Este artículo tiene como finalidad exponer la importancia de la formación humana en el cristianismo y su comportamiento en la actualidad.
Formación humana
¿Qué es la formación humana? Ésta consiste en la capacitación que los seres humanos recibimos en las diferentes áreas de formación. A menudo escuchamos personas decir que desean desenvolverse de manera óptima en algún campo que le permita desarrollar sus destrezas y capacidades.
Los seres humanos sentimos la necesidad de enriquecernos con los diferentes conocimientos que se nos aportan y así estar en la capacidad de dar respuestas a cada una de las demandas que nos hace la sociedad.
Somos seres pensantes, racionales y por ende, deseamos poder crecer en todas las áreas de nuestras vidas.
En el ámbito cristiano es de igual manera, traemos una cantidad de conocimientos adquiridos a nivel secular, que muchas veces es posible, que nos sean útiles dentro de las tareas que tenemos a bien realizar dentro de la comunidad como creyentes.
Pero no siempre es así, muchas veces debemos iniciar un proceso de formación a luz de la Palabra que vaya en concordancia con lo que las diferentes denominaciones nos demandan.
Que bendición podemos llegar a ser para nuestras congregaciones. Cuando aparte de los diferentes conocimientos que hemos adquirido en nuestra trayectoria de vida, nos capacitamos a luz de la Palabra para aprender y complementar nuestra formación de una manera integral. De ahí que la formación humana y religiosa van de la mano.
Principio bíblico de la formación cristiana
Nos enseña la Palabra en Proverbios, capítulo 22, versículo 6:
«Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.»
Aquí encontramos el principio de la formación cristiana. Instruirnos en la Palabra nos afianza y arraiga en los caminos del Eterno. Nos hace sentar bases sólidas en nuestro caminar como creyentes y dentro de la sociedad, que demanda de nosotros una conducta ejemplar e intachable.
Cuando estamos formados en la Palabra del Señor, estamos formados como cristianos. Obtenemos el conocimiento bíblico que necesitamos para crecer como creyentes que poseen bases sólidas y constructivas.
Una vez que somos formados en la Palabra, tenemos la responsabilidad de formarnos y capacitarnos en lo secular, ya que ésta última sienta las bases para adquirir a través del campo en el que nos desenvolvamos, calidad de vida para nosotros y para los nuestros.
La formación cristiana y humana no deben separarse. Éstas nos permiten ser idóneos en medio de cualquier necesidad que amerite nuestra intervención.
Hábitos para nuestra formación humana
En todo nuestro caminar es necesario fomentar hábitos, ya que estos nos permiten disciplinarnos en todas la áreas que tengamos a bien explorar. Un ser humano, creyente bien plantado en lo que es, sabe que su caminar debe ir acompañado de hábitos positivos que reflejen la fe que profesa.
Ser capaces de inventar, crear o emprender
Todos los seres humanos tenemos la capacidad de crear siempre algo nuevo, cuando iniciamos un proceso de formación humano y cristiano, debemos innovar. El crear nos permite desarrollar el pensamiento y su vez sentirnos productivos. No deberíamos ser conforme con lo poco que se logra. Si alcanzamos la meta, sin miedo, creemos un nuevo reto, sin duda, de la mano del Señor podremos alcanzarlo. Dios bendice las ideas cuando las mismas van de la mano con sus propósitos eternos para nuestras vidas.
Si deseas conocer acerca de las maravillas bíblicas de obtener la formación cristiana, te invito a seguir el enlace Características de un líder o siervo cristiano
Aprender en libertad en la formación
Muchas veces nos da temor aprender nuevos contenidos. Puede ser por mitos acerca de los mismos o por ignorancia acerca del tema. Aprender en libertad significa que como ser humano, estoy en la capacidad de escucharlo todo, retener lo bueno y desechar lo malo, tal cual no los enseña el Señor a la luz de la Palabra en 1 de Tesalonicenses, capítulo 5, versículos 21 – 23.
El conocimiento nos abre el entendimiento y nos permite crecer, ser mejores personas, mejores cristianos, mejores humanos,
Ser auténtico en la formación humana
Nada más maravilloso en la formación humana que ser auténtico. Éste va de la mano con la libertad. No necesitamos aparentar, siendo nosotros mismos aprendemos y brillamos. El Señor nos hizo seres únicos e individuales, cada uno tiene sus propias capacidades y formas, no tenemos por qué aprender al mismo tiempo que el otro. Vayamos a nuestro ritmo, conscientes siempre, que el dueño de la sabiduría va de nuestro lado.
