La llegada del verano puede ser motivo de celebración y alegría. Sin embargo, existe una conexión muy profunda entre la primavera y la ansiedad.
Si pareces estar viviendo un periodo de estrés intenso o percibes un mayor cansancio o irritabilidad, el motivo podría estar precisamente en el cambio de estación.
La llamada “ansiedad primaveral” es una forma muy común de depresión estacional, también llamada trastorno afectivo estacional (SAD) y reconocida por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
La forma más conocida de SAD (trastorno afectivo estacional) es la que comienza en el otoño y mejora en la primavera. Sin embargo, también es muy frecuente el trastorno contrario, que se produce con la llegada de la primavera.
Cambio de estación: ¿cuáles son los síntomas de la ansiedad primaveral?
Estamos acostumbrados a pensar en la primavera como un período de renacimiento. Los días se hacen más largos, las temperaturas suben, los árboles que antes estaban desnudos florecen. Sin embargo, varios estudios han registrado un aumento de los casos de ansiedad en este periodo, tanto es así que la Asociación Americana de Psiquiatría ha reconocido oficialmente el trastorno afectivo estacional como trastorno depresivo mayor (TDM).
Con el cambio de estación aumentan las horas de luz y las temperaturas. Esto puede alterar el estado físico de las personas, especialmente de aquellas más propensas a sufrir trastornos de ansiedad.
Pero, ¿cuáles son los síntomas más comunes?
- Aumento de la ansiedad, especialmente la ansiedad social.
- Trastornos del sueño.
- Falta de apetito.
- Pérdida de peso no deseada.
- Irritabilidad.
- Cansancio excesivo y agotamiento.
Cambios de humor.
¿Por qué el cambio de estación afecta la ansiedad?
Las causas de la depresión estacional de otoño son bastante intuitivas: la falta de luz solar, la caída de las temperaturas y el aumento del sedentarismo son cambios que pueden contribuir a un estado de ansiedad.
Pero, ¿cuáles son las causas de la depresión estacional primaveral?
Clima impredecible: un aspecto importante lo da el clima inestable en primavera. De hecho, la llegada del verano a menudo es anunciada por cambios bruscos de temperatura y un clima en constante cambio. Esto puede convertirse en un problema para las personas que sufren trastornos de ansiedad. De hecho, se trata de sujetos que tienden a buscar el equilibrio y evitar los cambios, mientras que la inestabilidad climática les obliga a tener que adaptarse constantemente.
Desequilibrios hormonales: el aumento de la luz durante el día es un aspecto de la primavera que muchas personas esperan con ansias. Al mismo tiempo, sin embargo, es una de las principales causas de la ansiedad primaveral. Aumentar la intensidad y la duración de la luz solar hace que nuestro cuerpo produzca más cortisol, también conocida como la hormona del estrés. Este aumento puede causar nerviosismo, cambios de humor e insomnio, especialmente en personas que ya son propensas a los trastornos de ansiedad.
Pero el cortisol no es la única hormona responsable de las náuseas primaverales: el aumento de la cantidad de luz también determina una mayor producción de serotonina por parte de nuestro cuerpo. Conocida como la hormona del bienestar, no mucha gente sabe que la producción excesiva de serotonina puede provocar un aumento de los trastornos de ansiedad. En particular, exacerba los trastornos de quienes padecen ansiedad social, que se manifiesta en situaciones en las que existe la posibilidad de ser juzgado por otras personas.
Otra consecuencia de la primavera es el FOMO, del que se ha hablado mucho en los últimos años. FOMO (Fear Of Missing Out) se refiere al miedo a quedarse fuera y perderse eventos agradables. Quien se sujeta a ella tiende a llenar la agenda de compromisos. Este comportamiento a la larga puede derivar en estados de inquietud y malestar psicológico.
Incluso la melatonina, la hormona responsable del sueño, sufre cambios significativos durante la primavera. El aumento repentino de la luz solar hace que nuestro cuerpo disminuya su producción, impidiendo que podamos dormir, empeorando la calidad del descanso.
Alergias estacionales: mientras que para algunas personas la vista de las flores en flor es motivo de alegría, para otras significa solo una cosa: alergias. Las alergias estacionales son muy comunes y causan una variedad de malestares que pueden contribuir al malestar físico. Esto también puede afectar la salud mental, especialmente para las personas que ya están familiarizadas con los trastornos psicológicos.
Remedios para la ansiedad primaveral
Hay varias formas de contrarrestar la ansiedad relacionada con el cambio de estación. En general, podemos decir que cuidar el cuerpo y la mente es importante para mantener un bienestar psicofísico satisfactorio. Esto es lo que puede hacer para contrarrestar el TAE.
