¿Cómo era la organización política de los Mayas?

Esta civilización de Mesoamérica es conocida por su escritura, su arte, su sorprendente arquitectura, sus asombrosos sistemas matemáticos y su adelantada ciencia astronómica, pero también es importante y relevante saber sobre la Organización política de los Mayas para conocerlos íntegramente.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LOS MAYAS

Organización Política de los Mayas  

Las estructuras políticas variaron según la región, el tiempo y las personas que viven en las ciudades. Junto con los reyes hereditarios bajo el liderazgo del ahaw (gobernante), también hubo formas de gobierno oligárquicas y aristocráticas.

Período Clásico (Año 250 al 900)                       

A finales de el período preclásico tardío se establecieron las bases que rigieron en la organización política de los Maya en el nuevo período, el ch’ul ahaw (Señor Sagrado) era quien ejercía el poder sobre un ahaw el (señorío) como se llamaba el territorio o ciudad estado donde ejercía su poder. El ahaw poseía varios atributos que lo identificaban como tal y representaban su poder sobrenatural, uno de estos atributos era la sak hunal, una banda blanca elaborada en un principio con piedras o conchas marinas y posteriormente con cabezas talladas del dios Bufón.

Los glifo emblema son los símbolos concretos encontrados en los textos jeroglíficos, cuando se refieren a al gobernante de un territorio los glifos emblemas en conjunto dicen “señor sagrado (ch’ul ahaw) de…” seguido por el topónimo de la ciudad o territorio (ahawlel) donde ejerce su poder. Hasta la actualidad se han identificado alrededor de setenta glifos emblemas que localizan igual número de ahawlel o territorios independientes con un poder político similar en teoría pero de tamaño y poderes reales diferentes.

Al ch’ul ahaw lo seguía en jerarquía el sahal quien era gobernante de un territorio menor subsidiario del ahawlel principal. La importancia del sahal variaba de un territorio a otro ya que algunos registros epigráficos no mencionan a su superior y en otros solo mencionan al superior. Lo que indica que la organización política de los Mayas en este período podía variar de un territorio a otro. También hay que considerar que al estar el sahal emparentado con el alto poder podían llegar a la máxima jerarquía.

A pesar de las grandes dificultades que se presentan para determinar la organización política de los Mayas en este período, la mayoría de los expertos coinciden en que el ahau ejercía sobre sus sahalob (nobles) subordinados la máxima autoridad política gracias a su carisma y a las alianzas y relaciones de clientelismo político entre ellos. Estas relaciones podían tener ciertas tensiones dentro del poder estatal y al depender sólo de la voluntad de un gobernante evitaba tener una burocracia consolidada y por ende un estado trascendental.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LOS MAYAS

Un pequeño grupo elite ejercía las labores de gobierno lo que contribuyó a que en el período clásico de la historia de las Mayas hubiera un gran desarrollo en la ciencia maya. La caracterización de los gobernantes como intermediarios entre los mortales y los dioses ayudó para consolidar el poder y los privilegios de estos al legitimar su estatus gracias al poder divino. La minoría gobernante promovió una ideología que identificaba su gobierno con los poderes cósmicos asegurando su poder sobre la mayoría de la población.

Con el fin de sostener y difundir esta identificación de la clase gobernante con los poderes divinos se incentivó el desarrollo de manifestaciones artísticas que promovieran esta asociación de ambos mundos lo que conllevó al desarrollo de la arquitectura, la cerámica, la escritura, el calendario maya y al incentivarse los cultos religiosos a fin de sostener un sistema de creencias que mantuviera tal idea, se complicó la religión de los Mayas.

Dentro de la organización política de los Mayas en el período clásico el poder era transmitido de padres a hijos dentro del territorio gobernante en relación con los gobernados. Sin embargo a nivel regional el poder podía sufrir muchos cambios dadas las continuas competencias entre las diferentes entidades, lo que causaba que el tablero político fuera un paisaje en continuo cambio. Los ahawlel o ciudades estados podían adquirir poder sobre un territorio secundario y lo podían igualmente perder.

