Mitología vasca, sus personajes y criaturas

Euskal Herria, o conocido como País Vasco, es el escenario ideal para presentar una serie de criaturas extraordinarias, mitos y leyendas que dan testimonio de un enriquecimiento cultural en esta provincia. Conoce a través de este post los puntos más trascendentales de la Mitología Vasca a continuación.

MITOLOGÍA VASCA

Mitología vasca y sus antecedentes

La Provincia de Navarra, País Vasco y Vasco Francés poseen antecedentes interesantes, como primera referencia su idioma: el euskera. Su lenguaje puede diferenciarse de otras culturas con gran facilidad, con rasgos que acercan a las lenguas habladas en el cristianismo. Los historiadores consideran que es anterior al Celta, aprendida más tarde. ¿No sabe quién es Atlas en la mitología? Vale la pena indagar sobre este personaje recordado por muchos investigadores.

La presencia de los vascos es otro punto interesante, provenientes del Neolírico con datos comprobados. Con el paso del tiempo, el euskera fue cediento para entrar de lleno en una etapa cultural adscrita al cristianismo en su máxima expresión. Para no dejar morir su lengua madre, prefirieron interactuar con otras corrientes culturales como la romana, para difundir sus ideas y aprender las nuevas desde Italia. Poco pudo lograrse a favor del euskera, porque el cristianismo ganó simpatía en las nuevas generaciones.

El cristianismo arrasó con todo a su paso, especialmente con las culturas paganas y los creyentes de la brujería. Las víctimas mortales que padecieron en la mitología vasca fueron las Brujas de Zugarramundi, que murieron quemadas en el auto de fe de Logroño en los siglos XV y XVI. No obstante, cuenta la historia que las brujas fueron asechadas a partir del siglo XVII con persecuciones interminables, para dar fin con el paganismo en pleno crecimiento de la fe cristiana.

Eskal Herria tiene muchas cosas que decir a su favor para demostrar una vasta mitología antigua, siendo las brujas las protagonistas mortales de un cierre en el ciclo en las creencias. Pierre de Lancre fue pionero en acabar con todas las brujas que quisieron interferir en la nueva creencia. A partir de este acontecimiento, todos los pueblos comenzaron a difundir los hechos para transmitir todos los rasgos o creencias que muestran la interesante mitología vasca.

Carlos Baroja realiza una declaración para explicar con detenimiento la presencia de la brujería vasca y cómo ha sido parte de la mitología:

«La brujería vasca aparece como una situación social bastante delicada. Presumo es un movimiento pagano que hacía ver a los vascos católicos como gentiles.

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Con esta información es fácil entender el porqué el Rey de Castilla Enrique IV emitió un comunicado irrevocable de enjuiciar a todos los brujos o simpatizantes del paganismo sin ningún tipo de reclamo en su defensa. La justificación del mandato es el daño causado por los prejuicios de las brujas en territorio vasco, que mantuvieron firmeza en defender el euskera y su corriente de pensamiento.

Brujas y brujos de Amboto fueron sentenciados a partir de 1500, aunque la mitología vasca señala a una «Dama de Amboto» como un ente muy poderoso, capaz de proteger a todos sus feligreses. Acá aparece por primera vez una serie de rituales en honor al macho cabrío en forma de demonio. El diablo tenía una figura de cabrón y otras veces de una mula bien estilizada.

Todo apuntó a un consenso con la escritura del «Tratado de Supersticiones»  en Navarra, cuyo contexto señala a Agustín de Hipona. Este santo estableció que las mujeres practicantes de la magia negra y afines, son emisarias del diablo para causar una especie de «ilusión» mediante sus ritos satánicos. «Por medio de la fantasía humana logramos distinguir la representación de muchas criaturas por parte de estas mujeres» señaló.

El Consejo Real de Navarra fue testigo de dos niñas que entraron por la puerta grande con una cantidad inusitada de poderes sobrenaturales. Las autoridades acuerdan que no hay edad para llevar la maldad pagana y por tanto, debían ser castigadas para evitar la difusión de su pensar. El inquisidor Avellaneda viajó hasta Pirineo para detener a sus familiares. Una comunidad entera fue entregada a la corte del Rey para recibir las amonestaciones pertinentes.

