Los jardines colgantes de Babilonia son una de las 7 maravillas del mundo antiguo. Eran unos jardines aterrazados, que formaban una montaña y donde crecían exuberantes árboles frutales o palmeras. Desde donde las figuras y fuentes adornaban cada rincón. Un juego de naturaleza, color, agua y mano del hombre.
Hoy hablamos de ellos, de cómo eran, cuando se construyeron, qué les ocurrió y, así podremos comprender porqué son una de las 7 maravillas del mundo antiguo.
Los Jardines Colgantes de Babilonia
En el siglo IV a. C. comenzó la construcción de los Jardines Colgantes de Babilonia, durante el reinado de Nabucodonosor II en aquella ciudad antigua que los escritos además de por Babilonia mencionan como Babel. Seguro que os suena también «la torre de Babel».
En aquella ciudad levantada a orillas del río Eufrates decidió el rey realizar unos jardines en honor al amor que sentía por su esposa Amitis. Aunque lo cierto es que no se sabe exactamente donde estuvieron dichos jardines, ya que no se ha encontrado ningún hallazgo arqueológico que los pueda ubicar concretamente. Ni tampoco se sabe si aquella fue su fecha de creación, ni si los realizó Nabucodonosor II. Lo que conocemos de ellos se debe a los documentos, sobre todo de griegos y romanos, que han llegado a nuestros días y que ensalzan la belleza de aquellos jardines.
Entre la leyenda y la historia
La versión de que los jardines los realizó Nabucodonosor II por amor a su esposa no es la única que se ha encontrado de porqué se crearon los jardines. Hay otra versión que cuenta que fueron creado en el siglo IX bajo el reinado de Sammuramat, una reina valiente que conquistó India y Egipto.
La versión primera es la más aceptada y en ella se cuenta como Nabucodonosor II aliado con los Medas atacaron el imperio Asirio poniéndole fin. Con aquella alianza Nabucodonosor se casaría con Amitis una princesa Meda para sellar la relación con los Medas. Ambos vivirían en Babilonia. Sin embargo, a pesar de las riquezas y comodidades, la princesa echaba de menos las montañas, los árboles, ríos y flores. Todo aquello que había cambiado por un desierto. Ese sería el motivo de que su esposo mandara construir los jardines más maravillosos que han existido.
Lo que si sabemos es que se realizaron en la antigua Mesopotamia y que numerosos autores describieron su belleza en sus relatos. Los Jardines llenaron textos, pinturas, pero a día de hoy se tienen dudas de si existieron en realidad o fue algo más perteneciente a la imaginación de poetas y artistas.
Es cierto, que puede existir algún tipo de resto bajo el propio Éufrates pero no pueden ser excavadas en la actualidad ya que cambió su curso cientos de años atrás.
¿Cómo eran los Jardines de Babilonia?
Los jardines son descritos y mencionados en los textos antiguos por diferentes personas. Todos ensalzan su belleza y majestuosidad. Pero los relatos difieren entre ellos en la descripción. Serían relatos de Diodoro Sículo (60-30 a.C.), Josefo (37-100 d. C.), Quito Curcio Rufo (siglo I d. C.), entre otros.
Lo que coincide entre ellos siempre es cómo aquellos jardines estaban dispuestos en plataformas y como las aguas del río los regaba en una labor de ingeniería elogiable. El agua se elevaba mediante un tornillo de Arquímedes.
La entrada a Babilonia estaba prohibida para los viajeros, pero los jardines eran algo que sí podía ver sin dificultad. Aunque se los llame «Colgantes», en realidad eran jardines que sobresalían en terrazas unas alzadas sobre otras, con pilares cúbicos y rellenas de tierra para poder ser plantadas. La arquitectura de los jardines eran pilares, bóvedas y terrazas. Y se les ubicaba anexos al palacio.
Algunos arqueólogos como Robert Koldewey sostienen que los jardines tendrían una disposición circular y más privada de lo que se ha difundido todo este tiempo. El arqueólogo encontró una serie de cimientos de terrazas con canales para el agua a cientos de metros del Éufrates y en ello basa su teoría que otros después de él siguen sosteniendo.
Lo curioso es que todos estos autores que describen los jardines vivieron muchos años después de cuando se supone que existieron y, para entonces, Babilonia había sido destruida en numerosas ocasiones y poco o nada podrían haber visto ellos de tales jardines. Otros autores como Herodoto que visitó Babilonia en el siglo V a.C. y que la describe con todo lujo de detalle, no menciona nada de los supuestos jardines. Todo ello hace que la intriga continúe, ¿es posible que se hicieran después? ¿Es posible que fueran más leyenda que realidad?
El final de Babilonia y de sus jardines
Babilonia fue cayendo en decadencia, al igual que el Imperio neobabilónico, y los jardines fueron perdiéndose con el paso de los años. Se sabe que con la llegada de Alejandro Magno al lugar, aquella maravilla antigua eran ruinas abandonadas. En 126 a.C. fueron completamente destruidos por el rey Evemero.
Babilonia quedó relegada a una fuente inmensa de material de construcción como ladrillos, que podían usarse para realizar otras construcciones.
Pasó a denominarse una de las 7 maravillas, en el siglo XVI, después de que el pintor Maerten van Heemskerck realizara una pintura de lo que cómo creía que fueron las maravillas del mundo antiguo. Aquella obra abrió el debate hasta que se establecieron las 7 maravillas del mundo antiguo que conocemos hoy.
En 1899, el arqueólogo Robert Koldewey, encontró la puerta de Ishtar y Babilonia saltó del mito a la realidad. Desde entonces se ha ido excavando para ir descubriendo aquella ciudad antigua, hasta que en 2019 Babilonia fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Ha día de hoy, los Jardines Colgantes de Babilonia, siguen despertando la curiosidad de muchos. Algunos siguen buscando entre el desierto con la esperanza de poder localizarlos, otros creen que es más fruto de la leyenda y el arte. Sea como sea, aquellos jardines que crecían sobre la tierra pero que cuyas raíces se enrejaban formando al mismo tiempo tejados, son uno de los misterios y maravillas del mundo antiguo.