Las brujas de Salem

Brujas de Salem

Las brujas de Salem o los juicios de Salem, son unos sucesos que acontecieron en Estados Unidos en 1692 en la aldea de Salem, donde numerosos aldeanos fueron acusados por sus propios vecinos de rendir culto al diablo y practicar brujería.

Hoy hablamos de esos juicios y del primer caso de brujería de Salem. Así como aquellos sucesos inspiraron a diferentes artistas para realizar sus obras, un caso en particular es la obra teatral «Las brujas de Salem» o «El Crisol.

Las brujas de Salem

Cuando hablamos de las brujas de Salem, nos referimos a los episodios de los juicios por brujería que sucedieron durante el período colonial estadounidense en 1692 en la aldea de Salem (actualmente Massachusetts). En estos juicios sería condenadas a muerte diecinueve personas acusadas de brujería, de las cuales catorce sería mujeres y cinco hombres. El número de acusados de aquellos juicios oscila entre 200 y 300, y los encarcelado fueron numerosos también.

Contexto histórico

Al hablar de juicios por brujería es muy probable nos vengan a la mente a mujeres vestidas de negro con sombreros picudos, que vuelan en escobas junto a sus gatos negros. Nada más lejos de la realidad. Los juicios por brujería eran algo más común de lo que pueda parecer en las Colonias Británicas. El primer caso se data en 1647 en Connecticut. En las décadas de finales del siglo XVII se registraron una veintena de juicios en Nueva Inglaterra (principalmente en Boston y Springfield). Quizá había un juicio cada tres o cuatro años, con lo que era algo que sucedía espaciado en el tiempo pero sucedía.

SAlem

Podemos ver entonces, que aunque se conoce como «los juicios de Salem», en realidad es algo que sucedió a lo largo de la América puritana pero en Salem destacaron y por eso se ha generalizado de esta manera.

El inicio de los juicios en Salem

El comienzo de los Juicos en Salem está en las acusaciones de la hija del reverendo Samuel Parris, Betty Parris y su prima Abigail Williams que acabaron con tres mujeres arrestadas.

La hija del reverendo y su prima, aseguraron que habían sido maltratadas, mordidas y pellizcadas. Afirmaban que sus cuerpos entraron en convulsiones, con los ojos en blanco y la boca abierta. En dicho momento el Reverendo les preguntó quién les atormentaban y ellas respondieron: Tituba, Sarah Osborne y Sarah Good. Aquel fue el comienzo del primer juicio de Salem.

Tibuta

Tibuta fue la primera mujer acusada de brujería en los llamados «Juicios de Salem», pero además, fue la primera en admitir que practicaba brujería una confesión arrancada a golpes por su amo Samuel Parris.

En su juicio habló de perros negros, cerdos, ratas rojas o de cómo ella volaba con palos de un lugar a otro. Aseguró también que Sarah Osborne tenía una criatura con cabeza de mujer, dos piernas y alas. Con sus confesiones estalló el caos en Salem ya que se dejó entre ver que Satán estaba entre ellos.

A pesar de todo ello, no fue sentenciada a muerte sino a prisión. Se retractaría de sus confesiones asegurando que las dijo coartada por su amo Parris, algo que le valió para que este la dejara de lado. Se sabe que tiempo después su fianza fue pagada y alguien la compró tanto a ella como a su marido y marcharon de Salem. A partir de ahí se desconoce qué fue de ella.

Sarah Osborne

La hija del Reverendo y su prima no serían las únicas en acusar a Osborne, Elizabeth Hubbard aseguró que la afligía a base de pellizcos y pinchazos con agujas de tejer. Además, Sarah no había acudido a la iglesia en los últimos tres años alegando una larga enfermedad.

Se cree que la familia Putnam, tuvo bastante que ver con su acusación de brujería. Sarah se casó con Robert Prince, hermano de una mujer que se casó con un miembro de los Putnam, una familia poderosa con la que estaba tratando asuntos legales.

Osborne permaneció en la cárcel mientras se disputaba el juicio y acabaría muriendo en ellas en 10 de mayo del mismo año.

Sarah Good

Descrita por los ciudadanos como sucia, de mal genio y aislada de manera extraña del resto de aldeanos. A ella le atribuían la muerte de los ejemplares del ganado de aquellos que no le daban cuando pedía caridad. Cuando sucedía aquello se dice que Sarah se marchaba murmurando por lo bajo. En el juicio alegó que aquellos murmuros que recitaba eran los Diez mandamientos y nada más. Para salir de dudas se le pidió recitar dichos mandamientos en el juicio y  Sarah no pudo recitar ni uno solo.

La acusación de brujería vino por verla besarse con una mujer el 6 de marzo de 1692 y porque la hija del Reverendo y su prima afirmaron quedar hechizadas bajo su mano.

