habitual en los crustáceos. Según la especie de mantis marina, puede ser de actividad crepuscular, nocturna o diurna.
Uno de los animales más fuertes del mundo
Ahora que ya sabemos qué es la mantis marina, veamos una de sus características más llamativas: Su fuerza. Resulta sorprendente que un animal tan pequeño forme parte de los más fuertes del mundo, ¿verdad? Al igual que las mantis religiosas terrestres, las extremidades anteriores de las marinas son raptoras y cuentan con mucha fuerza. Con estas extremidades capturan a sus presas, usando unos de los movimientos más rápidos que existen en el reino animal. Mediante este fugaz pero letal movimiento, trituran o perforan a sus víctimas (depende de los apéndices, que pueden tener forma de martillo o ser espinosos).
Para que os podáis hacer una idea: La velocidad de ataque de la mantis marina equivale a la velocidad que puede alcanzar una bala de calibre 22. En el caso de que el ataque del animal fallara, no pasaría nada, porque la onda de choque producida es tan potente que puede llegar a aturdir a la presa. Por lo tanto, le será sumamente difícil escapar. De hecho, con instrumentos científicos especializados se ha podido detectar que estos golpes rápidos pueden llegar a producir un tipo de chispazo submarino. ¡Y esto no es todo! Cuando se produce ese chispazo, el mismo puede alcanzar temperaturas de cientos de grados.
Un dato curioso es que también se conoce a las mantis marinas como «boxeadoras». Esto se debe a precisamente a esos golpes rápidos y violentos que dan. En algunas ocasiones incluso han llegado a romper el cristal de los acuarios donde las tenían, ¡de un solo puñetazo! Pero no rompen sólo cristales, si no también las conchas tan duras de ostras y de caracoles marinos y los caparazones que poseen los cangrejos. No está nada mal para unos animales tan pequeños, ¿verdad?
Más curiosidades de la mantis marina
A parte de la extraordinaria fuerza y rapidez de ataque de la mantis marina, ésta tiene todavía alguna que otra curiosidad más a destacar. Un ejemplo serían sus ojos, que son extremadamente complejos. Cada uno de ello está formado por miles de omatidios, que son las estructuras que los componen. Éstas están dispuestas de tal manera que conciben al animal una visión trinocular. ¿Esto qué significa? Pues que cada ojo puede medir tanto la distancia como la profundidad sin necesidad de complementar la imagen con otro ojo. Además, cada ojo se encuentra en un pedúnculo que cuenta con movimiento independiente del otro. Teniendo en cuenta que cada ojo opera como una estructura individual, es muy difícil escapar de su aguda mirada.
También hay que destacar su comportamiento respecto a sus congéneres, que resulta muy complejo y peculiar. Se han estudiado unos rituales de lucha sumamente elaborados con el fin de defender su territorio, al menos en algunas especies. También tienden a usar diversos patrones de colores fluorescentes para advertir de su presencia. A pesar de que suelen ser animales solitarios, algunas especies son monógamas y llegan a convivir durante toda su vida, pero dejando bien claro quién se tiene que ocupar de determinadas tareas, como por ejemplo la caza o el cuidado de las crías. La esperanza de vida de estos animales suele rondar los veinte años, pero puede ser más elevada dependiendo de la especie.
El reino animal es realmente sorprendente. Existen tantísimos seres vivos tan peculiares y con características increíbles que es imposible no quedarse con la boca abierta. Espero que esta información acerca de la mantis marina os haya resultado interesante, o como mínimo curiosa, ya que es un crustáceo muy destacable. ¡Y todavía hay muchas especies más por descubrir en las profundidades del océano!