El mundo animal es muy extenso, sobre todo el de los insectos. ¿Sabíais que existen más de 900 mil especies en todo el mundo? ¡Es una barbaridad! Muchas de ellas son muy diferentes entre sí: Algunos insectos pueden volar, otros no, unos cuantos son excelentes excavadores y otros trepadores. También varía mucho la alimentación de estos pequeños animales. Aún y así, existen muchas especies que son muy parecidas. Este es el caso de los caballitos del diablo y las libélulas, que muchas veces son confundidas por su aspecto físico tan similar. ¿Vosotros seríais capaces de distinguirlas?
Si no es así, os recomiendo que sigáis leyendo. En este artículo explicaremos qué son los caballitos del diablo y explicaremos cuáles son las principales diferencias con las libélulas. ¡Después de saber esto ya no os volveréis a confundir! Además, comentaremos cómo se reproduce esta especie, ya que es un proceso muy llamativo y curioso que requiere de mucho equilibrio por parte de los involucrados. ¡Están hechos unos acróbatas!
¿Qué son los caballitos del diablo?
Empecemos comentado qué son los caballitos del diablo. A pesar de lo que pueda parecer por su nombre, no se trata ni de caballos ni de caballitos de mar. Los caballitos del diablo son realmente insectos, concretamente un suborden perteneciente al orden Odonata. El nombre científico de estos animalitos es zigópteros. Estos insectos voladores tienen unos colores impresionantes y, debido a su parecido físico, se confunden en muchas ocasiones con las libélulas. No obstante, si conocemos ambos tipos de insectos resulta muy sencillo saber cuál es cuál. Por este motivo comentaremos más adelante cuáles son las diferencias entre ambas especies.
Puesto que los caballitos del diablo no tienen una musculatura tan fuerte y desarrollada como, por ejemplo, las libélulas, suelen ser menos activos. Por lo tanto, suelen cazar presas estáticas, es decir, que estén posadas en algún sitio. Los caballitos de diablo empiezan a desarrollar su instinto depredador ya en estado de larva. Durante esa fase ya devoran otras larvas de otros insectos pequeños, como por ejemplo de mosquitos o de moscas. Cabe señalar que existen algunas especies más grandes que viven en el trópico que pueden llegar a alimentarse incluso de arañas, siendo todavía larvas.
¿Cuál es la diferencia entre una libélula y un caballito del diablo?
Ahora que ya sabemos un poco más sobre los caballitos del diablo, veamos en qué se diferencian de las libélulas. En primer lugar hay que destacar que éstas últimas son bastante más grandes y también más activas, por lo que solemos verlas más. Los caballitos del diablo, en cambio, vuelan menos y son algo más frágiles.
A parte del tamaño y la actividad, hay más diferencias entre ambas especies, como por ejemplo las alas. Lo que en este aspecto tienen en común es que tienen dos pares, unas delanteras y otras traseras. Sin embargo, en los caballitos del diablos, los dos pares de alas tienen el mismo tamaño. Además, cuando no están volando las pliegan contra su abdomen. En cambio, las alas de las libélulas no son iguales, pues las traseras son más grandes y tienen unos músculos muy fuertes para agilizar el vuelo. Por lo tanto, esta especie es capaz de desplazarse mucho más rápido y más lejos. Eso sí, no tienen la capacidad de plegar las alas cuando se posan.
Aunque ambas especies tienen uns ojos compuestos grandes y sobresalientes, éstos son diferentes. Los ojos de las libélulas están más juntos y son algo más grandes, mientras que los ojos de los caballitos del diablo están más separados y son más pequeñitos. También el cuerpo supone una gran diferencia en cuanto a tamaño. Los caballitos del diablo son más esbeltos y cilíndricos en comparación con las libélulas, que son más grandes y robustas. Además, estas últimas suelen alejarse de vez en cuando del agua, mientras que las primeras se quedan siempre cerca. En cuanto a la caza, su comportamiento también difiere. Las libélulas cazan las presas al vuelo, mientras que los caballitos del diablo cazan normalmente presas estáticas.
Caballitos del diablo: Apareamiento
Un aspecto curioso acerca de los caballitos del diablo es su manera de reproducirse. El apareamiento de estos insectos es un juego de equilibrios realmente sorprendente. El macho posee dos apéndices superiores en la zona anal, conocidos como cercoides. Con ellos, el macho sujeta a la hembra por detrás la cabeza, creando así un tipo de tándem. De esta manera van volando de un lado a otro. En esta postura, es muy fácil distinguir al macho de la hembra, ya que su abdomen suele ser más grueso.
Generalmente, los machos de los caballitos del diablo poseen un poro genital al final de su abdomen, una característica que tienen en común con muchos otros tipos de insectos. No obstante, además tienen otro poro genital en la parte delantera, más o menos a la mitad de su cuerpo. Es ahí donde se encuentra su aparato inyector, es decir, el pene. Por este motivo, antes de iniciar la cópula con la hembra, primero tiene que transferir la cápsula con espermatozoides que se encuentra en el poro trasero al delantero.
Durante el apareamiento, el macho está obligado a curvar su abdomen para que el poro genital de la hembra, que se encuentra al final de su cuerpo, pueda acoplarse con el suyo. A lo largo de este proceso, la hembra es elevada dos veces por el macho y acaba sujetándose a su propio abdomen. Este baile reproductivo suele tener lugar cerca de estanques o de otras zonas con agua que cuentan con árboles sobresalientes. En cuanto a la puesta de huevos, ésta la realizan normalmente en la corteza de árboles y vegetales acuáticos, como por ejemplo los sauces.
A priori puede parecer una forma muy extraña e incómoda de reproducirse, pero no debemos olvidar que los cuerpos de estos animales están preparados para ello. La naturaleza es inteligente y sabe cómo conseguir adaptaciones que resulten ventajosas a nivel evolutivo. ¡Espero que esta información acerca de los caballitos del diablo os haya resultado interesante!