Ser colaborador
Ayudar nunca está demás, de hecho, el convivir en armonía los unos con los otros no los demanda el Señor en su Palabra. Si el otro necesita que extendamos una mano amiga debemos ayudarle, no sabemos cuando podamos ser nosotros los que necesitemos.
Ser ordenado
Cuando estamos en un proceso de formación humana y cristiana debemos establecer el orden, el Señor lo expresa en su Palabra, debemos hacer las cosas decentemente y con orden, en 1 a los Corintios, capítulo 14, versículo 40. El capacitarnos no escapa de ello. El orden nos ayuda a mantener en claro el norte de lo que estamos persiguiendo.
Valores en la formación humana y cristiana
Como creyentes siempre, donde llegamos debemos ser ejemplo vivo de lo que predicamos, es por ello que en en nuestra formación humana y cristiana debemos ponerlo en práctica.
Responsabilidad
La responsabilidad es un valor incalculable en nuestro proceso de formación, debemos atender con seriedad todo lo que se nos demanda y dar las respuestas necesarias, no podemos jugar con el tiempo y el empeño del otro, hay que ser cuidadosos y ejemplo nuestra fe.
Tolerancia y empatía
Como la formación humana y cristiana es un proceso que se lleva a cabo de la mano con el otro, es necesario ejercitar la empatía y tolerancia, somos diferentes y con diferentes formas de pensar, no necesariamente los gustos tienen que ser los mismos; esto más allá de ser una debilidad, es una fortaleza, ya que el aporte de los demás contribuye a nuestra formación.
Como complemento de este artículo te invito a observar el siguiente contenido audiovisual.
Esfuerzo
El creyente debe esforzarse en su formación. La Palabra nos enseña en el libro de Josué, capítulo 1, versículo 9, que debemos ser esforzados y el Señor estará con nosotros.
Todo camino que emprendemos si vamos de su mano podemos tener la certeza que representará bendición para nuestras vidas. Debemos esforzarnos y con confianza creer que tal conocimiento va ser a productivo para nosotros.
Amor: Valor primordial en la formación humana y cristiana
Todo lo que hacemos debemos hacerlo con amor, esa es la garantía de que lo que hacemos será provechoso, y representará un beneficio para nosotros y los otros.
Paciencia
No todos vamos al mismo ritmo, la paciencia me invita a ver v en el otro mis propias debilidades y saber que yo pudiera estar en su lugar; de esta manera con amor le acompaño en nuestro proceso de formación humana y cristiana, que si bien no es la misma experiencia para ambos, tenemos la seguridad que será de bendición para los demás.
Puntualidad
Ser puntual es una fortaleza que no muchos gozan de ella, hay que aprender que el tiempo nuestro y del otro tiene valor, por ende cuando comprometo mi palabra a estar y dar, ésta debe ser cumplida a su cabalidad, habla de mi disciplina como creyente y siervo de Cristo y como persona que se desenvuelve de manera eficaz entre los demás.
Aprendiendo en la formación
Pudiésemos enumerar un sin fin de valores que entran en el juego de la formación humana y cristiana, la finalidad de los mismos, es saber que todo lo que hacemos debe ser en orden y con disciplina; sin duda alguna ello traerá a nuestras vidas bendición y calidad de vida.
El formarnos nos hace seres integrales, nos fortalecemos en lo espiritual e intelectual, la formación humana y cristiana nos capacita para trabajar no sólo en lo secular sin también para el reino, para nuestro Amo a quién servimos y honramos.
Es una base firme en nuestra trayectoria de vida, nos permite con nuestro ejemplo dar a conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo y nos ejercita en ir de la mano con la fe que profesamos.
La formación humana y cristiana nos educa, nos enseña a cuidar nuestro temperamento, nuestro carácter, nuestras formas de relación con el otro, construyendo de esta manera a desarrollar relaciones interpersonales óptimas.
A su vez nos permite caminar de acuerdo a la fe, a ver en el otro la necesidad de Dios y ayudarles, de ser necesario, con el amor que el Señor ha depositado en nuestros corazones.
Este debe ser nuestro norte, nos preparamos no sólo porque representa bendición para nosotros, sino porque nuestra preparación bendice la vida de los demás al reflejar a través de nuestro ejemplo a nuestro Redentor; conscientes de que nuestro saber siempre será para la gloria y honra de su Nombre.