Mediante este post te traemos a través de este excelente artículo la pintura barroca española, características, géneros y mucho más sobre este tipo de arte que se realizó durante el siglo XVII y primera mitad del siglo XVIII, considerándola como el siglo de oro de la pintura española. ¡No dejes de leerlo!
¿Qué es la Pintura Barroca Española?
La pintura barroca española resalta debido al exceso de belleza idealizada e integrada con las deformaciones manieristas, permitiendo el hecho narrativo sin la pérdida de la ornamentación de acuerdo a las exigencias de la iglesia contrarreformista. Para más información, puedes consultar las características del Barroco.
Toma para el año 1610 los modelos naturales propios del artista Caravaggio de origen italiano, aunado a la iluminación tenebrista, determinando el estilo dominante de la pintura barroca española de la primera parte del siglo XVII, luego la llegada de Rubens es primordial entre los años 1603 y 1628.
Donde demuestra la oleada masiva de la transmisión de sus obras, aunada a la de sus discípulos. Esta influencia es matizada gracias a los matices de Tiziano, con su técnica de pincelada suelta que es propia de uno de los principales representantes de la pintura barroca española como es Velázquez. Puedes ver más detalles sobre los cuadros de Velázquez.
Se conjuga en la pintura barroca española las influencias de orden flamenco gracias a las nuevas corrientes que provienen de la nación italiana, respecto a los artistas expertos en el arte del fresco como son Colonna y Mitelli en el año 1658, y luego Luca Giordano en el año 1692.
Aunque en este período se desató una crisis general que afectó a la nación española debido a la migración de una gran cantidad de habitantes al nuevo continente, aunado a las bajas ocasionadas por las múltiples guerras y la expulsión de los moriscos de la nación española.
Además de la diversidad de pestes y epidemias que afectaron a la población de España, a pesar de todas esas vicisitudes, es el Siglo de Oro en la pintura barroca española, debido a las múltiples obras de gran calidad y original de las imágenes de primera fila que realizaron.
Principales características de la pintura barroca española
Con la intención que puedas ubicar de forma práctica las características más representativas de la pintura barroca española, te explicaremos en esta sección de forma detallada todo lo concerniente a este interesante tema.
En relación a los Clientes y Mecenas
La principal clientela era la iglesia que solicitaba gran cantidad de obras artísticas para ornamentar los múltiples templos religiosos y exigía gran cantidad de obras a los artistas.
Demostrando la importancia de la pintura barroca española en la contrarreforma de la iglesia, utilizando el arte como un arma a favor de la iglesia católica. Gracias a ellos, los pintores que trabajaban para este dogma se vieron imposibilitados de expresar el arte como tal, ya que debían cumplir las exigencias religiosas, específicamente en la elección de los temas a pintar.
Además, exigía la iglesia los modelos a realizar e ir supervisando si la obra artística de la pintura barroca española estaba de acuerdo con los intereses que ellos esperaban. Aunque los pintores que trabajaban para la Iglesia Católica disfrutaban de excelentes ingresos económicos, además de una excelente reputación y renombre al hacer pública la exposición de sus obras.
Otro de los clientes eran las Cortes, específicamente el reinado de Felipe IV, donde es propiamente un mecenas. Un ejemplo de ello es el extracto del escrito de Rubens a un amigo donde expresa lo siguiente:
“… Aquí me dedico a pintar, como hago en todas partes… he hecho un retrato ecuestre de Su Majestad que le ha complacido mucho. Es verdad que la pintura le deleita…”
«… en mi opinión este príncipe está dotado de excelentes cualidades, tengo trato personal con él… como me alojo en el palacio, viene a verme casi todos los días…”
Uno de los ejemplos de la pintura barroca española es la decoración del nuevo Palacio del Buen Retiro, el cual permitió el incremento de significativos trabajos artísticos para el ornamento del Salón de los Reinos, donde se observan excelentes retratos. También puedes ver más sobre la pintura barroca.
Figuran los retratos ecuestres realizados por Velázquez, al igual que una diversidad de cuadros artísticos de las batallas ganadas por los ejércitos de Felipe IV, además del ciclo referente a Los Trabajos de Hércules realizado por Zurbarán.
En la ciudad de Roma se solicitaba a varios artistas, entre los que resalta Claudio de Lorena y Nicolas Poussin en lo que respecta a series de paisajes donde se observan figuras para la Galería de los Paisajes.
Igualmente se encomendó realizar en la ciudad de Nápoles a los artistas Giovanni Lanfranco, Domenichino y otros artistas que se encargaron de realizar más de treinta y cuatro cuadros con respecto a la historia de Roma, entre los que resalta El Combate de Mujeres realizado por José de Ribera.
Se realizó la prohibición de trasladar obras artísticas a otros palacios reales, y debido a la premura de Olivares por completar la decoración se tuvo que adquirir obras de coleccionistas para llegar a la suma de 800 obras que debían colgar en las paredes de esta infraestructura.
Entre los vendedores de estas obras, artistas se encontraba el artista Velázquez, quien en el año 1634 vendió al rey la obra artística La Túnica de José y La Fragua de Vulcano que pintó en la nación italiana, que es una obra que representa a la pintura barroca española.
Además, vendió otras obras, entre ellas ajenas como es una copia de la Dánae elaborado por Tiziano, además de cuatro paisajes, dos obras alegóricas a bodegones y otras dos obras pictóricas relacionadas con flores.
Luego de ello se requirió ornamentar la Torre de la Parada, donde se colocaron gran cantidad de obras representativas de la pintura barroca española, siendo la cantidad de sesenta y tres pinturas con motivos mitológicos, las cuales fueron encargadas en el año 1636 al artista Rubens.
Este pintor se encargó de dar los diseños y se acaparó la ejecución de catorce obras pictóricas en relación a los paisajes, además de vistas referente a sitios reales, que fueron realizadas por artistas de origen español como es el caso de Félix Castelo, José Leonardo.
Además de Velásquez, que contribuyó con obras relacionadas con Esopo y Menipo, además del retrato de Marte, siendo uno de los grandes ejemplos de la pintura barroca española.
También el Alcázar recibió gran cantidad de nuevas obras referentes a la pintura barroca española, demostrando admiración por sus temas, e incluso se formalizaron algunas protestas como fue el caso en el año 1638.
Desde la ciudad de Roma se trasladaron las obras pictóricas La Bacanal de los Andrios y La Ofrenda de Venus, siendo dos obras de gran admiración del artista Tiziano. Se forjaron una gran cantidad de protestas entre los artistas de la ciudad.
