La principal característica diferenciadora de los mamíferos Marsupiales es la bolsa externa en la cual el embrión de esta especie culmina su desarrollo. Ejemplos habituales de marsupiales son el canguro, el koala y el demonio de Tasmania, los cuales son considerados como representantes típicos de la fauna australiana. Al continuar la lectura de este artículo podrás conocer otras características de esta curiosa especie.
¿Qué son los Marsupiales?
Los marsupiales (Marsupialia) constituyen una agrupación de mamíferos cuyas hembras dispone de un ‘saco o bolsa’ en la cual se completa el desarrollo de sus embriones. La mayor parte de estos mamíferos salvajes son oriundos de Australia, si bien igualmente se consiguen en el continente americano. En la actualidad se conocen unas 270 especies, de las cuales 80 se localizan en América y cerca de 200 en Australia. En ciertas especies el marsupio es muy reducido como para contener a todas sus crías.
Desde un punto de vista eminentemente biológico los marsupiales forman parte de una infraclase o subcategoría taxonómica de mamíferos metaterios (más próximos a los mismos marsupiales que a los mamíferos placentarios cuya prole se desarrolla por completo en la placenta). Una de sus características es un breve desarrollo fetal en el útero para proseguir gran parte de su crecimiento aferrado a las glándulas mamarias del interior del saco marsupial o marsupio.
Características de los Marsupiales
Se distinguen de los mamíferos placentarios por el nacimiento precoz de la prole, cuyo desarrollo prosigue en un saco localizado en el vientre de la madre, denominado marsupio, en la cual convergen las glándulas mamarias. Ese saco está sostenido por los huesos marsupiales, que no existen en los placentarios, y que hacen característico su esqueleto.
Una historia relata lo acontecido en una caverna abierta en los yesos eocénicos de Montmartre, en París, en la cual se produjo el hallazgo de un esqueleto que exhibía esos huesos particulares, y que fue evaluado por el científico francés Georges Cuvier, el cual determinó que eran de un marsupial del género Didelphis, la zarigüeya americana de la actualidad.
Al comparársele con los placentarios, los marsupiales cuentan con un cráneo sumamente reducido en lo referente a su cavidad cefálica, entretanto que las órbitas (cavidades oculares) están abiertas en su parte posterior y exhiben una robusta cresta sagital para la inserción de los músculos temporales. Por último, hay en la mandíbula un característico proceso angular que la torna hacia dentro.
En lo relacionado con su dentadura prevalecen los molares con forma de triangulo, los cuales varían de modo notorio, como en los placentarios, de acuerdo a la dieta herbívora o carnívora al que estos animales se han adecuado. Como parte de los marsupiales americanos, la ya mencionada zarigüeya (Didelphis) es la más famosa integrante de una agrupación sumamente antigua, los poliprotodontos, del cual son parte algunos marsupiales que existieron en Sudamérica a lo largo del Mioceno, como Prothylacynus y del Plioceno, como Thylacosmilus.
Hay por éste último un interés muy peculiar por la presencia de dos extensos caninos superiores, que confieren al cráneo un aspecto muy similar al del Smilodon, un violento placentario carnívoro, hoy desaparecido. El marsupial de mayor tamaño que se conoce es el Diprotodon, que residió en Australia a lo largo del Cuaternario. Esa criatura era del tamaño de un rinoceronte, y se le asigna al grupo de los diprotodontos, que abarca formas particularmente australianas, entre las que se encuentran los canguros de hoy día.
Los marsupiales llegaron a separarse del tronco mamaliano primordial al hallarse éste aún en una etapa primitiva. En Australia imitan de forma paralela la radiación adaptativa que en otras regiones geográficas del mundo llevaron a cabo los placentarios. Gran parte de sus rasgos son especializados, de forma que no representan una fase evolutiva de los mamíferos placentarios, sino una estirpe autónoma y terminal. La temperatura del organismo es algo más elevada en los marsupiales que en los placentarios.
Los herbívoros marsupiales, han logrado desarrollar diversas maneras de alimentarse para un mejor aprovechamiento de los nutrientes, ya que no tienen la capacidad de digerir la celulosa al no contar con los microorganismos adecuados, como si ocurre con algunos placentarios.
