En un artículo de 2015 publicado por la Fundación Cisne Blanco leíamos sobre la importancia del movimiento como terapia para la cura de 360 grados de nuestro cuerpo.
La periodista Bhumika Sahani y el Dr. Mathur elogian los beneficios terapéuticos de un tipo de movimiento en particular: la danza.
La danzaterapia consiste en una actividad sumamente beneficiosa para fel cuerpo y la mente, capaz de solucionar y prevenir el malestar mental y mantener el cuerpo en forma regulando su peso, estimulando la flexibilidad de las extremidades y fortaleciendo los músculos.
Como explican las dos autoras del artículo, la danzaterapia como ejercicio físico artístico tiene un quid más que deportes atléticos: “El hombre percibe el mundo a través de los sentidos —las terapias artísticas son una extensión de nuestra percepción sensorial—. La danzaterapia es libre de riesgos, surge de un proceso creativo individual donde el movimiento es la herramienta por excelencia para hacer frente a enfermedades y malestares, discapacidades, dificultades encontradas en la vida que nos arriesgamos por considerar obstáculos insalvables. El objetivo de la terapia de baile es mejorar el bienestar cognitivo, mental y emocional del individuo alentando a las personas a expresar sus sentimientos y pensamientos a través del movimiento libre en un espacio seguro”.
Danza y sociabilización
Federico Caporale, maestro romano y experto en danza-movimiento terapia, explica cómo la estadounidense Marian Chace –una de las fundadoras de la moderna danzaterapia– escribía ya en la primera mitad del siglo XX: “un cuerpo es siempre un cuerpo entre otros cuerpos”. Por eso nuestra permanencia en la dimensión corporal es una experiencia inevitablemente social.
La conexión con otros cuerpos, con la naturaleza y los elementos es, para bien o para mal, condición sine qua non para el crecimiento, desarrollo y evolución de cada uno de nosotros.
La danza resulta así una herramienta privilegiada de comunicación y autoexpresión. Comunicación entre adentro y afuera, entre derecha e izquierda, entre raíces y alas… ¿cómo?.
La mejor forma de conectar con nuestro interior
“Si imaginamos nuestra vida como el fluir de un río desde su nacimiento hasta el mar -continúa Federico- podemos imaginar la danza (y las artes en general) como acciones capaces de alisar y dar forma, cavar, arrastrar escombros, saltar, fluyendo impetuosamente o suavemente, de pie o caminando, encontrándose y fusionándose con otras vidas o dividiéndose nuevamente hasta convertirse en un lago, un océano, un vapor, una lluvia o un glaciar. Aquí está todo lo que le sucede a nuestro cuerpo y alma mientras bailamos (nunca solos). Bailamos opuestos, bailamos entre nosotros, bailamos con el grupo, con una emoción, con una persona que ya no está”.
El poder de la terapia de movimiento de baile es, por lo tanto, reconectarnos con nuestra naturaleza más profunda, con la fuerza vital original, nuestro centro, las raíces, el niño que llevamos dentro. Jugándonos la vida entrenándonos en el arte del equilibrio, la transformación, la escucha, la observación y la evolución hacia una dimensión comunitaria, sostenible, armónica y humana.
Autoconciencia y sentido del movimiento en la danza terapia
Todos nacemos con un «sentido del movimiento». Es decir, con un lenguaje corporal único que lamentablemente a medida que crecemos y por enfermedad, discapacidad, trauma o un estilo de vida inactivo tendemos a olvidar. La danzaterapia recupera nuestro sentido del movimiento trabajando la autoconciencia, para ayudarnos a sentirnos más cómodos con nuestro cuerpo y expresarnos plenamente.
“El proceso de funcionamiento de la danzaterapia es similar al de la psicoterapia donde el individuo aprende a expresar sus sentimientos y pensamientos con lenguaje verbal. La danzaterapia utiliza el lenguaje corporal comunicar los mismos conceptos que se comunican en las sesiones de psicoterapia: lo que estamos pensando, lo que nos aqueja, lo que falta en nuestra vida y lo que nos gustaría, lo que realmente necesitamos decirnos a nosotros mismos”, explica Tripura Kashyap, terapeuta del movimiento y co-fundador de la Asociación de Movimiento Creativo de la India.