Además, se requirió una reordenación de los fondos. Entre los artistas que participaron se encuentra Velázquez, gran representante de la pintura barroca española por lo que se hizo una prioridad referente a los criterios de la estética.
Por lo que en la planta baja del palacio se encuentran las llamadas Bóvedas de Tiziano, donde se integraron treinta y ocho obras pictóricas.
Además de las poesías que solicitó Felipe II al propio Tiziano, en conjunto con El Bacanal y otras obras de arte de origen veneciano como son Las Tres Gracias de Rubens, Eva del artista Durero.
Otras obras pertenecientes a Ribera, como es el famoso Jordaens, además de Tintoretto, donde resaltan las figuras femeninas, principalmente referidas al desnudo. Con la intención de poder completar esta serie de cuadros, necesitó Velázquez trasladarse hacia la nación italiana en el año 1648.
Con la orden de compra de esculturas y contratar a un profesional dedicado en la pintura al fresco, siendo destacado para ello Angelo Michele Colonna y Agostino Mitelli.
Se continuaron las obras en el Alcázar y en el año 1649 a Francisco Camilo se le encargó una serie de escenas conocidas como la Metamorfosis de Ovidio, las cuales no fueron del agrado del rey.
También destaca en la pintura barroca española los ornamentos escenográficos referentes a las representaciones del ámbito teatral, como se pueden apreciar en el Buen Retiro, y en ellos estuvo la mano de obra de los ingenieros de origen italiano Baccio del Bianco y Come Lotti.
Quienes se encargaron de introducir las tramoyas, además de los juegos de alteraciones toscanas, siendo el director de los teatros reales Francisco Rizi. Hoy en día se conservan dibujos relacionados a los telones.
También participaron otros artistas, como es el caso del granadino José de Cieza, quien era pintor de perspectivas y gracias a ello obtuvo el ambicionado título del Pintor del Rey.
Resalta en la pintura barroca española las decoraciones efímeras relacionadas con arcos triunfales y las fachadas con intenciones festivas, las cuales eran patrocinadas por el Ayuntamiento o por gremios de intelectuales. Fue otra fuente de ingresos para los artistas.
Pero en este tipo de obras se observó que eran de orden profano, pero no por ello dejaron de representar a la pintura barroca española. Entre ellas resaltan Las entradas en Madrid de Mariana de Austria, era la segunda esposa de Felipe IV.
Además de las dos esposas de Carlos II, siendo María Luisa de Orleans y María de Neoburgo, donde participaron artistas especializados en el relieve, como es el caso de Claudio Coello.
Con respecto a la clientela en el ámbito privado, en lo que respecta a la pintura barroca española es poco lo que se puede expresar debido a los pocos datos disponibles. Se puede hablar específicamente de la nobleza que se interesó en ornamentar sus capillas privadas.
Aunque algunos miembros de la alta nobleza, que eran cercanos al rey, se encargaron de realizar funciones en regiones de Italia, al igual que en Flandes, tuvieron la posibilidad de hacerse acreedores de grandes colecciones de obras artísticas.
Un ejemplo de ello se puede apreciar con los virreyes de Nápoles, que adquirieron obras de la pintura barroca española realizadas por Ribera. Después se encuentra Alonso Cano que se hizo acreedor de obras de Olivares, siendo unos originales mecenas en lo que respecta a la colección de obras en Europa.
Uno de los investigadores de la pintura barroca española, de nombre Carducho, comenta que existían para ese momento alrededor de veinte coleccionistas de gran importancia en España, como es el caso del marqués de Leganés, quien sentía una fuerte atracción por la pintura flamenca.
También se puede mencionar a Juan Alfonso Enríquez de Cabrera, quien era Almirante de Castilla y recibió de su señora madre Vittoria Colonna una gran cantidad de obras religiosas donde se evidenciaban obras originales y algunas copias de Rubens, Correggio, Tintoretto y Tiziano.
Muchos de la alta alcurnia preferían obras de artistas foráneos, lo que hacía que se redujeran los trabajos realizados por los artistas criollos de España.
Aunque hay que destacar que muchas obras estaban sin la firma de su autor y cuando las llevaban, no siempre eran propias del artista, sino una burda copia, tal es el caso del marqués del Carpio, cuya colección oscilaba alrededor de las dos mil piezas.
Entre estas obras resaltaba la Venus del Espejo, realizada por Velázquez, gran artista de la pintura barroca española. Además, existían obras realizadas por otros artistas como son Angelo Nardi y Juan van del Hamen.
Además, en su inventario también existían obras de segundo rango, como es el caso de Gabriel Terrazas, Juan de Toledo e incluso copias de grandes artistas como es el caso de Rubens, Velázquez, Tiziano que fueron realizadas con gran maestría por parte de Juan Bautista Martínez del Mazo.
Con respecto a la colección que habían adquirido los duques de Benavente, se observaban obras referentes a la pintura flamenca e italiana, aunque el grosso de la colección lo conformaban obras de la pintura barroca española realizadas por Murillo, alrededor de cuarenta obras pictóricas.
Otra colección de gran excepcional belleza era la del Almirante Juan Gaspar Enríquez de Cabrera, quien era el protector de Juan Alfaro, por ordenanza de sus fondos para realizar un museo.
Estos cuadros se distribuían en diversas salas tópicas referentes a las naciones, al igual que bodegones y marinas. Igualmente se evidencian grandes obras de maestros influyentes, tal es el caso de Rafael, Rubens, Ribera, Pedro de Orrente y Bassano.
Cada artista con su propia pieza elaborada. Además, destaca en la pintura barroca española el Sueño del caballero de Pereda, al igual que obras de otros artistas como es el caso de Carreño y Antolinez.
Poco se sabe si en las otras clases sociales se podía saber si ellos disfrutaban de coleccionar obras referentes a la pintura barroca española, aunque era habitual la posesión de obras pictóricas como parte del ajuar de la vivienda.
De acuerdo al registro toledano de los inventarios de la segunda mitad del Siglo XVIII, conservados actualmente, se puede hablar de un género de pinturas que se conservaban en los hogares de las demás clases sociales, donde la mayoría pertenecen a tópicos de índole religioso.
Los Artistas y su consideración en la sociedad
Es importante resaltar la poca consideración social otorgada a los artistas, ya que consideraban este oficio algo mecánico y solo hasta el siglo XVIII fueron reconocidos.
Pues en el anterior siglo fueron menospreciados, tal es el caso del arduo esfuerzo por parte de Velázquez por ser admitido en la Orden de Santiago, en aras de buscar el reconocimiento social.