En algunos casos, la comida puede ser dirigida al intestino ciego, en el cual se queda el tiempo requerido, o puede detener su metabolismo para demandar menos alimento y proporcionar suficiente tiempo para la asimilación de lo ya ingerido. La comida la puede masticar por mucho tiempo como el wombat, o inclusive pueden volver a engullir las heces blandas.
Reproducción
Así como los monotremas, su recto y su aparato urogenital se abren de forma conjunta en una cloaca común. Los marsupiales son animales vivíparos, pero su sistema reproductivo es sumamente distinto al de los placentarios. El huevo contiene bastante vitelo, posee «clara» y está recubierto por una membrana. El útero segrega una «leche» que es aspirada por el saco vitelino y en la mayor parte de los marsupiales no hay presencia alguna de algo parecido a la placenta. En ciertas especies (Dasyurus) hay una placenta fingida, un área de contacto entre la pared vascularizada del saco vitelino y la pared del útero.
Las hembras cuentan con tres vaginas, dos a los lados y una central. Las laterales, se utilizan en la fertilización y por la vagina central emergen las crías. Los machos marsupiales cuentan con un pene regularmente bifurcado, para encauzar el esperma a las vaginas laterales. Los embriones surgen en una etapa muy prematura de su desarrollo y se arrastran siguiendo una línea de saliva que la madre coloca con su lengua entre la cloaca y el saco marsupial. Al llegar al marsupio se sujeta a los pezones y se queda en el saco por un largo tiempo.
Origen y Biogeografía
Los marsupiales encarnan a un reducida agrupación de mamíferos, repartidos en parte por el continente americano y en parte por Australia, constituyéndose en los únicos mamíferos de tierra vivientes nativos y, particularmente, la parte predominante de la fauna de vertebrados terrestres.
Tras la extinción de los dinosaurios, las aves y los monotremas se diferenciaron y las ratites y agrupaciones similares vinieron a ocupar el nicho ecológico de los herbívoros y el de los predadores. Entre ellos se encuentran las aves de la familia Phorusrhacidae conocidas como aves del terror de la Sudamérica prehistórica y aves como Gastornis a lo largo el Eoceno en Europa y en Norteamérica.
Los marsupiales tuvieron su desarrollo a lo largo de período Cretácico inferior a partir de pantoterios primitivos, luego de los placentarios que aparecieron en el Jurásico, por ejemplo Juramaia. Previo a la propagación de los placentarios, los marsupiales ya se habían diseminado por gran parte de la superficie continental, encontrándose hacia el fin del Cretácico en sitios en los que aun se encuentran ausentes en la actualidad, como Asia.
Para entender cómo se encuentran distribuidos en la actualidad los marsupiales, se requiere conocer los incidentes que experimentaron las masas continentales en aquellos alejados ciclos geológicos. Es necesario recordar, según los cuantiosos hallazgos fósiles efectuados, que a fines del período Cretáceo los marsupiales se encontraban distribuidos de forma general sobre las tierras emergidas, en las cuales coexistían, en relativa paz, con los placentarios primitivos.
Se podían localizar por ejemplo en África, Europa y Norteamérica sitios de los cuales desaparecieron, aunque luego del Gran Intercambio Americano, ciertos marsupiales han vuelto a colonizar Norteamérica. Los marsupiales de mayor antigüedad conocidos provienen de China, donde igualmente se han localizados los placentarios más antiguos.
En dicha época, las masas continentales aun no habían comenzado a fragmentarse y derivar según lo relevado por la teoría de Alfred Wegener, evento que solo tuvo su inicio al término de la era mesozoica. Al principiar el Cenozoico tuvo lugar el avance explosivo de los placentarios, que sin especializarse al comienzo, se diversificaron rápidamente ante la falta de protección de los competidores en los nuevos espacios ecológicos que ocuparon entonces.
La agrupación placentaria tuvo como rivales o predadores mamíferos, a marsupiales y monotremas, estos últimos habían logrado ya especializarse en diversos nichos. Y aparte de los mamíferos, a las enormes aves de tierra. La autonomía y el nivel de desarrollo más completo con el que se originaba la progenie de estos euterios iniciales rebasó a las otras agrupaciones de sangre caliente en la tasa de sobrevivencia de los neonatos, favoreciendo así su dispersión demográfica.
A inicios del Paleoceno, unos 65 millones de años atrás, no existían mamíferos carnívoros euterios, el nicho ecológico de los predadores ya se encontraba colmado por agrupaciones animales surgidas antes: enormes aves predadoras no voladoras, los reptiles actuales y los marsupiales.
