No es necesario crecer en un entorno rural para oír hablar en algún momento de los árboles frondosos. Si no estáis muy puestos en el mundo de la botánica, puede que os sorprenda que existan diferentes tipos de árboles. De hecho no es de extrañar, ya que el aspecto y el tipo de hoja varía mucho entre ellos.
En este artículo vamos a explicar qué son los árboles y cuáles son los beneficios que nos aportan. Además, comentaremos algunos ejemplos para que os podáis hacer una mejor idea de cómo son estas majestuosas plantas.
¿Qué son los árboles frondosos?
Comencemos por lo más importante: ¿Qué son los árboles frondosos? Pues bien, son todos aquellos árboles que poseen un tronco grueso y una copa tupida, con gran abundancia tanto de ramas como de hojas. De hecho, esto último es lo que más los caracteriza.
Por lo general, los árboles frondosos son caducifolios. Esto quiere decir que durante las estaciones más frías del año, que serían otoño e invierno, pierden sus hojas. Como todas las plantas, también este tipo de árboles son de suma importancia para el ecosistema, por no hablar de la belleza que aportan al paisaje. No sólo proporcionan sombra en los soleados días de verano, si no que crean un espectáculo de colores en otoño, pues sus hojas cambian de verde a amarillo, naranja y rojo.
A parte de ser sumamente bonitos de contemplar, también resultan ser de gran importancia para el medio ambiente. Estos son algunos de los múltiples beneficios que nos aportan a nosotros y al planeta en general:
- Creación de microclimas: Los árboles frondosos crean microclimas esenciales para la protección y conservación de mucha flora y fauna. De hecho, alrededor de un 80% de todas las plantas y animales que conviven con este tipo de árboles dependen de ellos para sobrevivir.
- Abastecimiento de agua dulce: Resulta que los árboles actúan como un tipo de filtro natural para el agua. ¿Sabíais que una tercera parte de todo el agua potable de las ciudades se adquiere de zonas forestales en protección?
- Creación de oxígeno: Como muchos ya sabréis, las plantas transforman el dióxido de carbono en oxígeno durante la noche. Se estima que hacen falta alrededor de 22 árboles adultos para crear el oxígeno necesario para que una persona pueda vivir un día.
Ejemplos de árboles frondosos
Ahora que ya sabemos qué son los árboles frondosos, veamos algunos ejemplos de los mismos.
Robles
Comencemos hablando un poco sobre los robles. Se trata de unos árboles de hoja caduca o perenne que es muy habitual en Europa, sobre todo en la zona norte. Hay más de 800 especies de robles repartidas por todo el mundo y, a día de hoy, se pueden encontrar en una variedad de entornos, incluyendo zonas urbanas.
Cuando hablamos de robles, nos imaginamos unos árboles grandes y majestuosos. Es normal, ya que pueden llegar a medir entre 30 y 40 metros de alto. Además, ¡tienen una esperanza de vida de 200 años! Hay que destacar que los robles, entre otras especies de árbol, producen bellotas, que son una importante fuente de alimentación de diversos animales, como por ejemplo las ardillas y algunas aves.
Arces
Otro ejemplo de árboles frondosos es el género de los arces. Suelen crecer en climas templados, sobre todo en el hemisferio norte. Donde más podemos encontrar estos vegetales en es Europa, Estados Unidos, Canadá y en el Sudeste Asiático. Son alrededor de 160 especies diferentes aceptadas oficialmente, pero se han descrito más de 700 las descritas para este género. De todas ellas, la que más se puede destacar es el arce de azúcar (Acer saccharum), que es la especie utilizada para la producción del famoso jarabe de arce.
Los arces se caracterizan por sus hojas palmadas, que cuentan con varios lóbulos y un aspecto parecido al de una mano abierta. Normalmente son de color verde oscuro en verano, pero cambian a tonos rojos, naranjas y amarillos brillantes en otoño. Por este motivo no es de extrañar que sean unos árboles muy populares para la decoración paisajística en parques y jardines.
Fresnos
Continuemos con los fresnos. Son un género de árboles de hoja caduca que pertenecen a la familia de las Oleáceas. Hay entre 45 y 65 especies diferentes de fresnos que se encuentran en todo el mundo. Pueden llegar a medir entre 15 y 20 metros de alto y tienen una esperanza de vida de aproximadamente 250 años.
Entre las características principales de estos árboles se encuentra su producción de semillas aladas en otoño, que son dispersadas por el viento, creando movimientos en hélice muy llamativos. Además de su valor ornamental, los fresnos son valorados por su madera. Puesto que tiende a ser dura y resistente, se utiliza en la fabricación tanto de muebles como de pisos, entre otras cosas.
Álamos
También el género de los álamos forma parte de los árboles frondosos. Se trata de árboles de hoja caduca pertenecientes a la familia Salicaceae. Dependiendo de la especie, su altura varía de 10 hasta 30 metros. Además, hay que destacar que son de crecimiento rápido, lo que los convierte en muy populares en el mundo del paisajismo.
A los álamos se les atribuyen ciertas propiedades místicas y curativas, dependiendo de la cultura. En Japón, por ejemplo, existe la creencia de que las ramas flexibles de estos árboles ayudan a espantar a los espíritus malvados. Otro ejemplo sería la Inquisición europea, que usaba estas ramas para flagelar a los acusados de algunos crímenes menores, utilizándolas como medio de expiación.
Olmos
Finalmente nos quedan por destacar los olmos. Se trata de un género de árboles de hoja caduca que pertenecen a la familia Ulmaceae y que se extiende por casi todo el hemisferio norte. En cuanto al aspecto de estos árboles, poseen una copa extendida y una corteza de color gris oscuro. Hay que destacar que existe un olmo bonsái, conocido como olmo chino (Ulmus parvifloia). Es muy popular, ya que tolera muy bien la poda.
Éstos sólo han sido unos pocos ejemplos de árboles frondosos, pero existen unos cuantos más que nos proporcionan oxígeno para vivir y unos paisajes espectaculares.