Gracias a la cacería de brujas como principal antecedente de la mitología vasca, Avellaneda comprobó a cuerpo presente sobre la existencia de estos grupos que comulgaron con el paganismo y repudiaron los fundamentos cristianos. Dejó constancia que los valles de Pirineos estaban repletos de estas mujeres que alabaron el mal. Asimismo, define un culto desmedido por el macho cabrío, el uso del euskera y la terminación «aquelarre» para esta entidad.

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Las brujas acostumbraron hacer sus reuniones para alabar al diablo cada viernes y sábado por la noche. Avellaneda refleja la brujería vasca como la antítesis de todo lo ocurrido durante la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. En lugar de condoler por el sacrificio del hijo de Dios, prefirieron usar los días santos para honrar al demonio.

Avellaneda arroja datos interesantes que quedarán para la posteridad en la antigua mitología vasca, gracias a una marca particular (mano de sapo en el cuerpo y ojo izquierdo en todas las brujas). Por tanto, para identificar a las precursoras de la magia negra y defensoras del movimiento anti-cristiano, optaron por mirar con detalles todos las ilustraciones alegóricas al macho cabrío o aquelarre. Las Ninfas en la mitología llaman la atención gracias a su presencia en muchas historias. ¿Las conoce?

La mitología vasca explica que las brujas realizan sus labores mágicas con la mano izquierda (siempre). Por el contrario, para obrar a través del bien, los cristianos utilizaron la mano derecha para repartir la bendición en todos sus creyentes. Con tan solo mencionar a Jesucristo en medio de un pueblo brujo, mostrar la cruz u orar con la palabra de Dios, toda hechicería perderá su efecto inmediatamente.

Al principio de este apartado aparecieron las Brujas de Zugarramundi como eje central en la historia vasca y su mitología. Su exterminio fue importante, quedando asentado en todos los documentos universales para dar cuenta de una corriente que estaba a punto de dar un paso en falso. El Tribunal Inquisidor de Logroño estableció la pena más cruel para estas mujeres, el castigo inimaginable: ser quemadas vivas en medio de la multitud.

Algunos brujos murieron antes de sentir el calor de la hoguera, hasta quedar considerados como efigies en las cárceles. Joseph Pérez explica que estos ejercicios de ejecución fueron un acontecimiento muy polémico en España. A su vez, alega que los sucesos en Pirineos es apenas una muestra de lo que es capaz la inquisición para borrar para siempre el euskera, la adoración al macho cabrío y acciones con la mano izquierda.

La inquisición fue una etapa histórica de gran violencia en muchas culturas, sin embargo, la caza de brujas que inició en 1609 tornó como un evento benigno y necesario para erradicar el mal que estaban haciendo en su época. Pierre de Lancre hizo la misma hazaña con 80 brujas quemadas en Labourd (más adelante conocido como País Vasco Francés).

El 12 de octubre de 1609 podría ser la fecha que marca un antes y después en la mitología vasca. Es el día central en que un comisionado de brujos fue hallado en las montañas de Navarra. En tiempos medievales, tenían la costumbre de realizar ritos o sacrificios en lo más alto del País Vasco. Más adelante, una mujer de nombre Graciana se acercó al vicario para confesar todos los ritos que hacían los brujos de Navarra por las noches, para dar seguimiento a estas acciones paganas.

Graciana y su familia recibieron el estigma de brujos por parte de la sociedad cristiana, pero negaron muchas veces serlo. Sin embargo, el hombre que fue enviado a las montañas para vigilar a las comunidades confirmó la presencia de la mujer junto a su esposo, hijas y yerno en las montañas para adorar al macho cabrío. El 13 de febrero del mismo año produjeron un cuestionario de 14 preguntas para investigar la veracidad de los brujos.

Los inquisidores no tuvieron clemencia con estas comunidades. En sus manos estaba la misión de acabar con todos los grupos de brujos junto a su cabecilla, para cortar este problema social de raíz que impedía al cristianismo establecerse como nuevo estilo de vida. Muchos de ellos resultaron detenidos antes de su incineración en Logroño, para rendir declaraciones sobre todo lo que hacían en la montaña.

