Novena al Padre Pío, todo lo que debes conocer aquí

Dicen que cuando el Padre Pío rezaba por alguien, esa plegaria se convertía automáticamente en una poderosa oración, a la cual se le atribuían miles de milagros como desenlaces o positivos resultados. Ahora, son los fieles devotos quienes le elevan una oración a él, teniendo como la de mayor eficacia, el rezo de una Novena al Padre Pío.

novena al Padre Pío

Novena al Padre Pío

San Pío de Pietrelcina, mayormente conocido como Padre Pío, fue un insigne siervo de Dios que siempre puso de primero en su vida su religión. Estaba consagrado a la oración, sabiendo que era una de las armas más efectivas para combatir miles de problemas en los pueblos del mundo entero. Puedes ver también el artículo de la Novena a san Expedito

Estas actitudes, le valieron al humilde sacerdote, hacerse de un nombre en todas las regiones del mundo, especialmente, entre los seguidores del cristianismo. Día a día, se sumaban personas que se le acercaban con la intención de pedirle que orara por ellas.

El Padre Pío, estaba consciente del poder contentivo en la oración, además de verlo como el canal de comunicación más directo con Dios nuestro Señor. Las intenciones de las peticiones, unas veces eran particulares y otras generales, incluso, muchas de ellas tenían un carácter milagroso a través de las cuales se buscaba obtener el bienestar de todos. A todas ellas, Dios siempre respondía positivamente.

Pero, sin duda alguna, a la oración que el sacerdote le atribuía una mayor relevancia, era al rezo de las novenas, las cuales ofrecía gustoso por alguna persona necesitada. Su preferida, era la novena Eficaz del Sagrado Corazón de Jesús. A través del rezo de esta novena, se llama a que se manifieste al corazón de Jesús y se le invita a tener misericordia de todos los hombres.

De igual manera, esta importante plegaria es para interceder ante el Mesías y que escuche atentamente todas nuestras peticiones. Este culto sirvió de ejemplo y modelo para la novena al Padre Pío, ya que era un firme cristiano, amante tanto del Padre como del hijo.

La novena se centra en la importancia del corazón de Jesús, en lo lleno que está de compasión y mucho amor, apelando a estas virtudes para que los favores sean concedidos, de acuerdo a venerable voluntad. El Padre Pío rezaba esta oración con una devoción sincera, misma con la que ahora lo hacen sus fieles en el caso de la novena al Padre Pío.

Hay que recordar que no se trata de magia, sino de tener fe, para que se nos cumpla con las peticiones, pues Dios como buen Padre proveedor, conoce cada una de nuestras necesidades. Sin embargo, se debe recordar que cualquier petición será tomada en cuenta, siempre y cuando no sea para dañar a terceros, por lo que los deseos deben ser puros.

Oración Inicial

La siguiente oración, se toma como la inicial, porque era la que rezaba el religioso cada día, siendo devoto del Sagrado Corazón de Jesús. Es por esa razón que se toma en los rosarios como la plegaria para iniciar el rezo, previo a comenzar su propia novena. Aquí te la dejamos a continuación:

I

¡Oh Amadísimo Jesús!, que en tu santa palabra dijiste que pidieran y todo se les iba a conceder, que buscaran para hallar, y que llamaran para que todas las puertas se abrieran; pues yo pido, busco y llamo confiado plenamente en tu palabra y poder ser digno de tu gracia.

Nota: Se cierra esta oración con un Padre Nuestro, un Avemaría y un Gloria, finalizando con la frase: “Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío”.

II

¡Oh Venerado Jesús!, indicaste  que cielos y tierras pasarán, más tu santa palabra no lo hará jamás. Tengo confianza verdadera que tu palabra se cumplirá y por eso pido tu gracia.

Nota: Se cierra esta oración con un Padre Nuestro, un Avemaría y un Gloria, finalizando con la frase: “Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío”.

III

¡Oh bondadoso Jesús!, expresaste que todo lo que se le pidiera a Dios Padre en tu Nombre, sería otorgado, por lo que le pido en tu Nombre al Todopoderoso que me llene de tu gracia.

