Robo en el Louvre: siete arrestos, un plan milimetrado y la seguridad en entredicho

  • Siete detenidos por el robo de joyas de la Corona en el Louvre; tres de los presuntos autores materiales ya están bajo custodia.
  • La banda accedió a la Galería de Apolo con un camión elevador y se llevó nueve piezas valoradas en unos 88 millones de euros.
  • ADN en una motoneta y en un cristal de vitrina y objetos abandonados fueron claves para las detenciones.
  • El caso destapa fallos de seguridad: cámaras mal orientadas y coberturas perimetrales incompletas en el museo.

Robo en el Louvre

La investigación por el robo de las joyas de la Corona en el Museo del Louvre avanza con paso firme: la Fiscalía de París confirmó cinco nuevas detenciones que elevan a siete el total de arrestados por el audaz golpe perpetrado en la Galería de Apolo. Entre los últimos detenidos figura un sospechoso que habría formado parte del grupo que ejecutó la intrusión.

El caso ha puesto bajo el microscopio la seguridad del museo más visitado de Francia, después de que la dirección admitiera carencias en la videovigilancia de zonas clave del edificio. Las piezas sustraídas, de gran valor histórico y económico, siguen sin aparecer, lo que alimenta el temor a su desmantelamiento.

La investigación: detenciones, ADN y primeras admisiones

Investigación robo en el Louvre

Con las últimas redadas en París y Seine-Saint-Denis, la fiscal Laure Beccuau detalló que tres de los cuatro presuntos ejecutores del asalto están ya identificados y bajo custodia. Las detenciones se produjeron tras once días de rastreo y vigilancia continuada.

Los dos primeros arrestados —intervenidos el fin de semana previo— quedaron bajo investigación formal por robo en banda organizada y asociación delictiva. Ambos ofrecieron una admisión “parcial” tras casi 96 horas de interrogatorio, según la Fiscalía.

El perfil de los detenidos incluye a un hombre de 34 años, de nacionalidad argelina, vinculado por ADN hallado en una de las motonetas usadas en la huida. El otro, de 39 años y residente en la periferia norte de París, fue relacionado a través de restos genéticos localizados en un fragmento de cristal de vitrina.

La operación policial, con más de 100 agentes, ha analizado ya más de 150 muestras forenses y decenas de objetos recuperados en el escenario del crimen: guantes, cascos y chalecos reflectantes, entre otros.

A día de hoy, la Fiscalía sostiene que no hay indicios de complicidad interna en el museo. La figura delictiva investigada contempla penas de hasta 15 años de prisión y fuertes multas.

Así se ejecutó el golpe

La banda actuó con precisión: disfrazados de obreros de construcción, los ladrones emplearon un camión con plataforma elevadora para alcanzar una ventana de la Galería de Apolo a plena luz del día.

Según los indicios, el 19 de octubre la plataforma se elevó hasta el balcón, se forzó una ventana y, en apenas minutos, los intrusos abrieron dos vitrinas de alta seguridad con herramientas de corte. La salida fue igual de rápida, con la huida en dos motonetas hacia el este de la capital.

El dispositivo habría sido preparado con antelación: las autoridades investigan la apropiación previa de un camión elevador mediante engaño, y el uso de anuncios de servicios tipo mudanza para facilitar el plan sin levantar sospechas.

Las cámaras de seguridad captaron parte de la secuencia y un video difundido tras el asalto mostró a los sospechosos descendiendo por la plataforma antes de desaparecer del lugar.

La llegada casi inmediata de policías y vigilantes evitó que los ladrones incendiaran el vehículo para borrar pruebas, lo que fue clave para preservar rastros de interés forense.

Qué se llevaron y cuánto vale

El botín asciende a nueve piezas de la época napoleónica, entre ellas un espectacular collar de esmeraldas con más de mil diamantes que Napoleón regaló a su segunda esposa.

Entre las obras sustraídas figuran además un conjunto de diamantes y zafiros vinculado a las reinas María Amalia y Hortensia, y otras piezas emblemáticas de la Corona francesa.

La valoración preliminar sitúa el total en torno a 88 millones de euros (unos 102 millones de dólares), una cifra que refleja tanto la rareza como el peso simbólico del conjunto.

Expertos consultados alertan de que, para dificultar su identificación, los delincuentes podrían desmontar las joyas para vender por separado metales y gemas en el mercado negro.

La Fiscalía ha insistido en que, tal y como están, las piezas son incolocables en el circuito legal; comprar o intentar venderlas constituye delito de receptación.

Los agujeros de seguridad bajo la lupa

La directora del Louvre, Laurence des Cars, reconoció ante el Senado que en el balcón por donde accedieron los ladrones no había cámaras correctamente orientadas y que algunas salas del ala Denon carecían de cobertura de videovigilancia.

El prefecto de policía de París, Patrice Faure, explicó que la primera alerta no partió del sistema del museo sino de un ciclista que llamó a emergencias al ver movimientos sospechosos junto a un elevador en la fachada.

Faure señaló también la existencia de equipos envejecidos —parte aún analógicos— y de retrasos en obras de cableado cuyo fin está previsto a medio plazo. Incluso la autorización de determinadas cámaras habría caducado meses atrás.

El caso ha reabierto el debate nacional sobre cómo proteger el patrimonio cultural en Francia, con el Ministerio de Cultura impulsando refuerzos y auditorías en centros clave.

Mientras, el Louvre revisa procedimientos internos y coberturas exteriores para cerrar posibles puntos ciegos y acelerar mantenimientos críticos.

Qué viene ahora

Las prioridades pasan por localizar la red de apoyo, seguir el rastro de herramientas y vehículos empleados y explotar al máximo los indicios genéticos y dactilares ya recogidos.

La Fiscalía ha reiterado su llamamiento: hay tiempo para devolver las joyas y colaborar con la investigación, advirtiendo de que cualquier intento de venta será fácilmente detectable.

Los investigadores confían en que el crecimiento del cerco policial, unido al carácter único e identificable de las piezas, incremente las opciones de recuperación.

En paralelo, el museo y las autoridades francesas afinan planes de seguridad para que un golpe tan rápido y silencioso no encuentre de nuevo brechas que explotar.

Con siete personas ya detenidas, pruebas genéticas sólidas y un retrato detallado del modus operandi, el caso entra en una fase decisiva en la que el objetivo principal es rescatar el patrimonio sin daño y apuntalar para siempre la protección de las colecciones.

Secretos de la Mona Lisa
Artículo relacionado:
Descubre los secretos mejor guardados de la Mona Lisa