Es importante destacar que la costumbre de iniciar a la profesión en edades tempranas no favorecía la formación intelectual, siendo pocos los artistas que se preocupan por adquirir una formación cultural. Entre las excepciones a esta regla resaltan en la pintura barroca española Francisco Pacheco, quien fuese maestro de Velázquez, y se afanó en rodearse de intelectuales con los que mantenía comunicación mediante las cartas.
Otro fue Diego Valentín Díaz en la ciudad de Valladolid, donde tenía una biblioteca que constaba con quinientos setenta y seis (576) volúmenes.
Existieron artistas que eran totalmente analfabetos. Tal es el caso de Antonio de Pereda, que de acuerdo a Palomino no sabía leer ni escribir, pero le gustaba que le leyesen libros referentes a la cultura general.
De acuerdo al Concilio de Trento, la iglesia se encargó de establecer nuevas reglas referentes a la moralidad, las cuales eran mucho más exigentes.
Entre ellas, estaban prohibidos los desnudos, por lo que se editaron varios tratados referentes a la castidad, reprobando el acto de pintar desnudos.
Se observa que en ese momento histórico de la pintura barroca española, algunos desnudos eran utilizados para representar a Eva y Adán, al igual que otros santos mártires. Al igual que en las iglesias, en las cortes se observaba una gran cantidad de desnudos en las obras artísticas.
Por lo cual, fray Juan De Rojas y Auxa propuso cubrir con velos estas obras artísticas cuando las damas estuviesen en presencia de estos cuadros.
Por lo que este tabú en relación al desnudo fue incidiendo en las obras de algunos artistas, como es el caso de Francisco Pacheco, quien aconsejaba a los artistas a solo imitar cabezas y manos de los modelos y lo demás realizarlo frente a estampas o estatuas.
Aunque a mediados del siglo XVII, la mayoría de las academias de arte fomentaban el estudio artístico a través de un modelo vivo, en la mayoría de los casos masculinos.
Un ejemplo de ello se puede evidenciar en los Principios Para Estudiar El Nobilísimo Arte de la Pintura en el año 1693, creado por José García Hidalgo.
Diversos Géneros en la Pintura Barroca Española
Se observaron en el arte una gran diversidad de géneros representativos de la pintura barroca española y en este interesante artículo te explicaremos cada uno de ellos, siendo los siguientes:
Pintura Religiosa
De acuerdo a las palabras de Francisco Pacheco, en lo que respecta a la pintura religiosa, es un género representativo de la pintura barroca española y expresa lo siguiente:
“…el fin principal de la pintura era persuadir a los hombres a la piedad y llevarlos a Dios…”
Por lo que puedes evidenciar el aspecto realista de la pintura barroca española en lo que respecta al ámbito religioso en la primera mitad del siglo XVII.
Se aceptaron de forma pronta las corrientes naturalistas, por lo que el artista se siente fiel a la religión cuando forma parte del hecho que plasma en las obras artísticas.
El espacio de mayor honor para la pintura barroca española era el retablo mayor de los santuarios religiosos, aunque en los retablos menores también se colocaban obras en las capillas y naves laterales.
Un ejemplo de ello es el retablo de El Escorial que se encuentra dividido en calles y en cuerpos de forma mixta, donde se observa pintura barroca española y esculturas.
Luego, en la segunda mitad del siglo XVII se observa la imposición de enormes retablos, eliminando las escenas variadas para enfocarse en una escena central, siendo el momento histórico de la pintura religiosa y al final del siglo solo queda relegada al ático.
El cuerpo principal del retablo está conformado por madera tallada, siendo una gran etapa de la pintura barroca española, y gracias a la influencia del italiano Luca Giordano que se encontraba en la nación española, se inicia la pintura de frescos en las bóvedas de los templos religiosos.
Por lo que la pintura barroca española realiza representaciones de escenas triunfales, como es el caso de la Apoteosis de San Hermenegildo, realizada por Francisco de Herrera, mejor conocido como el Mozo.
Otro de los ejemplos de la pintura barroca española en el ámbito religioso, como es San Agustín, elaborado por Claudio Coello, estas obras se encuentran hoy en día en el Museo del Prado, donde se observa en estas obras composiciones donde dominan las líneas en forma diagonal y llenas de gran fortaleza.
Se observan en la pintura barroca española imágenes de santos, específicamente los de mayor devoción en la iglesia católica de diversos tamaños y las repeticiones eran frecuentes en el mismo taller entre los santos preferidos se encuentran los siguientes:
- Santa Teresa de Jesús
- San Ignacio de Loyola
- La Penitencia
- San Pedro
- La Magdalena
- San Jerónimo
- La Caridad
- La Limosna
- San Juan de Dios
- Santa Isabel de Hungría
- Mártires (testigos de la fe católica)
Con respecto al culto de la Virgen como el culto a San José, los cuales fueron fomentados gracias a las palabras de Santa Teresa de Jesús, aumentando el culto a medida que la iglesia protestante combatía con la fe católica.
Siendo imágenes representativas de la pintura barroca española, entre las que destaca La Inmaculada en la región española, siendo los principales en adquirir estas obras los monarcas disputados en defender el dogma que aún no había sido conceptualizado por el Papa.
Debido a ello, se realizaron en la pintura barroca española cuadros artísticos referentes a la Eucaristía, como se observa gracias al artista Claudio Coello en su obra artística Adoración de la Sagrada Forma que se encuentra en El Escorial.
Por lo que se observa que la pintura barroca española se utilizó para enfrentar las ideas de la religión protestante. Un ejemplo de ello es la Última Cena, donde se fomenta la consagración de la eucaristía.
Igualmente, los milagros de Cristo reflejaban las diversas obras de la misericordia, como se puede apreciar en las series de pinturas que realizó el artista Murillo para el Hospital de la Caridad de Sevilla, demostrando gran importancia en la pintura barroca española.
Es importante resaltar que se observan escasas imágenes alegóricas del Antiguo Testamento, pues existían reservas de esta lectura a los fieles de la fe católica. Los tópicos que se tomas en primera instancia se refieren a la venida de Cristo o alegóricas a ellas.
Como es el caso del Sacrificio de Isaac donde se manifiesta un significado analógico de la pasión de Cristo, y se representa gracias a la pintura barroca española.
El Género Profano
Debes estar al tanto que en la pintura barroca española se dieron otros géneros, aunque el que mayormente se conoce corresponde a los temas religiosos.
Ya que la iglesia era su principal cliente y el dinero pagado por ello era muy gratificante para los artistas de este movimiento artístico.
