Parto velado, bebé enmantillado o nacer «con el velo veneciano» son formas de llamar a un nacimiento muy particular, un nacimiento donde el bebé está dentro del propio saco amniótico que está intacto aún cuando ambos están fuera de la madre.
Este pacto tan particular, que sucede 1 vez cada 80.000 partos, ha hecho a que lo largo de la historia la superstición y lo espiritual le hayan buscado un significado.
¿Qué es el parto velado?
El parto velado es esos partos donde la bolsa amniótica está intacta al momento del parto y el bebé sigue dentro de ella todavía. Este tipo de nacimientos son poco frecuentes ya que lo habitual es que cuando comienzan las contracciones la bolsa se rompa «romper aguas» algo que muchas veces tomamos como «ponernos de parto». En realidad nos hemos acostumbrado a que el romper de la bolsa implique que llega el bebé, pero no todas las madres rompen la bolsa.
1 de cada 80.000 nacimientos son con la bolsa completamente intacta. Una bolsa que sigue unida al bebé, como si fueran un conjunto. Una bolsa que a acompañado al desarrollo del feto desde su fecundación y que quiere acompañarlo hasta que llegue el momento de tomar la primera bocanada de aire.
El parto velado no tiene ningún riesgo para la madre o para el feto, más allá de los riesgos normales en un parto. La peculiaridad es que hay que romper la bolsa para terminar el proceso del nacimiento. De hecho, es recomendable romperla lo más pronto posible para que el bebé comience a respirar.
La bolsa amniótica
Hablemos un poco más de la bolsa amniótica. A lo largo del desarrollo del feto en el vientre de la madre, la bolsa amniótica se crea y evoluciona haciéndose cada vez más fuerte (aunque parezca lo contrario). Hay una creencia a que la bolsa es delicada, pero es más fuerte de lo que parece, está compuesta por dos capas: una interna algo más fina que se llama amnios y otra externa más gruesa que es el corion. En la bolsa no hay músculos, ni venas, ni nada parecido. Están estas dos capas y componentes importantes como el colágeno y la elastina que hacen que esas capas sean tan resistentes.
La bolsa está llena de un líquido, el llamado líquido amniótico, que se forma tras las dos primeras semanas después de la concepción. Este líquido es de gran importancia ya que sirve de protección o amortiguación del feto ante cualquier posible golpe y protección ante posibles bacterias
Lo más interesante es que ese líquido contiene proteínas, carbohidratos, lípidos y fosfolípidos, urea y electrolitos, es decir, todo lo que necesita el feto para desarrollarse. Si esto fuera poco, además, este líquido otorga al feto los mecanismos necesarios para que respire y trague. Si sí, respirar en líquido, y es que los pulmones de los fetos están repletos de agua y la respiración se produce por un intercambio de gases a través de la placenta.
Con un parto normal, al nacer, el bebé expulsa el líquido de los pulmones o lo reabsorbe para dar ahora sí la primera bocanada de aire. Cuando es un parto velado esto no sucede hasta que la bolsa se rompe, y sí, hay que romperla cuando ya están fuera tanto ella como el bebé y así que comience a saludar ese pequeño al nuevo mundo. Un mundo al que llega envuelto no solo de su bolsa amniótica sino de supersticiones y espiritualidad.
Significado espiritual o supersticioso del parto velado
El nacimiento es uno de los grandes momentos en la vida de cualquier ser vivo. El nacer enmantillado es algo que viene sucediendo desde hace siglos en escasas ocasiones, sin motivo aparente. Las distintas culturas han querido envolver a este nacimiento tan especial de misticismo, espiritualidad y superstición, buena superstición. Es considerado un buen augurio.
En algunos lugares, que un bebé llegue al mundo rodeado de líquido implica que va a estar protegido frente a morir ahogado. En otro lugares se piensa que la buena fortuna y buen augurio acompañaran al pequeño el resto de su vida. E incluso hay quienes piensan que el bebé vendrá acompañado de dones curativos que podrá utilizar con otras personas siempre que él y sus padres no digan que tuvo un nacimiento velado ya que en ese momento su poder curativo desaparecería. Otros aseguran que estos bebés en el futuro podrán ver cosas que se escapan al ojo humano normal, verán más allá de las personas y será difícil engañarlos, ello hará que sean buenos juzgando a las personas.
En definitiva, bebés que llegan al mundo con un manto de protección que a veces se asocia a la virgen a veces al ángel custodio del pequeño y que le otorgará de la protección necesaria para tener una buena vida, buena suerte y evitar los problemas con las personas. Y, además, llegan al mundo para hacer el bien en él, ayudar a las personas que lo habitan.
Aún con todo esto, no se ha podido comprobar que la vida de los bebés enmantillados difiera de la de las demás personas. Claro que, nunca sabremos todos los pormenores que suceden en la vida de uno y quizá si haya algo que vele por esas personas desde el mismo minuto en que llegaron velados al mundo.
¿Podemos conseguir tener un parto velado a posta?
Después de ver todo lo que parece augurar a un niño que nace en un parto velado, es posible plantearnos si es posible provocar uno. En realidad no se sabe muy bien porqué sucede el parto velado, por lo que parece poco probable saber cómo provocar uno. Pero si hay varias cosas que podemos hacer para tratar de potenciar tener uno. Debemos tratar que las capas de la bolsa amniótica esté lo más fuerte y saludable posible ¿Cómo?
Lo primero es tratar de vigilar las posibles infecciones genitales, ya que esas bacterias que las provocan pueden ascender y llegar a la bolsa para debilitarla. Si tenemos cuidado ante esto y seguimos las recomendaciones de nuestro médico podríamos llegar a tener un parto velado.