Incendios en EspaƱa: balance, zonas afectadas y causas

  • MĆ”s de 348.000 hectĆ”reas calcinadas en lo que va de aƱo, superando 2022 segĆŗn EFFIS.
  • Galicia, Castilla y León y Extremadura, las comunidades mĆ”s castigadas, con miles de evacuados y 4 fallecidos.
  • Olas de calor prolongadas, cambio climĆ”tico y abandono rural impulsan incendios mĆ”s grandes e imprevisibles.
  • Despliegue extraordinario: UME, medios estatales y apoyo europeo; se plantea un pacto de Estado para reforzar prevención.

Incendios en EspaƱa

El verano ha convertido gran parte del país en un polvorín: la combinación de calor extremo, vientos y sequedad ha disparado los incendios forestales hasta niveles pocas veces vistos en décadas.

Con cifras provisionales que ya apuntan a un rƩcord, las emergencias trabajan sin respiro entre desalojos, interrupciones de transporte y un despliegue inƩdito de medios estatales y europeos para contener las llamas.

Balance y datos clave de la temporada

Incendios forestales en EspaƱa

Las estimaciones del sistema europeo EFFIS sitúan la superficie afectada en alrededor de 348.000 hectÔreas desde el 1 de enero, una cifra que supera la marca de 2022 (algo mÔs de 306.000) y consolida esta campaña como la mÔs dura desde 2006 en su serie. Son datos dinÔmicos que se actualizan con observación satelital y pueden variar.

El salto ha sido abrupto: del 5 de agosto a mediados de mes se pasó de unas 47.000 a casi 350.000 hectÔreas, con los peores días coincidiendo con la ola de calor, tormentas secas y rachas de viento que reactivaron focos ya perimetrados.

El Ministerio para la Transición Ecológica, con estadísticas mÔs depuradas y retrasadas, estimaba 138.788,97 hectÔreas hasta el 10 de agosto (solo masa forestal, sin cultivos), y ya anticipa que el cómputo crecerÔ sensiblemente cuando se incorporen las últimas jornadas.

En contexto histórico, estas cifras quedan por debajo de los mÔximos de los 80 y 90, cuando se superaron en varias ocasiones las 400.000 hectÔreas anuales, con un récord de 484.000 en 1985. Aun así, el balance de este verano vuelve a niveles que no se veían desde hace tres décadas.

En el marco europeo, EspaƱa encabeza la superficie quemada en lo que va de aƱo; Portugal figura como segundo paƭs mƔs afectado con algo mƔs de 216.000 hectƔreas, tambiƩn bajo un episodio prolongado de calor.

Zonas mƔs afectadas y el operativo en marcha

Zonas afectadas por incendios en EspaƱa

La mayor presión se concentra en Galicia, Castilla y León y Extremadura, con varias decenas de focos activos en distintos momentos, miles de personas evacuadas y un balance de cuatro fallecidos, tres de ellos bomberos, según fuentes oficiales.

En Galicia, Ourense se lleva la peor parte con mĆ”s de 45.000 hectĆ”reas arrasadas (mĆ”s de 48.000 en el conjunto gallego). El incendio de Chandrexa de Queixa —resultado de la unión de varios frentes— ha superado las 16.000 hectĆ”reas y figura entre los mĆ”s extensos de la comunidad.

En León, los fuegos de Llamas de Cabrera y Barniedo de la Reina han mostrado un comportamiento anómalo que dificulta su perimetración. El incendio de Anllares del Sil obligó a desalojar los siete pueblos del Valle de Fornela, con humaredas densas que complicaron el uso de medios aéreos.

En Extremadura, el incendio de Jarilla (CÔceres), con unas 15.500 hectÔreas estimadas, se ha convertido en uno de los mÔs graves de su historia y llegó a amenazar el entorno de Plasencia. En paralelo, el fuego ha dañado enclaves culturales como Las Médulas (León), obligando a evacuaciones y dejando castaños centenarios arrasados.

El impacto también ha alcanzado a las comunicaciones: el AVE Madrid-Galicia llegó a interrumpirse por incendios en Ourense, mientras varias carreteras se mantuvieron cortadas por la cercanía de las llamas en distintos puntos.

El dispositivo estatal incluye a la UME con alrededor de 1.400 militares en ataque directo y otros 2.000 en apoyo, ademÔs de unos 450 medios entre aéreos y terrestres. En Galicia operan unos 500 efectivos de la UME, junto a brigadas BRIF, Guardia Civil y Policía Nacional. A través del Mecanismo Europeo de Protección Civil han llegado aviones cisterna de refuerzo, en lo que las autoridades describen como un apoyo internacional sin precedentes.

Desde el Ejecutivo central se han anunciado declaraciones de zonas afectadas por emergencia para facilitar ayudas y se ha reclamado lealtad institucional y coordinación entre administraciones. El presidente ha propuesto ademÔs un pacto de Estado ante la emergencia climÔtica para reforzar prevención, respuesta y reconstrucción.

Causas, riesgos y lo que piden los expertos

Causas de los incendios en EspaƱa

Este episodio llega tras una primavera muy lluviosa que dejó abundante vegetación, seguida de olas de calor excepcionales —con tramos de hasta 16 dĆ­as— que secaron el combustible fino y favorecieron la sequĆ­a Ā«flashĀ», segĆŗn especialistas en incendios forestales.

El factor humano sigue siendo determinante: mÔs del 80% de los incendios se originan por acciones humanas, ya sea por negligencias o intencionalidad, en un contexto de vigilancia compleja y condiciones meteorológicas que disparan la propagación.

El abandono rural y los cambios en el paisaje han generado continuidades de combustible que facilitan la expansión del fuego. Pese a los cortafuegos y dispositivos tradicionales, los incendios extremos desbordan con facilidad las barreras cuando coinciden calor, viento y baja humedad.

Los expertos piden virar de un modelo centrado en la extinción a otro que priorice la prevención: gestión forestal y del paisaje durante todo el año, quemas prescritas y mosaicos agroforestales, reactivación del mundo rural como cortafuegos vivo, profesionalización continua y sanciones disuasorias.

Organizaciones como Greenpeace reclaman que el pacto de Estado sea vinculante, con financiación estable, mejoras en la fiscalidad forestal, rendición de cuentas y participación ciudadana, priorizando a las personas en situación de vulnerabilidad.

Con los incendios aún activos y riesgo alto o extremo en amplias zonas según Aemet, la prioridad pasa por proteger vidas y bienes, mantener el esfuerzo de extinción y acelerar la prevención estructural y la reconstrucción para reducir el impacto de una realidad que, a tenor de lo vivido este verano, ha llegado para quedarse.

incendio Sierra Bermeja
ArtĆ­culo relacionado:
Incendio de sexta generación