Salmo 121: Jehová es tu Salvador y pronto Socorro

Los salmos son canticos, poemas y alabanzas dirigidas a nuestro amado Padre Celestial. El precioso Salmo 121 es un cántico del rey David, que nos trae esperanza y regocijo porque aún en tiempos difíciles, no tenemos nada que temer.

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Salmo 121

El salmo 121 lo iban cantando los peregrinos camino a Jerusalén para celebrar las Fiestas de las Pascuas, de Pentecostés y de los tabernáculos para adorar al Señor en el Templo y ofrecerle sacrificios. Este grupo de peregrinos debían atravesar diversas dificultades terrenales y espirituales para poder llegar al lugar santísimo. Sin embargo, no dudaban en levantar sus ojos y clamar por la protección del Padre Celestial, ya que sabían que donde quiera que ellos estuviesen, el Señor los acompañaría. De allí que éste sea conocido como salmos de protección 121

Este salmo gradual nos ayudará a entender un poco más lo que debían vivir los peregrinos por su paso hasta llegar a casa, para estar en la presencia del padre Celestial. Nuevamente este camino era muy peligroso, durante el día y la noche.

Era un lugar propenso a lesiones, ya que eran caminos montañosos, de posibles saqueadores e incluso de apartarse de la presencia de Jehová de los ejércitos. Igualmente nos brinda una clara idea del gran poder de Dios y como resguarda a su pueblo y a sus escogidos, ante el clamor de ellos por su protección. Nos enseñara a descansar, reposar y confiar en Él con todas nuestras fuerzas y ante toda circunstancia.

En al salmo 121 encontraremos que en cuanto el peregrino alzó sus ojos a los montes, le viene una duda que disipa rápidamente y los compañeros de viaje que lo acompañaban afirmaron su fe, a través de declaraciones enriquecedoras y reales. Un hermoso cántico que está comprendido por ocho versículos, donde les recuerda a los peregrinos de la época y a nosotros hoy, que Jehová es nuestro fiel guardador.

Increíbles declaraciones de fe y de verdad que realiza este grupo en su paso por hasta llegar a Jerusalén, en 94 palabras expresan todo el poder y gloria de Jehová, el Gran Yo Soy y Dios de Israel.

A continuación, desglosaremos versículo por versículo para que a través del Espíritu Santo, podamos comprender por lo que estaba pasando este grupo de peregrinos camino a Jerusalén y poder dar nuestro comentario bíblico 121. También lo llevaremos a la actualidad y ver como Jehová de los ejércitos  siempre será nuestro guardador y protector.

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Versículos 1 y 2 salmo 121

Iniciaremos con salmo 121 1-2 explicación. Este salmo también es conocido como el salmo del viajero, ya que el salmista nos da a entender que está lejos de casa. Expuesto a los peligros del camino y del viaje, sobresale el clamor de la protección y resguardo del Todopoderoso.

El peregrino comienza con una pregunta cuando alza sus ojos a los montes que estaban a su alrededor y dice: ¿de dónde vendrá mi socorro? Se encontraba a medio camino y las adversidades del camino, le hacen preguntarse ¿quién podría socorrerlo prontamente?

En los tiempos de David, muchas personas montaban altares en los montes para rendirles adoración, por su grandeza y majestuosidad. El salmista al alzar sus ojos a los montes, podría estar pensando en esto para reflexionar, si los dioses falsos podrían ayudarlo en su angustia. La respuesta, vino inmediatamente a su corazón. No serían ni la grandeza de los montes, ni hombre alguno quién lo ayudaría. Sino Jehová mismo era quien lo iba a socorrer de todas las adversidades que había experimentado y que estaba por vivir, hasta llegar a casa.

Salmos 121: 1-2

1 Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?

2 Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.

Nuestra confianza al igual que el salmista no debe estar puesta ni en las riquezas, ni en los hombres, ni en la creación. Estas cosas son momentáneas, tienen un periodo de duración corto y realmente no satisfacen nuestra alma. Sino por el contrario, nuestra confianza debe estar en el Creador Todopoderoso, el que tiene el control de los cielos y la tierra y todo cuanto en ella hay.

No hay hoja que caiga, ni viento que sople, ni animal que muera, sin el permiso de Jehová de los ejércitos. Él es quien le dio los límites al más y quien autoriza cuando lo pueden cruzar. El Señor tiene el control de todo lo que nos rodea y no hay circunstancia por la que podamos estar pasando que no esté bajo el control del Todopoderoso.

Cuando en nuestra vida estemos pasando por grandes adversidades o pruebas espirituales, del tamaño de un monte y nos lleguemos a preguntar ¿quién nos podrá ayudar y socorrer?, la respuesta que debemos tener presente siempre es: Jehová, nuestro Creador, Padre y Escudo.

Versículos 3 y 4 salmo 121

En el versículo 3 del salmo 121, se nos revela que solo el Altísimo nos puede guardar de la caída. El camino hacia Jerusalén estaba lleno de montes, precipicios y resbaladizos, que debían cruzar para llegar al lugar santísimo y para presentar los sacrificios del Dios de Israel.

