Cuatro de cada diez españoles tienen una mascota, entre ellos gatos y perros, que serían los que lideran la lista de mascotas en el hogar. ¿Tú eres más de perro o de gato?.
De hecho, según la última encuesta hecha por Eurispes, un 43,6% de personas tiene perro y un 35,1% prefiere gatos, la resta de porcentajes son otros animales.
Hoy nos centraremos en el gato ya que sin duda son más complejos de descifrar en su comportamiento, necesidades y emociones pero necesitan de nuestro cuidado y atención tanto como los perros, aunque se reconoce que tienen un mayor sentido de la independencia.
¿Qué sabemos sobre nuestros propios gatos?
¿Qué sabemos de su historia, de sus hábitos, de sus necesidades y de gustos?. ¿Cómo podemos reconocer las señales que nos envían y cómo podemos protegerlos de cualquier riesgo o peligro?
Las respuestas a estas preguntas y dudas y a otras más frecuentes nos las da el cirujano y médico veterinario italinano Luca Giansanti en su libro Todos los gatos de vuelven locos, que se publicó en Newton editorial Compton. Este conocido veterinario es de los más famosos y conocidos que hay. En las redes sociales lo podemos encontrar en Facebook, Instagram o TikTok y cuentra con más de 300.000 seguidores en total. El libro contiene consejos médicos y distintos tipos de técnicas que podemos usar para lograr cuidar a nuestros gatos encualquier situación que se nos presente.
¿Es mejor adoptar un gato o ir a un criadero a comprarlo?
Tal como nos podemos imaginar, siempre es mejor optar por la adopción antes que la compra. Uno de los motivos és la ética. Sabemos que hay una cantidad ingente de gatos que viven en la calle, si en lugar de adoptar a uno de estos gatos lo que hacemos es comprar uno de cría, estamos haciendo que los gatos callejeros sigan en la calle y que además, alguno de los de compra, acabe en la calle también.
Otro motivo, aunque parezca mentida, es que los gatos callejeros o mestizos suelen ser más fuertes y resistentes ante los tumores que los gatos de granja. Es más, los gatos de raza suelen ser gatos que se obtienen del apareamiento de gatos lo más parecidos entre sí. Incluso a veces se aparean gatos de la misma familia. Esta mezcla genética hace que se den muchos problemas y hay una predisposición genética a padecer enfermedades mayor que en los gatos callejeros.
Del libro de Giansanti, el cual consta de más de 250 páginas llenas de consejos prácticos e imprescindibles para cuidar y hacer feliz a nuestro gato, hemos elegido y resumido las diez preguntas y las diez respuestas que más veces nos hacemos, y las más curiosas a su vez. Además suelen ser respuestas que muchas veces no damos correctamente.
¿A los gatitos que acaban de nacer se les puede dar leche de vaca?
¡En absoluto! La leche de vaca es muy grasosa y nutricionalmente no es nada adecuada para los pequeños gatos provocándoles episodios de diarrea que pueden llegar a deshidratarlos. En ausencia de leche específica para gatos recién nacidos, los sustitutos temporalmente plausibles son la leche de cabra o la leche de burra.
¿Puedeun gato ser vegano o vegetariano como los humanos?
¡Totalmente no! Los gatos son «carnívoros obligados», lo que significa que necesitan comer carne sí o sí.
Los gatos, ¿cuando están tristes lloran?
Los gatos no lloran y no saben qué es llorar. Si nuestro gato tiene lágrimas puede ser por razones fisiológicas, como alergias o problemas de alimentación, pero no porque lloren. Tmpoco sienten rencor, tal como vimos en el artículo ¿Los gatos sienten venganza o rencor?.
Los gatos prefieren comer pescado a carne. ¿Es eso cierto?
Normalmente sí, y no se trata sólo de una cuestión de gustos. En la naturaleza, el gato es un depredador y su supervivencia depende mucho de la atención y de los estímulos. El movimiento de los peces en el agua les atrae mucho. Además de este aspecto “instintivo”, interviene el olor a pescado, mucho más fuerte e intenso que el de la carne.
A diferencia de los perros, combiene que los gatos tengan dietas variadas. Los felinos no tienen gastroenteritis ligadas a los cambios de dieta y es mejor si les alternamos la dieta de carne y pescado para que tengan todos los nutrientes necesarios de la dieta. Una dieta rica en ácidos grasos poliinsaturados, que son buenos para el sistema inmunológico pero también para la piel y el cabello.
¿Se le pueden dar las sobras de la mesa a los gatos?
