Los gatos atigrados o Tabby se caracterizan por su particular patrón del pelaje, similar al de sus parientes los tigres. Los hay de diversos colores, desde dorados a grisáceos, que pueden intercalarse con manchas blancas en cuello y abdomen, pero todos siguen el mismo patrón específico de su variedad.
Como consecuencia, todo parecen tener dibujada una “M” en su frente, con formas más o menos diferentes, pero al fin y al cabo, se trata de esa letra reconocible para todos. Si bien esto tiene una explicación puramente genética, han surgido varias atribuciones místicas y religiosas en torno a este hecho. Justo de eso venimos a hablarte hoy, del ¿Por qué los gatos tienen una «M» en la frente? Pon atención, que te lo explicamos todo a continuación.
La Leyenda de Muezza: una relación con el Islam
El Profeta Mahoma
Uno de los relatos más conocidos sobre la marca en forma de «M» en la frente de los gatos proviene de la cultura islámica y está relacionado con el Profeta Mahoma y su amado gato llamado Muezza. Según la leyenda, Muezza dormía en la manga de la túnica del Profeta mientras él realizaba sus oraciones. En lugar de interrumpir el sueño del gato al levantarse, Mahoma optó por cortar la manga de su túnica, creando así un vínculo especial entre ellos. Como muestra de agradecimiento, Alá, según la leyenda, marcó la frente de todos los gatos con una «M» en honor a Muezza.
Otra versión de la leyenda cuenta como este gato salvó al profeta de ser atacado por una serpiente y como agradecimiento le acarició la frente dejándole su propia marca, la letra M.
Como ves, la leyenda de Muezza y el gato de Mahoma, cuenta con varias versiones. Es un fenómeno común cuando se transmiten historias durante generaciones, pudiendo cambiar su contenido y narrativa. Sin embargo, no hay ninguna cierta ni falsa, únicamente son muestra del simbolismo inherente a la cultura y solo deben apreciarse por lo que son: leyendas.
La Virgen María y el toque divino
La Virgen María y el Niño Jesús
El gen Agoutí
La genética que orquesta el patrón atigrado de los gatos Tabby involucra varios genes, siendo uno de los más destacados el gen Agouti. Este gen regula la distribución del pigmento en el pelo, determinando si se expresará como rayas o manchas.
Además, otros existen otros genes implicados que pueden influir en la intensidad y el diseño del patrón atigrado. La variabilidad genética en la población felina contribuye a la existencia de diversos patrones atigrados que son observables en diferentes razas de gatos domésticos.
En todos ellos encontramos un punto de conexión común: la “M” en la frente. Como consecuencia, han surgido varias leyendas culturales en torno a este fenómeno. Pero, sin ánimo de romper la magia del misticismo, sentimos comunicarte que la razón solo reside en los genes.
El papel de la marca «M» en la identificación felina
Si bien la marca en forma de «M» en la frente de los gatos, tiene una carga simbólica arraigada en mitos y leyendas, también puede desempeñar un papel práctico en la identificación individual de los gatos.
La posición distintiva de esta marca entre los ojos y las orejas ofrece una especie de «firma» única para cada gato. Aunque la genética del pelaje y los patrones son diversos, la «M» proporciona un punto de referencia visual clave. Esto se relaciona con la identificación de gatos atigrados y su particular pelaje.
Este rasgo puede ser especialmente útil en veterinaria donde con frecuencia se trabaja en entornos donde hay varios gatos con patrones de pelaje similares. En este caso el patrón de la letra M permite a los profesionales veterinarios, dueños o cuidadores distinguir y reconocer de manera más fácil a un gato específico, facilitando así la gestión y el cuidado individualizado de cada animal.
La letra M: un sesgo de confirmación
La pregunta sobre ¿por qué los gatos tienen una «M» en la frente? nos ha llevado a un viaje entre mitos, leyendas y explicaciones genéticas. Desde las historias de Muezza y la Virgen María hasta las explicaciones genéticas, la marca en forma de «M» en los gatos sigue siendo para algunos un hecho llamativo asociado a lo divino.
Sin perder la brújula que la ciencia nos ofrece, son válidas y respetables las diferentes interpretaciones sobre la aparente letra M en la frente de los gatos. Y citamos bien al decir “aparente”, pues no es más que un es un sesgo de nuestra mente interpretativa (sesgo de confirmación), que observa una letra M en un patrón de manchas a través de su memoria cultural.