El término “calidad” referido al arte resulta ser un tema controvertido pues no es nada fácil aplicar este atributo con un criterio sólido a las obras de arte y son muchos los expertos que se plantean la dialéctica en torno a esta cuestión. Ya desde la antigua Grecia, los filósofos formularon innumerables reflexiones acerca de la estética y hasta la época contemporánea han surgido cantidad de enfoques en torno al significado de la calidad en el arte.
Así pues, para responder satisfactoriamente a la pregunta de “¿qué significa la calidad en el arte?” en este artículo haremos un breve recorrido por la Filosofía e Historia del Arte y analizaremos una obra de referencia de una figura experta en el ámbito: “¿qué es la calidad en el arte?” de Alejandro Vergara Sharp.
¿Qué significa la calidad en el arte?
El concepto de calidad cuando nos referimos al arte siempre ha sido un tema difuso y poco esclarecido ya que resulta difícil acotar los límites a la hora de catalogar una obra como buena o mala. La controversia surge de tintes subjetivos que pueden darse en las valoraciones de las obras artísticas, así como prejuicios o incluso falta de conocimiento sólido al respecto.
Por lo tanto, los juicios de valor resultan ser relativos y es ahí donde interviene Vergara en su obra “¿qué es la calidad en el arte?”, en la que argumenta como punto de partida a la resolución de esta cuestión que, un conocimiento bien estructurado sobre la historia del arte nos proporciona elementos de juicio que nos ayudan elaborar argumentaciones sobre la calidad en el arte que se alejan de la mera subjetividad.
Invita a la reflexión haciendo una investigación a lo largo de la historia del arte en la que -al más puro estilo socrático- va desvelando aspectos que ayudan a esclarecer el término de calidad en el arte.
Definiendo el arte y la estética
Para responder a la compleja pregunta sobre “¿qué significa la calidad en el arte?” será necesario comprender en primer lugar qué es el arte, para posteriormente analizar su calidad.
No menos complejo que lo anterior resulta definir qué se entiende por arte. Reflexionaba Kant en su obra “Critica del juicio” que el arte surge a través de la manifestación sistemática de un sentimiento puro y eso resulta en una obra que catalogamos como bella. Surge así la Estética (del griego “aishtetike”: sensación o percepción), una rama joven de la filosofía cuyo objetivo es el estudio de la esencia y la percepción de la belleza. Estudia el arte y sus cualidades y distingue lo bello o sublime de lo feo o disonante.
No obstante, a día de hoy no existe una definición clara de lo que es el arte y a pesar del vasto conocimiento que existe en torno a la estética y sus técnicas, métodos y fuentes, no existe consenso, lo que explica que ir un paso más allá- analizando su calidad- se haga tremendamente desafiante.
Analizando la calidad en el arte con Alejandro Vergara Sharp
Alejandro Vergara Sharp es Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Nueva York y jefe de conservación de pintura flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado (Madrid) donde ha dirigido cantidad de exposiciones. Ha sido profesor de Historia del Arte en Nueva York, San Diego (California) y Madrid. Es autor de numerosas publicaciones dedicadas a la pintura flamenca, la figura de Rubens y el arte del siglo XX. Y en su reciente obra “Qué es la calidad en el arte” (2022) hace un análisis sobre el concepto de calidad en el arte en la que profundiza en cuestiones filosóficas y estéticas para tratar de dilucidar este esquivo concepto.
Empleando el método socrático, es un ensayo cargado de más interrogantes que respuestas, en el que a través de preguntas invita al interlocutor a reflexionar para llegar -si se puede- a alguna respuesta medianamente satisfactoria. En este sentido dice el autor: “No es probable que estas páginas consigan definirlo de manera plenamente satisfactoria. A pesar de ello, tratar de comprenderlo merece la pena”.
¿Qué significa exactamente el término “calidad”?. “Calidad” es sinónimo de bueno, bien hecho o cercano a la perfección. También es relativo a aquello que es placentero de contemplar por su belleza, del mismo modo que se vincula con lo exquisito o elitista. Entonces, ¿qué significa la calidad en el arte? En las próximas líneas haremos un análisis de la mano de nuestra figura experta de referencia.
Comienza el autor haciendo mención al carácter difuso del término que trata de definir como “aquello que tiene que ver con la excelencia, la buena práctica o la perfección técnica, pero también con aquello que nos seduce y nos conmueve”. Continúa la obra haciendo mención a diversas lecturas, obras, conversaciones familiares y reflexiones personales sobre el concepto, por lo que se trata de un ensayo muy personal que no está planteado como un texto técnico propio del facultativo que es Vergara.
Es más bien un intento de explicar de manera cercana lo que el autor- como apasionado de la pintura europea- trata de compartir sobre el significado de la calidad en el arte. En un momento dado afirma el autor que tras uno de sus trabajos comenzó a reflexionar sobre los motivos que llevan a publicar en los museos unas obras y no otras: “entonces comencé a reflexionar sobre las razones por las que exponemos en los museos unas obras y no otras”.
Su obra se divide en dos partes:
- El primer apartado es de índole filosófica y teórica. Plantea observaciones personales, interrogantes no resueltos e inquietudes buscando respuestas en reflexiones de otros autores. Hace alusión a la subjetividad del término y a la dificultad que existe para medir físicamente la calidad, ya que al tratarse de una cualidad o atributo, no es mesurable como las magnitudes físicas.
- El segundo apartado es más práctico, hace un recorrido por todas las pinturas europeas de los siglos XV al XVIII (periodo en el que el autor está especializado). Aquí es donde encuentra respuestas satisfactorias, ya que el concepto de calidad durante ese periodo estaba bien definido, gracias a autores como Alberti, Plinio el Viejo o Cennino Cennini. En aquella etapa los artistas tenían claro que una buena obra debía armonizar entre la proporción y la belleza, a la par que ser realista y rebasar los límites de la propia pintura asemejándose a los clásicos. Con estos criterios, es relativamente fácil discernir entre las obras de primera calidad y aquellas que son de menor, valor para lo que expone algunos ejemplos: uno de ellos referido a una carta de Durero al mercader Jacob Heller en el siglo XVI en el que el artista confiesa que “podría pintar cuadros comunes y con ellos ganar más dinero que con otros trabajos más exigentes”. Otro ejemplo con Goya, al que al parecer uno de sus clientes pidió en 1805 a un amigo común que el pintor realizase su retrato “como él lo hace cuando quiere”.
Las conclusiones que se pueden extraer tras esta investigación hecha por el autor son varias. La primera es que el conocimiento de la historia del arte proporciona un acercamiento objetivo al concepto de “calidad”. La segunda que “valorar en exceso la técnica puede generar una idea sesgada de la pintura, al minusvalorar la importancia de otras cualidades”. Y en síntesis, que a la hora de calificar la calidad de una obra intervienen tanto criterios objetivos (mesurables) como criterios subjetivos que son a veces inexplicables (ese es el mayor misterio).
Y por último y no menos importante, hacer mención a la lección de humildad que constituye este ensayo en el que se alcanza la consciencia de que, en el ámbito artístico, un conocimiento profundo y técnico no siempre nos capacita para dar respuesta a qué significa la calidad en el arte.