La lluvia de estrellas conocida como las Perseidas o las Lágrimas de San Lorenzo es un fenómeno que sucede cuando la tierra atraviesa los residuos dejados atrás por la cola de un cometa.
Pero además de la parte cientítica, las Perseidas tienen su parte mitológica, su origen está en las tradiciones griega y católica.
¿Qué son las perseidas?
Cada cierto tiempo, el movimiento de traslación de la Tierra hace que pase por un campo repletos de los restos de la cola del cometa Swift-Tuttle. Estos restos entran en combustión y producen estrellas fugaces. Un destello que no dura ni un segundo y que es justo lo que podemos ver desde la Tierra cuando miramos el cielo.
¿Cuándo pueden ser vistas las perseidas?
Esta lluvia de estrellas fugaces puede verse todos los años hacia mediados del mes de agosto. En concreto unos días después del 10 de agosto, día en que se hace una festividad en torno al martirio del Santo. De ahí el nombre de «Lágrimas de San Lorenzo».
El origen de las Lágrimas de San Lorenzo en el catolicismo
San Lorenzo fue uno de los siete diáconos regionarios de Roma. Hay muchos que sitúan el nacimiento del santo en Huesca, aunque otros lo ubican en Valencia o en Tarragona. Sería ordenado diácono con el nombramiento de Sixto como Papa. Este es el motivo de que sea patrón de los Diáconos. Era el encargado de administrar los bienes de la Iglesia y del cuidado de los pobres, en estas tareas es considerado de los primeros archivistas y tesoreros que existieron y de ahí que sea patrón de los bibliotecarios.
Es uno de los santos más venerados del cristianismo y en su honor se han erigido iglesias y monasterios como el de San Lorenzo de El Escorial, en Madrid.
La leyenda cuenta que entre todos los tesoros que custodiaba San Lorenzo, se encontraba el Santo Grial y que consiguió enviarlo a Huesca para protegerlo. Tiempo después los padres de Lorenzo llegarían a Valencia con motivo de las persecuciones y donde permanece aún a día de hoy.
Martirio de San Lorenzo
Cuando el emperador Valeriano prohibió el culto cristiano, así como la persecución a quien lo realizara o se reuniera en los cementerios muchos obispos y sacerdotes fueron condenados a muerte. Victimas destacadas de Valeriano serían los papas Esteban I y Sixto II, el obispo Cipriano de Cartago y, por supuesto, el diácono San Lorenzo.
Se cuenta que el diácono Lorenzo encontró al papa Sixto camino al martirio y le pregunto: «¿Adónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿Adónde te apresuras, santo padre, sin tu diácono? Nunca antes montaste el altar de sacrificios sin tu sirviente, ¿y ahora deseas hacerlo sin mí?» El papa le contestó en lo que parecía una profecía: «en tres días tú me seguirás».
Tres días después, en Roma, mientras el santo estaba siendo quemado vivo en una parrilla dijo: «Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho» Las lágrimas que derraba, cuenta la leyenda, son las estrellas que en las siguientes noches caerían del cielo en recordatorio continuo del martirio de San Lorenzo. Esto sucedió el 10 de agosto.
Cada año en esa fecha, la Ciudad del Vaticano expone un relicario con la cabeza del santo para recibir veneración. Es el tercer santo patrón de la ciudad de Roma.
El origen de las Perseidas en la mitología griega
Cuenta la tradición griega que Perseo es hijo del dios Zeus y de la ninfa Dánae. Zeus, famoso por sus numerosos amoríos, cayó enamorado de la bella ninfa, pero para poder llegar hasta ella tuvo que metamorfosearse ya que estaba recluida en una estancia. El dios decidió tomar forma de una lluvia resplandeciente. De esta forma pudo engendrar a Perseo.
Al crecer, Perseo se vio implicado en la historia de Casiopea. La reina de los etíopes era una mujer muy bella, tanto que decían de ella ser más bonita que las Nereidas, las hijas del mar y las consideradas una de las criaturas más hermosas de la existencia. Poseidón entró en cólera al enterarse y mandó a Ceto, un monstruo marino a castigar a Casiopea.
Ante el temor de que el monstruo destruyera Etiopía, los reyes consultaron al oráculo que les dijo que debían calmar la ira del dios sacrificando a su hija. Andrómeda acabó encadenada a una roca como sacrificio.
En ese momento, Perseo que iba navegando pudo oír los gritos de la joven. Quedó prendado de ella, y cómo venía de matar a la Gorgona, utilizó su cabeza para petrificar a Ceto y salvar a Andrómeda. Posteriormente se casaría con ella.
Perseo sería inmortalizado en el cielo como una constelación, y en torno a dicha constelación se encuentran las Perseidas, la lluvia de estrellas fugaces. De ahí que esta lluvia reciba el nombre de Perseidas. La constelación de Perseo es la de un guerrero ya que fue un héroe clásico y aquí hemos relatado una de sus hazañas.