Por lo que podemos hablar de otros géneros en la pintura barroca española, como son el retrato y los bodegones. Aunque desde el año 1599 se encuentra en documentos la expresión referente a pintura de bodegón.
Una de las cualidades del austero bodegón español es opuesta a las ostentosas mesas de cocina de origen flamenco y es gracias al artista Sánchez Cotán, se define como un género conformado por composiciones sencillas donde se utilizan figuras geométricas, líneas duras y una iluminación tenebrista.
Fue tal el éxito de este género artístico de la pintura barroca española que otros artistas le secundaron en esta forma de pintura, que llegó a formar parte de las cortes reales, siendo los siguientes artistas de gran renombre:
- Felipe Ramírez
- Alejandro de Loarte
- Francisco Burgos Mantilla
- Juan van der Hamen y León
- Francisco Barrera
- Juan Fernández, mejor conocido como el Labrador
- Antonio Ponce
- Juan de Espinosa
- Francisco Palacios
La escuela sevillana también ayudó a conformar las cualidades del género de los bodegones, siendo los principales representantes Velázquez y Zurbarán, de la pintura barroca española. Es primordial resaltar que estos bodegones no se encontraban libres de la influencia de la región italiana, al igual que flamenca.
El género del bodegón español obtuvo una transformación en la mitad del siglo XVII cuando, gracias a la influencia flamenca, las imágenes representadas fueron más ostentosas y complejas a las iniciales. Se observa un desarrollo en la composición a modo teatral con contenido alegórico.
Ejemplo de esta forma de pintura barroca española se puede evidenciar en los cuadros de flores realizados por Juan de Arellano, e incluso en la obra artística de nombre Vanitas del artista Antonio de Pereda y otro gran artista, Valdés Leal.
Se observa la influencia extranjera, pues este género del bodegón español está enmarcado en la austeridad y sobriedad de sus formas que cambia con la influencia flamenca e italiana.
Aunque Velázquez dedicó tiempo y atención al género del bodegón español, el mismo obtuvo pocos cultivadores. Fue descalificada por Carducho, se pueden mencionar algunas obras realizadas por Loarte y otros cuadros artísticos que se atribuyen a Puga.
Ha mediados del siglo XVII, Murillo realiza la representación de niños mendigos, demostrando el vivir callejero en una escena de la pintura barroca española, dando inicio al género del retrato de una manera propia, muy alejada de la nobleza elitista de Europa.
En esta forma de pintura barroca española se fusiona la influencia griega, por lo que este género mezcla sus raíces con la escuela italiana de Tiziano, además de la pintura hispano-flamenca representada por el artista Antonio Moro y Sánchez Coello.
Demuestra una composición sencilla con poca ornamentación, pero que permite percibir las vivencias humanas de sus protagonistas, dando una dignidad al retrato a oposición de la contrarreforma. No necesariamente deben plasmarse en imágenes figuras de gran renombre.
Pues se puede retratar a un niño de la calle como al monarca de una nación. En lo que respecta al género del retrato de la pintura barroca española, un digno ejemplo de esta obra artística es El pie varo, también conocido como patizambo, realizado por José de Ribera en el año 1642.
Una de las cualidades que mayormente destaca de la pintura barroca española con respecto al género del retrato es la austeridad en comparación con otras escuelas, pues representa el alma de las figuras humanas que plasman en el lienzo.
Se observa un cierto punto de desconfianza y melancolía ante lo que depara la vida, desde un estilo natural al momento de plasmar los rasgos del modelo, muy alejado del clasicismo que defendían la mayoría de los teóricos del momento.
Una de las cualidades de la contrarreforma es la predominancia de lo real frente a lo que sería lo ideal, y es el género del retrato de la pintura barroca española.
Consolidándose en el siglo XVII con las obras artísticas de Velázquez, al igual que las obras referentes a retratos de Ribera, Zurbarán, Juan Ribalta. Esta cualidad se mantuvo en las obras artísticas de Goya.
Con respecto al género de retrato en la pintura barroca española, se hallan pocas obras relacionadas con el ámbito mitológico o histórico, y estos ejemplos han sido partícipes del coleccionismo.
En relación al siglo XVI se destaca en el siglo XVII el ascenso de obras relacionadas al ámbito mitológico, que no solo eran expuestas en las paredes de los palacios, estando al alcance de toda la sociedad, permitiendo una gran gama de iconos.
Con respecto a las pinturas relacionadas con el paisaje, las cuales se denominaban en la pintura barroca española como «países», fue tratada con menor impulso, pues la figura humana se encontraba en la cúspide del arte.
De acuerdo a las críticas de Carducho, los paisajes estaban adecuados para residencias que se encontraran en el campo o lugares de retiro y serían mayormente enriquecidos con alguna imagen sacramental o profana, lo cual expuso en su tratado denominado Diálogos de la Pintura.
Este punto de vista coincide con las palabras expuestas por Pacheco en lo que respecta a su investigación llamada Arte de la Pintura, donde comenta que los paisajes que realizaban artistas foráneos.
Entre ellos resaltan Cesare Arbasia, Muziano y Brill, quienes aprendieron esta técnica del ilustre artista español Antonio Mohedano, expresando lo siguiente:
“… es parte en la pintura que no se debe despreciar… pero son asuntos de poca gloria y estimación entre los antiguos…”
De acuerdo a las investigaciones que se han realizado demuestran que este género fue muy importante para los coleccionistas, y a diferencia con Holanda, en la nación española no se observan representantes auténticos, aunque se pueden mencionar los siguientes:
Ignacio de Iriarte, quien era activo en Sevilla, al igual que Francisco Collantes y Benito Manuel Agüero, en la ciudad de Madrid, son destacados por las pinturas de paisajes con o sin figuras, además del cordobés Antonio del Castillo.
Escuelas de la pintura barroca española
En la primera mitad del siglo XVII, se observan grandes centros de producción en lo que respecta al movimiento de la pintura barroca española, siendo los principales los ubicados en la ciudad de Toledo, Sevilla, Valencia y Madrid.
Es importante destacar que en la segunda mitad del siglo XVII decae en jerarquía la escuela de Toledo y la de Valencia, aumentando el valor de las obras de la pintura barroca española en la ciudad de Madrid y en Sevilla, pero siempre existían artistas de cierta importancia en las diversas regiones de la nación española.
La escuela en la ciudad de Madrid
A inicios del siglo XVII, tanto en la ciudad de Madrid como en Toledo, una gama de artistas con influencia de artistas foráneos de la nación italiana, que llegaron a la nación española a laborar en el gran Monasterio de El Escorial. Entre ellos resalta Eugenio Cajes entre los años 1575 y 1634.
