Desde épocas remotas, el mal, como suele llamarse genéricamente a todo aquello que nos quita la paz y la tranquilidad, ha sido el principal objeto de preocupación de la humanidad. Desde una óptica mística, disponer de una oración de protección contra el mal, se considera una bendición.
Oración de protección contra el mal
El mal es un término amplio, que abarca todas aquellas acciones, que provenientes de personas y circunstancias, ajenas a nuestro ser, ponen en peligro nuestra estabilidad. Enfermedad, traición, desempleo, abandono, angustia y desesperación, son apenas algunos ejemplos de situaciones que expresan la presencia del mal en nuestras vidas.
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El mal como un hecho objetivo, se materializa en la cotidianidad a través hechos concretos, una caída eventual que nos genere una lesión física, se puede considerar como algo casual, accidental, pero si estas se diesen repetidamente, pese a las previsiones que tome la persona, es posible que estemos frente al mal, como un hecho subjetivo, como algo impulsado por energías negativas con la deliberada intención de ocasionar daño.
En el ámbito místico, el mal como expresión energética, que desde el interior del individuo, actúa propiciando en este todo tipo de calamidades, no puede resolverse por las vías lógicas y naturales que propone por ejemplo la ciencia y la tecnología.
Desde esta perspectiva, la herramienta expedita para liberarse de esta energía, es a través de la práctica de la oración. A continuación, se presenta la oración de protección contra el mal para experimentar la paz.
Espíritu de nuestro Padre, creador de todo lo que existe y todos los santos que habitan en el cielo, hoy les pido con fervor que iluminen con su hermosa luz, el sendero de mi vida.
Padre celestial señor mío, cuídame, protégeme, hazme bueno como tú. Moldea mis sentimientos y mi vida con tus gloriosas manos. Unifícate en mí. LLena mi alma y mi cuerpo de tu Santa Gloria.
Padre mío, yo te pido por favor expulses todo vestigio de maldad que pueda estar dentro de mi atormentando mi ser, saboteando mis buenas acciones , restándome paz a mi espíritu, evitando que yo sea un emisario de la paz que tu prodigas. Saca la maldad albergada en mi cuerpo, destiérrala y expúlsala lejos.
Expulsa dentro de mí todo acto contravenido con la luz de tu ser. Todo acto de hechicería, maleficios, maldiciones proferidas contra mi persona, intenciones diabólicas, ataduras con personas inadecuadas, oraciones mal intencionadas. Saca dentro de mi toda cualidad imperfecta que me aleje de tu gracia divina, como la arrogancia, los celos, la envidia y todo acto de pecado y maldad.
Libérame Padre, de todos los males del cuerpo, de los tormentos de la mente, y de los actos inmorales influenciados por el demonio. Arroja toda esa maldad al fuego del infierno, para que allí se consuma y nunca más vuelva a acecharme, a mí y al prójimo.
Solicito a nuestro Padre creador, a la purísima Santa Virgen María, y a su hijo Jesús, que todo lo negativo, impuro, indeseable y demoníaco que vive en mí, se disipen, se distancien y no vuelvan más.
Que regresen al averno para nunca más volver, donde los Arcángeles defensores de la justicia divina, San Miguel, San Gabriel y San Rafael, les impondrán el castigo merecido por sus inefables pecados Que el dolor experimentado por efecto de la disciplina impuesta por los Arcángeles y el peso del talón de la Santísima Virgen María, les anule por siempre.
Amén.
Tipos de oraciones poderosas contra todo mal
Anteriormente, se presentó una oración de protección contra el mal, específicamente destinada a asistir a aquellas personas que andan en procura de experimentar los beneficios que la paz trae, consigo. No obstante, dependiendo de la circunstancia que se viva, existen adicionalmente dos tipos de oraciones, con diferente finalidad, una para protegerse de energías dañinas, y otra para procurarse protección física y espiritual. Las mismas se presentan a continuación.
Oración de protección contra energías dañinas
En nombre de (pronunciar el nombre de la persona), mediante la sangre del hijo de Dios, defiendo mi tranquilidad y protejo todo lo que soy y todo lo que tengo. Desde la más profunda fe, coloco todo lo que tengo y poseo, en el nombre de la Sagrada Virgen María, para que ni hoy, ni mañana, se me atraviesen en el camino energías de odio que se amparen en la oscuridad.
En el nombre del hijo de Dios, Jesús, cancelo toda posibilidad de intercambio, comunicación y acción, con energías espirituales negativas, que vengan a entorpecer mi paz.