Nota: Se cierra esta oración con un Padre Nuestro, un Avemaría y un Gloria, finalizando con la frase: “Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío”.

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Oración final

¡Oh Amadísimo Jesús!, que en tu santa palabra dijiste que pidieran y todo se les iba a conceder, que buscaran para hallar, y que llamaran para que todas las puertas se abrieran; pues yo pido, busco y llamo confiado plenamente en tu palabra y poder ser digno de tu gracia.

Nota: Debes rezar una oración del Padre Nuestro, una plegaria con el Avemaría y al final declamas un Gloria, finalizando con la frase: “Sagrado Corazón del Mesías, me mantengo y tengo fe en ti”.

¡Oh bondadoso Jesús!, expresaste que todo lo que se le pidiera a Dios Padre en tu Nombre, sería otorgado, por lo que le pido en tu Nombre al Todopoderoso que me llene de tu gracia.

Nota: Debes rezar una oración del Padre Nuestro, una plegaria con el Avemaría y al final declamas un Gloria, finalizando con la frase: “Sagrado Corazón del Mesías, me mantengo y tengo fe en ti”.

¡Oh Venerado Jesús!, indicaste  que cielos y tierras pasarán, más tu santa palabra no lo hará jamás. Tengo confianza verdadera que tu palabra se cumplirá y por eso pido tu gracia.

Nota: Debes rezar una oración del Padre Nuestro, una plegaria con el Avemaría y al final declamas un Gloria, finalizando con la frase: “Sagrado Corazón del Mesías, me mantengo y tengo fe en ti”.

¡Oh Sagrado Corazón de Jesús!, ten compasión y piedad de quienes son desdichados e infelices, que vienen ante ti mostrándose humildes aunque sean pecadores. En nombre de tu santa Madre, de tu padre San José, protector de tu sagrado corazón, te pedimos que nos confieras las gracias y ruegues por nosotros, ¡Amén!

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Primer Día

Durante el primer día de la novena al Padre Pío, los fieles devotos podían rezar, ya sea de manera individual o colectiva la siguiente oración, sólo con el requisito especial de que fuese con mucha Fe. A través de la misma, se representan las similitudes del Padre con nuestro Señor Jesucristo en muchos sentidos. Aquí te la dejamos:

San Pío, Padre venerable, que en tu cuerpo llevaste las marcas del mismo Jesús; tú que también como él, cargaste a cuestas el peso de la Cruz en nuestro nombre, que padeciste física y emocionalmente martirios que no solo azotaron tu cuerpo, sino también en lo más profundo de tu alma y espíritu.

Te imploramos que intercedas ante el Padre para que nos ayude a que aceptemos tanto las pequeñas como las grandes Cruces que la vida nos presente en el camino. Transforma nuestros sufrimientos en un medio que debemos transitar para obtener la vida Eterna.

Ayúdanos a sobrellevar el sufrimiento que Jesús nos envía. Recibamos con beneplácito el llamado de Jesús que nos conforta porque no nos quiere ver sufrir, animando nuevamente nuestro espíritu.

Nota: A la Novena al Padre Pío, se le añade la que el religioso le dedicaba al Sagrado Corazón de Jesús, es decir, la oración final.

Segundo Día

En el segundo día de plegarias enmarcadas dentro de la Novena al Padre Pío, los devotos y seguidores de este santo religioso le elevaban la oración siguiente, donde se refleja el nivel de entrega y servicio de este sacerdote para con nuestro Señor Jesucristo y con Dios Padre. A continuación, te la presentamos:

Amado San Pío de Pietrelcina, que estas tan cerca del hijo de Dios, y eso te ha servido para evitar las tentaciones del perverso, manteniendo tu santidad a pesar de los golpes que recibiste de los demonios para obligarte a renunciar a tus creencias.