Descansar es fundamental
Dar la debida importancia al descanso. La importancia de dormir bien ya ha sido constatada por todos los profesionales de la salud. Los trastornos del sueño afectan negativamente a la calidad de vida, haciéndonos más irritables y poniendo en riesgo nuestro bienestar físico y mental. La falta de sueño conduce a un cansancio excesivo durante el día, cambios de humor, irritabilidad, dificultad para concentrarse y disminución de la capacidad de respuesta. Es fácil ver cómo estos síntomas empeoran el estado de ánimo y exacerban los trastornos relacionados con la ansiedad.
Comer bien es básico
Seguir una dieta equilibrada. Tener una relación sana con la comida es fundamental para la salud física y mental. Una dieta equilibrada nos aporta la energía necesaria para afrontar mejor el día. Pero cuando se trata de comer bien, es fundamental tener en cuenta que una relación saludable con los alimentos es tan importante como los alimentos que comemos.
Poner restricciones excesivas será contraproducente, ya que aumentará el deseo por los alimentos «prohibidos» y contribuirá a presentar la comida como un enemigo en lugar del combustible que mantiene nuestro cuerpo en marcha.
Obviamente es importante obtener la cantidad correcta de nutrientes durante un día. De lo contrario, te encontrarás cansado, irritable, falto de energía y con constantes dolores de cabeza.
Las frutas y verduras de temporada son excelentes aliadas: numerosos estudios han demostrado que los productos consumidos en su periodo de maduración, además de tener un menor impacto ambiental, tienen más nutrientes que los de fuera de temporada.
Cuerpo y mente
Cuidar tu cuerpo. Hacer actividad física es uno de los remedios más recomendados por los expertos para combatir el mal humor y los estados depresivos.
El ejercicio es capaz de reducir el estrés y la ansiedad primaveral. También ayuda a regular el sueño y aumentar la concentración durante la jornada de trabajo o estudio. Gracias a la liberación de endorfinas, la actividad física actúa como antidepresivo, mejorando el estado de ánimo general.
No debemos olvidar que con la llegada del verano se hace posible realizar actividad física al aire libre. Este tipo de actividad tiene innumerables beneficios físicos y mentales: ayuda a la circulación gracias a la dilatación de los vasos sanguíneos, mejora el sistema inmunológico gracias a la vitamina D que absorbemos del sol, aumenta la reactividad muscular gracias a los numerosos estímulos a los que se somete nuestro organismo. debe responder y es bueno para el estado de ánimo! Además, el contacto con la naturaleza y el aire libre aumenta el nivel de serotonina, aportándonos energía y aumentando la sensación de bienestar.
Que te den un buen masajito
Pero la actividad física no es la única forma de cuidar su cuerpo. Incluso los masajes, especialmente si se realizan de manera constante, pueden ayudar a liberar la tensión física y aumentar el bienestar psicológico.
Desde masajes relajantes hasta shiatsu, drenaje linfático y descontracturante: hay muchos tratamientos posibles, todos con diferentes beneficios. Lo que los une es el deseo de querer hacer algo por sí mismos, para mejorar su salud física y mental.
La poderosa mente
Cuida tu salud mental. La salud mental es una parte esencial de nuestro bienestar, pero a menudo se pasa por alto porque es menos tangible que la salud física. El bienestar psicológico es un estado en el que un individuo hace frente fácilmente a los niveles normales de estrés de la vida. Hay muchos factores que pueden influir en la salud mental: el entorno en el que nos encontramos, el estilo de vida, la predisposición genética. Pero también el pasado de uno o el período que uno está atravesando.
Es importante saber reconocer los signos que presagian un deterioro de la salud: los más comunes son una sensación de cansancio constante, un cambio en los hábitos alimentarios, cambios de humor inexplicables, ganas de pasar mucho tiempo solo y una disminución de la interés por todo ello que antes se agradece.
También debemos tener cuidado con los períodos de cambio, como las situaciones personales y los cambios de estación, que como hemos visto pueden afectar negativamente a nuestra salud. No existe una fórmula única para el bienestar psicológico, pero existen algunos hábitos que pueden ayudar. Lo primero es hablar con un profesional. Comenzar un curso de terapia es el primer paso para mejorar y vivir su vida al máximo.
Conclusiones
Como hemos visto, la llegada de la primavera puede tener un doble efecto, dependiendo de la persona. Hay quienes viven el cambio de estación como un momento de renacimiento y quienes, en cambio, se ven afectados por un aumento de la ansiedad y la depresión. En el segundo caso, la motivación es mayoritariamente fisiológica: el cuerpo tiene que adaptarse al aumento de temperatura y luz, y esto puede provocar desequilibrios. Es importante aprender a reconocer los síntomas de la llamada «enfermedad de la primavera» para poder contrarrestarlos y empezar el verano con buen pie.