Conoce las Leyendas de Bolivia, interesantes relatos de este país

Bolivia, es un país colmado de historias que han ido pasándose de generación en generación, inclusive traspasando sus fronteras. Los mitos y Leyendas de Bolivia, se derivan de su cultura nativa, originaria de los indígenas, además de creencias religiosas y católicas.

Leyendas de Bolivia

Bolivia, es un país latinoamericano caracterizado por su diversidad cultural, su tradicionalismo religioso y su amplia gama mitológica. Es por ello, que en su haber, cuentan con muchas historias sorprendentes, así como fabulosos mitos, siendo conocidas en el mundo entero muchas de sus leyendas.

Con el paso de los años, su cultura se ha ido constituyendo derivado de las influencias de una gran variedad de grupos étnicos, que desde tiempos muy antiguos, han habitado su territorio. De igual manera, cabe destacar el papel importante que ha jugado la influencia de la cultura europea, luego de las exploraciones de la colonia española a tierras de América.

Se dice que inclusive, algunas de ellas se remontan a los tiempos en los que aún no se conocía la escritura, o por lo menos no en la manera como la conocemos actualmente. Muchas de estas crónicas, tuvieron su nacimiento en la Bolivia antigua, originadas como ya se ha venido señalando anteriormente, durante la época de la colonización española, con la llegada de los conquistadores.

Los temas más frecuentes en los que se basan la mayoría de las leyendas de Bolivia, son aquellas relacionadas con el origen del universo, o también con las apariciones de animales raros con características extraordinarias, o criaturas mitológicas, al igual que ocurre con mitos y leyendas de otros países de Sudamérica.

Leyendas Urbanas

Los mitos y leyendas de Bolivia de carácter urbano, se han hecho muy populares en varias de las regiones latinoamericanas, debido a que muchas de ellas, son narraciones contentivas de gráficas descripciones fantásticas, que pueden comprenderse fácilmente en todo el mundo. También puedes leer sobre el tema de Mitos de Honduras

Los Fantasmas del Hospital del Tórax

Una de estas leyendas de Bolivia más conocidas es la que hace referencia a los fantasmas que visitan el hospital del Tórax. Por siempre se ha dicho que dentro del hospital, suelen aparecerse fantasmas constantemente, así como otras entidades del más allá.

Una de las historias más sonadas en relación al hospital del Tórax, situado en La Paz – Bolivia,  es una narración hecha por parte de una de sus enfermeras de nombre Wilma Huañapaco, la cual pasó a formar parte de esta leyenda urbana.

Los hechos transcurrieron un día 4 de agosto, luego de haber completado su guardia, la cual para ese día fue de doble turno. Cuenta la enfermera, que se encontraba ordenando la documentación vinculada con los pacientes que había atendido ese día, se percató de que  ya era cerca de las 2 a.m.

De repente, comenzó a sentir que el ambiente se tornaba sumamente denso y una sensación de mucha pesadez invadía su cuerpo, impidiendo de alguna forma que pudiese moverse de la silla donde se encontraba. También sus sentidos se vieron afectados, pues no podía hablar, escuchar, ni oler nada.

Leyendas de Bolivia

Intentando moverse, giró su cabeza hacia atrás y vio la figura de un hombre muy alto, rodeado de una extraña luz de color verde. La silueta de aquel hombre se desvaneció y fue entonces cuando la enfermera retomó control sobre su cuerpo y sentidos, continuando con su trabajo.

La enfermera asegura que aquello que había presenciado, no se trataba de ninguna alucinación, ya que estuvo despierta en todo momento, pues debía cuidar a muchos pacientes enfermos. Al ser interpelada en referencia a la ocurrencia de aquel hecho, la enfermera relato que desde muy niña tenía esa capacidad de ver y percibir la presencia de fantasmas, espíritus y otros seres sobrenaturales.

Este es solo uno de los tantos casos que han sido reportados sobre tipos de experiencias extrasensoriales y que vienen ocurriendo desde hace muchos años dentro del nosocomio.  Inclusive, existen informes descritos por algunos camilleros, que también aseveran haber visto fantasmas de todo tipo, en particular, un hombre que camina por los pasillos de urgencias y que no tiene cabeza.

El Hospital del Tórax, conocido en la Paz – Bolivia como el Hospital General, se encuentra ubicado muy cerca de la morgue, un hecho que le da cierta explicación lógica del por qué los fantasmas lo visitan tan frecuentemente.