Una unidad política durante el período clásico maya estaba conformada generalmente por una ciudad que ejercía como capital, donde residían los gobernantes principales, los nobles dependientes y un indeterminado número de artesanos e intelectuales que ejercían sus labores en forma subordinada. En el caso de territorios grandes y medianos existirían en su seno otros grupos que imitarían en menor escala la conformación política de la capital y sus edificaciones sociales y religiosas.

El poder que se ejercía sobre todo el territorio era muy frágil, ya que este se iba haciendo más débil a medida que se alejaba del centro de poder que significaba la capital y sus facultades administrativas eran asumidas por otras estructuras provinciales. Esta debilidad en la estructura política y administrativa traía como consecuencia que las fronteras fueran muy proclives a variar y a ser permeables en demasía dependiendo del aumento o disminución del control de la capital.

Se ha determinado la extensión promedio de las diferentes unidades que conformaban la organización políticas de los Mayas abarcaban un radio aproximado de veinticinco kilómetros partiendo del centro de la capital. Por lo general las guerras enfrentaron a ciudades vecinas e igualmente las alianzas políticas y matrimoniales eran entre territorios fronterizos ya que no existen evidencias de relaciones entre comunidades de ciudades demasiado lejanas.

Ya que no existía un centro de poder que abarcara todos los territorios y por el contrario el poder era atomizado en cada ciudad autónoma con precario poder. Se hizo necesario que se efectuaran frecuentes y variadas alianzas políticas y matrimoniales entre las diferentes ciudades estados. Como evidencia de estas alianzas se pueden identificar elementos culturales comunes en los aspectos arquitectónicos, en las cerámicas y aspectos religiosos o de estilo.

También se ha encontrado dentro de los ajuares funerarios objetos pertenecientes a ciudades diferentes de otras regiones lo que indica que tales objetos fueron obtenidos como obsequios que atestiguaran alianzas o intercambios de intención o dotes aportadas durante pactos matrimoniales.

A pesar del intento de inculcar la idea de que la sociedad maya estaba dirigida por eminentes sabios y que estaba exclusivamente dedicada al estudio de las artes, la astronomía y las letras y era eminentemente pacífica, los investigaciones realizadas han desmentido esta visión y han demostrado que cuando las alianzas no siempre lograron sus objetivos y la guerra fue una constante muy importante en la determinación de la organización política de los Mayas.

Los estudiosos tienen dos posiciones en cuanto al papel de la guerra durante el período clásico de la historia de los mayas. Algunos estudiosos sostienen que las guerras presentadas en este período eran de escala menor y solo eran enfrentamientos muy puntuales con el fin de obtener esclavos y víctimas para los sacrificios rituales.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LOS MAYAS

El otro grupo de estudiosos en cambio sostiene que el fin primordial de estas incursiones bélicas era la conquista, con lo que se buscaba la captura de esclavos, víctimas para los sacrificios rituales, la anexión de nuevo territorio y la imposición de obligaciones tributarias a los nuevos territorios conquistados.

Los indicios indican que durante esta época en la sociedad maya de las Tierras Bajas, sobre todo en las extensas zonas del sur la población crecía a un ritmo vertiginoso lo que causaba grandes problemas de abastecimiento, de manera muy especial en las áreas rurales de la región.

El incremento poblacional también se notaba en la clase dirigente que se hizo más numerosa por lo que fue necesaria la fundación de nuevos centros, se remodelaron y se acrecentaron con nuevas construcciones los ya existentes. Aumentó desmesuradamente la exigencia de productos de la dieta básica y bienes suntuosos para el prestigio de los dirigentes. Para satisfacer estas necesidades se presentó la confrontación entre ciudades, por lo que hubo regiones completas en donde la guerra se hizo una constante durante el final de este período.