La desmembración de Pangea iniciada a comienzos del Cretáceo, unos 150-140 millones de años atrás, aporta las claves de la localización y diseminación de las agrupaciones animales, cuando empezó la fragmentación del supercontinente Gondwana. En Pangea se formó una fisura que comprendía desde el océano Tetis al oriente, hasta el Pacífico al occidente.
Esta grieta desunió a Laurasia, y con ella a Norteamérica, de Gondwana y ocasionó el surgimiento de un futuro nuevo océano, el Océano Atlántico. Ésta masa de agua no se abrió de forma uniforme, sino que se inició en el Atlántico Norte-Central; el Atlántico sur no comenzaría a abrirse hasta el Cretáceo.
Hay que tener presente que los Strigopoidea (loros de Nueva Zelanda) y los Dinornithidae (moas), dos géneros de aves endémicas de Nueva Zelanda, se desarrollaron aisladamente a lo largo de un período muy prolongado de tiempo al dividirse Nueva Zelanda de la región del Gondwana (previo al Cenozoico 80 millones de años atrás).
Ello tuvo lugar inclusive antes de la propagación de los mamíferos, que jamás alcanzaron Nueva Zelanda y que los mamíferos marsupiales si llegaron a Australia, a través de la Antártida, provenientes de Sudamérica, cuando aun estaban unidas las tres masas continentales y previo al enfriamiento de la Antártida, aislándose Australia antes del arribo de los mamíferos placentarios. Estas aves lograron evolucionar merced a la relativa ineficacia de los depredadores mamíferos, lo cual les posibilitó invadir en unión a ellos el nicho de depredadores primordiales.
Sudamérica y África, unidos a otros continentes conformaban un supercontinente llamado Gondwana. Pese a que la agrupación de la que eran parte placentarios y marsupiales emergió en Asia, en la China actual y allí se separaron en metaterios y euterios, la cantidad de especies no era elevada y estás tenían escasa especialización. Los mamíferos se hicieron múltiples y diversos en este supercontinente austral.
Los placentarios o euterios, con un sistema reproductivo más eficiente que el de los marsupiales y monotremas fueron forzando a estas agrupaciones a regiones cada vez más reducidas en la medida que fueron rivalizando en otros espacios ecológicos. Más no comenzaron su expansión hasta dividirse por una parte África-Madagascar-Eurasia y por otra Sudamérica-Antártida-Australia. Los placentarios no alcanzaron a ocupar la masa de Sudamérica-Antártida-Australia.
En dicha época los mamíferos que predominaban eran monotremas como Teinolophos trusleri que habría subsistido en el supercontinente meridional aun estando unida Australia a la Antártida y por ende en un entorno mucho más frío que el de la Australia de la actualidad. Tras apartarse Antártida de Australia, la Antártida se desplazó hacia el polo sur, enfriándose de forma progresiva y Australia se movió hacia el ecuador calentándose paulatinamente.
Pese al declive en diversidad de las agrupaciones no euterias, el proceso de reemplazo fue gradual y por ejemplo aun se podían hallar ciertas especies sobrevivientes marsupiales en el Terciario de Europa. La procedencia de estos animales puede seguirse hasta el instante mismo de la división del continente del resto de Gondwana; tiempo en el que se inició el desarrollo autónomo de las agrupaciones animales de Sudamérica.
Aparentemente los metaterios que surgieron en Sudamérica se desplazaron, aun juntas las masas continentales meridionales, desde su origen hasta Australia por medio del continente antártico e inversamente a fines del período Cretácico. Ésta hipótesis se fortalece en base a los estudios realizados a distintos marsupiales americanos, entre los que sobresale el llamado monito del monte, el cual se encuentra más emparentado con los marsupiales de Australia que con los de América, por lo cual actualmente el taxón de mamíferos americanos (Ameridelphia) se estima como parafilético y no utilizado.
A posteriori se dividió Australasia de Sudamérica-Antártida, de tal manera que los marsupiales consiguieron una forma de subsistir en Australia, debido a que ese continente se apartó de los otros, en un período previo a que ocurriese el estallido evolutivo de los placentarios. Entretanto lo mismo sucedía en Sudamérica, que en el mismo tiempo se dividió del continente norteamericano, posibilitando con tal aislamiento la sobrevivencia de numerosos organismos de este grupo.
