¿Quién ha descendido hasta el punto más profundo del planeta?

¿Alguien ha logrado bajar hasta los 11.000 metros bajo el nivel del mar? La respuesta es que sí, y los primeros que lo lagraron lo hicieron en el año 19060.

Se trataba de una construcción italiana y bajó a mucha profundidad en una expedición que se hizo con el batíscafo Trieste.

Conocemos las profundidades del océano desde hace 70 años, no más

Uno de los grandes retos de la humanidad es explorar la Tierra, por aire mar y tierra. Y precisamente el mar es uno de los que más difícil se lo pone. Durante muchos años parecía imposible poder bajar incluso unos metros bajo el nivel del mar. Pensad que estamos hablando del año 1960 cuando se pudo empezar a explorar qué había en las profundidades marinas. Es decir, todo lo que se sabe de las profundidades más hondas es de hace 70 años en adelante.

En este tiempo el ser humano ha sido capaz de construir un medio adecuado para poder explorar las profundidades del océano, antes debían limitarse con aquello que qedaba más externo. El primer descenso a grandes profundidades se hizo en 1960, en el abismo Challenger de la fosa de las Marainas. Se logró bajar casi 110.000 metros, concretamente unos 10.929m de profundidad.

El abismo Challenger y la Fosa de las Marianas

Si queremos buscar la zona más profunda del planeta Tierra debemos ir a la Fosa de las Marinas, donde encontramos la depresión oceánica con más profundidad del planeta. Tiene una largaria de 2.500km , pero con una forma muy caracetrística, con forma de media luna. Está entre la placa tectónica de Filipinas y la placa tectónica del Pacífico. A nivel de geografia la podríamos ubicar entre Filipinas, Nueva Guinea y Japón, en el Pacífico Norte.

Expedición del barco inglés

Este es el punto más profundo del planeta, y exactamente se encuentra a 10.900 metros bajo el nivel del mar. Se conoce como Challenger Abyss, nombre que recibe porqué fue descubierto por un barco inglés que se llamaba Challenger, cerca del año 1875. En esta expedición se dijo que la profundidad máxima bajo el nivel del mar era de 8.184, lo cual nos lleva a pensar que quizás más adelante se descubra que aún quedaba profundidad por descubrir.

Los británicos cambiaron esta cifra

Unos años más tarde, en el 1951, otra expedición británica pudo ver que lo que se había descubierto hasta entonces y que habían medido con 8.184 metros de profundidad en realidad no era un pozo si no un abismo, y que medía 10.863 metros de profundidad. En honor al primer descubrimiento, la segunda expedición decidió llamar al abismo con el mismo nombre del barco, Challenger.

A día de hoy se sabe que el abismo tiene forma de media luna, y que se divide en tres cuencas; la oriental, la central y la occdental. Además, la profundidad que se midió, aunque fue muy ajustada, hoy se sabe que es un poco superior. Se habla de unos 10.902 o 10.929 metros, tampoco se sabe con exactitud.

profundidades del océano

Superando los obstáculos del mar

Entre los años 50 y 60 el ser humano hizo muchos avances científicos, en todos los niveles. Se losgró superar muchos límites de la Tierra que hasta ese momento parecían imposibles, ya sea por aire, por tierra o por mar. Recordemos que en 1957 se lanzó el primer satélite artificial al espacio, y que el propio ser humano llegó al espacio en el 1961. En cuanto a la Tierra, también se superaron límites llegando a alcanzar los picos de las montañas más altas del planeta como son el Everest y el K2 en los años 50. Y a finales de esta década se construyó la primera base de investigación del Polo Sur. Todos ellos lugares en el que el hombre no había podido llegar hasta ese momento.

El mar no dejaba de ser otro reto para la humanidad. Los submarinos que se construían en aquella época no eran capaces de llegar a grandes profundidades. Tuvieron que hacer una construcción especial para poder llegar a tantos metros de profundidad del océano. No había ninguna embaración capaz de soportar tanta presión del agua.

Batisferas y batíscafos, la solución para poder explorar las profundidades marinas

Tuvieron que construir unas esferas de acero que se bajaban con una cuerda y que estaban unidas al barco para que no se perdieran por las profundidades. Esta construcción recibió el nombre de batisferas. Empezaron a experimentar con ellas sobre la década de los 30 y en 1934 llegaron a bajar hasta los 923 metros. Aún así, necesitaban algo más para poder bajar a más profundidad.

Pasada la Segunda Guerra Mundial se diseñaron los batíscafos, muy parecidos a las batisferas pero sin ir cogidos con una cuerda. Éstos bajaban a prepulsión con la ayuda de unos motores eléctricos. Fue diseño de un italiano, en el 1948. Pero la alegría duró poco, acabó hundiéndose tras un buena inmersión. Un tiempo más tarde, un suizo llamado Auguste Piccard siguió con esta idea y construyó otro batíscafo. Lo bautizó como FNRS-2. Éste no se hundió, y de hecho le sirvió a la Armada francesa para llevar a cabo una misión en las costas del Senegal, descendiendo hata los 4.000 metros.

Batíscafo de Trieste

Pero Piccard no se quedó con este proptotipo y ya está. Diseñó otro batíscafo y esta vez le puso una cámara llena de gasolina. Esto permetía que tuviera más flotabilidad. E incluso diseñó un espacio para que pudieran ir dos tripulantes. ¿Por qué se le llama Batíscafo de Trieste?, porqué en aquella época Piccard se mudó a Trieste y fue desde ese lugar donde diseñó este prototipo nuevo de batísfaro.

No fue hasta el 1953 que empezó a usarse y en 1958 lo compró la Marina de los Estados Unidos que querían explorar la Fosa de las Marianas. En 1959 se trasladó el batíscafo hasta la fosa de las Marianas y a inicios de los 60 se hizo la exploración por el abismo Challenger. En él iban el mismo Piccard y Don Walsh, capitán de la Armada estadounidense.

El viaje en sí duró unas 5 horas y llegó a bajar hasta tocar el fondo de la cuenca occidental, a 10.900 metros de profundidad. Desde esas profundidades se comunicaron con la nave nodriza mediante un hidrófono. La expedición no duró mucho porque 20 minutos más tarde se derrumbó una capa del plexiglas (una zona trasparente que permitía ver lo que haía fuera y que era capaz de soportar estas altas presiones, al menos hasta cierto punto). Tuvieron que subir lo más rápido que pudieron, que pasó de ser 5 horas de viaje hacia las profundidades a ser 3 horas y cuarto hacia el exterior. Salieron ilesos y la operación fue todo éxito.


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