El Fantasma del Cementerio Jardín

La leyenda de la Bolivia urbana conocida como El Fantasma del Cementerio Jardín está llena de casos, cuyos protagonistas al contar sus experiencias, solicitaron que sus nombres no fuesen registrados. Una de las características con las que cuentan las leyendas de Bolivia urbanas es que ocurren no solo en la capital del país, sino que suelen suceder en cualquier región del interior boliviano, pues cada población tiene sus propias historias.

A pesar de que muchas de estas leyendas son basadas en hechos ocurridos en periodos recientes, no cuentan con argumentación suficiente u otras pruebas para ser consideradas como verdaderas. Una de las crónicas referidas al Fantasma del Cementerio Jardín, la hizo una mujer quien indicó que una noche se dirigía camino a su casa en compañía de su esposo, luego de venir de una reunión con amigos.

La señora narra que se sentían muy cansados y que aún les faltaba mucho camino por recorrer para poder llegar a su casa, por lo que su marido decidió tomar un atajo, tomando así la vía hacia Sopocachi, un barrio de la ciudad de La Paz en Bolivia. Esa misma vía, es la que conduce por las adyacencias del Cementerio Jardín y al pasar por allí, la mujer aseguró haber visto a una persona vestida de negro.

Leyendas de Bolivia

Según la visión de la esposa, aquella persona seria una dama, por lo que le pidió a su esposo que detuviera el vehículo, pues la mujer podría tener frío, ya que en su vestimenta no portaba ningún abrigo y estaban en plena temporada de invierno. El esposo le hizo caso y tras detener lentamente el carro, llamaron a la misteriosa dama.

Mayor sorpresa se llevó el marido, al ver  aquella dama vestida de negro, pues esta no era una mujer cualquiera, sino un fantasma y eso casi le ocasiona un infarto. Al llegar al hospital y ser atendido por los paramédicos, el hombre un poco trastornado por lo que había visto, no cesaba de repetir que la mujer tenía los ojos completamente blancos y que parecía flotar en dirección al camposanto.

Muchas de las personas que han tenido estos encuentros en las cercanías a este panteón,  prefieren olvidar esas traumáticas experiencias. Se dice que el Cementerio Jardín no es el único panteón de Bolivia donde las personas aseguran haber visto fantasmas que deambulan entre las tumbas.

Leyendas de Terror

Las leyendas de Bolivia de terror, cuentan con una gama de historias que infunden mucho temor y un profundo miedo actualmente. Sin embargo, se apuntan como uno de los relatos de mayor preferencia entre los mitos y leyendas de Bolivia, debido a que estos relatos cuentan con una gran fanaticada tanto infantil como adulta.

El hombre que se transformaba en Sicurí

Esta Leyendas de Bolivia, cuenta la historia de una pareja de recién casados, que se fue a vivir en las adyacencias de las orillas de la laguna de Yaguarú, un lugar donde los vecinos alertaban a los nuevos visitantes sobre la presencia de una Sicurí, una serpiente de gran tamaño, muy parecido a la anaconda.

Debido a esto, siempre trataban de alertar a los habitantes de la zona, especialmente a las mujeres y los niños, para que no salieran de sus casas, sin la compañía de un hombre. Desde que la pareja se mudó a vivir a la región, a los lugareños comenzó a llamarles la atención el hecho de que un hombre extraño estaba merodeando las casas.

Los habitantes lo describían como un sujeto alto y esbelto, que vestía siempre de negro. Cuentan que un día, el dueño de una de las viviendas, sorprendió al extraño mientras estaba espiando su casa, y sin pensarlo dos veces, sacó su escopeta y le disparó tres veces.

Al día siguiente, afuera de su residencia, se encontró el cuerpo de una Sicurí muerta, por lo que todos comenzaron a pensar de que aquel misterioso hombre estaba hechizado y se transformaba en la tenebrosa serpiente.

Leyendas de Bolivia

El féretro

Esta es una de esas leyendas de Bolivia de terror que gran impacto ha causado en todo aquel que la escucha o conoce. Tradicionalmente se ha dicho que los días martes y viernes, los habitantes de la ciudad de Potosí en Bolivia, no deben salir en horas de la madrugada.

La historia ligada a esta leyenda ocurrió hace muchos años, específicamente los tiempos en que los españoles estaban a cargo de las minas de la región. A la localidad llegaba una pareja junto a sus cinco hijos, cargados de esperanzas de un futuro mejor y poder hacerse de una gran fortuna.