Es de resaltar que a pesar de que en las Tierras Bajas de los territorios mayas durante este período existían ciudades que estaban bien y fuertemente protegidas la gran mayoría las ciudades de estos territorios no tenían defensa alguna y estaban construidas en territorios abiertos lo que hace suponer que sus habitantes no se sentían amenazados ni tenían temor ante posibles ataque o invasiones.

Por lo que indican algunos monumentos tallados que pudieron observarse lo verdaderamente relevante es esta ciudades fue el combate singular entre los jefes antagonistas, donde la derrota significaba la cautividad del perdedor sin que esto conllevara a la destrucción ni a incidencias mayores en su ciudad.

Sin embargo existen evidencias históricas de que se presentaron enfrentamientos bélicos de una gran magnitud que causaron profundos cambios en la conformación de la región y pudieron terminar en conquistas, como en el caso emblemático de las guerras de Caracol contra Naranjo y Tikal.

También estos enfrentamientos pudieron llevar a la destrucción de ciudades e incluso de territorios completos como se puede apreciar que ocurrió producto de la guerra entre Dos Pilas y Aguateca en la región de Petexbatún. Esta serie de enfrentamientos bélicos trajo como consecuencia grandes cambios y desajustes en la organización política de los Mayas lo que se señala como la principal causa del colapso de esta civilización las Tierras Bajas del Sur.

Período Posclásico (Año 900 al 1500)

La organización política de los Mayas durante el período posclásico de las regiones de la península de Yucatán y del altiplano de Guatemala son las mejores documentadas y de las que más se posee información gracias a la llegada de los españoles a finales del siglo dieciséis.

En la península de Yucatán la documentación existente demuestra que hubo diversas formas de organización política de los mayas en esa región. Aún el poder máximo recaía sobre un líder único, el halach uinic o “el hombre verdadero” quien era el máximo gobernante de la ciudad estado. Este era un cargo hereditario que se trasmitía al hijo mayor. El principal símbolo de su poder era el “Cetro de Maniquí”, un bastón ceremonial que tenía la figura de K’awiil, el dios de la vida.

El halach uinic estaba auxiliado por el ah cuch cabob, un consejo integrado por personas de prestigio, jefes de los barrios que rodeaban a las ciudades que tenían entre sus variadas funciones la organización del trabajo y la recaudación de los impuestos. También recibían la asistencia de los batabob, jefes de asentamientos de menor rango, estos eran nombrados directamente por el halach uinic con la función del cobro de impuesto, administrar las ciudades y aplicar la justicia en su asentamiento correspondiente.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LOS MAYAS

Otros funcionarios que trabajaban con el halach uinic eran: ah holpop delegado político y religioso, nacom principal jefe militar, ahuacán máximo sacerdote y los tupiles guardias del orden público y de la ley. Además hubo también centros gobernados por un consejo de jefes de estirpes nobles, y confederaciones de ciudades regidas por linajes que estaban relacionados entre sí.

Los mayas que poblaban la península de Yucatán en el momento de la llegada de los españoles estaba conformado por al menos cinco linajes conocidos: los Xiu, los Cocom, los Canek, los Chel y los Pech quienes gobernaban cada uno sus territorios. Según lo investigado e informado por el obispo español Diego de Landa existían cuatro categorías sociales en la península: los nobles, los sacerdotes, la gente común y los esclavos, con funciones estrictamente delimitadas.

En el altiplano la organización política de los mayas quichés estaba estructurado de forma similar, donde los ahauob, linaje de nobles, controlaban el máximo poder político, religioso y militar. Los grupos originales de Utatlán, principal centro quiché fueron los Cawek, los Nihaib, los Ahau Quiché y los Sakic, quienes dieron origen a veinticuatro linajes a través de líneas de descendencia patrilineales.

Tales linajes, entre los que había variaciones en cuanto a su autoridad y prestigio, controlaban los territorios o chinamit, que constaban de un centro residencial y ceremonial y de sus unidades habitacionales. Junto a los quichés convivieron, en un delicado equilibrio de alianzas y conflictos, otros grupos mayas.

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