El alcornoque es un árbol de porte medio típico de los bosques mediterráneos y originario de Europa y norte de África. Es comúnmente conocido por el corcho que produce, que tiene múltiples usos, siendo el más extendido el de los tapones para las bebidas alcohólicas. Todos alguna vez hemos destapado vigorosamente una botella de champán en alguna celebración y esto se lo debemos a este robusto y longevo árbol, capaz de vivir pasados los 100 o 200 años.
Si quieres saber ¿qué es un alcornoque? y conocer más sobre este cotizado árbol, te invitamos a un paseo por el mundo de la botánica a través de nuestro protagonista, el alcornoque.
¿Qué es un alcornoque? Ecología y distribución
El alcornoque (Quercus suber) es un árbol que habita en bosques mediterráneos, de porte medio y hoja perenne, cuyo origen se sitúa en Europa y zona norte de África. Se ha extendido vastamente por acción del hombre a otras regiones del mundo para la explotación de su corteza, de la que se extrae el tan cotizado corcho. Es un árbol muy longevo, que suele vivir entre 150 y 250 años, aunque se han datado alcornoques que superan los 500 años, como el «Bosco di San Pietro» en Caltagirone, Sicilia (Italia).
Su nombre científico, Quercus suber, deriva de la palabra latina quercus, que utilizaban los romanos para designar al roble común (Quercus robur). El epíteto específico, suber, en latín significa corcho o sobrero, y es por ello por lo que al alcornoque también se conoce como sobrero y en algunas comarcas como chaparro o roble sobrero, sobre todo para referirse a los ejemplares más jóvenes.
Posee una corteza gruesa y rugosa que llega a alcanzar con el tiempo un grosor considerable, especialmente si ha recibido cuantiosas precipitaciones, ya que el alcornoque es un árbol que requiere gran suministro de agua. Su corteza se recolecta entre los 9 y 14 años de edad y la calidad del corcho que ofrece es proporcional al número de años que tarda en generarse. El grosor óptimo para la recolección se ha fijado en 24mm, que es el diámetro que tiene un tapón estándar, su principal aplicación. Para obtener ese grosor efectivo será necesario recolectar cortezas de unos 30mm de grosor, que tras su procesado, resultará en la medida deseada.
El alcornoque se cultiva extensamente en España, Portugal, Argelia, Marruecos, Francia, Italia y Túnez donde cubren una superficie de 2,5 millones de hectáreas. Portugal representa el 50 % de la producción mundial de corcho, por lo que en este país su tala está prohibida, exceptuando determinadas gestiones forestales o la eliminación de árboles viejos que ya no son productivos.
Hábitat y ecología
Decíamos al inicio, que el alcornoque es un árbol típico del bosque mediterráneo y coexiste con otros representes de este tipo de ecosistema, como la encina. A diferencia de su compañera, el alcornoque necesita más humedad y tolera peor los climas fríos, menos aún la cal. Es por ello que cuando no se dan estos tres requerimientos y a medida que se va continentalizando el clima, es substituido por la encina, que se muestra más resistente a los incrementos de temperatura.
La bellota del alcornoque se produce en los meses de septiembre a enero, cuando las heladas y las precipitaciones son mucho más frecuentes, necesidades esenciales para su desarrollo.
Distribución del alcornoque
En España el alcornoque se sitúa eminentemente en la región mediterránea occidental.
En Andalucía encontramos el ejemplar de mayor tamaño de la Península Ibérica y se sitúa en el del parque natural de Los Alcornocales en Cádiz. Asimismo, destacan los alcornocales de Extremadura, Cataluña y Espadán, y en Castilla y León las superficies más densas son la de Salamanca, Ávila, y Zamora.
De distribución más dispersa, encontramos alcornoques en la costa gallega y en Orense, así como en los valles del Sil Y Miño, a las que se añaden las relictas del Bierzo, Arribes del Duero, Burgos y Valladolid.
El alcornoque: un árbol de preciado valor económico
El alcornoque aporta recursos de gran utilidad que mueve ingentes cantidades de dinero en todo el mundo. Se ha hecho popular por el corcho pero no es el único recurso que suministra, de él también se aprovecha su fruto- las bellotas- y su madera.
La industria europea del corcho produce 340.000 toneladas de corcho al año por un valor de 250 millones de euros, lo que supone un promedio de 0,70 euros/ Kg de corcho. Da empleo a 30.000 personas y los tapones para vino representan un 15 % del uso del corcho en peso y representa un 80 % del negocio.
Corcho
Se cree que el corcho del alcornoque es el resultado de años de evolución que surge como protección frente al fuego, dado los frecuentes incendios que se dan en los bosques mediterráneos durante los meses de verano.
La extracción del corcho es una tarea muy especializada y se se realiza con una periodicidad de 9-14 años, según la producción y el destino del corcho.
La primera extracción de corcho que se le realiza a un ejemplar es entre los 30 o 40 años de edad. Esta primera recuperación aporta un corcho de peor calidad denominado «bornizo». Esto es así porque esta primera capa ha soportado el crecimiento del árbol y su engrosamiento progresivo desde el tallo inicial hasta el tronco ya maduro, lo que origina profundas grietas en su primera corteza resultando en planchas de corcho irregulares, el bornizo. Este es el corcho que se emplea como adorno para los belenes de Navidad que simulan rocas o montañas. Una vez extraído el bornizo, las siguientes «panas» presentan un aspecto más regular, al ser el incremento relativo de la circunferencia del árbol mucho menor.
El corcho tiene múltiples aplicaciones, pero sin duda la principal es la elaboración de tapones para botellas de bebidas alcohólicas, como vinos, licores, cavas o champán. Tras su fabricación, estos tapones pasan un proceso de minuciosas pruebas de calidad.
Una vez seleccionadas las cargas aptas para su empleo, se remiten las que son deficientes y el material de corcho sobrante a un centro de reciclaje donde tritura y se forman «aglomerado de corcho». El aglomerado de corcho se utiliza para el revestimiento de cápsulas de satélites, para el revestimiento de suelos y paredes o para la fabricación de plantillas de calzado y ropa.
Por sus propiedades -como resistencia al fuego, absorción parcial de la humedad y aislamiento térmico- el aglomerado de corcho posee muchas aplicaciones y es por ello por lo que resulta tan apto para los usos mencionados.
Madera
La madera del alcornoque se ha usado tradicionalmente para hacer carbón vegetal, aunque no resulta tan efectivo como el que se obtiene de la encina.
Bellotas
El fruto del alcornoque es la bellota o también conocida como lande o glande. Son amargas, por lo que no son empleadas para el consumo humano. Pero sí tienen una aplicación: cebar animales, especialmente a los cerdos ibéricos, cuya exquisita carne se debe a la alimentación a base de bellotas de alcornoque, entre otros cuidados.
En general, las bellotas se usan para la alimentación de una gran variedad de animales, desde los cerdos hasta las aves, como las grullas en invierno por su gran aporte calórico.