Manifiesto del partido comunista ¡Todo sobre el libro!

En este apartado le presentaremos un esbozo del manifiesto del partido comunista, un documento muy importante e influyente en la historia contemporánea mundial. ¡Quédese con nosotros!

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El manifiesto en su versión alemana

Introducción al Manifiesto comunista

Sin importar su ideología o pensamiento político, cualquier persona podría estar de acuerdo en que el manifiesto del partido comunista es uno de las alianzas políticas más importantes de toda la historia y un elemento imprescindible para comprender la segunda mitad del siglo XIX y el siglo XX.

Gracias al manifiesto del partido comunista, se conoció todo el desarrollo de ideas como el comunismo, el socialismo o el marxismo. Todas ellas, aplicadas a diversos campos o ámbitos de estudio sociopolíticos y económicos, han ayudado a definir posteriormente la realidad a través de sus enfoques.

En el año 1847 uno de los altos representantes de la organización comunista de la época por los lados de Europa, convenció a un par de destacados filósofos a ingresar y una vez que aceptaron, se les asignó la tarea de redactar un manifiesto con las ideas principales del comunismo.

Como resultado de la asignación de la tarea se obtuvo  fue un panfleto de veinte y tres  páginas de la Liga de los Comunistas. Este documento fue publicado el 21 de febrero de 1848 en Londres, creado por Karl Marx y Friedrich Engels.

Resumen de contenido del manifiesto comunista

Este escrito, también llamado, documento-programa del comunismo científico, el manifiesto del partido comunista, considera Lenin que fue escrito con genial claridad y brillantez, se esboza una nueva concepción del mundo; un materialismo consecuente, que abarca el dominio de la vida social.

La dialéctica, como la doctrina más profunda y general del desarrollo; la teoría de la lucha de clases y el papel revolucionario histórico-mundial del proletariado, creador de la nueva sociedad comunista. Para Stalin, este manifiesto es “el cantar de los cantares del marxismo”.

Durante la década de 1880 aumentó la influencia del pensamiento de Marx entre los partidos obreros y la circulación del llamado manual de los comunistas se extendió por todo el mundo.

El interés por la obra de Marx se afianzó y creció por su papel en la Asociación Internacional de Trabajadores entre 1864 y 1872 así como por el levantamiento de dos partidos de clase obrera en Alemania fundados por miembros de la Liga de los Comunistas. Marx fue considerado como un líder subversivo, temido por los gobiernos debido a la defensa  que hiciera de la Comuna de París.

Engels escribió un nuevo prefacio para poner al día el texto a raíz de los movimientos revolucionarios de 1848, aunque no se logró distribuir de forma legal. En este período se publicaron al menos nueve ediciones en seis idiomas. También te puede interesar el siguiente artículo sobre Literatura contemporánea.

Capítulos del manifiesto comunista

El manifiesto del partido comunista está compuesto por cuatro capítulos: 1) Los burgueses y los proletarios; 2) Los proletarios y los comunistas; 3) La literatura socialista y comunista; 4) Las relaciones de los comunistas con los distintos partidos de oposición.

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Capítulo I: Los burgueses y los proletarios

La idea de Marx y Engels, da un breve enfoque del cambio histórico de la sociedad esclavista por la feudal, la lucha de clases como ley fundamental del desarrollo de todas las sociedades antagónicas y de la feudal por la capitalista.

Además, analizan las causas del inevitable hundimiento del capitalismo, por la fuerza de sus contradicciones internas irreconciliables y dan importancia al objetivo final de la clase obrera: El comunismo.

La ruina de la burguesía y el triunfo del proletariado, escriben Marx y Engels, son “igualmente inevitables”. Presentan una especie de enfrentamiento: el proletariado ha de desplazar a la burguesía, la cual ha generado un sistema económico, que ahoga a la sociedad.

