En este artículo, te enseñaremos a preparar una deliciosa mermelada de tomate casera, con la que puedes acompañar tus mejores comidas o simplemente comerla como dulce para tus meriendas. ¡Acompáñanos!
Mermelada de Tomate: Origen
El tomate es el fruto de la planta Solanum lycopersicum, conocida de forma coloquial como tomatera. El origen de esta planta se ubica en Suramérica, en la Región Andina que comprende desde el sur de Colombia hasta el norte de Chile.
Se cree que fue al llegar a México cuando se comenzó a cultivar con fines culinarios, ya que se sabe que los aztecas utilizaban el fruto (tomate) como un ingrediente importante e su cocina.
Es probable que el cultivo de tomate (no solo rojo sino verde o amarillo) existiera desde mucho antes de la llegada de los españoles a suelo americano, en épocas prehispánicas.
Tras la conquista de América, los españoles llevaron el tomate al Caribe, así como a otros continentes como el asiático, entrando primero por Filipinas.
Sobre cuando llego a Europa, se cree que Hernán Cortés, conquistador español, fue quién transporto por primera vez el tomate amarillo hasta tierras españolas, esto luego de la conquista en el año 1521 de lo que hoy se conoce como Ciudad de México.
Resto de Europa
Pietro Andrea Mattioli, médico y botánico italiano, fue el primero en hacer referencia escrita al tomate, sin utilizar el término por el que actualmente es conocido, el hombre creía que este fruto eran un nuevo tipo de berenjena.
Fue en 1554 cuando el mismo Mattioli, utilizó el término «pomi d’oro», en español, «manzana de oro», para referirse a este alimento, esto se debió a que se cultivada principalmente el tomate de color amarillo para referirse a este alimento.
A Gran Bretaña arribó en 1590, cuando comenzó a cultivarse más no a consumirse ya que creían que era un fruto tóxico, hecho que culminó en el siglo XVIII cuando se usaba para preparar sopas y aderezos.
En 1692, se publica en Nápoles un libro de recetas que contiene preparaciones elaboradas con tomates, sin embargo, quién escribió dicho libro se basó en recetas españolas.
Fue durante el siglo XVIII cuando también se dio a conocer en Francia, allí era llamado pomme d’amour o lo que es lo mismo, manzana del amor.
Composición
En la actualidad el uso del tomate se ha extendido por todo el mundo y entre diferentes culturas, su valor nutricional lo hacen un alimento verdaderamente saludable.
La mayor parte de su contenido es ocupado por agua, igualmente, contiene azúcares simples y ácidos organices, que confieren ese sabor entre ácido y dulce que caracteriza al tomate.
El tomate también aporta gran cantidad de potasio, magnesio y vitaminas como B1, B2, B5 y C, además contiene licopeno, un pigmento antioxidante que le da su particular color rojo.
Receta de la mermelada de tomate
Ingredientes
Antes se aprender cómo hacer mermelada de tomate, es importante saber cuáles son los ingredientes que debemos tener a la mano para llevar a cabo esta preparación.
Los ingredientes son solo tres y puedes conseguirlos fácilmente en el supermercado. Lo primero que necesitarás será un kilo de tomates maduros, que por supuesto son el ingrediente más importante de la receta.
También debes conseguir azúcar blanca, cuya cantidad a utilizar dependerá de lo que pesen los tomates una vez estén pelados y sin las semillas. Por último, necesitarás del zuma de 1/2 limón, lo que es alrededor de 40 o 50 ml.
Preparación
Lo primero que debemos hacer para elaborar nuestra mermelada de tomate, es colocar una olla con agua a fuego alto hasta que rompa a hervir.
Posteriormente, lava los tomates con abundante agua fría, luego en la base de cada tomate, haz un corte similar a una cruz. Cuando el agua de la olla esté hirviendo, deposítalos dentro y deja hervir nuevamente.
Deja pasar unos tres o cuatro minutos cocinando a fuego bajo, cuando este tiempo se cumpla retira los tomates de la olla con mucho cuidado para no quemarte y espera a que se enfríen.
Una vez fríos, procede a pelar los tomates, te darás cuenta que esta técnica es mucho mejor que pelar los tomates en su estado natural, ya que la piel será más difícil de retirar.
La decisión de utilizar o no las pequeñas semillas que contiene este fruto es muy personal, si gustas puedes retirarlas al momento de pelar los tomates o dejarlas y hacerlas parte de la preparación.
El siguiente paso será cortar los tomates en pequeños trozos, aunque si lo que quieres es una mezcla totalmente uniforme, seguramente preferirás triturar los tomates en la licuadora o con otro utensilio.
