Carlos Quílez es un rostro conocido en toda España por su labor periodística en el campo de la criminalística. Examinemos aquí brevemente su biografía, obras y temas preferidos.
Carlos Quílez, del periodismo a la novela negra
Quien sea que mire de pasada la cara de Carlos Quílez o escuche su voz probablemente lo reconozca de inmediato, sobre todo si es un asiduo espectador de televisión o radioescucha rutinario. Quílez lleva más de veinte años siendo corresponsal y colaborador de las principales cadenas televisivas de la nación española, como SER, Onda Cero y La Sexta. En todas actúa en calidad de periodista de sucesos y experto en seguridad.
Quílez ocupa una posición difícil de lograr en la sociedad contemporánea, de investigador reconocido, figura pública carismática y exitoso autor de ficción. Este trípode ha sido construido con paciencia durante años de experiencia, no sólo en el ámbito de la radiofonía, presencia televisiva y jefatura de investigación en periódicos, sino también en momentos de pausa periodística para dedicarse a ser Director de Análisis de la Oficina Antifraude en su Cataluña natal.
El bagaje acumulado durante estos años de cercanía con el crimen desde el lado de la ley le ha servido al autor para desempeñarse cada vez mejor como buen exponente de la novela negra, género de gran impacto en su país. El posible trauma que podría generar un contacto prolongado con los aspectos más bajos de la experiencia humana queda entonces encauzado a través de la literatura realista.
En el siguiente vídeo puede verse a Quílez presentando con vivacidad su obra Cerdos y gallinas en 2013.
Una obra entre la no ficción y el puro noir
Carlos Quílez comenta que su dedicación a la novela tras años de periodismo fue como una infidelidad tardía dentro de un matrimonio. Las andanzas con la amante le han salido bien: su trabajo le valió tanto el Premio Rodolfo Walsh en 2009 como el Premio Crims de Tinta del mismo año.
La obra de Quílez ha navegado de algo más parecido a una crónica periodística sobre el crimen a novelas con entidad propia de ficción. Atracadores (2002), su primer esfuerzo, estaba compuesto por once relatos sobre el atraco de bancos en Barcelona, material recopilado por una década. Mala vida (2008) también resulta una compilación de siete crímenes retratados con agudeza.
Sin embargo, ya Asalto a la Virreina (2004) parte de un hecho real, un plan de atraco hacia bancos nunca ejecutado por una banda italiana, para crear una narrativa literaria. Cerdos y gallinas (2012), denuncia de la corrupción extrema española, tiene de hecho una protagonista ficticia, Patricia Bucana, figura de otra novela del autor. El noir ha acogido con beneplácito a Quílez, poseedor de un verbo fácil, preciso y de buen ritmo.
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Carlos Quílez ha sabido combinar su experiencia periodística con su pasión por la ficción, lo que le ha permitido crear relatos profundos y cautivadores que reflejan la sociedad actual. Su enfoque en los detalles y su habilidad para contar historias son características que lo diferencian en el género de la novela negra, convirtiéndolo en un referente.
A medida que avanzamos en su trayectoria, es evidente que el impacto de Quílez va más allá de la simple narración de crímenes; busca también explorar las complejidades humanas detrás de cada historia. Al hacerlo, no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión sobre la ética y la moralidad en un mundo a menudo caótico.
Por tanto, las obras de Quílez no son solo relatos de crímenes, sino estudios sobre la naturaleza humana que resuenan con aquellos interesados en la criminología, la psicología y la sociedad. Este enfoque ha garantizado su lugar en la lista de los autores más destacados en la novela negra contemporánea española.
Es importante resaltar su capacidad para intercalar la no ficción con la narrativa, lo que lo hace único en su estilo. Cada libro reúne elementos de sus experiencias periodísticas, ofreciendo un vistazo a la realidad del crimen en España, pero siempre conservando un fuerte sentido de la narrativa.
Los seguidores de Carlos Quílez han encontrado en sus novelas un reflejo de sus preocupaciones y curiosidades sobre el crimen y la justicia en la sociedad. Además, su trato con los medios de comunicación ha proporcionado una plataforma que ha aumentado su alcance y popularidad.