Vale destacar que, sin duda y reafirmando lo ya escrito, uno de los puntos fuertes del comunismo, es la idea de lucha que hay entre los burgueses y el proletariado. Se debe afianzar que en esta lucha, el proletariado ha de acabar con la burguesía, la cual ha creado un sistema económico, que asfixia a la sociedad.

El manifiesto del partido comunista sienta las bases y recomienda que para ello, deberán realizar una revolución que acabe con el sistema establecido y así poder llegar a crear un gobierno comunista que trate al proletariado como se merece.

Capítulo II: Los proletarios y los comunistas

Este capítulo se centra en explicar los fundamentos del papel del Partido Comunista, como formación inseparable de la clase obrera y su vanguardia, también la descripción y presentación del programa del Partido Comunista. El objetivo fundamental del programa de lucha que siguen los comunistas es:

  • La desaparición de la propiedad privada sobre los medios de producción y la imposición de la propiedad social, sobre la cual se abrirán todas las posibilidades para el libre desarrollo del individuo y el florecimiento de la cultura y la ciencia.
  • Las relaciones económico-sociales sólo se lograrán a través de la revolución comunista, originando un cambio radical en la existencia social y en la conciencia de los hombres.

Lenin también dijo, que en el manifiesto se encuentra el ingrediente de «una de las más notables e importantes ideas del marxismo sobre el problema del Estado, a saber, la dictadura del proletariado. El primer paso de la revolución obrera, escriben Marx y Engels, es la conversión del proletariado en una clase dominante».

Capítulo III: La literatura socialista y comunista

En este capítulo se encuentra una profunda crítica a las diversas manifestaciones y corrientes socialistas, no proletarias, que convivían antes de escribirse el manifiesto comunista y durante el período de su redacción y preparación.

Capítulo IV: Las relaciones de los comunistas con los distintos partidos de oposición

En este último capítulo del manifiesto podemos encontrar las bases de la estrategia y tácticas del Partido Comunista. En él se indica que los comunistas apoyan sin ninguna duda, todo movimiento revolucionario, dirigido contra el régimen político y social existente, hasta la lucha incondicional contra la burguesía  y contra el feudalismo.

Sin embargo, los comunistas no olvidan en ningún momento la cuestión fundamental: formar, entre los obreros, una clara conciencia sobre la oposición represora del proletariado y la burguesía.

Procurando en todos los rincones donde pudiera surgir, la unión y unificación de las fuerzas democráticas de todos los países, los comunistas declaran a viva voz, que sus objetivos sólo pueden alcanzarse a través del  derrocamiento por la fuerza de todo el régimen existente hasta hoy.

En la frase o llamado con el que finaliza el manifiesto comunista: “¡Proletarios de todos los países: uníos!”, se proclama el carácter internacional del movimiento comunista.

El triunfo del socialismo en la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas- U.R.S.S., dirigido por el partido Lenin-Stalin, trajo consigo el gran triunfo de las ideas expuestas por Marx y Engels en este manifiesto, manual y guía de la Revolución Comunista.

La actitud de los comunistas hacia otros partidos de la oposición

Siendo este el tema de fondo del capítulo, se dará a continuación una opinión o punto de vista: Si se instala una dictadura del proletariado, no será posible encontrar ningún otro partido que no sea el comunista, pues no hay apertura a una idea diferente a la establecida por el partido, es decir, aunque el proletariado ha realizado una revolución para deshacerse del gobierno anterior y de su sistema, una vez instaurado el Comunismo, no habrá otra forma de gobierno.