Cuando el grupo de peregrinos comienzan a afirmar aún más la fe del salmista, le dicen: no dará tu pie al resbaladero. No estaban negando que el camino no presentaría peligros y que debían pasar por ahí para llegar a la presencia de Dios. Sin embargo, sabían que Jehová no permitiría que cayeran eternamente al resbaladero, que aunque no fuera fácil, Jehová los reafirmaría por su gran amor y misericordia.

El Señor Jesús nos reveló que al seguirlo a Él nuestro camino no sería sencillo y es que los ataques serían aún mayores para debilitarnos en nuestra fe para apartarnos del camino. Pero si nuestra mirada está puesta en Él, nuestro pie no dará al resbaladero y nos sostendrá de nuestra mano derecha.

Salmos 121: 3-4

3 No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.

4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.

La victoria por permanecer en fe y comunión con nuestro Señor Jesucristo es mucho mayor que las dificultades que hoy podremos estar atravesando. Jehová de los ejércitos es Todopoderoso y está en control de todas las cosas, aún los cabellos de nuestra cabeza conoce, no hay nada que se pase por alto. El Señor no duerme ni descansa, porque sabe que hay un mundo espiritual que se mantiene activo las 24 horas.

El Altísimo no se cansa ni desfallece, no se turba ni desespera, no se abruma ni se confunde. Él es el Todopoderoso que guarda a sus hijos donde quiera que estén y a su pueblo escogido Israel. Nada está fuera de su control, nada se le escapa y nada sucede sin que Él lo haya permitido.

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Versículos 5 y 6 salmo 121

Los caminos y las condiciones climáticas que debían pasar los peregrinos, hasta llegar a Jerusalén, podrían ser realmente agobiantes. Las grandes temperaturas de calor y los peligros que vienen con la noche, podrían fácilmente quitarle la paz a cualquier ser humano. Más ellos entendían que Jehová no solo los levantaría o protegería de los peligros físicos que otra persona podía llegar a hacerles. Sino también de todas las condiciones naturales que los rodeaban.

Creían firmemente que aun cuando el Sol resplandeciera con todo su esplendo, el calor no los agotaría, ni los harían declinar de su viaje, porque el Señor sería su sombra. Jehová les daría la protección y fortaleza que necesitaban, para llegar a casa y celebrar. Por el contrario, cuando la luna llegará no habría nada que los hiciera sentir en temor y angustias porque el Rey de reyes y Señor de señores, guardaría sus sueños y su descansar.

Salmos 121: 5-6

5 Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.

6 El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.

Si trasladamos esta fe y confianza en el Señor a nuestra vida, podríamos comprender que muchas veces estamos consumidos del trabajo arduo, las responsabilidades de la vida y la maldad a la que día a día nos debemos enfrentar. Ante esta sensación siempre debemos recordar que Jehová es quien nos guarda y protege, quien nos da fortaleza y sabiduría para afrontar todas las cosas de la vida terrenal y espiritual.

Nuestra sombra nos persigue a donde quiera que vayamos y aunque a veces no la vemos, está ahí con nosotros, solo es necesario tener un foco de luz para verla. Jesucristo es nuestra sombra, no lo podremos ver pero está ahí junto a nosotros acompañándonos en cada paso que demos.

Versículos 7 y 8 salmo 121

El salmo 121 7-8 termina con la declaración de que Jehová nos guardará de todo mal y que el guardará nuestra alma. El salmista canta con seguridad y gozo en el Señor, que lo guardara de todo mal y todo ¿qué es? todo.

No hay algunos males de los cuales nuestro Padre Celestial no nos pueda guardar, afirma que de todos los males que hemos podido experimentar o no, Él nos guardará. A lo largo del salmo, hemos podido ver como su confianza está en que el Señor en los caminos que transitaba, en los males terrenales que los rodeaban y en la naturaleza por la que estaban atravesando. Sin embargo, cuando declara que ningún mal los tocará, incluye los males que pueden tocar o incluso destruir el alma.

Estar caminando por lugares peligrosos, agobiantes, resbaladizos, pueden llegar a colocarnos en una situación donde la fe y la confianza en el Señor puede fallar. Podemos caer en tentación para que el camino sea más rápido y sin tantas adversidades. Llevándonos a un lugar apartado de nuestro Creador ya que hemos sucumbido ante las pasiones de este mundo.

Salmos 121: 7-8

7 Jehová te guardará de todo mal;
El guardará tu alma.

8 Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre.

A lo largo de la Biblia el Rey de reyes y Señor de señores, nos exhorta una y otra vez que confiemos en Él, porque si bien es cierto que los caminos pueden ser peligrosos, la recompensa, gozo y paz que Él nos va a proporcionar no tiene comparación. Una recompensa eterna y no momentánea como el mundo la ofrece. Una paz y un gozo sin comparación y ante la presencia del gran Yo Soy.