Entorno geográfico

La influencia de la cultura romana ha alcanzado a muchos pueblos del País Vasco y Navarra: Aragón, Cataluña, La Rioja, entre otros. En cada una de estas extensiones geográficas, la mitología vasca ha impuesto nociones interesantes como el poder de las brujas, curación de enfermedades o ritos para evitar fenómenos naturales de gran impacto como las tormentas eléctricas.

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Creencias

Figuras como el son y la luna tienen un importante protagonismo en la mitología vasca. En el primer caso, todas las casas construidas en los pueblos siempre debía estar orientada a mirar de frente al Sol. Respecto a la luna, los ciudadanos coinciden en ser la luz que ilumina a la región de los muertos. Existió un día a la semana específico para las brujas establecer sus reuniones con el fin de rendir tributo a sus dioses. Con las estaciones lunares lograron medir los meses o presentar nociones temporales específicas.

Culto a las casas y los antepasados

Para los vascos, la casa no es solo una residencia donde todos los miembros interactúan entre sí, comen o descansan luego de trabajar. El hogar es el recinto importante en que rinden homenaje a sus antepasados. Es un lugar sagrado en que moran los muertos que en ella algún día vivieron. Resulta el espacio de acogimiento para encontrar paz y tranquilidad.

Antes de la inquisición y el asesinato de muchas brujas, cada residente de su hogar construyó un cementerio en el patio para enterrar a los integrantes de la residencia. Una vez el cristianismo cimenta sus bases, esta tradición murió por completo. Un punto que si comparten los cristianos es la separación del alma de los cuerpos cuando un sujeto fallece, por ende, necesita reposar sus restos en un lugar propio.

Las almas son capaces de regresar a su antigua vivienda para descansar. Por ese motivo, los vascos utilizan lugares cercanos a sus recintos para evitar conflictos de cultura con los simpatizantes del cristianismo.  Cuando un familiar está enfermo o afrontando situaciones difíciles, suelen invocar a sus muertos como grandes intercesores para mejorar su salud. Otro tema interesante es la Mitología Maya, con una historia increíble y deidades poderosas.

Magia

Hablar de magia remite inmediatamente recordar a las brujas que fueron perseguidas desde el siglo XVII hasta el XV por la inquisición. Ellas dejaron una huella imborrable en la mitología vasca. Hablando de «sorgin (bruja en vasco) hay dos vertientes que valen la pena mencionar:

  • Son seres mitológicos con innumerables poderes para solventar algunos males de su comunidad.
  • Las brujas de Euskal Herria. La persecución y muerte remiten a mujeres malignas con hechizos indescriptibles, orientados en alabar al macho cabrío. Provocaron muchos males, pero recibiendo un castigo inexorable.

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Es natural asocial la magia a todos los poderes ejercidos por las brujas. Gracias a la tortura por causa de la inquisición, muchas de ellas confesaron su procedencia. Ante un destino inalterable, no escondieron su ideología pagana, por la cual murieron un centenar de hechiceras en la hoguera. De la mitología vasca es preciso resaltar el amuleto Euskal Herria, adecuado para curar el mal de ojo.

Difuntos

La muerte es sinónimo de respeto en todos los territorios vascos, como un proceso natural que conduce a la vida eterna. Si un ser que agoniza está padeciendo de dolencias y sufrimiento, los familiares ejecutan ritos para que el alma tenga separación del cuerpo rápidamente. El viaje del alma debe ser hasta su destino final, porque la cultura vasca establece que ninguna puede quedar en un punto intermedio.

Si un alma no descansa en paz, aparecerá con frecuencia en el hogar donde vivió al resto de los familiares. En su modus operandi, está el solicitar varios deseos que deben cumplirse a cabalidad para que logre llegar a su destino, sin morar en los alrededores. Una vez que todos los deseos son concedidos, el muerto regresará a su nuevo plano para estar en paz.

Los monumentos sirvieron como cementerio para el reposo de los cuerpos de los difuntos. Como rito ceremonial, los familiares llevan alimentos y algunas prendas de vestir para despedir a su ser querido. Resulta sanador para su espíritu conducir varias prendas valiosas que en vida fue del disfrute del fallecido, para que lleve consigo pertenencias de gran relevancia.

Personajes mitológicos

Es por mucho, uno de los apartados más interesantes dentro de la mitología vasca. Acá abundan las deidades, criaturas o representaciones mixtas que enaltecen una cultura muy valorada, pero al mismo tiempo, un tanto maltratada por tantas persecuciones.

