Pejelagarto: El depredador prehistórico de América

El depredador prehistórico de América

Kaimanfische (Lepisosteus)

El Pejelagarto es un pez exclusivo, mitad pez y mitad lagarto, debido a su fisionomía. Hoy en día solo se puede encontrar en América del Norte y Central, en Costa Rica, el sur de Quebec y entre Montana. Es un depredador prehistórico que miles de años atrás habitaba en Europa, sur de Asia, África y América del Sur, los fósiles relevan esta prueba, hace más de 100 millones de años.

Observar este pez es como echar un vistazo a la misma especie millones de años atrás, debido a las pruebas que lo delatan. Es un animal salvaje, con una gran boca y un cuerpo acorazado como el de un lagarto. Veamos que más características podemos encontrar de este gran animal.

El Pejelagarto, un depredador prehistórico de América

Este gran animal es asombrosamente fascinante tenerlo en tiempos actuales. Se data su persistencia nada más que 215 millones de años. Tiene un aspecto inusual, con cabeza de pez y cuerpo de lagarto, lo que recuerda a grandes depredadores como el cocodrilo.

Su supervivencia durante tantos años se evalúa por su capacidad de sobrevivir hasta en las aguas más inhóspitas. Su vejiga es capaz de llenarse tragando aire, con la finalidad de proporcionar oxígeno a sus branquias cuando se encuentra en lugares donde escasea dicho oxígeno.

Características del Pejelagarto

Son peces holósteo, de la familia Lepisosteidae, que habita en aguas dulces. Se encuentra en ríos y lagunas de Veracruz, Belice, El Salvador, Campeche, Nicaragua y Costa Rica, entre otros.  Tiene un cuerpo singular, ya que su cabeza está desproporcionada al resto de su cuerpo.

El depredador prehistórico de América

Su cuerpo es alargado, tubular, con un gran hocico y un cuerpo recubierto con una piel lleno de escamas gruesas, a modo de coraza. Su color es verde-grisáceo, con flancos blancos y cubiertos de una sustancia mucilaginosa.

Tiene un hocico muy alargado con grandes fosas nasales en el extremo del hocico, en vez de ubicarse en la base delante de sus ojos. Otra de sus características físicas es que poseen vértebras, una forma que lo asemeja a los reptiles. Seguramente sea uno de los peces con esta peculiaridad, además le permite que su cara frontal sea convexa y la parte trasera sea cóncava.

Su boca está compuesta con muchos dientes afilados, para poder alimentarse de peces, pájaros y pequeños crustáceos. Su cuerpo no llega a alcanzar el metro de longitud, pero se han llegado a encontrar ejemplares de hasta 3 metros y más de 130 kilogramos de peso. Nadan de forma lenta, pero son rápidos y erráticos en el momento de atrapar a su presa.

La reproducción del Pejelagarto

El Pejelagarto se encuentra en aguas dulces, aunque también se puede ubicar en aguas salobres y en costas como el Golfo de México. Cuando se produce su reproducción se hace principalmente en aguas dulces, entre los meses de abril y principios de junio.

Los machos ya pueden reproducirse en el primer año de vida, las hembras lo hacen y desovan en el segundo año, pero su gran potencial lo desarrollan en el tercer año. Su apareamiento se hace en aguas tranquilas, poco profundas y dónde existe una gran vegetación.

Las hembras pueden desovar con el apareamiento de varios machos. Adhieren sus huevos en la superficie de las plantas, piedras o troncos sumergidos. Son de color verde y muy pegajosos. Una hembra puede poner desde 8.000 a 12.000 huevos por kilogramo de peso.

El depredador prehistórico de América

El huevo se convertirá en larvas lecitotróficas, capaces de permanecer pegadas dónde están adheridas con un adhesivo ubicado en su vientre. No se alimentan del plancton disperso en el agua, sino de sus reservas de vitelo hasta que se convierten en alevín.

Para mantenerse vivas de sus depredadores mantienen una aleta caudal que les sirve de protección, igualmente permanecen escondidos entre la vegetación para permanecer camuflados. Pronto irán creciendo y mostrando su forma, con la característica mandíbula y la forma de su cabeza.

¿Se puede consumir el Pejelagarto?

Hay muchas especies de pejelagarto, sin duda, muchas de ellas se consumen desde hace varios siglos. Se ha estudiado mucho para poder ser criado en cautividad y poder tener este pescado más a mano para su consumo.

En Estados Unidos se utiliza su pesca como un gran reto, ya que es un animal muy cotizado por su alta resistencia y dureza para la pesca. Su carne es comestible y llega a ser un manjar para muchos, pero para otros resulta ser muy pesada por su alto contenido en espinas. Lo que se puede afirmar sin duda, es que los huevos no se pueden comer porque son muy tóxicos.

El depredador prehistórico de América

En 1989 se intentó realizar los primeros ensayos para la que el pejelagarto permaneciera en cautiverio en granjas tipo rústicas, la idea era producirlo con fines comerciales.

Como propuesta, se realizaron pruebas para su cautiverio, promoviendo encierros en jaulas flotantes en la zona del Estado de Tabasco. En sus ensayos se intenta de forma natural que el pejelagarto pueda desovar, se críen las larvas y llevan al estado de alevín. Consiguiendo este propósito se puede engordar a esta especie e incluso llevarla a repoblar zonas de agua locales.

Hasta 1997 no se llegaron a producir los primeros indicios visibles de crecimiento de este animal, con una producción controlada. Pero todavía queda por hacer muchos ensayos y varias zonas e incluso países, donde finalmente se consigue una gran producción de su especie llegando a la producción de hasta 219.000 crías.


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