Además del artista Vicente Carducho, entre los años 1576 y 1638, donde debido a la construcción de este insigne templo religioso se formaron grandes artistas de la pintura barroca española.
Como es el caso de Sánchez Cotán, además de Francisco Ribalta, quienes se encontraban absortos con la obra artística de Orazio Borgianni.
Además de las obras pictóricas de Carlo Saraceni, las cuales fueron ganadas para la Catedral de Toledo, gracias al Cardenal Bernardo de Sandoval y Rojas, quien era un coleccionista y muy atento de todas las tendencias artísticas provenientes de la nación italiana.
Referente a tópicos religiosos con gran realismo en la pintura barroca española, sin eliminar el ornamento que en la ciudad de Roma muchos reprochaban al gran artista Caravaggio.
Entre los que resaltan Juan van der Hamen, entre los años 1596 y 1631, que se encargó de plasmar bodegones, al igual que lienzos religiosos.
Además de retratos propios de la pintura barroca española, le sigue el gran artista de nombre Pedro Núñez del Valle, el cual se hacía llamar el Académico Romano.
Quien se encontraba influenciado por el clasicismo del artista boloñés Guido Reni, quien se encontraba inspirado por el caravaggismo y se encargó de plasmar paisajes y tópicos del ámbito religioso.
También podemos nombrar a Juan Bautista Maino, entre los años 1578 y 1649, quien, al viajar a Italia, se impresionó con las obras artísticas de Caravaggio y del artista Annibale Carracci, quien se caracterizó por utilizar colores claros y figuras escultóricas.
La Escuela de la Ciudad de Toledo
Debes saber que en la ciudad de Toledo se inició una escuela artística de la pintura barroca española, donde resaltan Juan Sánchez Cotán (1560-1627), quien fue un artista ecléctico, además de diverso, de quien resalta sus bodegones donde se evidencian las frutas y hortalizas.
No conoció la obra de Caravaggio, al igual que Juan van der Hamen, quienes se caracterizaron por un género similar al de los pintores holandeses, como es el caso de Clara Peeters y Osias Beert.
Al igual que artistas de origen italiano, como es el caso de Fede Galizia, quienes eran contemporáneos y su interés estaba en la iluminación tenebrista.
No les interesaban las complejas ilustraciones de la naturaleza muerta de otros artistas de origen holandés o flamenco. Por lo que las composiciones de Sánchez Cotán, en relación a los bodegones, son sencillas, algunas piezas ubicadas de forma geométrica en el espacio del lienzo.
Se comenta que Sánchez Cotán ordena sus elementos de acuerdo a la proporción y armonía de acuerdo al neoplatonismo, aunque no se han encontrado escritos referentes a ello.
Solo se utiliza el naturalismo a plasmar, como se evidencia en la obra Naturaleza Muerta con Frutos, donde plasma un bodegón que contiene membrillo, melón, pepino y repollo. Esta obra pertenece a la Fine Arts Gallery en San Diego.
En esta obra se observa la sencillez de cuatro frutos sobre un marco de forma geométrica en la parte inferior del lado izquierdo, resaltando el color negro en el centro del lienzo, al igual que en la mitad derecha, resaltando los detalles.
Es una obra de la pintura barroca española que llama la atención de los espectadores gracias al marco arquitectónico donde encaja los frutos.
Al igual que las piezas referente a la caza, haciendo alusión a las alacenas propias de la región española de ese momento histórico, además resalta por la perspectiva ilusionista que otorga a la obra.
Otro de los artistas de la pintura barroca española son Pedro Orrente y Luis Tristán, quien fue discípulo del artista Greco. Cuando se trasladó a la nación italiana entre los años 1606 y 1611, se caracteriza por una formación en el estilo tenebrista de corte personal.
Además de ecléctico, resaltando entre sus obras, el retablo mayor de la iglesia de Yepes en el año 1616.
Con respecto al artista Orrente, también residió en la nación italiana entre los años 1604 y 1612, donde se encargó de trabajar en el taller de los Bassano, en la ciudad de Venecia.
Su obra, realizada en las ciudades de Murcia, Valencia y Toledo, destacó en los temas religiosos, resaltando el realismo de las figuras, objetos y animales.
Como es el caso de San Sebastián en la Catedral de Valencia en el año 1616, además de la Aparición de Santa Leocadia en la Catedral de Toledo en el año 1617.
La escuela de la pintura barroca española en Valencia
Resaltan en esta escuela los artistas del estilo tenebrista Francisco Ribalta (1565-1628) y José de Ribera (1591-1652), que son clasificados en esta escuela valenciana, iniciando el siglo XVII.
El artista Ribalta se encontraba residenciado en la ciudad de Valencia desde el año 1599, y en esta localidad la pintura tenía las características del artista Juan de Juanes.
El estilo de Ribalta era propicio para la contrarreforma, ya que en sus obras se observaba una composición sencilla centrada en los personajes que demostraban emoción implícita, propio de la pintura barroca española.
Entre sus obras pictóricas, resaltan El Crucificado Abrazando a San Bernardo, al igual que San Francisco Confortado por un Ángel, las cuales se hallan en el Museo del Prado.
Otra de sus obras es La Santa Cena del retablo del Colegio del Patriarca, al igual que el retablo de Portacoeli, la cual se encuentra en el Museo de Valencia, donde destaca San Bruno.
Entre sus grandes estudiantes destaca su propio hijo Juan Ribalta, quien murió muy joven. También se encuentra Jerónimo Jacinto Espinosa.
Resaltan sus obras, como son El Milagro de Cristo del Rescate, del año 1623, al igual que la Muerte de San Luis Beltrán, en el año 1653, la Aparición de Cristo a San Ignacio, del año 1658.
Es importante destacar que José de Ribera, aunque se incluye en la escuela valenciana, trabajó siempre en la nación italiana desde el año 1611. No estuvo en Valencia y, estando en Roma, tuvo contacto con la influencia del artista Caravaggio, tomando el naturalismo tenebrista.
Sus obras pictóricas resaltan la sencillez de apóstoles y filósofos, donde emulaba las expresiones, incluso las arrugas. Se estableció en la ciudad de Nápoles y tuvo contacto con Velázquez, con respecto al claroscuro que se fue atenuando por la influencia del clasicismo veneciano.
Entre las obras que resaltan de este gran artista de la pintura barroca española se halla La Magdalena Penitente, la cual está resguardada en el Museo del Prado.
Al igual que el Martirio de San Felipe, El Sueño de Jacob, Santísima Trinidad, San Andrés e Inmaculada Concepción, estas obras pertenecen a las Agustinas de Monterrey en la ciudad de Salamanca.