No es bueno que compartamos la comida humana con los gatos. No solo porque los gatos no pueden comer lo mismo que comemos nosotros e incluso hay productos como el ajo que les puede resultar tóxico, si no incluso porque esto hace que se acostumbren a comer esa comida y luego no quieran come su pienso ni comida húmeda.
¿Podemos sustituir las latas y pienso por comida hecha en casa?
Sí, pero vigilando siempre que sigan una dieta equilibrada y utilizando los ingredientes adecuados y la forma correcta de preparalos. Por ejemplo, si les ponemos pescado o carne magra deberemos asegurarnos que estén bien cocidas. Si se hace bien, una dieta de este tipo puede incluso resultar beneficiosa para el gato ya que se reduce el riesgo de que le aparezcan tumores cuando se haga mayor y disminuyen los problemas gastrointestinales y la acumulación de sarro en los dientes.
En caso de querer hacer este tipo de dietas lo mejor es consultar con un veterinario nutricionista. Ahora bien, también es bueno que sepáis que si lo hacéis bien, es muy probable que después ya no quieran comer más latas ni pienso, con lo cual os tocará hacerles la comida siempre. Eso sí, si hacéis cálculos también es un ahorro de dinero al mes.
¿Es bueno sacar a pasear al gato con arnés o correa?
Podemos sacarlo a pasear con correa o arnés pero solo si lo puedes hacer de forma regular. De hecho, es muy buena idea para aquellos gatos que viven en pisos en los que tienen espacios para explorar ni jardines que puedan rastrear. Eso sí, al principio os costará mucho que os siga, los gatos no están acostumbrados a seguir al ser humano.
Lo mejor es guiarle pero dejarle cierta autonomía para que elija porqué camino quiere pasar. Si lo hacéis de este modo se sentirá mucho más libre y tu más tranquilo de no tener que ir tirando de él, cosa totalmente desaconsejable. Otro punto a tener en cuenta es que si al gato le gusta salir a pasear con la correa o el arnés será algo que deberás hacer de forma habitual, como quien saca a pasear al perro. Si no lo haces así y lo haces de forma puntual solo lograrás generarle estrés.
¿Debo bañar al gato?
¡Para nada! Los gatos se encargan de su propio aseo, a menudo lamiéndose para lavarse y eliminar el exceso de pelo, por lo que no es necesario bañarlos. Es más, el uso de jabones podría provocar la aparición de dermatitis, y los residuos que quedan en el pelaje empujarían al gato a lamerse más de lo necesario, aumentando así el riesgo de taponamiento por la mayor cantidad de pelaje ingerido.
¿Hay alguna forma de que el gato no acabe destrozando el árbol navideño en Navidad o los adornos que tengamos colgados por la casa?
El árbol, las luces y las bolas de Navidad son una atracción irresistible para los gatos. Sin duda intentarán trepar al árbol para alcanzar, por ejemplo, bolas y muñequitos colgantes, o incluso ¡la estrella que hay en lo alto del árbol!. Y esto puede resultar peligroso, no solo porque nos destroce la decoración sino porque podría hacerse daño, podría comerse objetos tóxicos que hayamos colgado y hacer que todo lo que habíamos puesto acabe por los suelos destrozado.
Eso no significa que no podamos poner árbol. Ahora bien, el árbol que pongamos debe ser macizo, de tamaño pequeño y con suficiente peso en la base para que no se tumbe con el peso. En cuanto a las decoraciones que elijamos deben ser sencillas, deslucidas y resistentes (preferiblemente de plástico). Tendríamos que evitar rociar nieve falsa en el árbol, ya que el gato podría lamerla e intoxicarse.
Petardos y fuegos artificales. ¿Cómo podemos ayudar a que ciertas fiestas sean más llevaderas para los gatos?
Los gatos tienen un oído muy fino y lo que para nosotros es un ruido fuerte es para ellos una auténtica explosión de sonido. Durante los clásicos fuegos artificiales de Año Nuevo o San Juan, nuestros pequeños peludos lo pasan muy mal. Se esconden, corren con temor a buscar un espacio donde poder esconderse y no salen hasta que hace horas que no oyen ese ruido horrible.
En estos momentos es mejor que no intentemos detenerlos, ni para darles caricias, ni intentar calmarlos ni darles de comer. Lo que conseguiríamos es hacer que el gato se sienta atrapado y bloqueado. Lo único que podemos hacer, a parte de no tirar cohetes ni petardos ni fuegos artificales, es intentar reducir el ruido de estas explisiones. Podemos hacerlo mediante ruidos más constantes y regulares, ruidos ambientales. La televisión es una buena manera de esonder el ruido de los petardos. Y si tenemos opción podemos utilizar altavoces con el ruido de sonidos ambientales que recuerden a la naturaleza.