Al finalizar el Terciario, no obstante, y al contrario de lo que aconteció con Australia, que aun está aislada hasta la actualidad, Sudamérica se junto de nuevo con Norteamérica por el istmo de Panamá. Ésta conjunción posibilitó en tiempos más próximos una migración al sur, de los placentarios, que, mientras tanto, habían logrado un alto nivel de evolución. Esa emigración fue seguida por la aniquilación de gran parte de la ya existente fauna de marsupiales.
A lo largo del Cretáceo y en las fases iniciales de la era Terciaria, los marsupiales se encontraban bastante diseminados, inclusive en las otras regiones del mundo. Poblaron igualmente en épocas pretéritas en África, Asia y Europa. En estas tres masas continentales, los marsupiales fueron desapareciendo a lo largo del Terciario, y la última referencia en Europa se remonta al Mioceno.
En la antigüedad se consideraba que los mamíferos marsupiales eran, desde el punto de vista evolutivo, más primitivos que los placentarios. No obstante, hoy se conoce que las dos ramas surgieron de un ancestro común unos 100 millones de años atrás, en plena era de los dinosaurios. Al estar cualquier agrupación animal libre de competencia biológica los cambios no se propician, por lo que el ritmo evolutivo se hace más lento al comparársele con aquellas agrupaciones sometidas a más factores de cambio.
A causa de la relativamente pequeña zona geográfica para expandirse, la ya temprana rivalidad con una agrupación biológica similar y haber conseguido en las zonas libres de competencia placentaria otras formas muy especializadas de comunidades animales, se considera a los marsupiales, en su mayoría, menos diverso que los placentarios.
Este grupo era mucho más variado tiempo atrás, pero las especies de mayor envergadura y otras muchas variedades pequeñas, desaparecieron recientemente en el Cuaternario al entrar en contacto con los predadores placentarios, entre los que se incluye al hombre. La fauna sudamericana de ésta era incluía especies que regularmente se vincularían con Australia más que con Sudamérica. Unos de esos ejemplos incluyen enormes marsupiales y monotremas endémicos del mismo orden de los ornitorrincos.
La variedad de marsupiales sudamericanos comprendía desde animales del orden de las zarigüeyas y otras agrupaciones de pequeñas dimensiones, hasta criaturas carnívoras de enorme talla como los esparasodontes de los géneros Thylacosmilus y Borhyaena. En tiempos recientes se ha estado dudando acerca de la clasificación como marsupiales de los esparasodontes en razón de recientes análisis de los fósiles de estos predadores.
Existen algunas aseveraciones acerca de fósiles de mamífero placentario del Eoceno de Australia, en Tingamarra. Estas declaraciones se fundamentan en un solo diente hallado que muestra rasgos característicos de condylartro y ello ha sido discutido con amplitud. Así como su edad, la condición placentaria de este fósil ha sido cuestionada por otros estudiosos.
Sistemática
Es una agrupación muy heterogénea, con especies que evocan a placentarios (ratas, marmotas, topos, lobos marsupiales, etc.). Su régimen alimentario es insectívoro, carnívoro, frugívoro, herbívoro, y en la actualidad su tamaño es muy variable, desde el de un ratón, el pilbará ninguauí de unos 5 centímetros de longitud, hasta el del canguro gigante, que mide tanto como un hombre. El desaparecido Diprotodon, el marsupial de mayor tamaño conocido, tenía el tamaño de un hipopótamo. El marsupial carnívoro de mayor magnitud fue el Thylacoleo carnifex, integrante del orden Diprotodonta.
Exceptuando a los órdenes de las zarigüeyas (didelfimorfos) y zarigüeyas-ratonas (paucituberculados), a los que agregamos a los desaparecidos esparasodontes (que en ocasiones no se estiman como auténticos marsupiales), los otros marsupiales son todos endémicos de la región australiana: koala, canguros, cuscús, lobo marsupial, wómbats, etc. Hay un enorme número de especies arborícolas, como por ejemplo las zarigüeyas en América y los pósums en Australia, así como otras totalmente de tierra como los canguros.
Existen en total diez familias que se congregaban en dos subórdenes, de acuerdo a la dentición; el de los poliprodontos y el de los diprotodontos. En la actualidad las divisiones vivas de los marsupiales son tres: Los marsupiales americanos (Ameridelphia), los marsupiales australianos (Australidelphia) y el clado desaparecido de los esparasodontes (Sparassodonta), aunque en ocasiones como ya se aludió, a estos últimos no se les estima como auténticos marsupiales, pero sí parientes próximos a estos.