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Marx y Engels

Ideas principales del Manifiesto Comunista

Considerando que se hizo una reseña de los capítulos de tan importante tratado, podemos resaltar y resumir que uno de los puntos más importantes de este libro, es sin duda la ideología que se alberga en él, siendo los propios pensamientos de Marx los que quedaron plasmados en éste. Las ideas principales de la obra y por tanto del pensamiento marxista son:

  • La sociedad que existe en cada país viene dada o enmarcada en el modo de producción de dicho país, es decir, de sus relaciones económicas se derivan sus relaciones sociales.
  • Las clases sociales que aparecen tras la integración de un modelo socioeconómico basado en el comercio son bastante desiguales, quedando el poder en manos de un grupo muy pequeño, mientras que la gran masa queda explotada, ya que la primera es la dueña de los medios de producción, aun cuando la segunda los trabaja.
  • Se eliminarán las propiedades privadas si el proletariado se organiza a comenzar una lucha por sus derechos, realizando una verdadera revolución que acabe con el sistema socioeconómico establecido para llegar al modelo comunista, en el cual todos reciben por igual. Con ello terminará el fin del dominio de la burguesía.

En un primer momento, cuando Marx explicó su teoría, necesitó de la burguesía y debía ser una aliada segura, porque por ser la dueña de los medios de producción y por ende, del poder económico, necesitaba de su ayuda para realizar una revolución que acabara con los gobiernos europeos, donde las monarquías y la nobleza tenían todo el poder.

Quiere decir entonces, que aunque en un principio encontraremos una unión del proletariado y la burguesía para acabar con un sistema prestablecido que no beneficiaba a ninguno, más adelante, se les manifestó claramente cuáles debían ser las relaciones entre unos y otros, dándoles  la espalda para por fin crear un verdadero gobierno comunista.

La literatura comunista

Como es normal en todo pensamiento político o cualquier otra corriente de gustos y preferencias en la vida, el ideario comunista encontrará un gran número de seguidores. Estos crearán una literatura propia con las ideas provenientes de Marx y más tarde de Engels.

A diferencia de otros casos, esta literatura fue muy abundante por toda Europa y EEUU hasta mediados de la Segunda Guerra Mundial, momento en el cual comenzó a verse el comunismo como un mal mayor. Hasta entonces encontraremos un gran compendio de literatura que nos intentará explicar los diferentes sistemas económicos que ha habido a lo largo de los siglos y cómo se ha llegado a este momento de la historia.

Los detractores del manifiesto comunista

En vez de discutir si los fines marxistas son deseables, mostraremos solamente cómo sus conclusiones son incompatibles tanto con sus propias premisas como con la realidad empírica.

No se hará mención al fracaso histórico de los proyectos marxistas, sin establecer excusas como “no era socialismo real”. Atacaremos los pilares imprescindibles para considerar «marxista» a una teoría económica: sin apoyarlos, denominarse marxista carece de sentido, más allá de la pura nostalgia (que no entiende de rigor).

1. Teoría de los salarios

Se debe tener en cuenta la importancia de si se cree que el capitalismo tiende a colapsar, es por su teoría de los salarios. Es decir, el marxismo como teoría económica se basa en el siguiente error: “Marx pensaba que los trabajadores en el capitalismo sólo recibirían el salario suficiente para cubrir las más básicas necesidades de supervivencia”.

Marx detalló por qué consideraba que este proceso era inevitable. El capitalismo necesariamente causará, con los salarios, su propia destrucción su actitud anticientífica: en lugar de llegar a sus conclusiones y análisis, Marx dio con la conclusión que más convenía a su ideología y sólo después, se pasó veinte años buscando una justificación para ella.

La idea queda clara: toda mejora en tecnología o educación traerá siempre más plusvalía, nunca más salario. Los empresarios usarán las bajadas de sueldos como arma entre ellos para absorberse unos a otros, concentrando el capital (sobre la relación entre esto y la tasa de ganancia haría falta un post aparte).

Con el tiempo, los salarios caerán hasta que la menor bajada matase al obrero de hambre: el mínimo de subsistencia. Así, el propio sistema llevará a los obreros a una situación tan miserable que se rebelarán, dando paso al socialismo.

Como tras siete décadas desde el Manifiesto los salarios se habían multiplicado, Lenin sentenció que ello no suponía que Marx se equivocara (faltaría más), sino que era una anomalía fruto de la ‘super-explotación’ de las colonias.