Otra de las obras representativas de la pintura barroca española se encuentra La Cartuja de San Martino en la ciudad de Nápoles, la Comunión de los Apóstoles. Igualmente, plasmó unos lienzos referentes a paisajes, que pertenecen a la colección de los duques de Alba en el Palacio de Monterrey.
También se encargó de plasmar tópicos religiosos, encargados por los virreyes españoles en la ciudad de Nápoles, al igual que temas mitológicos, como es el caso de Venus y Adonis, Apolo y Marsias, La Visita de los Dioses a los Hombres, Sileno Borracho, sin olvidar una serie de retratos.
Como es el caso del ecuestre de don Juan José de Austria y el muy conocido retrato El pie varo, que responde específicamente al gusto del momento de la pintura barroca española, al igual que La Mujer Barbuda, para el III duque de Alcalá.
Con respecto a la Escuela Andaluza
A principios del siglo XVII, en la ciudad de Sevilla se encontraba en boga una pintura de corte tradicional con influencia holandesa, siendo su mejor representante el artista manierista Francisco Pacheco, quien era el suegro y maestro del grandioso Velázquez (1564-1654).
Fue un erudito pintor que se encargó de realizar un tratado bajo el título El Arte de la Pintura, que se publicó luego de su ausencia física. Es primordial que sepas que un clérigo de nombre Juan de Roelas (1570-1625) fue el artista que incluyó el colorismo a la usanza artística veneciana en la ciudad de Sevilla.
Debido a este dato, se le considera el padre de la pintura barroca española en la Baja Andalucía. Sus obras resaltan por el estilo barroco luminoso y colorista, que tiene su antecedente en la pintura del estilo manierista.
Entre las obras que resaltan de este representante de la pintura barroca española, resaltan El Martirio de San Andrés, que se encuentra en el Museo de Sevilla.
Debes saber que esta primera generación de artistas que representan la pintura barroca española finaliza con Francisco Herrera, mejor conocido como El Viejo (1590-1656), siendo maestro de arte de su propio hijo, Herrera El Mozo.
De acuerdo a las investigaciones efectuadas, este artista de apellido Herrera sería parte de la transición del manierismo hasta el movimiento del Barroco.
Del cual fue promotor gracias a sus cualidades artísticas, como es la pincelada vertiginosa y el realismo propio de la pintura barroca española.
Es primordial que comprendas que la ciudad de Sevilla se encontraba en pleno auge económico gracias al comercio con América, donde se formaron grandes artistas de la pintura barroca española, como es el caso de Zurbarán, Velázquez y Alonso Cano.
Con respecto a Francisco de Zurbarán (1598-1664), es el máximo representante de la pintura barroca española en el ámbito religioso, por lo cual era conocido en su época como el pintor de los frailes.
Destacan también sus bodegones, aunque se dedicó a ellos de modo eventual. Una de sus cualidades es el estilo tenebrista, donde incluye una composición simple y realista de los objetos y personas que plasmaba en sus lienzos.
Resaltan grandes series de obras artísticas referidas a distintas órdenes religiosas del dogma católico, entre los que destaca los cartujos de la ciudad de Sevilla, al igual que los jerónimos de la Sacristía del Monasterio de Guadalupe. Entre sus obras destaca:
- Fray Gonzalo de Illescas
- Inmaculada
- Fray Pedro Machado
- La Misa del Padre Cabañuelas
- San Hugo en el Refectorio de los Cartujos
- La Visión del Padre Salmerón
- Tentación de San Jerónimo
- Santa Catalina
Con respecto a otro gran representante de la pintura barroca española, como es Alonso Cano (1601-1667), se le considera el fundador de la escuela barroca granadina. En primera instancia fue tenebrista, luego cambió este estilo.
Pues conoció la pintura veneciana en las colecciones reales, al ser nombrado pintor de cámara, gracias al Conde-duque de Olivares. Es primordial que sepas que Alonso Cano y Velázquez fueron amigos y compañeros de clases.
En el taller del maestro Francisco Pacheco, donde acogió formas idealizadas, al igual que las clásicas, no le gustaba el realismo de sus coetáneos.
Entre las obras más representativas de este artista de la pintura barroca española se encuentran los lienzos referentes a la Vida de la Virgen, que actualmente se encuentran en la Catedral de Granada.
Velázquez y su influencia en la pintura barroca española
En este siglo se encuentra la máxima figura de Diego Velázquez, siendo uno de los grandes genios creativos de la pintura barroca española. Este gran artista nació en la ciudad de Sevilla en el año 1599 y fallece en la ciudad de Madrid en el año 1660.
Demostró un gran dominio de la luz y la oscuridad, siendo un gran retratista de la pintura barroca española. Con respecto a sus retratos, no solo plasmó en lienzos a los reyes y sus familias, sino también a otras figuras, como es el caso de los bufones de la corte.
Con respecto a estos personajes, los realza de gran decencia y formalidad en su profesión, demostró en su época ser un gran artista reconocido por otros artistas de gran renombre.
Tal es el caso de Vicente Carducho, aunque estaba inmerso en el clasicismo, tachaba el naturalismo como un arte menor.
En sus inicios, en la ciudad de Sevilla, el artista Diego Velázquez se encargó de plasmar imágenes referentes a escenas de género, donde otros pintores como Francisco Pacheco y Antonio Palomino llamaron o catalogaron como bodegones.
Donde hacían modelos de cuadros de cocina, los cuales fueron creados por artistas de origen flamenco como es el caso de Beuckelaer y Aertsen, del sur de los Países Bajos.
Que estaba bajo el dominio de Los Austria, por lo que existía un gran auge económico comercial entre las regiones de Flandes y Sevilla.
Siendo estas imágenes las iniciales en dar fama a este artista, pues no realizó simples obras, sino escenas de género, los cuales pueden evidenciar en diversos museos de la nación española.
Resaltando lo fascinante que eran estas composiciones artísticas, muy llamativas para la sociedad europea. Entre ellas resaltan:
- El Almuerzo, creado en el año 1617 en el Museo del Ermitage
- Vieja friendo huevos, el año 1618, el cual se encuentra en la Galería Nacional de Escocia
- Cristo en casa de Marta, del año 1618, ubicado en la National Gallery de Londres
- El Aguador de Sevilla, creado en el año 1620, se encuentra en el Apsley House
En estas escenas se observan detalles referentes a los bodegones distintivos, donde se presentan jarras, realizadas con elementos como la cerámica, al igual que pescados.