El orden Microbiotheria, del cual únicamente es conocida una especie viviente: el monito del monte, se localiza en América del Sur, pero se encuentra más familiarizado con los marsupiales de Australia y se cataloga en los Australidelphia junto a ellos. El clado desaparecido de Sparassodonta si se estima como una agrupación de marsupiales genuinos, se agrupa a los lados de los dos anteriores.
Los poliprodontos (agrupación en desuso hoy en día), que en la antigüedad se llamaban zoófagos, se constituía en suborden por las familias con ocho incisivos, al menos, en cada mandíbula, los de abajo son casi idénticos entre sí, y dotados de caninos arriba y abajo. Se repartían en diversas familias, una americana, la de los didélfidos, las zarigüeyas; y las otras de la fauna australiana: dasiúridos, el Demonio de Tasmania; tilacínidos, lobo marsupial; peramélidos, conejo marsupial; notoríctidos, topo marsupial; mirmecóbidos, hormigueros marsupiales; etc.
El suborden de los diprotodontos (que actualmente se clasifica como un orden de marsupiales) poseía no más de tres incisivos en cada lado de las mandíbulas, carente de caninos inferiores y con el primer incisivo inferior de mayor tamaño que los otros. Son usualmente herbívoros y abarcan a algunos de los animales de mayor tamaño de la fauna australiana.
En 2005 se realizó el hallazgo de un ejemplar prehistórico del género Diprotodon en Australia central, que contaba con un largo de 6,09 metros y una estatura de 1,82 metros. Abarca las familias de los falangéridos, macropódidos (canguros) y fascolómidos, a las que se agregan la de los tilacoleónidos, una familia de marsupiales carnívoros que se encuentra desaparecida en la actualidad.
Taxonomía
La taxonomía biológica es la disciplina científica mediante la cual se ordenan los organismos bajo un esquema de clasificación que se compone de determinadas jerarquías. A continuación la clasificación de los órdenes y familias de los marsupiales:
- Orden Didelphimorphia
- Familia Didelphidae
- Orden Paucituberculata
- Familia Caenolestidae
- Clado Australidelphia
- Orden Microbiotheria
- Familia Microbiotheriidae
- Orden Dasyuromorphia
- Familia Thylacinidae
- Familia Dasyuridae
- Familia Myrmecobiidae
- Orden Peramelemorphia
- Familia Thylacomyidae
- Familia Chaeropodidae
- Familia Peramelidae
- Orden Notoryctemorphia
- Familia Notoryctidae
- Orden Diprotodontia
- Familia Phascolarctidae
- Familia Vombatidae
- Familia Diprotodontidae
- Familia Phalangeridae
- Familia Burramyidae
- Familia Tarsipedidae
- Familia Petauridae
- Familia Pseudocheiridae
- Familia Potoridae
- Familia Acrobatidae
- Familia Hypsiprymnodontidae
- Familia Macropodidae
- Familia Thylacoleonidae
- Orden Microbiotheria
Ejemplos de Marsupiales
Los marsupiales son una agrupación muy diversa, que se compone de topos, canguros, marmotas y ratas. Asimismo presenta distintos tamaños y regímenes de alimentación: herbívoro, carnívoro, insectívoro o frugívoro. La mayor parte de sus especies se localizan en el continente australiano y el restante en América, ya que no existen ejemplares autóctonos en los otros continentes. Algunos ejemplos de marsupiales son:
Canguro
Es el más representativo de los marsupiales, al que a nivel mundial se le conoce por la manera de movilizarse dando saltos. Una de sus imágenes habituales es la de la madre cargando a su bebé en un saco que se localiza en el vientre. Uno de los canguros de mayor popularidad es el gris gigante, el cual mora en pastizales y bosques al oriente de Australia, y que come hierbas y pasto. Es muy parecido a la variedad del canguro rojo, del que se diferencia únicamente en el color del pelaje, cuyo macho puede alcanzar una estatura hasta dos metros y un peso de 66 kilos.
Zarigueya Norteamericana
Este criatura es el único marsupial que existe en Norteamérica, particularmente al norte del río Bravo, y es de costumbres nocturnas. Adicionalmente, esta zarigüeya, que tiene el tamaño de un gato común, anda a solas y es una maravillosa oportunista. Al sentir que se encuentra en peligro, desprende un olor muy repugnante y se lanza a tierra como si estuviese muerta.