Ruega santo Padre por nosotros, e intercede ante el Todopoderoso, para que con su ayuda nuestra fortaleza espiritual se mantenga también firme y seamos capaces de renunciar al pecado hasta el día en que nos llame el Señor a su encuentro.

Tú que nos pediste, que no sintamos temor por la ira de Satanás, ya que cuando se manifiesta por los alrededores es una señal de que no ha podido penetrarnos con su maldad.

Nota: A la Novena al Padre Pío, se le añade la que el religioso le dedicaba al Sagrado Corazón de Jesús, es decir, la oración final.

Tercer Día

Cumpliendo con el programa sistemático de oración, para el tercer día, la plegaria de la novena al Padre Pío que se debía declamar, muestra las cualidades del sacerdote que llamaron al atención no solo del Padre y el hijo, sino también de María Santísima. La plegaria era la siguiente:

Gran Santo, Padre generoso y lleno de virtudes, fiel siervo de nuestra Madre, la bella y siempre Virgen María. Tú, que en correspondencia a esa entrega, se te fue concedido la gracia de su consuelo. Te suplicamos que intercedas ante ella en nombre de nosotros los pecadores.

Coloca en sus delicadas manos, todos nuestros pecados junto a nuestras plegarias y demás oraciones, para recibir su dulce consuelo y podemos ver plasmados nuestros nombres en el Libro de la Vida.

Tú que nos pediste que tomáramos a la santa Madre, como la estrella que nos alumbre e indique el camino seguro hacia el encuentro con el Padre Celestial. Ten por seguro que así lo haremos, pues queremos vivir en Gracia por toda la eternidad.

Nota: A la Novena al Padre Pío, se le añade la que el religioso le dedicaba al Sagrado Corazón de Jesús, es decir, la oración final.

Cuarto Día

En el cuarto día de la Novena al Padre Pío, los fieles devotos deben rezar el contenido de la siguiente oración, donde nos invita a confiar en nuestro ángel de la guarda, quien junto a él y el resto de los santos, nos protegerán de todo peligro. De igual manera, puedes revisar dentro del blog el artículo titulado Novena a San José

San Pío, Padre Casto, que mostraste tu amor infinito por Ángel de la guarda y que del mismo modo nos enseñaste amarle, para que al igual que contigo, fuese también nuestro defensor y guía, además de una fiel compañía.

Te pedimos que lleves nuestros ruegos y peticiones a los ángeles, para que ellos junto a ti, serán mediadores ante Dios. Haz el milagro de que también nosotros podemos conversar con nuestro Ángel de la Guarda, para que con su luz divina y celestial, nos prevenga de los peligros y evitemos caer nuevamente en pecado.

Enséñanos cómo pedirle a nuestro Ángel que nos indique el mejor camino para transitar por el sendero del bien y que nos haga desistir de hacer el mal. Amado Padre, nos pediste invocar a nuestro Ángel de la Guarda, para que nos guiará e iluminará siempre.

Nota: A la Novena al Padre Pío, se le añade la que el religioso le dedicaba al Sagrado Corazón de Jesús, es decir, la oración final.

Quinto Día

Continuando con el santo rosario, en el quinto día de la novena al Padre Pío, los participantes deberán expresar la siguiente oración, para poder a través de ella, conseguir que el sacerdote interceda ante Dios y se cumplan todas las peticiones.

San Pío, Padre Prudente, que nos mostraste tu amor y compasión hacia las almas que penan en el purgatorio. Tú que hasta ofreciste la tuya, para purificar sus culpas. Te pedimos que también en nuestros corazones siembres ese mismo amor y podamos ayudarlas, tal como tú lo hiciste.

Esperamos por ello que sus tiempos en el destierro sean menos y que sus aflicciones se vean reducidas. Te ofrecemos a cambio Señor, sacrificios y oración, para que les concedas comprensión el descanso eterno a sus almas, cesando su sufrimiento.

Amado Padre, que le pediste a Nuestro Señor para que todos los castigos de los pecadores y las ánimas que penan en el purgatorio, fuesen pagados por ti, al igual que su pronta liberación del tormento padecido en el purgatorio.