Además de huevos, con gran realismo en un lienzo que se caracteriza por el ambiente tenebrista, donde utiliza una paleta con pocos colores.
Debes estar al tanto que este artista, Diego Velázquez, no solamente realizó obras artísticas referentes al ámbito religioso, también se encargó de plasmar retratos cortesanos, al igual que temas históricos, entre los cuales resalta La Rendición de Breda.
También demostró un excelente trabajo en la pintura barroca española, referente a los temas mitológicos, donde destaca El triunfo de Baco, La Fábula de Aracne, La Fragua de Vulcano, entre otros.
Entre su gran creatividad se encuentran los bodegones y paisajes, al igual que algunos desnudos femeninos, propios de este arte, como es el caso de la Venus del Espejo.
Este gran artista de la pintura barroca española recibe la influencia del tenebrismo de Caravaggio, al igual que del gran Rubens, permitiendo la fusión de estas corrientes que resaltan en esta obra de gran carácter realista, propia de Velázquez.
Demostró un gran ingenio creativo artístico en el manejo de la luz y el espacio en la pintura barroca española, debido a ello se le considera una figura de gran relevancia del tenebrismo de la primera mitad del siglo XVII y del movimiento Barroco en la segunda parte del mismo siglo.
Una de sus principales características es el efecto realista de gran profundidad, demostrando en sus lienzos una atmósfera donde se observa un polvillo que flota entre las figuras.
Que plasma en sus lienzos, demostrando un gran dominio de la perspectiva volátil, como resalta en una de sus grandes obras, las Meninas.
Entre las obras de Velázquez se encuentran inmiscuidos otros grandes artistas, como es el caso del pintor Juan de Pareja (1610-1667) y el de su yerno Juan Bautista Martínez del Mazo (1605-1667), quien fue su ayudante. Después de aprender el estilo, se volvió un artista independiente.
Con respecto a la Segunda Mitad del Siglo XVII
En esta etapa de la pintura barroca española ya no se encuentra bajo el dominio de Caravaggio, sino se evidencia la influencia que demuestra el movimiento barroco flamenco de corte rubensiano, al igual que el barroco italiano.
Se evidencian otros tipos de cuadros donde la luz y las sombras no resaltan, sino se toma en cuenta un penetrante cromatismo que hace alusión a la escuela de origen veneciano.
Además, se incluye en la pintura barroca española una teatralidad, la cual es algo muy singular de esta pintura barroca española.
Este tipo de pintura barroca española se utiliza para expresar el triunfo de la Iglesia, gracias a la contrarreforma, y al mismo tiempo se emplea para sobrellevar la decadencia del imperio español.
Se observan efectos de escenas e ilusiones ópticas; ingresan temas referidos a las vanitas con la intención de demostrar a los espectadores.
La vanidad de los objetos terrenales, referida a lo frágil de la vida y lo breve que puede ser la existencia. De allí la importancia de disfrutarla.
A diferencia de las vanitas holandesas, en la pintura barroca española, se refuerza el ámbito religioso, empleando tópicos sobrenaturales para la atención de los fieles de la Iglesia Católica.
La Escuela de Madrid
Se observa una transición en la pintura barroca española desde el tenebrismo al barroco pleno y entre los mejores representantes de esta escuela madrileña.
Resalta entre los artistas Juan Andrés Rizi (1600-1681), al igual que Francisco de Herrera, mejor conocido como El Mozo (1627-1685), hijo de Herrera El Viejo.
Con respecto a Francisco Herrera, el Mozo estudió desde muy chico en el taller de su padre, quien fue el encargado de darle las primeras enseñanzas de la pintura barroca española. Luego, a una edad considerable, se traslada a Italia y regresa nuevamente a España en el año 1654.
A su regreso, difunde lo aprendido, el barroco decorativo de origen italiano, tal como se destaca en la obra artística San Hermenegildo, que se encuentra en el Museo del Prado. Fue tal su influencia que recibió el cargo de presidente de la Academia de Sevilla.
Es primordial que sepas que el presidente de esta Academia se encontraba presidido por Murillo, aunque se encontraba absorto en sus trabajos artísticos en la ciudad de Madrid, con respecto a la pintura barroca española.
Otro de los artistas que también representaron la pintura barroca española de este momento era Antonio Pereda (1611-1678), el cual se enfocó en el ámbito religioso en diversas iglesias y conventos de la ciudad de Madrid.
Se encargó de plasmar unas cuantas vanitas en donde expresa la rapidez con que se acaban los placeres terrenales, demostrando cualidades que lo acercan al género del bodegón, convirtiéndolo en un subgénero del mismo.
Recuerda que el bodegón se refiere a la naturaleza muerta, y una de este tipo de pintura barroca española realizada por este grandioso artista es El Sueño del Caballero, la cual se encuentra en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Donde se muestra al caballero durmiendo, mientras en su entorno se observa una gama de vanidades propias de este mundo, resaltando las insignias que otorgan poder, como son el globo del planeta tierra y las coronas, además de objetos muy apreciados como son las joyas, el dinero y los libros.
Todo esto, alrededor de las calaveras y flores que prontamente pierden su belleza. También puedes evidenciar la luz de una vela que está a medio gastar, demostrando que el tiempo de la vida es fugaz y el ángel lo certifica, pues lleva una cinta que lleva unos dibujos y una inscripción:
“…AETERNE PUNGIT; CITO VOLAT ET OCCIDIT… El Tiempo hiere siempre, vuela rápido y mata…”
Esto es como una advertencia para los espectadores de la pintura barroca española, donde el artista Antonio Pereda desea expresar a través del arte lo siguiente:
“…La fama de las grandes hazañas se desvanecerá como un sueño…”
Otro ejemplo que se puede evidenciar es la obra artística Alegoría de la Vanidad de la Vida, que se encuentra en el Kunsthistorisches en la ciudad de Viena.
En la obra se observa una figura con alas y a su alrededor se vuelven a repetir los tópicos de la obra anterior, como es el caso del globo terráqueo, las calaveras, un reloj, además de dinero.
Aunque en otras obras representativas de la pintura barroca española en cuanto a las vanitas pueden contener pocos elementos, como es el caso de las calaveras y el reloj.
Como se observa en el Museo de Zaragoza, donde los acomodará de acuerdo a su ingenio creativo, permitiendo composiciones complejas.