Mari: Es la diosa femenina de mayor realce en la mitología vasca. Generalmente habita en todas las cadenas montañosas, el lugar ideal para los brujos de reunirse para festejar sus ritos. Conocida además como Dama de Amboto, Maddi o Mari de Amboto, es el ejemplo perfecto de ser la Madre Tierra, máxima creadora universal, la más poderosa de todas las reinas vascas.

A simple vista es distinguida con cuerpo y facciones de una mujer normal, pero con poderes inimaginables para regir el mundo a su conveniencia. Al ser la Madre de todo lo creado, tiene un fuerte impacto de cómo funciona la naturaleza. Como cualquier diosa, posee distintas formas, con el color verde muy bien pronunciado. Mari puede ser un árbol, un ave o una figura semi-humana con garras en lugar de pies. Tiende a ser fuego o un hermoso arco iris que atrae a todas las nubes hasta sus colores vibrantes.

Su cabellera es rubia, semejante al oro radiante a los rayos impactantes del sol. Engendró a dos hijos que viven enfrentados por el poder: Mikelats y Atarrabi. Para efectos de los tiempos precristianos, es la representación efectiva del bien y el mal.

Mari aparece en lo más alto de las montañas, es decir, en sus cumbres. Quienes rindieron culto a su imagen debieron tutear su imagen (hablando el dialecto hika) así como salir de la cueva de Amboto del mismo modo en que los feligreses entraron. Curiosamente, ninguno de los presentes pueden sentarse a reposar mientras están hablando con la diosa.

Los mentirosos, ladrones y orgullosos son fuertemente castigados por Mari. Posee una fuerza descomunal para controlar los meteoritos o movimientos telúricos. Altera el orden de las cosas, hasta provocar precipitaciones, así el cielo esté completamente despejado. Su comportamiento con los hombres varía: si es un ser malvado, está en todo su derecho de castigarlo; si llega a enamorarse, puede ser la mujer más dócil del planeta.

Ella actúa con total justicia. Si la persona está omitiendo u ocultando información de todas sus propiedades, la diosa arrebata de todas las residencias por ser mentiroso(a). Cuando las tormentas están por asechar una región, la deidad pronostica antes de tiempo las desgracias que pueden ocurrir.

La historia de Mari nació luego de creado el cristianismo. Su conducta es muy parecida a la de Gea, por hallar en la cueva un hogar perfecto para satisfacerse con todo su poderío. Suele obsequiar regalos a todas las personas que gozan de su simpatía, mucho más si está enamorada cuando realiza estas acciones.

Si bien Amboto es su hogar predilecto, tiende a cambiar de cueva cada siete años. Cuando está en proceso de mudanza, los ciudadanos pueden mirarla en el cielo a través de su vehículo de fuego. Si distingue que las lluvias han arreciado con una misma montaña, intercambia su clima por sol radiante que posee la planicie vecina. Acá distingue una diosa equitativa, justa y que reparte el bienestar a todo aquello que lo merece.

El origen de Mari es un tanto incierto, siendo concebida por una familia de pocos integrantes. A su madre no le importó traer al mundo a una nueva criatura, porque a los 20 años debía entregar su alma al diablo. Al final de cuentas lo logró, pariendo a una niña de hermosas facciones. Cuando Mari estaba a punto de cumplir los 20 años, la encerró en una caja de cristal con estricta vigilancia.

Los esfuerzos por cuidar de su hija no fueron suficientes. El diablo rompió la caja de cristal para transportar a la mujer a la cueva de Amboto, para vivir allí eternamente. Otra versión asegura sobre la maldición que una madre lanzó a su hija: «Ojalá te lleve el diablo» hasta que sus palabras resultaron proféticas para llevarla consigo a una dimensión desconocida.

Luchó contra las fuerzas de Gaueko, el dios de las tinieblas, que sació su sed de alimento con las cabras o ovejas de los corrales. Gracias a la desaparición masiva de estas especies, Mari bautizó a la luna como su hija primera, surtiendo de iluminación a los campos para ahuyentar el hambre de esta deidad. La noche siguió siendo el escenario perfecto para los saqueos, por lo cual Mari intensificó el poder de la luna para proteger a las criaturas inofensivas.