Nota: A la Novena al Padre Pío, se le añade la que el religioso le dedicaba al Sagrado Corazón de Jesús, es decir, la oración final.

Sexto Día

En el sexto día, la oración pertinente a la novena al Padre Pío, nos recuerda que este sacerdote se entregó al cuidado de los enfermos y de las personas más desvalidas y desprotegidas, que viven o se sienten en desamparo. La oración es la siguiente:

San Pío, Padre obediente, tú que viste en los enfermo el rostro de Jesús y por ello los has amado tanto, incluso más que a ti mismo, que has hecho en ellos milagros de sanación obrando en el nombre del Padre.

Tú que has librado de toda enfermedad nos solo sus cuerpos sino también sus almas, mentes y espíritu, que le has devuelto con ello las esperanzas de una mejor calidad de vida y de renovación. Ruégale a Dios y a María Santísima, para que meta su mano y los enfermos encuentren más que sanación, beneficios espirituales eternos.

Padre Pío que nos pediste suplicarle a Dios para que mantenga a los enfermos liberados de sus males, y que hasta fuiste capaz de ofrecerte por ellos para padecer sus sufrimientos y salvarlos.

Nota: A la Novena al Padre Pío, se le añade la que el religioso le dedicaba al Sagrado Corazón de Jesús, es decir, la oración final.

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Séptimo Día

En el séptimo día de oración, los fieles deben rezar la siguiente plegaria, que es parte de la novena al Padre Pío, recordando que el santo Padre le ofreció al Todopoderoso, pagar por las culpas de los pecadores, emulando el ejemplo de su amado Jesús.

San Pío de Pietrelcina, Padre bendito, que en el propósito de salvación de Dios eres partícipe, que te has ofrecido en el nombre de los pecadores a pagar sus culpas a cambio de liberarlos de las cadenas que los unen a lucifer.

Te pedimos que le ruegues al Todopoderoso, para que los no creyentes, comiencen a sentir una verdadera fe. Que en lo más profundo de su corazón puedan sentir arrepentimiento, para que sus vidas se mejoren, tomando la mejor vía, la de la salvación.

¡Oh santo Padre!, que nos dejaste el mensaje de lo hermosa que es el alma libre de pecados, y que solo eso bastaría para que todo el que no cree, se vuelva en un fiel creyente.

Nota: A la Novena al Padre Pío, se le añade la que el religioso le dedicaba al Sagrado Corazón de Jesús, es decir, la oración final.

Octavo Día

En la oración comprendida dentro de la novena al Padre Pío, y que corresponde al octavo día, los participantes devotos deben rezar una oración donde se pone de manifiesto el amor infinito que el Padre mostraba por el prójimo, incluso considerándolos como a sus propios hijos, cumpliendo con uno de los mandamientos de Dios. La plegaria es la siguiente:

Padre Pío, Padre santo y protector, que has demostrado amar de manera infinita a quienes bautizaste como tus hijos en la santidad. Considéranos también a nosotros como tus hijos, para poder ampararnos en tu paternal resguardo.

Sirve de mediador entre el Señor y nosotros, y con tu santa guía, danos la fortaleza necesaria para llegar al Reino celestial y encontrarnos contigo. Sólo eso te pedimos, santo amado.

Tu que nos dijiste que la mejor gracia que podemos obtener del Padre, es que nos permita estar junto a él en el reino de los cielos, así te cumpliremos para reencontrarnos todos junto y felices por siempre.

Nota: A la Novena al Padre Pío, se le añade la que el religioso le dedicaba al Sagrado Corazón de Jesús, es decir, la oración final.

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Noveno y último Día

Ya para el cierre de este ciclo de oraciones, en el último día de la novena al Padre Pío, sus fieles seguidores le rezan la siguiente plegaria dedicada a resaltar el invaluable papel que tiene la iglesia, como institución encargada de prevalecer la fe cristiana en las personas de todo el mundo, cumpliendo con lo establecido por Dios Padre para todos nosotros. Aquí te la dejamos:

San Pío de Pietrelcina, Padre humilde, que siente un gran amor por la iglesia, intercede ante el Señor para que envié a más de sus servidores los sacerdotes, y que vengan instruidos e inspirados por él para que presten un buen servicio a los fieles.