Mediante la asistencia del Reino Angelical, sus Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, principios, virtudes y potestades, dominaciones y querubines, serafines y tronos de Dios, para que se conviertan en mi ejército contra las fuerzas del mal. Pido ayuda a la comunidad de santos.
Amén. Amén. Amén
Oración para la protección física y espiritual
Espíritu de la Santísima Trinidad, espíritu de nuestro Señor, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Inmaculada Virgen María, Reino Angelical, y santos que habitan en el cielo, hoy les pido que vengan a mí. Mi Señor, ven a mi encuentro y únete a mi ser, moldéame con tu gracia divina y utilízame como tu instrumento de bondad.
Desaloja cualquier energía maligna que estando dentro de mi ser, impida que yo pueda hacer el bien cumpliendo tu voluntad. Extermínala y destrúyela. Expulsa de mí ser, todo indicio de brujería, maleficios, magia oscura, amarres, prejuicios en mi contra, blasfemias, posesión diabólica y todo aquello que exprese maldad.
Destierra de mí ser todo acto pecaminoso, malos sentimientos como el odio, los celos y la envidia, así como también, todo malestar físico, espiritual y moral que atente contra mi integridad Con el fuego del infierno, quema todas esas calamidades, para que más nunca logren alcanzarme en esta vida si como a nuestros semejantes.
Con la fuerza de nuestro Señor Todopoderoso, su amado hijo Jesús, y gracias a la intervención de la Purísima e Inmaculada Virgen María, ordeno a todos las energías negativas y diabólicas, que salgan de mi con prontitud.
Les ordeno que se vayan para siempre y se devuelvan al averno, lugar donde Miguel, Gabriel y Rafael Arcángeles protectores, junto a la corte de ángeles celestiales y el talón de la Santísima Virgen María serán encadenados y castigados.
Amén.
Consideraciones finales
Existen elementos comunes entre las oraciones presentadas en los párrafos precedentes; todas manifiestan profundo respeto hacia las deidades celestiales, de quienes se espera la protección solicitada, y en todas la liberación del mal constituye un fin en sí mismo, de ahí, la similitud en las verbalizaciones que presentan. Quien las lean o escuchen, si no tiene claro el objetivo específico que se persigue, pensara que se trata de la misma oración.
Al respecto es importante destacar lo siguiente, la intención consciente que preceda a su puesta en práctica, cuenta mucho a la hora de experimentar los beneficios de la oración; pues no se trata aquí de repetir una serie de palabras, para cumplir formalmente con la ejecución de un rezo, no, de lo que se trata es de expresar con vehemencia su contenido, pensando en lo que se quiere obtener con este ejercicio espiritual.
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De más está decir el papel de la fe en todo esto, pues, comprendiendo que la oración es apenas un vehículo de conexión con la Divinidad, entiéndase que es esta la que al final y efectivamente ha de otorgar la gracia solicitada. Una oración, dicha en el vacío, desprovista de emoción, amor y fe, sin lugar a dudas no llega a ninguna parte, así tengamos a disposición una muy linda oración. Sobre todo en los casos en que se aspira enfrentar el mal.
En relación a la fe y la intención de la oración, es bueno señalar que no es lo mismo emplear una oración destinada a la protección contra todo mal, que una dirigida contra el mal; en el primer caso, la oración es de mayor potencia, por el amplio espectro que abarca; mientras que en el segundo, su función es más específica. Una oración contra todo mal nos protegerá de manera más efectiva a la hora de evitar que energías densas y negativas regresen a perturbarnos.
Por otra parte, no hay que perder de vista la forma de ejecutar la oración de protección contra el mal; si bien es cierto, para orar no se requiere de espacios y objetos especiales para ejecutarla, también lo es, el hecho de que un ambiente ruidoso lleno de distractores, atentaría contra la conexión espiritual y el logro de lo solicitado.
De acuerdo a lo anterior, es recomendable acatar ciertas recomendaciones en pro de alcanzar la protección deseada. Por ejemplo, la oración contra todo mal, debería realizarse en un ambiente sencillo, tranquilo, y sosegado, en una hora previamente reservada para ello, con disposición espiritual para propiciar la conexión, y muy importante, declamar la oración con voz clara, ajustándose fielmente al texto del rezo.
La ejecución de cualquiera de las oraciones aquí expresadas, bajo las condiciones adecuadas, invariablemente traerá a la persona prácticamente el beneficio de la paz espiritual. Y en el caso de la oración de protección contra el mal, la gran satisfacción de liberación en cuerpo mente y alma, de las entidades malignas que les venía atormentando.
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