Walabí de Pantano
Este animal, bastante frecuente en el norte de Australia y que no se halla en peligro de desaparecer, es similar al canguro pero de inferior tamaño. El periodo de gestación del walabí tiene una duración de 38 días y posteriormente la cría es llevada por la madre por nueve meses en el marsupio. De este marsupial toma su nombre el equipo de rugby de esa nación.
Koala
Propio de Australia, el koala es una criatura de movimientos pausados y conducta pacífica con una aspecto muy singular: cuerpo menudo, cabeza grande (poco frecuente entre los marsupiales), orejas redondeadas y peludas y nariz enorme y negra.
Su dieta se compone primordialmente de eucaliptos y, puesto que ese alimento no le suministra suficientes nutrientes, lleva una existencia sedentaria. En efecto, se la pasa todo el tiempo dormitando entre las ramas de los árboles y, pese a que tiene un parecido con un ‘osito de peluche’, no conforma parte a la familia de los úrsidos.
Comadreja Overa
Repartida a lo largo de todo el continente sudamericano, la comadreja overa se adecua a cualquier clase de hábitats, entre los que se incluye las áreas urbanas. Puede vivir hasta un máximo de cuatro años. Los machos tienen mayor tamaño que las hembras, y los dos sexos exhiben una extensa cola que es tan larga como su cuerpo.
Puede reproducirse hasta en tres ocasiones al año y la gestación interna tiene una duración de 14 días. Tras ese lapso da a luz a crías de un centímetro de largo que se ‘adhieren’ a las ubres de la madre, y se quedan allí por seis semanas. Más adelante trepan al lomo y únicamente se mueven para amamantarse de la leche materna por los próximos seis meses.
Demonio de Tasmania
Finalmente hablaremos de uno de los escasos marsupiales carnívoros que aún existen en el planeta y que es originario de la isla de Tasmania, como su mismo nombre lo señala. Es de tamaño parecido a un perro pequeño, su cuerpo está recubierto de pelaje negro y tiene orejas vistosas de color rojizo.
En lo referente a su conducta, se puede señalar que aúlla con mucha fuerza, come de una manera feroz, puede cazar, pero igualmente se alimenta de carroña y usualmente es bastante solitario. Las crías se mantienen afianzados al marsupio de su madre por unos 100 días, tiempo en el cual alcanzan un peso de 200 gramos y son echados del seno materno.
Un Marsupial con Cara de Perro
El desaparecido tilacino (Thylacinus cynocephalus) era una criatura con cabeza y cuerpo semejantes a los de un perro, que cargaba a sus crías en una saco al igual que los canguros y poseía el pelaje con rayas como el de un felino. Este animal misterioso y representativo de Australia y Tasmania, se clasifica en algunas ocasiones como «lobo marsupial» y otras «tigre de Tasmania», ha significado un genuino quebradero de cabeza para los investigadores por décadas.
Recientemente en un estudio efectuado por investigadores de la Universidad de Brown (EE UU), en el que se han equiparado sus restos con los huesos de 31 mamíferos (entre los cuales se incluyen pumas, panteras, chacales, lobos, hienas…), ha revelado que el animal estaba más emparentado con los gatos, pese a que evidentemente era un marsupial.
De acuerdo a lo publicado por estos investigadores en la revista Biology Letters, el tilacino operaba como un depredador solitario que atrapaba a sus presas en emboscadas, rasgo que lo distingue con claridad de los lobos y perros salvajes, que acostumbran cazar en manadas y por medio de persecución.
El Thylacinus cynocephalus existió por millones de años en Australia continental, y empezó a extinguirse tras los primeros asentamientos humanos en dicho territorio 40.000 años atrás. Su población se vio mayormente afectada al introducirse el dingo, un animal parecido al perro, hace 4 milenios. El último animal de esta especie, denominado «Benjamín», pereció en un zoológico de Hobart en 1936.
Al examinar los restos, determinaron que el húmero del brazo superior del tilacino era oval y prolongado en el extremo más próximo al codo, lo que era señal de que los huesos del antebrazo, el radio y el cúbito, no se encontraban unidos. Eso quería decir que el «tigre de Tasmania» o tilacino tenía la capacidad de girar su pata de modo que la palma quedase hacia arriba, tal cual los gatos. Este desplazamiento del brazo le posibilitaba ejercer un mayor control sobre sus presas luego de un ataque sorpresa, proponen los investigadores.