Sin embargo, ese mismo año que llegaron a la zona, la más pequeña de sus hijas se enfermó gravemente con sarampión. Tras pasar unos meses con la enfermedad, la pobre niña murió. Los esposos juntos a sus otros hijos, volvieron a España luego de unos años, pero dejaron el cuerpo de su pequeña enterrado en Bolivia.

Cuando pasaron unos 15 días luego de la partida de la familia, varios mineros vieron con gran asombro como un ataúd en llamas pasaba frente a sus ojos, yendo en dirección hacia la estación de trenes. Pero, la parte más escalofriante se presentó cuando el sol salió al amanecer y tocado con el primer rayo de sol, el féretro volvió al cementerio.

En aquellos años, el tren que iba hacia la capital, La Paz, salía de la ciudad de Potosí, todos los martes y los viernes a medianoche y por eso, ahora nadie sale esos días para no ser testigo de hechos paranormales.

Leyendas de Bolivia

Leyendas Cortas

Como ya hemos dicho anteriormente, Bolivia cuenta con una gran gama de mitos y leyendas, que entran en todo tipo de categorías, urbanas, de terror y también las conocidas leyendas de Bolivia cortas. Otros países latinos también cuentan con varios mitos y leyendas como el caso de las Leyendas Ecuatorianas

La Leyenda de la Viuda Alegre

Cuentan que dos siglos atrás, un hombre llamado Martín fue a compartir en las fiestas del pueblo en compañía de sus hermanos menores, quienes le habían insistido para que los acompañara. Esto no era una conducta típica de él, pues por el contrario, se caracterizaba por ser un hombre reservado y que siempre estaba trabajando.

Al llegar a la fiesta, los hermanos de Martín comenzaron todos a bailar, mientras que él se sentó en un rincón a esperar que la celebración acabase. De repente se acercó una bella mujer, de cuerpo esbelto con unos ojos de color negro y el cabello rizado de igual tono. Comenzó a sacarle conversación a Martin quien le aclaró que no era un hombre de fiestas y que se encontraba allí solo por sus hermanos.

También le comentó a la joven que era poco conversador y que no sabía bailar. La mujer se las ingenió para invitarlo a ir afuera de la fiesta para charlar un rato. El ambiente se presentaba para el romance, pues el clima era bastante agradable y la luna lucía espléndida. Luego de un par de horas de conversar, se besaron.

La mujer le indicó después, que era muy tarde y que debía irse a su casa, por lo que Martín se ofreció a acompañarla. Pero, algo extraño le ocurrió al caballo de Martín en el momento en que la mujer iba a subir en su lomo, pues relinchó de una forma muy extraña, como nunca antes lo había hecho.

Cuando emprendieron camino, la mujer le indicó a Martín que su casa estaba cerca del cementerio, un hecho que le sorprendió al hombre, pues cerca del camposanto no habían casas. A pesar de esto, se dirigió hasta el sitio que le indicaba la dama.

Al encontrarse exactamente en las afueras del panteón, aquella mujer lanzó un alarido de terror, un grito tan fuerte, que pudo escucharse en todos los rincones de Bolivia. Martín quedó horrorizado cuando presenció el momento en que la dama misteriosa se convirtió en un esqueleto andante. Se trataba de la Viuda Alegre, un ente sobrenatural que intenta matar a todas sus víctimas de un susto.

Leyendas de Bolivia

El Cóndor y la Chola

El Cóndor y la Chola, o cholita, es otra de las leyendas de Bolivia cortas, que se ubica en una provincia boliviana donde habitaba la muchacha más linda de la región. La joven estaba encargada de cuidar un rebaño de ovejas.

Todos los días aquella muchacha recorría los prados arreando a sus ovejas, previniendo la ocurrencia de algún peligro. Todo iba tranquilo, hasta que en una mañana de verano, pasó por ahí un cóndor de gran tamaño, y al mirar a la hermosa joven, quedó de inmediato enamorado de ella, por lo que buscó raptarla.

Un día esperó hasta que los demás pastores se marcharan a sus casas. Luego, utilizando sus garras, tomó por los hombros a la joven y la llevó hasta lo más alto de la cima de una montaña, que era el lugar en donde vivía aquella enorme criatura.

Todos los días, la pobre Cholita, le suplicaba al cóndor que le permitiera regresar a su casa, para estar junto a sus padres, a quienes debía ayudar con los trabajos del campo, pero no tenía éxito sus súplicas. Como no había alimentos para comer, la joven fue perdiendo peso con el paso de los días.