2. Propiedad de los medios de producción

Marxismo es centrar tu cosmovisión en la propiedad de los medios de producción (MDP); todo lo demás es antirrevolucionario. Al socialdemócrata que sugiere poner el foco en la desigualdad de renta y riqueza (esto es, decir ricos y pobres en lugar de burgueses y proletarios) se le acusa de revisionismo.

Si el problema no fuese estructural, de base, el capitalismo podría reformarse y la revolución sería innecesaria. En vez de socializar los medios de producción, bastaría con redistribuir sus frutos.

3. Interés de clase

En este apartado se esclarecerá cómo esto supone un triple error. Desde la lógica económica de la Teoría de Juegos, los propietarios y no-propietarios no tienen intereses objetivos, comunes y antagónicos. Veamos por qué:

  • Si el interés de la clase burguesa es el de los propietarios y el interés de la clase obrera es el de los que no son propietarios, el apartado anterior cristaliza aquí un problema evidente: ¿qué queda del interés objetivo de la clase proletaria cuando todo el mundo es pequeño burgués?
  • Si cualquier obrero aburguesado viviría materialmente peor bajo el socialismo, por mucho que lo considerase ideológicamente más justo, ¿qué interés común puede tener la aristocracia obrera con el proletariado?
  • Es posible que los obreros vivirían peor dentro del socialismo (y lo inverso ocurre con ciertos pequeños burgueses, como los autónomos precarios), ¿qué antagonismo queda cuando hay obreros con intereses antirrevolucionarios y burgueses con intereses anticapitalistas?

Todo ello subraya lo obvio, basar el análisis en “propietarios” y “no-propietarios” para poder decir que reformar el capitalismo es imposible, sólo da problemas. Al contrario que hablar de ricos y pobres, como sugirieron los socialdemócratas (a los que la línea dura del marxismo-leninismo exterminó, allí donde pudo).

Por si fuera poco, como señala José Luis Ferreira, el marxismo caracteriza mal el concepto de lucha de clases. Partiendo de su errónea idea de ‘interés’, cae en el funcionalismo (lo cual subrayaría décadas después el propio Lenin), que a cierto grupo le convenga actuar de cierta manera no significa que vaya a hacerlo.

4. Teoría de la Explotación

La misma torpeza metodológica que llevó a los marxistas a los tres errores anteriores se refleja también en su amor-odio al término “explotación”. Veremos los problemas que genera entenderla como “producción en la que el obrero no recibe el fruto completo de su trabajo” (siendo la plusvalía la parte que no recibe).

Antes de profundizar al respecto, conviene aclarar que Marx siempre habló de explotación forzosa. Es decir, aquella en la que la alternativa a ser explotado era morir de hambre.

Sin embargo, este ‘chantaje’ es una premisa innecesaria: ¿de existir una renta básica que garantizase el sustento, recibirían el fruto completo de su esfuerzo quienes decidieran trabajar? Obviamente no. Los capitalistas seguirían quedándose con la plusvalía (de acuerdo al criterio marxista). Ergo habría explotación, aunque no fuese forzosa.

Otra afirmación nada cierta gira en torno a la idea de gestión empresarial. Muchos marxistas creen que el empresario no hace absolutamente nada. ¡Craso error!, señalarían los grandes economistas soviéticos como Nikolai Bukharin. Asume riesgos, asigna capital y organiza a los trabajadores. Esa es su aportación a la producción.

Un comité de obreros puede encargarse de ello (aunque hacerlo reduciría su productividad), pero es imprescindible que alguien haga de empresario. Marx no le llama explotador por recibir algo sin aportar nada, sino por quedarse con lo que aportan otros (además de lo que aporta él). Sutil diferencia. Si te ha gustado este artículo, te invito a que visites La Ciudad y los Perros Libro de Mario Vargas Llosa.


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