El hallazgo sobre la ubicación de la tierra en la galaxia y en cosmos se ha elaborado gracias a unos 400 años de investigaciones efectuadas a través del empleo del telescopio y se ha perfeccionado esencialmente en el siglo pasado.
En tiempos pasados se pensaba que la Tierra era el foco del universo, el cual se opinaba que estaba hecho exclusivamente por los astros perceptibles a simple vista y por un contorno de estrellas precisas.
Luego, de la admisión del heliocentrismo en el siglo XVII, las investigaciones diferentes astrónomos expusieron que el Sol se hallaba dentro de una extensa galaxia con representación de disco y otras estrellas. Por otro lado, en el siglo XX, las observaciones de galaxias espirales por Edwin Hubble descubrieron que la vía láctea era una de miles de millones en un cosmos en esparcimiento, congregadas en cúmulos y súper cúmulos.
Posteriormente a ello, a finales del siglo XX, la organización usual del universo observable se estaba convirtiendo más claro, con muchos súper cúmulos creando en una extensa red de filamentos y desocupaciones. Asimismo, los súper cúmulos, filamentos y vacíos son las mayores composiciones análogas en el Universo que podemos echar a mirar .En tono a lo expuesto, a escalas aún más magnas (más de 1.000 megaparsecs) el Cosmos se vuelve semejante, en otras palabras, que todas sus partes poseen, en promedio, las mismas cohesión, estructura y composición.
Desde que se funde que el cosmos no posee ni centro ni fronteras, no hay un punto de observación específico con el que dibujar la ubicación de la tierra en la galaxia . Se puede hacer relación al lugar de la Tierra con respecto a estructuraciones determinadas que hay en muchas escalas. Numerosas suposiciones se han expresado sobre nuestro cosmos como su posible anchura eterna o su viable adquisición a un multiverso, no obstante, todavía no se ha obtenido pruebas definitivas sobre esas teorías.
Ubicación de la tierra en la galaxia
Para determinar la ubicación de la tierra en la galaxia es importante destacar que esta se halla en el súper cúmulo de Laniakea, una congregción de varios súper cúmulos de galaxias respectivamente contiguos entre sí. Uno de estos sería el caso del súper cúmulo de Virgo, en el cual nos localizamos.
Asimismo, dentro de este súper cúmulo se puede desigualar un conjunto más chico de galaxias citado Grupo Local en donde se halla además nuestra galaxia. En torno a lo expuesto, la Vía Láctea, Andrómeda, la Galaxia del Triángulo y otras satélites son parte de dicho Grupo Local. La Vía Láctea es una galaxia espiral magna y la Tierra se halla en uno de los brazos hélices de la Vía Láctea designado brazo de Orión.
Nuestra galaxia es una nebulosa espiral
Tratar de localizar nuestra ubicación entre 100.000 millones de estrellas, cuando no estamos capacitados de viajar más allá de nuestro propio astro, es como pretender cartografiar una selva unidos a uno de sus árboles. Más o menos poseeríamos una idea acercada de su representación.
Cuando echamos un vistazo al cielo distinguimos una banda anormal que se desarrolla sobre el firmamento. Las estrellas se reúnen de manera suficiente e igual a lo largo de la línea valorándose una zona en el eje donde la reunión es enorme. Esta investigación enseña que nuestra Vía Láctea es un disco llano que contiene muchas estrellas, con nosotros situados en alguna parte cerca del plano del aro.
Habitamos en uno de los brazos
La colocación del Sol, y por ende la del Sistema Solar, en nuestra galaxia puede llegar a conocerse calculando el trayecto al que residimos de las estrellas que percibimos. A finales del siglo XVIII, el científico William Herschel trató de realizarlo, llegando a la derivación de que nuestro planeta se encuentra en el núcleo de una nube con silueta de disco constituida por estrellas.
No obstante, Herschel no era juicioso de que la representación de chicas partículas de polvo astral hacían que la luz de dichas estrellas que se hallaban más apartadas del centro de la Vía Láctea fuera más negra.
Nos parecía estar en el foco de la nube, ya que podíamos distinguir más allá en todas las orientaciones. Asimismo, la audacia de estas extensiones no es tarea sencilla. Mediante la investigación del objeto cuando la Tierra está en los dos sitios enfrentados de su órbita cerca del Sol, se puede llegar a calcular el cambio en el lugar supuesto de este objeto en el reino celestial, en balance con el fondo de las esencias más alejadas. Esta técnica se designa paralaje y accede establecer con mucha exactitud las extensiones manipulando la trigonometría.
En torno a lo expuesto, cuando el astrónomo Shapley tanteó el recorrido a los magnos conjuntos de estrellas citados cúmulos globulares. Halló que se mercantilizan de manera esférica cerca de 100.000 años luz de radio, centrado en alguna zona en la constelación de Sagitario. En este sentido, Shapley llegó a la terminación que el principio de la comercialización de los cúmulos globulares es el eje de la nuestra galaxia. De manera que el Sistema Solar debe estar en un lugar entre Perseo y Sagitario ocasionado mucha discusión entre si nos hallamos en un brazo autónomo o si dicha extremidad es un “puente” entre los primeros.
En los últimos años, los científicos han distinguido la imagen que conocemos actualmente sobre la ubicación de la tierra en la galaxia, empleando una diversidad de técnicas de radio, visual, ciencia astral infrarroja e inclusive, de rayos x, para llenar los datos: el sitio de los brazos espirales, nubes de vapor y polvo, las reuniones de elementos y así continuamente.
Conclusiones sobre la ubicación de la tierra en la galaxia
Nuestro planeta se encuentra localizado en el cosmos específicamente en el súper cúmulo de galaxias Virgo. Para ser un poco más detallista, un súper cúmulo es un conjunto de galaxias que se juntan a través de la acción de la gravedad. Asimismo, dentro de este súper cúmulo estamos en una acumulación más pequeña de galaxias designada el Grupo Local.
En este orden de ideas, la Tierra está exactamente en la vía láctea, la segunda galaxia más magna del Grupo Local. De esta forma, nuestra nebulosa es una galaxia espiral magna. Por otro lado, la tierra está situada en uno de los brazos espirales de la Vía Láctea (citado el brazo de Orión) el cual está junto de 2/3 fracciones del camino desde el eje de la galaxia. Por lo que nosotros nos convertimos en una porción del Sistema Solar. Un grupo de nueve astros, así como de excesivos cometas y asteroides que se encuentran recorriendo al Sol. Asimismo, es importante destacar que la tierra es el tercer planeta desde el punto de localización del Sol en el Sistema Solar.
En torno a lo expuesto, la Tierra se sitúa en el Sistema Solar mismo que se halla en el citado “Brazo de Orión”, elemento que forma parte de nuestra nebulosa, la Vía Láctea, nos encontramos a unos 25,000 años luz del centro astral.
Por esta razón, nuestro planeta es un pequeño cuerpo consistente perdido en la extensión del cosmos. Sus diferentes medidas como dimensión, masa, corriente, entre otras, son indignas cotejadas con las magnas amplitudes del universo, en otras palabras, no ocupa una parte predilecta ni tampoco es el único astro que se conoce hasta ahora.
Finalmente, es importante destacar que la ubicación de la tierra en la galaxia es un dato que va atañido además al sistema solar y este no se conforma esencialmente de nuestro planeta ya que gira junto con otros siete astros, cerca de una estrella nombrada Sol.