Terapia de movimiento con WAL
Desde sus orígenes, Walk and Learn ha sido una verdadera terapia de movimiento, donde el movimiento es tanto físico como mental, aún más efectivo gracias a la sinergia de caminar y escuchar al mismo tiempo.
Siempre se recomienda integrar el WAL con un estilo de vida saludable (descanso adecuado, alimentación adecuada, etc.)
para observar resultados sorprendentes en poco tiempo, tanto en términos de recursos cognitivos (lucidez, memoria, creatividad, conciencia, atención) como psíquicos (estado de ánimo, motivación, equilibrio). El ejercicio físico de caminar es, como la danzaterapia (y quizás más), libre de riesgos; caminar es la actividad más recomendada para la pérdida del exceso de grasa, para entrenar las articulaciones evitando los traumatismos de correr u otros deportes más intensos, para cuidar la postura y estimular la circulación sanguínea.
Estos beneficios se suman a los del entrenamiento cognitivo que se consiguen con la escucha de AudioWALs, documentos culturales audibles en unos auriculares inalámbricos especialmente creados para entrenar la memoria y la capacidad de concentración.
Terapia holística, he aquí su gran poder
La peculiaridad de WAL, disciplina creada por la Dra. Anma Crespi, es la cualidad terapéutica derivada de su carácter holístico. El holismo ve al hombre como un ser complejo, cuya salud depende del equilibrio de todas las numerosas partes que lo componen: fisiológica, psíquica, cognitiva. Como ya se mencionó anteriormente, la naturaleza holística del Método WAL también hace de esta disciplina un complemento válido para la salud mental.
Esto se debe a que WAL incluye elementos importantes de Coaching que, junto con los estiramientos, el contexto social (las sesiones de WAL se realizan en grupos) y el apoyo de los operadores de WAL hacen que la práctica sea muy amena y fluida. Manteniéndose en el tema del arte, la música y el movimiento terapéutico, el WAL, alejando suavemente a las personas del sedentarismo, logra acercarlas a otros deportes, que así pueden ser abordados en todos de manera segura y paulatina, deportes de todo tipo y para todas las edades, hasta disciplinas acrobáticas como el Pole Dance o las disciplinas aéreas, antes consideradas prerrogativa exclusiva de los ambientes circenses.
Naturaleza terapéutica intrínseca del movimiento y la danza
Estos son los desarrollos e innovaciones de este enfoque, que se basa en la naturaleza terapéutica intrínseca del movimiento, brindando a las personas una mejor conciencia del cuerpo y su potencial. Una sesión de terapia de baile funciona de manera similar a la estructura de una sesión de WAL. Básicamente tenemos 4 fases diferentes:
- Calor. En WAL todo el cuerpo se mueve, calentando bien las articulaciones superiores con el uso de bandas elásticas especiales (loopbands) y pelotas de goma espuma, en la terapia de baile se pueden usar objetos que animen a los pacientes a «soltarse», como una pelota grande y liviana.
- Desarrollo de un tema específico (por ejemplo en danza podría ser el movimiento de un miembro específico del cuerpo, fácilmente extensible también a personas con discapacidad. En el WAL el tema de la sesión suele estar definido por el Audio WAL —AudioWALs tratan varios temas: historia, literatura, moda, viajes, etc.).
- Transición. Hacia el final del movimiento, mediante ejercicios de relajación, estiramientos lentos y respiración.
- Compartiendo lo que sentiste (o aprendiste con los AudioWAL, o descubriste sobre ti mismo) durante la sesión.
La terapia de baile y WAL son beneficiosas para todas las personas, independientemente del diagnóstico
“La terapia de movimiento no solo es útil para las personas que han sido diagnosticadas con malestares fisiológicos o psicológicos importantes y evidentes – explica Kasyhap, el terapeuta indio ya mencionado.
“Cada vez que realizo un taller me sorprende el tipo de problemas que surgen al hablar con los participantes, ‘sanos’ o con diagnósticos médicos: problemas de relación, ansiedad, miedo, ira; tantos problemas que pensaríamos que afligen sólo a las personas que se embarcan en unviaje psicoterapéutico. Las arteterapias, y especialmente el movimiento, son algo que todo el mundo necesita y que concretamente puede mejorar la vida de cada individuo, independientemente de sus problemas personales».