Lucio Anneo Séneca (Parte 2)

Séneca

La vida de Séneca, muy cercana a los centros de poder, nos es bien conocida gracias a los testimonios de autoritarios historiadores romanos de la época como Tácito, Suetonio y Dión Casio. Para comprender en profundidad la relación que mantiene Séneca con el poder, primero debemos analizar el tiempo histórico en el que se encuentra.

El principado de Nerón fue un período muy difícil, lleno de tensión y terror, aunque todo esto no sucedió de inmediato. De hecho, nada más ascender al trono, Nerón, también gracias al firme apoyo de hombres como Séneca y Afranio Burro, consigue mantener un equilibrio dentro del Imperio Romano. Este período de prosperidad fue llamado por los historiadores quinquenio Neronis o quinquenio felix, precisamente porque fueron cinco años de paz y serenidad.

Poder, política y moral

Desgraciadamente, este quinquenio fue seguido por un período dominado por el miedo y la locura de Nerón, que colocó un giro autocrático en el principado, reemplazando a las dos figuras que antes lo flanqueaban. Burro es sustituido por Tigelino, mientras que nadie ocupa el anterior cargo de Séneca. Séneca no renuncia a exponerse personalmente y no se retrae ante los compromisos que le impone la participación en la vida política, pero a menudo paga cara su fama y riquezas acumuladas, hasta que se ve obligado a suicidarse.

Cronológicamente, en el 39 d.C., arriesga su vida a las órdenes de Calígula y dos años después es obligado a exiliarse en Córcega por Claudio, hacia quien pasa de asumir una actitud halagadora para obtener su perdón escribiendo la Consolatio ad Polybium, a vengarse de su muerte. muerte, expresando todo su odio hacia él en la Apocolocyntosis, obra en la que se burla ferozmente de él. Convertido en preceptor de Nerón, trató de basar su gobierno en los principios del rex iustus, teorizando la figura del príncipe ilustrado en la De clementia, pero pronto se apoderó del carácter autoritario y despiadado del joven emperador.

Séneca y la política

Séneca, a diferencia de otros escritores contemporáneos, siente el deber de participar durante la mayor parte de su vida en la actividad política. Para él es muy importante la relación entre vida activa y vida contemplativa, vida pública y vida privada, negotium y otium, individuo y sociedad. Permanece íntimamente ligado a un principio: «la tarea del hombre es ser útil a los demás hombres». Para ser útil, Séneca afirma que el hombre virtuoso no debe eludir sus responsabilidades humanas y civiles. La moral de Séneca es de hecho una moral activa, fundada en el principio del bien común.

Así que la relación de Séneca con el principado es problemática. Contento inicialmente con el principado de Nerón, escribiría una obra al nuevo emperador Nerón, titulada De Clementia. En esta obra Séneca elogia la moderación y la indulgencia del princeps, dando también un modelo de comportamiento que este debería seguir. El gobernante clemente, dice el autor, debe comportarse con sus súbditos como un padre con sus hijos. El mejor método para educar a los sujetos es siempre el de la persuasión y la amonestación, nunca el de la amenaza y el terror.

El poder es el poder

Séneca no cuestiona el poder absoluto del emperador y, de hecho, lo legitima como un poder de origen divino. El destino le ha asignado a Nerón la tarea de gobernar a sus súbditos y debe realizar esta tarea sin hacerles sentir el peso del poder, y debe ser también el garante de la proporción universal. Él propone una sola regla en el trato con los esclavos: «Vive con tu inferior como te gustaría que tu superior viviera contigo».

El rey es el jefe del Estado, los súbditos son los miembros, por lo tanto éstos están dispuestos a obedecer al rey como los miembros obedecen a la cabeza y están dispuestos a afrontar hasta la muerte por él: «Él, en efecto, es el vínculo gracias a el cual el estado subsiste unido, es el espíritu vital que respiran todos estos miles de hombres. Ellos, en sí mismos, no serían más que una carga y una presa para los demás, si faltara esa alma del Imperio».

Séneca y Nerón

De Beneficis de Séneca

Habiendo advertido el fracaso de la educación moral de Nerón, Séneca escribe De Beneficis, un tratado de siete libros que trata el tema del saber dar y recibir un beneficio, entendido como la donación concreta de un bien, y toca también la concepción según a los que sólo la suerte puede determinar la condición de libertad o esclavitud. Todo hombre debe, pues, saber construir su propia gloria con trabajo y esfuerzo, sin contar con la que le dejaron sus antepasados.

Séneca, precisamente por sus “inconsistencias” frente al poder, ha logrado mantener una reputación considerable a lo largo de los siglos por una doble razón: los regímenes totalitarios y despóticos aprecian su comportamiento como sujeto, mientras que los intelectuales comparten su manera de oponerse a los gobernantes.

Séneca está fascinado por la moralidad estoica y la utiliza para satisfacer las exigencias de la vida práctica. Sin embargo con el suicidio logra entregar su imagen a la historia, redimiendo una vida ciertamente contradictoria. Quizás esto fue lo que le dio mayor fama y, con su propio suicidio, escribió una página importante de su existencia.

La libertad ante todo

Séneca en sus tragedias se centrará en un lado casi desconocido de su personalidad, a saber, el del vir sapiens et bonus, que se suicidará por la justa causa de la libertad. La libertad, para Séneca, está dentro de nosotros y nadie la puede comprimir: en la sabiduría, en el desprecio de nuestro cuerpo efímero, la libertad es más segura. Si sabemos volvernos hacia cosas más grandes que la esclavitud del cuerpo, conquistaremos la libertad interior, nos convertiremos en posesión de nosotros mismos. «¿Me estás preguntando cuál es el camino para ir hacia la libertad? Cualquier vena de tu cuerpo».