Te pedimos también que concilies ante la Santísima Virgen María, para que sirva como guía de estos siervos de Dios, dentro de la unidad del cristianismo, y que converjan en la gran casa del Padre.

Ayúdanos Madre santa, a que la Iglesia funja como el faro de luz necesario para iluminar las turbias aguas del padecer diario de la vida, y poder obtener la salvación.

Oh Padre Pío, que nos pediste que nos mantuviéramos siempre unidos a la Santa Iglesia Católica, siembra dentro de nosotros ese llamado a que asistamos contentos y en comunión con ella.

Es en la iglesia donde podemos encontrarnos con un Jesús Sacramentado, y por lo tanto, sólo ella nos ofrece la salvación, pues fuera de ella, no es posible tenerla. Es ella quien brinda todos los sacramentos para llevar una vida en santidad, el bautismo, la comunión, en fin, es quien te ofrece el camino a la vida eterna.

Nota: A la Novena al Padre Pío, se le añade la que el religioso le dedicaba al Sagrado Corazón de Jesús, es decir, la oración final.

¿Quien era el Padre Pío?

El verdadero nombre del Padre Pío, era Francesco Forgione, quien era originario de Italia. Nació en el año 1887, dentro de una familia con escasos recursos, pero con gran devoción y creencia en la religión católica.

El Padre Pío, también se hizo conocer con el nombre de Pío de Pietreicina, dado al nombre de la región italiana donde nació. Dicen que a muy temprana edad comenzó a manifestar ciertos comportamientos y conductas que ya le dictaban cual iba a ser su vocación. Se caracterizó por ser piadoso, y sentía gusto al realizar penitencias a favor de Dios.

Sin embargo, no gozaba de buena salud, y este aspecto lo hacía un niño muy débil y bastante frágil. Se dice que su inclinación hacia el sacerdocio aumentó luego de vivir una experiencia dentro del recinto religioso de Morcone, donde compartió con un monje capuchino llamado Fray Camilio, a quien acompañó a pedir limosna, siendo todavía muy niño.

También desde pequeño, tenía algunas visiones espirituales, a los que sus familiares y amigos más cercanos tildaron como posesiones demoníacas, pues muchas veces lo encontraron “hablando solo” e incluso, como si estuviese peleando contra su propia sombra.

Finalmente le llega su tiempo, y se le cumple el deseo de ser religioso, convirtiéndose en fraile a la edad de 16 años, teniendo como guía y consejero a un sacerdote llamado Tommaso. Este maestro, aunque tenía sentimientos nobles y un gran corazón, también fue estricto, aunque siempre se mostró accesible para atender a sus internos.

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Entre las tareas con las que debía cumplir estaban la de ayunar por largo tiempo, lo que se le hizo difícil de sobrellevar y sin embargo, esto lo ayudó a moldear su carácter, pues era parte de la formación como religioso.

Debido a su estado de salud natural, que ya era frágil y débil, sus enfermedades comenzaron a aumentar y ya más nunca pudo mejorar. Esto hizo que naciera una estrecha relación entre él y otros enfermos a los que les prestaba su ayuda.

En el año 1904, se cambió a otro convento, luego de enunciar sus votos temporales, cambiándose nuevamente de lugar en el año 1907, tras realizar sus votos permanentes. El nuevo ambiente se encontraba cerca del mar, un factor que empeoró su ya grave estado de salud, lo que hizo que tuviese que regresar.

Pasó por varios conventos, uno de ellos el de Benevento en el año 1910, y seis años más tarde, se trasladó hasta el convento de San Giovanni Rotondo. Allí se quedó hasta que Dios lo llamó a su encuentro en el año 1968.