Sarah era de una clase social baja, reducida a la miseria por la deuda de su primer marido. Los juicios muchas veces fueron por celos, en el caso de Good, la dependencia que tenía del resto de aldeanos pareció ser algo determinante, así como su propio marido pareció decir que su mujer era una bruja que tenía mal comportamiento hacia él.

Caza de brujas

El porqué de los Juicios de Salem

No son pocos los historiadores que han tratado de dar respuesta aquella caza de brujas de Salem. Lo más difundido o aceptado es que los puritanos americanos que gobernaban aquella zona sin control real desde 1630 hasta la Carta Real de Massachusetts en 1692 estaban en pleno momento de fanatismo religioso. 

La cuestión, como aseguran muchos historiadores es que atribuir al fanatismo religioso aquellos sucesos es algo simplista. Hay que tener en cuenta otros hechos como maltrato a niños, lucha por las distintas propiedades, intoxicaciones con pan de centeno fermentado, la familia Putnam tratando de desbancar a su familia rival los Porter y otros muchos factores que fueron un cóctel perfecto para que estallaran los juicios.

A todo ello, sí hay que sumar el fanatismo religioso o mejor dicho la estricta conducta religiosa que se imponía en Salem, motivo por el que los vecinos se vigilaban o controlaban entre sí. Si las palabras, conductas o hechos no se asemejaban a lo que estaban bien visto o se consideraba religiosamente aceptable para los parámetros puritanos saltaban las alarmas. Las mujeres, en concreto, debían servir a sus maridos y carecían de derechos. Los niños eran educados de manera estricta para los quehaceres futuros de la edad adulta en vez de permitirles ser niños.

Y, lo más importante de todo, había que evitar la ira de Dios que podía traer problemas en el clima, las cosechas y el ganado. Si algo malo pasaba era porque alguien había actuado mal y Dios enviaba señales de su enfado. 

Resultado de los Juicios de Salem

A finales del siglo XVII cientos de ellas habían sido arrestadas con acusaciones de brujería. Todo ello fueron acusaciones que no se formalizaron en el tribunal del condado. Se conoce que al menos cinco de los acusados morirían en la cárcel, como sucedió con Sarah Osborne. Veintiséis personas fueron condenadas, veinte de ellas, la mayoría mujeres, fueron ejecutadas, entre ellas Sarah Good.

Algo interesante de estos juicios es que se basaron en rumores, no se aportaron pruebas de los hechos demoníacos o de brujería. Los jueces se dejarían llevar por la histeria religiosa que se había desarrollado y esparcido como la pólvora y ante la cuál, solo bastaba un comentario para que comenzara a arder. La presión de los puritanos en condenar a las presuntas brujas fue algo también a tener en cuenta.

En toda la zona, los juicios tuvieron una gran influencia y contribuyó al deterioro de la influencia puritana de Nueva Inglaterra y la secularización venidera de los aldeanos.

Lista de condenados y ejecutados

  • Bridget Bishop, 10 de junio de 1692
  • Rebecca Nurse, 19 de julio de 1692
  • Sarah Good, 19 de julio de 1692
  • Elizabeth Howe, 19 de julio de 1692
  • Susannah Martin, 19 de julio de 1692
  • Sarah Wildes, 19 de julio de 1692
  • El Reverendo George Burroughs, 19 de agosto de 1692
  • George Jacobs, 19 de agosto de 1692
  • Martha Carrier, 19 de agosto de 1692
  • John Willard, 19 de agosto de 1692
  • John Proctor, 19 de agosto de 1692
  • Martha Corey, 22 de septiembre de 1692
  • Mary Eastey, 22 de septiembre de 1692
  • Mary Parker, 22 de septiembre de 1692
  • Alice Paker, 22 de septiembre de 1692
  • Ann Pudeator, 22 de septiembre de 1692
  • Wilmot Redd, 22 de septiembre de 1692
  • Margaret Scott, 22 de septiembre de 1692
  • Samuel Wardweel, 22 de septiembre de 1692

Los Juicios al panorama artístico

Los hechos acontecidos sobre los juicios de las brujas de Salem, han saltado a numerosas artes como pintura, grabado, cine, novela o teatro como es el caso presente. Quizá una de las obras más importantes sea Las brujas de Salem o El crisol, obra de teatro de Arthur Miller escrita en 1952 y estrenada al año siguiente. 

El propio Miller, hijo de judíos polacos, fue víctima de la caza de brujas hacia los años 1950, cuando fue acusado de simpatizante comunista y se negó a dar nombres de los componentes de un círculo literario sospechoso de estar vinculado con el Partido Comunista. A pesar de la presión que tuvo, que incluso no pudo acudir al estreno de algunas de sus obras, no dio ningún nombre. Fue declarado culpable de desacato al Congreso por no decir dichos nombres, pero el Tribunal de Apelación de los Estados Unidos anularía dicha sentencia en 1958. Durante todo aquel periplo daría vida a Las brujas de Salem.


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