La pintura barroca española de esta segunda mitad del siglo es representada por varios artistas, entre los cuales podemos mencionar a los siguientes:
- Francisco Rizi (1614-1685), quien fuese hermano de Juan Ricci
- Juan Carreño de Miranda (1614-1685), siendo el segundo mejor retratista
- Diego Velázquez, es el mejor retratista de la pintura barroca española, siendo muy célebres sus cuadros de la reina viuda Mariana de Austria y Carlos II
- Mateo Cerezo (1637-1666), discípulo de Velázquez y admirador de Tiziano, además de Van Dyck
Podemos mencionar a otros artistas representativos de la pintura barroca española, como es el caso de José Antolínez, quien fuera estudiante del artista Francisco Rizi.
Quien tenía una gran influencia de origen veneciana y holandesa fue autor de diversas obras del ámbito religioso, resaltando sus obras artísticas referentes a las Inmaculadas.
Se observa la influencia de Velázquez en lo que respecta a la paleta de colores utilizada, donde es seleccionado los colores plateados. También podemos hablarte de Sebastián Herrera Barnuevo, quien fue estudiante del artista Alonso Cano.
Fue polifacético, además de arquitecto, fue pintor y escultor, resaltaron sus obras artísticas referentes al retrato, demostrando un estilo similar a la escuela veneciana, como es el caso de Veronés y Tintoretto.
Para finalizar con la escuela madrileña, uno de sus últimos representantes de la pintura barroca española corresponde al artista de origen madrileño Claudio Coello (1642-1693), quien se especializó como pintor de corte.
Aunque sus mejores obras artísticas están relacionadas con el ámbito religioso, además del dibujo y la perspectiva, con influencia de Velázquez.
Más una gran teatralidad que hace alusión a los trabajos artísticos de Rubens, como es la obra La Adoración de la Sagrada Forma, además del Triunfo de San Agustín.
La Escuela Andaluza
Se observa a la escuela de Sevilla, la pintura barroca española, que es representada por el artista Murillo, al igual que otro gran artista de nombre Valdés Leal, quienes fueron los fundadores en el año 1660 de la Academia de Sevilla, donde se afiliaron gran cantidad de pintores.
El nombre completo de este gran representante de la pintura barroca española es Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682). Se le admira especialmente por su obra referente a las Inmaculadas, además de las representaciones con gran sentimiento del Niño Jesús.
Aunque en su momento histórico, Murillo fue muy apreciado. Gracias a las escenas de géneros, tal es el caso de los chicos, que demuestran cómo se vive en la marginalidad. Ejemplo de ellos son: Niños comiendo fruta y el Niño mirando por la ventana.
Demuestra una transformación la pintura barroca española, dejando atrás el estilo tenebrista. En lo que respecta a su primera época, se reconocen las siguientes obras: La Sagrada Familia del Pajarito y el Ciclo del Convento de San Francisco de la ciudad de Sevilla.
Luego, a través de sus obras artísticas, se evidencia que la pincelada se vuelve más ligera y se enriquece con la paleta cromática, permitiendo una pincelada mucho más suelta y ágil.
Se observa que Murillo plasmó imágenes que se adecuaran al gusto de la sociedad burguesa, donde los lienzos representan obras artísticas con temas suaves, sin dramatismo, eliminando los aspectos negativos de la vida diaria.
Con respecto al ámbito religioso de la pintura barroca española, Murillo realizó gran cantidad de obras artísticas, entre las que resaltan El Martirio de San Andrés, El Buen Pastor, Rebeca y Eliezer, San Justa y Rufina, La Anunciación, además de varias versiones referente a La Inmaculada Concepción.
Esta última imagen se convirtió en un modelo emblemático que se siguió copiando durante todo el siglo, sin dejar de obviar los medios puntos que realizó para la iglesia sevillana de nombre Santa María La Blanca, con el Sueño del Patricio, sin olvidar los retratos muy elegantes, similares a los del artista Van Dyck.
También podemos hacer mención del artista de origen cordobés, Juan de Valdés Leal (1622-1690), dos de sus obras son muy conocidas hoy en día, como es el caso de las Decadencias que plasmó para el Hospital de la Caridad de la ciudad de Sevilla.
Son excelentes composiciones complejas donde se observa el triunfo de la muerte sobre la vida. La muerte es simbolizada a través de las calaveras y esqueletos, mientras que las vanidades son representadas mediante los libros y las armaduras.
Donde demuestra que la muerte no hace distinciones de clases, como se plantea en la obra Danzas de la Muerte. Se observa que el estilo de Valdés Leal es dinámico y hasta violento, donde se encarga de primar al color sobre la obra dibujada.
En relación al Siglo XVIII
En lo que respecta a los primeros años del siglo XVIII, se observa que se mantiene la pintura barroca española hasta que se introduce un nuevo movimiento artístico, conocido como el Rococó, que tiene gran influencia de la nación francesa.
A mediados del siglo XVIII, llegan a la nación española Los Borbones, los cuales se encargaron de traer gran cantidad de artistas foráneos a la corte española, entre los que se puede mencionar Louis-Michel Van Loo, Michel-Ange Houasse y Jean Ranc.
A pesar de ello, en varias regiones de la nación española se continuó la labor de la Escuela de Sevilla, como es el caso de los discípulos del artista Murillo, hasta el año 1750. Y aunque la corte producía transformaciones en lo que respecta a la pintura.
En los templos religiosos y la nobleza regional se mantenía fiel a la pintura barroca española, por lo cual se observa una continuidad de este arte hasta el siglo XVIII.
Entre las figuras artísticas que representan la transición de la pintura barroca española se encuentra Acisclo Antonio Palomino (1655-1726), quien se encargó de una gran actividad artística durante el siglo XVII y XVIII.
Primero inició la profesión religiosa, pero la misma fue abandonada gracias a su pasión por la pintura barroca española. Se trasladó desde su ciudad natal de Córdoba a la ciudad de Madrid en el año 1678, donde recibió clases de los artistas Claudio Coello y Carreño.
Luego de diez años de estudio y práctica, en el año 1688, este gran artista asciende al cargo de pintor del rey. Por ello, recibe entre sus asignaciones pintar las bóvedas de la Capilla del Ayuntamiento de la ciudad de Madrid, trabajo que realizó entre los años 1693 y 1699.
Además, trabajó en conjunto con otro gran artista de la pintura, como es el caso de Luca Giordano, quien le enseñó todo lo referente al barroco de origen italiano.
En los años 1697 y 1701, se encarga de realizar los frescos de la Iglesia de los Santos Juanes, ubicada en la ciudad de Valencia, luego en otro lapso de tiempo, de 1705 a 1707, le encargan ornamentar el Convento de San Esteban en la ciudad de Salamanca.
Con respecto a los inicios de este artista se enmarca en el estilo de la Escuela de Madrid, con influencia del artista Claudio Coello, pero luego de la