El Padre Pío, para el momento de su muerte, ya llevaba 50 años pasados luego de recibir el primer estigma de Cristo. Decía el sacerdote que tanto el amor como el temor, eran dos sentimientos que iban de la mano, uno dependía del otro, y que ambos eran necesarios para “no perder el rumbo”.

Sus estigmas

El Padre Pío padeció de 5 estigmas que fueron apareciendo en su cuerpo a lo largo de sus años, siendo las mismas heridas que sufrió nuestro Señor Cristo Jesús cuando fue crucificado. Lo relevante del caso, es que al sacerdote, dichas heridas le estuvieron sangrando durante 50 años. A pesar de este curioso hecho, y de lo delicado de su salud, nunca llegó a enfermarse con anemia.

Por aquellos años, comenzó a correrse el rumor de que el Padre Pío, podía estar en dos lugares a la vez. De igual manera, se decía que tenía la capacidad de realizar milagros y hasta el poder de la clarividencia. Estas marcas comenzaron a salirse en el año 1915.

El primer síntoma que sintió, fue un fuerte dolor en sus pies, que luego se replicó con la misma intensidad en sus manos, y siguió manifestándose en el lado derecho de su pecho. No existía una explicación médica – científica para el padecimiento de este daño. El malestar perduró por tres años, lo que desencadenó luego en un dolor de tal intensidad que lo hizo caer al suelo hasta el punto de agonizar.

Fue en ese momento que comenzó a sangrar y se le revelaron la aparición de los primeros estigmas, exactamente en el lugar de sus dolencias. Varios médicos y especialistas, analizaron su caso, pero no daban con las causas que originaron lo que le estaba ocurriendo al religioso.

Incluso, su caso llamó la atención de las autoridades, quienes ordenaron realizarle un registro fotográfico para documentar el curioso y místico hecho. Además de registrar la aparición de los estigmas, las imágenes presentaban a un Padre Pío pálido, triste y muy adolorido, todo ensangrentado.

Tiempo después, al sacerdote se le permitió regresar a su monasterio. Continuó padeciendo a consecuencia de los estigmas, los cuales, sangraba tanto que hasta se le producían severas hemorragias, pero que para asombros de todos e incluso de él mismo, no dañaban su salud.

Su fama de santo comenzó a expandirse por todo el país, lo que causó el interés en miles de personas, por conocerlo, viniendo desde varias partes del mundo a su encuentro y que fuese él quien los confesara o simplemente rezara en nombre de ellos. Hay quienes decían que tenía el poder de saber cuáles eran sus pecados, antes de que ellos los contaran.

La explicación

Tras la muerte del Padre Pío, la Iglesia católica quiso brindarles a los fieles una explicación de los fenómenos que le ocurrieron al sacerdote, sintetizando tal aclaratoria en 3 razones posibles. La primera de ellas se la atribuyeron a una posible “intervención diabólica”, sugiriendo que el Padre podía haber sido poseído por las fuerzas del mal.

La segunda causa la describieron como una “intervención divina”, ya que el religioso era muy devoto y siempre se mantuvo firme a sus principios y valores cristianos, colocando a los feligreses y a la iglesia, en primer lugar siempre.

La tercera y última razón se la atribuyen a una posible sugestión de manera inconsciente. Luego, en el año 2002, fue canonizado por parte del sumo pontífice Juan Pablo II.  El Padre Pío realizó muchos milagros, en vida y después de su muerte, lo que lo hizo contar con muchos fieles creyentes.

Estos aseguran que sus dones más destacado fueron: el discernimiento, ya que era capaz de leer la mente y la consciencia; además de un poder sanador milagroso; el poder estar en dos lugares al mismo tiempo; llorar con sentimiento al rezar el Rosario; el perfume con olor a santidad que destilaba.

Y por supuesto, no podían faltar en esa lista, los estigmas, que lo acompañaron por 50 años. Ya para finalizar, si te gustó este artículo sobre la novena al Padre Pío, puedes revisar otras oraciones y novenas en nuestro blog, como por ejemplo la Novena al Divino Niño Jesús para pedir un favor


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