Para cerrar con esta diosa, hay más versiones de su carácter, asegurando ser una mujer fatal, intimidante, capaz de provocar todo tipo de destrucción. Rebelada contra el cristianismo, impidió que sus 5 hijos recibiesen la bendición de Dios a través de las aguas bautismales. Trató de evitar con sus hechizos que sus hijos asistieran a la iglesia, causando graves daños.

Jentilak: Son seres gigantescos que vivieron durante la Edad de Piedra. A pesar que su tamaño podía ser un as bajo la manga, resultaron entes inofensivos que desaparecieron por causa de los herreros. Todos fueron paganos a excepción de Olentzero, quien aceptó la llegada de Jesucristo para entregar su vida por los hombres.

Mairuak: Considerados como los buenos constructores de casas y viviendas escalonadas en la mitología vasca. Con grandes nociones arquitectónicas para la época, con una imagen enaltecida de la residencia como espacio de culto. En España significa «hadas encantadas».

Sorginak: El clan de brujas que obedecen las ordenes de Mari. Son un grupo de sacerdotisas con numerosos poderes.

Basajaun: Fue el hombre primitivo de origen vasco, con un carácter temperamental, dispuesto a defender los bosques y sus rebaños. Conoció muy bien de agricultura, siembra y mantenimiento de flora y fauna. No hacía falta la protección divina para que los Basajaun protegiesen sus intereses.

San Martín Txiki: Trató la figura de los sacerdotes con forma de genio, capaces de conceder ciertos deseos a la comunidad. Otros investigadores aseguraron funciones como católicos que deseaban limpiar el mundo del paganismo.

Mamarros: Fueron duendes muy hogareños que habitaron en la cordillera aragonesa, bajo el seudónimo de «enemiguillos». Su alma era indómita, capaces de hacer travesuras benignas para divertirse. La única alternativa de suavizar su forma de ser era a través de los sacerdotes católicos.

Urtzi: El dios de los cielos y del firmamento. Muestra de la gran inmensidad de la bóveda más alta durante la creación divina. Suele provocar fenómenos naturales a su conveniencia, o transformarse en otros seres para pasar inadvertido por la naturaleza.

Ortzi: Las deidades tienden a enojarse con facilidad si los hombres han cometidos delitos inconcebibles. Ortzi no es la excepción, hasta desprender truenos o relámpagos que intimidan a los presentes. Es un dios temido en la cultura vasca, al desencadenar tormentas eléctricas de gran calibre para saciar su ira.

Euria: Refiere a la lluvia que emite Ortzi desde el cielo. Es catalogada como un regalo de este dios para mitigar la cadena de truenos y relámpagos que atraviesan el plano celestial.

Generalmente posee un significado de buen augurio o que la fortuna está por llegar a la tierra. Por ejemplo, si un jueves la lluvia se hace presente a lo largo del día, quiere decir que la abundancia está tocando a su puerta.

También tiene connotaciones vinculadas a la muerte y los funerales. Si alguien ha muerto y su enterramiento ocurre en un día lluvioso, quiere decir que su alma ha alcanzado el cielo por sus buenas acciones.

Elurra: En país Vasco o Navarra, este elemento designa a la nieve como señal de prosperidad y abundancia. Es un pronóstico particular para estudiar el estilo de vida que llevan a cabo algunas especies de animal.

Eguzki: Se trata nada más y nada menos que del sol. Este elemento dentro de la mitología vasca recibe gran veneración por sus ciudadanos en solicitud de favores a conceder.

Es el sentido visual con que dios observa todo a su alrededor, sin perder detalle de los ciudadanos y sus actos (buenos o malos). Las casas debían estar perpendicularmente con mirada al sol, para que el muerto tenga un viaje tranquilo al más allá cuando su ciclo en el plano terminal ha llegado a su fin.

Llargui: Palabra que en lengua vasca significa «luna». Es la señora de la noche, protectora de todas las criaturas indefensas por falta de luz natural.

Influye para levantar el estado de ánimo, así como aumentar la marea de las aguas antes del amanecer. Tiende a iluminar las almas de los muertos cuando están realizando el viaje al más allá, como una orientación necesaria para llegar a su destino definitivo.


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