A continuación, deberás pesar los tomates para determinar la cantidad de azúcar que añadirás a la receta, recuerda que esta es igual a la mitad del peso de la mezcla, aunque también puedes adecuarla a tu gusto.
Vierte los tomates y posteriormente el azúcar en una olla, agrega el zumo de limón removiendo poco a poco hasta integrar bien estos ingredientes.
Fase final
Cocina la preparación a fuego medio por unos minutos, después gradúa el fuego a bajo, dejando cocinar por alrededor de 40 o 45 minutos.
Es importante que la consistencia de la mermelada no sea muy espesa, esto se debe a que cuando la retires del fuego y la dejes enfriar tenderá a espesarse aún más.
Vierte la mermelada en recipientes de vidrio cuando aún este caliente, espera a que se enfrié y colócala en la nevera para conservarla. Depende del cuidado que tengas en la conservación, la mermelada puede durar días e incluso meses en buen estado.
Puedes servirla acompañada de un buen queso, como acompañante de unas rebanadas de pan o con unos deliciosos canapés, eres tú quién decide.
Consejos
Si quieres preparar esta receta una sola vez y deseas que te dure todo el año, la cantidad de ingredientes a utilizar deberá ser el doble, el triple o la que consideras te servirá para tal fin.
Es muy importante que la conservación de la mermelada sea correcta ya que como se mencionó antes, de esto va a depender la utilizad y la duración de la misma.
Recuerda que la mermelada se vierte en recipientes de vidrio cuando aún está caliente, es importante que estos se encuentren completamente secos.
Por otra parte, la mermelada debe cubrir casi todo el recipiente, mismo que deberá sellarse o taparse una vez servida la preparación. Para dejarlo enfriar, se coloca el recipiente con la tapa hacia abajo.
Puedes congelar varios recipientes con la mermelada de tomate y dejar otros en la parte baja de la nevera para su consumo más inmediato.
También, puedes conservarla en un lugar oscuro, seco y frío, siempre y cuando no la hayas abierto, ya que una vez abierta debes introducirla en la nevera.
Cuando se hayan cumplido unos 30 minutos de los necesarios para preparar la mermelada, presta mayor atención al proceso de cocción para que no se pase, es decir, para que quede en su punto exacto y no de forma seca.
Para aportar aroma, puedes añadir clavos de olor, orégano o cualquier otra especie que consideres se adecua bien a la preparación.
Esta deliciosa receta puede servirte para acompañar aperitivos, complementar tus comidas o adornar otras tantas como por ejemplo algún postre.
Diferencia entre confitura y mermelada
No debes confundir una mermelada con una confitura, aunque parezcan similares, la verdad es que son diferentes. La mermelada se realiza cocinando con azúcar una fruta previamente troceada y puede contener o no trozos de esta fruta.
Por su parte, la confitura está representada por frutas cortadas o enteras que se conservan en almíbar y requiere de una mayor cantidad de azúcar.
Otras mermeladas
Son muchas las mermeladas que pueden prepararse partiendo de un fruto, por ejemplo, para preparar mermelada de naranja solo necesitas tres naranjas grandes, el zumo de un limón y quinientos gramos de azúcar.
Elaborarla es muy sencillo, al igual que con los tomates, debes lavar y pelar las naranjas antes de utilizarlas. La piel de la naranja deberá ser picada en finas tiras, mientras que la pulpa se corta en pequeños trozos (retirando las semillas).
Cuando todo este picado, se coloca en una olla a fuego lento por unos 40 minutos, tanto la piel como la pulpa (juntas), removiendo cada tanto para que no se pegue.
Una vez cumplido el tiempo, agregamos el azúcar y el zumo de limón, dejando cocinar por otros 15 minutos. Al estar lista, se vierte en el recipiente o los recipientes donde se conservará y se introduce en la nevera para que enfríe.
Si quieres elaborar una mermelada de fresa, la recta y preparación son muy similares, sustituyendo los tomates o la naranja por fresas, evidentemente.
En el caso de la mermelada de fresa, esta fruta se coloca en un recipiente formando capas junto con el azúcar y se le añade el zumo de limón, dejando macerar por un tiempo aproximado de dos horas.
Pasado este tiempo es que se inicia la cocción de la mermelada a fuego alto inicialmente, luego a fuego lento y revolviendo constantemente.
Finalmente, además de la naranja y el tomate, también puedes hacer mermelada con higos, pimientos y hasta nísperos, de hecho sobre este último te dejaremos el siguiente en lace para que aprendas a preparar la mermelada: Mermelada de nísperos.