Lo que realmente importa es sólo saber distinguir el bien del mal, porque sólo quien lo logre será verdaderamente libre, porque la libertad no proviene del hecho de nacer en una determinada clase, ya sea pobre o noble. Para el escritor, la batalla por la conquista de la libertad sólo puede librarse con el arma de la filosofía, tanto que afirmó que sólo los sabios son libres.

Pensamiento filosófico de Séneca

Séneca no es un filósofo ni un pensador sistemático: su intención principal es transmitir un concepto de la vida y unos valores morales determinados, de hecho su producción es muy diferente a la de otros pensadores de la antigüedad como Platón o Aristóteles. No desea ofrecer un sistema filosófico, sino señalar a sus seguidores y lectores las virtudes morales del estoicismo. Aunque la mayor parte de sus obras literarias se engloban bajo el título genérico de «diálogos», estos se distinguen claramente de los platónicos para adoptar en cambio la forma de monólogos reales, en los que Séneca se dirige a cualquier persona interesada en su pensamiento.

El carácter asistemático del pensamiento de Séneca y la proclamada independencia de las fuentes son una constante fija en toda la obra del filósofo. De toda la producción de sus obras surge una personal reinterpretación de los saberes transmitidos al filósofo por los maestros que convive con el claro predominio del estoicismo. Los dos principios básicos de la filosofía senequiana se derivan precisamente del estoicismo: la naturaleza y la razón. Según Séneca, el hombre debe ante todo amoldarse a la naturaleza y, asimismo, obedecer a la razón, vista como ratio, griego logos, principio divino que gobierna el mundo.

Roma y Séneca

Los sabios no son inhumanos, una de las ideas de Lucio

Una nota de particular desapego de la doctrina estoica subyace en la figura del sapiens, el sabio. El espíritu latino pragmático de Séneca lo lleva a eliminar los rasgos inhumanos atribuidos al sabio. La sabiduría toma así la forma de dominación racional de las pasiones y no de apatía e inmunidad a los sentimientos.

La ascesis espiritual del sabio consta de cinco etapas fundamentales: el triunfo sobre las pasiones, como el miedo, el dolor y la superstición; el examen de conciencia, práctica común en la doctrina pitagórica; la conciencia de ser parte del lògos y por tanto darse cuenta de que somos criaturas razonables, parte del proyecto providencial de la razón; autoaceptación y reconocimiento, de hecho el sabio reconoce lo que es parte de la razón y lo que no, dándose cuenta de que él es parte de ellay finalmente el logro de la libertas interior: a través de la razón el hombre puede vivir felizmente.

La sabiduría se configura así como un medio y no como un fin. Se configura como el medio por el cual el hombre alcanza la libertad interior y no el conocimiento por sí mismo.

Aristóteles y Séneca

En la perspectiva filosófica de Séneca también encuentra espacio la concepción filosófica de las ciencias inspirada en Aristóteles. El estudio de los fenómenos naturales, en efecto, permite al hombre conocer la proporción a la que todos pertenecen y, a través de ellos, asimilarse a ella.

Séneca también define cuatro aspectos prácticos fundamentales de la sabiduría: la templanza que ayuda a dominar las pasiones; la fortaleza, útil para contrarrestar los miedos; la prudencia, gracias a la cual se pueden prever con antelación las acciones a realizar; justicia,con lo cual puedes asignar a cada uno lo que le corresponde. Cuando el ser humano logra alcanzar la virtud, se libera de los miedos y angustias propios de su condición mortal y física y puede por fin pretender ser verdaderamente feliz, porque su plena realización consiste en la virtud y en su propia superación y no está sujeta a a los caprichos de la fortuna, ni depende de la riqueza o la salud, que están fuera de nuestro control o dominio y por lo tanto no están en nuestro poder.

La filosofía y las letras conviven perfetamente con el poder

Séneca es ciertamente un filósofo y un hombre de letras que supo colaborar de manera auténtica con el poder, dejando una huella positiva durante los años de actividad junto al joven emperador, colaborando activamente para el bien público, pero que también sabe distanciarse. de ella cuando ya no representa un modelo positivo, renunciando a privilegios y favores sin arrepentirse de ellos, como declara en De vita beata: «capaz de gozar de las riquezas cuando existen, pero capaz de prescindir de ellas si cesan».

Por otro lado, su retiro de la vida pública tuvo consecuencias nefastas para Nerón quien, dejado solo para gobernar, en los últimos cinco años de su poder, generó tanta desaprobación por parte de los ciudadanos que fue condenado, tras su muerte, a la «damnatio memoriae», la peor condena que podía sufrir un romano, mientras que el recuerdo de Séneca permanecerá a lo largo de los siglos por su profunda sabiduría y su compromiso público.

En una situación de irremediable inestabilidad política y social en el Caput Mundi de la época, Séneca expresa todas las ambigüedades, límites y aspiraciones de una clase intelectual, que quedó como la única en oponerse al poder político despótico, tras el sometimiento de la clase senatorial. Con Séneca fracasa la posibilidad de que la clase intelectual cumpla una función orgánica dentro del poder político. Después de él los «consejeros del príncipe» serán libertos y cortesanos y los intelectuales sólo podrán contar lo que sucede.

También puedes leer Lucio Anneo Séneca (Parte 2)


Sé el primero en comentar

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Actualidad Blog
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.