La Vida de un Marsupial Fósil
Un paleontólogo equiparó en cierta oportunidad su trabajo a reconstruir todo el argumento de una película partiendo de cuatro fotogramas recuperados de un incendio. Muy extrañamente, los eventos y la naturaleza parecen conjugarse para que la labor de los científicos se facilite. Y por primera ocasión en la vida, los investigadores consigue la película integra. Es lo que ha acontecido en un lugar apartado de Nueva Gales del Sur (Australia), en el cual un equipo de especialistas ha conseguido un tesoro fósil que exhibe todas las fases del desarrollo de un mamífero que pobló la región unos 15 millones de años atrás.
El sitio se denomina Riversleigh, un exuberante yacimiento de fósiles reconocido como Patrimonio de la Humanidad en el Parque Nacional de Boodjamulla, en el estado de Queensland. La piedra caliza posibilitó que allí fuese congelada en el tiempo una notable representación de la fauna prehistórica de Australia. En un territorio llamado como AL90, Karen Black y sus asistentes localizaron lo que en su día fue una caverna. «La bóveda y las paredes de la caverna se desgastaron hace millones de años, pero el piso aún queda a nivel del suelo», reseña Black.
«Al parecer los animales se precipitaron por medio de una entrada vertical de la caverna que pudo no ser visible a causa de la vegetación y operó como una trampa natural. Dichos animales, entre los que se encontraban madres con sus crías en el marsupio, cayeron hacia la muerte o bien lograron sobrevivir a la caída pero resultaron atrapados sin escape posible», agrega la paleontóloga.
Como fruto de aquella celada mortal conseguimos todo un repertorio de fósiles de una insólita riqueza. «Es un yacimiento maravilloso e increíblemente extraño», apunta Black. Canguros, bandicuts, murciélagos y una variedad de zorro se encuentran entre las víctimas de tal cavidad. Pero el descubrimiento de mayor relevancia ha sido el de una multitud de cráneos de un animal similar al actual wombat, un ser que evoca a un diminuto oso.
26 Cráneos
Los científicos pudieron reunir una sumatoria de 26 cráneos del Nimbadon lavarackorum que abarcan todas las fases de su existencia, de ejemplares lactantes en el saco de su madre hasta adultos vetustos. Black precisa su estado de conservación como «inusual», lo que ha posibilitado la reconstrucción de la película completa de la existencia de este mamífero desaparecido.
Lo que los científicos han concluido fue publicado en el Journal of Vertebrate Paleontology, y en tal resumen se documenta cómo variaba la configuración ósea de la cabeza de estos marsupiales a través de su desarrollo. Cuando aún eran dependientes de la leche materna para subsistir, los huesos de su rostro crecían para posibilitar la lactancia. De acuerdo a como su dieta variaba de la leche a la hierba, el cráneo crecía en área de agarre para aferrar los poderosos músculos responsables de la masticación, lo que dejaba numerosas cavidades libres.
De acuerdo al coautor del estudio Mike Archer, «esta puede ser la demostración inicial de cómo un mamífero en desarrollo paga cuando necesita comer verde: transformándose en un cabeza hueca». Así como los de hoy día, los marsupiales de aquel tiempo nacían luego de una breve gestación y acababan su desarrollo inicial en el marsupio materno. No hay disponible una teoría solida acerca de por qué estos mamíferos, que en las otras partes del planeta sucumbieron a la batalla evolutiva contra los placentarios, pudieron prevalecer en Australia.
Dos Opciones de Vida
En la antigüedad se consideraba que los mamíferos marsupiales eran, desde una perspectiva evolutiva, más primitivos que los placentarios. No obstante, hoy conocemos que las dos ramas surgieron de un predecesor común unos de 100 millones de años atrás, cuando aun los dinosaurios dominaban la tierra.
Batalla Evolutiva
Pese a que en la actualidad los mamíferos que crían a sus pequeños en un saco son representativos de Australia, en cierta época poblaron todo el planeta. Se estima que los placentarios lograron un éxito evolutivo tan grande que arrollaron a los marsupiales, pero aún no es evidente por qué motivo estos resultaron triunfantes en Oceanía.
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