A pesar de que el cóndor le llevaba carne cruda, como no tenían fuego, ella no la podía cocinar ni mucho menos comer. En ese momento, el ave cayó en cuenta de que los humanos necesitaban de la lumbre para poder cocinar la comida. Consiguió como calentar un pedazo de carne y se la dio a la Cholita para alimentarla, pero esta insistía con querer regresarse a su casa.

El cóndor entendió entonces que no podía retenerla a su lado y que ella nunca lo iba a querer, por lo que la subió sobre él, y sujetándose fuertemente de sus plumas, emprendieron el vuelo hacia la casa de la joven. Al llegar, en agradecimiento, la muchacha le dio una sonrisa y ella a cambio, conservó una de las plumas del cóndor como un recuerdo.

Leyendas de Bolivia

El cuidador de minas

El cuidador de minas, es de las leyendas de Bolivia que narra la historia sobre “El tío”, el apodo con el que se conoce al protector del mundo subterráneo en la ciudad de Potosí, Bolivia. Según la tradición, donde los dominios de Dios no llegan, los mineros se entregan a la tutela del “tío”, quien no es otro que el diablo.

Se dice que la explotación minera tiene muchos siglos de iniciada en Bolivia, cuya data coincide con la llegada de la colonización española, algo que trajo como consecuencia innumerables muertes. Los riesgos por los que atraviesan los mineros son muy altos, estando entre las principales causales de muertes la falta de equipos de protección, oxígeno, y otros accidentes, además de enfermedades pulmonar.

Es común encontrarse en los pasillos de las minas, figuras del “tío”, con ofrendas de cervezas, cigarrillos e incluso, animales sacrificados para que este se mantenga contento, proteja a los mineros y los regrese pronto a sus casas.

El jichi

Los habitantes de la provincia de Chiquitos en Bolivia, tienen la creencia que existen un genio guardián que tiene el poder de cambiar de forma. La mayoría de la veces, esta genial criatura toma forma de animales como serpientes, tigres y hasta sapos.

Se dice que este magnífico guardián, resguarda las aguas de la vida, por lo que se mantiene escondido en ríos, lagos y pozos. Cuentan que a todas aquellas comunidades que no valoran este recurso del agua, el guardián va y como castigo, les impone una terrible sequía.

Esta criatura es llamada Jichi, a quien los chiquitanos le rendir tributo, porque si se molesta, la prosperidad de la pesca corre peligro, al igual que la supervivencia de los pueblos.

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Lluvia y sequía

La lluvia y la sequía, forma parte de una de las leyendas de Bolivia cortas, ligadas al origen de la Tierra, pues habla sobre la Pachamama. Cuenta la historia, que la Pachamama, es decir La Tierra, y Huayra Tata que era el viento, eran pareja.

Huayra Tata, habitaba en los abismos y los cielos, aunque cada cierto tiempo, bajaba y vaciaba el lago de Titicaca, para fecundar a Pachamama, transformando esa agua en forma de lluvia. Sin embargo, habían momentos donde se quedaba dormido en el lago y las aguas se turbaban.

En esos momentos se presentaba una sequía, pero siempre Huayra Tata despertaba y regresaba a las cumbres, que era su hogar. Con esta historia, los aborígenes le daban una explicación a las temporadas de lluvia y sequía.

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El guajojó

En esta nueva leyendas de Bolivia cortas, se narrará la historia del guajojó, un ave cuyo canto se podía escuchar al caer el sol en la selva. Quienes lo han escuchado, describen su canto como un sonido similar al llanto que puede llegar a ser desgarrador, dejando trastornados a quienes lo escuchan.

Su canto es tan fuerte que se oye en toda la selva del Amazonas. Aunque el guajojó es un ave, sobre él pesa una leyenda donde se indica que antes fue una mujer. Se trataba de la hija de un cacique, que se había enamorado de un hombre de su misma tribu.

Cuentan que su padre cuando se enteró, él intentó llevar al pretendiente hasta lo más denso de la selva para matarlo recurriendo a sus poderes de hechicería, ya que no consideraba que fuese un esposo digno para su hija.

Sospechando por la misteriosa y prolongada ausencia de su amado, la mujer fue a buscarlo, encontrándose con la escena del crimen cometido. Entonces amenazó a su padre con denunciarlo ante los miembros de la tribu, pero su padre la convirtió en el guajojó.

Desde entonces se dice que anda por todos los lados de la selva, llorando la muerte de su amado. Y si te interesó este tema, también puedes ver en nuestro blog la leyendas sobre El Alicanto

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