El Señor guardará nuestra entrada y nuestra salida desde ahora y para siempre. Desde que nos levantamos hasta cuando dormimos, si le entregamos nuestros caminos y colocamos nuestra confianza en Jehová,  nos guardará. Cuando decidimos abrirle nuestro corazón a nuestro Señor Jesús, desde ese preciso momento, fuimos hechos llamados hijos de Dios para siempre. Como cristianos sabemos que esta vida es temporal y nuestro amado Jesucristo nos promete una vida después de la muerte. Incluso en la eternidad viviremos en la paz y gozo de nuestro Señor Jesús, podremos estar ante su presencia, confiados en su gran poder y gloria.

Los Salmos

Los salmos son los cánticos y poemas que fueron escritos, en su mayoría por el rey David, acerca de las circunstancias que estaba atravesando el salmista. David es un vivo ejemplo de como la alabanza agrada al Señor y que por medio de ella podemos agradecer, pedir y buscar consuelo en los brazos del Señor.

Estos maravillosos poemas se encuentran ubicados en una de las Partes de la Biblia, en el Antiguo Testamento y son de los libros más conocidos y estudiados por los cristianos. No sólo por su fácil lectura, sino que son realmente inspiraciones divinas, que nos sirven de oraciones para deleitarnos perfectamente en la presencia de nuestro Padre Celestial.

Uno de los más populares y conocidos por los cristianos es el salmo 121 que nos habla de cómo Jehová guarda a sus hijos día y noche, sin importar el lugar, circunstancia o adversidad. Este canto se encuentra dentro de los canticos graduales que van desde el salmo 120 hasta el salmo 134.

Salmos de Protección

A lo largo de la palabra viva de Dios, nos encontramos con un mundo lleno de maldad, lleno de pruebas y dificultades. No podemos ocultar el hecho que somos de naturaleza pecaminosa y que aún bajo la promesa, nos hemos apartado de Dios.

Otras veces, estamos dentro del camino del Señor y aun así nos sobrevienen pruebas que pueden resultar realmente dolorosas. Esto es porque somos un foco de ataque para el enemigo, él sabe lo que es estar en la presencia de Jehová, sabe que es verdad sus promesas y su gozo y no quiere que nadie las viva ni las disfrute.

Es por eso que una y otra vez, así como en el salmo 121, nuestro Creador nos recuerda que Él es nuestra roca, nuestra paz, nuestro protector, fortaleza,  guardador, esperanza, nuestra luz, nuestro camino….

Entre los pasajes que encontramos dentro del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento que afirman esta verdad, encontramos:

Isaías 54:17

17 Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.

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Esto nos demuestra que si la circunstancia por la que estamos pasando, es un juicio falso o un señalamiento lleno de maldad y mentira. No debemos angustiarnos pues el Señor nos defenderá como nuestro abogado protector y nos levantará victoriosamente.

Salmo 18:35-36

35 Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
Tu diestra me sustentó,
Y tu benignidad me ha engrandecido.

36 Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado.

Nuestro Padre Celestial es nuestro sustento y nada nos faltará, Él es nuestra salvación y nuevamente encontramos que nuestro pie no resbalará ante el mundo, pues nos sostiene con la diestra de su justicia.

Romanos 8:31

31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

Nada se compara al poder, dominio, grandeza, sabiduría e inteligencia de nuestro Señor Jesucristo. Así que si Él está con nosotros, en todos los aspectos de nuestra vida, si su Luz y palabra son nuestro alimento y guía, quién podrá prevalecer contra nosotros.

La respuesta es, absolutamente nadie, ni en este terreno ni en el espiritual, porque mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo.

Hebreos 13:6

de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.

Que maravilloso es saber que nuestro Padre nos ama, nos cuida y nos muestra sus bondades pero como un león rugiente nos defiende y guarda de todo peligro. Su protección y pronto socorro está presente todos los días de nuestras vidas y en Él podemos vivir confiadamente.

Salmo 91:2-4

Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.

Él te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.

Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.

Que nunca se aparten nuestro ojos de Cristo Jesús y de sus promesas y mantengámonos firmes en el camino de la vida, para deleitarnos hoy, mañana y siempre en la presencia del Gran Yo Soy. Necesitamos poder vivir en paz y más hoy en día ante tanta maldad que nos rodea. Para esto, debemos estar ante la presencia de Jesucristo de día y de noche. Está en la verdadera voluntad de nuestro Padre Nuestro, que tengamos una vida y una vida en abundancia.

¿Quién nos socorrerá? ¡Jehová! ¿De quién nos socorrerá y protegerá? ¡De todo mal que nos aseche! Y ¿Cuándo nos socorrerá? Desde ahora y para siempre en Cristo Jesús. Amén.

Para que sigas en comunión con el Señor te dejamos este material audiovisual para tu disfrute.

https://www.youtube.com/watch?v=yI_fLjTiUnI


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