Las piedra bruja o hagstone, son unas curiosas piedras con agujero que cuentan con una gran cantidad de historias y supersticiones en Europa. De hecho, están consideradas unos de los amuletos más antiguos en el continente Europeo. Además de ser amuletos protectores, son símbolos de buena suerte, se dice que aquellas parejas que se comprometan sujetando una de estas piedras tendrán una unión eterna.
En este artículo vamos a hablar de piedras, de superstición y del folklore europeo. Una tradición que va desde la Península Ibérica hasta Rumanía. Porque una cosa está clara, siempre han habido brujas, duendes y seres sobrenaturales, y junto a ellos ha habido una gran cantidad de amuletos para poder protegernos del mal que pudieran ocasionarnos.
¿Qué es la piedra bruja?
La piedra bruja es una piedra agujereada de forma natural por el agua, bien de río bien de mar. Dicho así suena a algo sencillo ya que la tradición no habla de que tenga que ser una piedra de un material en concreto, aunque las de sílex suelen ser la predilectas por muchos.
Cuando encontramos una piedra de estas características, se asocia a la buena suerte y nos protegerá de una gran cantidad de males. Se cuenta que quien encuentra una piedra bruja no debe regalarla, debe quedársela y es un amuleto que si puede pasar de padres a hijos.
Podemos encontrar a estas piedras referidas por una multitud de nombres: hagstones, holey stones, witch stones, fairy stones, gloin nan druidh, piedra de víbora, etc…
El agujero de la piedra según la tradición
La tradición cuenta que el origen de la piedra se encuentra en las serpientes. Según algunos lugares cuentan que las serpientes al morder la piedra hacen sus agujeros, de ahí que algunos sitios tengan un nombre relacionado con las serpientes como el de piedra de víbora.
Talismanes contra la brujería
Las piedras con agujero han sido utilizadas como talismanes para protegerse de la brujería y de otros seres del mundo feérico. El folklore cuenta que si miramos a través de sus agujeros con atención veremos seres sobrenaturales.
Pero vamos a lo interesante: ¿para qué sirven?, ¿Cómo se usan? La protección de la piedra de bruja era contra posibles visitantes nocturnos no deseados, protegía de todas las pesadillas y terrores de la noche como: brujas, duendes, monstruos, etc..
Como dato curioso, cuando no se sabía lo que era la apnea del sueño, mucha gente dio respuesta a estos episodios donde se sufría falta de respiración o incluso ahogos mientras dormían. La explicación fue dada a estos duendes nocturnos que se sentaban en el pecho y provocaban graves problemas. Unas criaturas que los ingleses llamaban «nigth mare» y de donde procede procede su actual nombre para las pesadillas que es: nigthmares. Si nos fijamos en la palabra española también nos indica este problema nocturno de las apneas pesa-dilla.
Se decía que una piedra bruja bajo la almohada, o cerca de la cabecera de la cama protegía de estos seres y de los males respiratorios que podían provocar. Incluso era habitual colgar una sobre la cuna de los bebés.
No solo protegían a los humanos
Los seres sobrenaturales nocturnos siempre están presente en el folklore de los distintos lugares, y estos seres no atacaban solo a los humanos. Por ello, la piedra bruja no estaba destinada exclusivamente a los humanos, también protegía el ganado o a los caballos. Se decía que los seres nocturnos podía ahogar a un caballo o podían ordeñar a las vacas para que no tuvieran leche por el día.
También se podían proteger las casas haciendo amuletos de hierro y con una piedra bruja y colgándolos del techo de la casa. Otra opción era llevar una piedra como si fuera un llavero con las llaves de nuestro hogar. Era habitual en muchas casas hacer un móvil donde hubiera llaves, herraduras y otros amuletos de buena suerte y protección además de la piedra bruja. De esa manera, se conseguía un amuleto para el hogar completo.
Su belleza
Como amuleto parecen bastante interesantes, y además, mucha gente las recoge exclusivamente por su belleza. Son piedras pulidas, lisas, brillantes y suaves debido al agua. Nunca hay dos iguales y los agujeros pueden hacer maravillas en la estética de estas piedras. Los tamaños son tan variados como las piedras que puede arrastrar un río, pero lo ideal es piedras que podamos llevar encima para usarlas bien por estética bien por protección. Las piedras grandes habría que reservarlas para la protección de las casas.
El interés por estos objetos a día de hoy a resurgido por varios motivos. Por un lado, por su estética. Por otro lado, como amuletos protectores de lo malo y también como ayuda a la espiritualidad, ya que no solo se ven seres malignos a través de sus agujeros, también se puede ver el mundo espiritual.