Júpiter posee siete satélites naturales o lunas, todas de diferentes tamaños y características. Dentro de ellas está Europa (satélite), un fantástico astro del que te interesa conocer, en este artículo obtendrás toda la información acerca este satélite helado del sistema solar.
Descripción
Europa (satélite), es uno de los cuatro satélites que conforman los conocidos “satélites Galileanos” de Júpiter, siendo el más pequeño de estos cuatro y el número seis en distancia con el planeta. En total el Planeta Júpiter posee seis satélites naturales.
Es un poco más pequeño que la luna del planeta Tierra, conformado por minerales de silicatos (sal con una base), su corteza es de hielo, por lo que es también conocido como “El satélite helado de Júpiter”, su centro es de hierro y níquel, en su atmósfera se encuentran gases como oxígeno.
La superficie de Europa (satélite) es surcada, con rendijas y cráteres de forma no convencional, sin embargo, este satélite posee la corteza más llana que cualquier otro satélite del sistema solar. Esta extraña superficie ha hecho suponer a los expertos que dentro de este satélite puede coexistir un mar que mantiene la suavidad de su superficie, lo que podría albergar vida.
En septiembre de 2014, expertos de la NASA, informaron al mundo que mediante pruebas realizadas en la corteza de hielo de Europa, se encontraron señales de unas posibles placas tectónicas. No existía otra evidencia geológica de este tipo en otro planeta diferente a la Tierra.
Estas características geológicas han dando pie para nuevas investigaciones, como las realizadas en mayo de 2015, donde se determinó, que sí el océano que está dentro de este planeta es real, este satélite natural pudiera ser óptimo para albergar vida.
Satélites Galileanos (Historia)
Se conoce como satélites Galileanos a cuatro de los que posee Júpiter, que deben su nombre a que fueron descubiertos por el astrónomo y filósofo Galileo Galilei, en enero del año 1610, éstos forman parte de un conjunto de seis Satélites de Júpiter totales.
Galilei observando Júpiter se percató de que estas estrellas giraban alrededor del planeta, fue allí donde concluyó que eran unas lunas o satélites naturales, como se evidenció en su diario.
Estos cuatro satélites son los más grandes de los seis que conforman las lunas de Júpiter, pudiéndose observar desde la tierra con gran facilidad sin necesidad de un telescopio profesional, al momento de su descubrimiento se les dio el nombre de Júpiter I, II, III y IV, según la distancia que tenían del planeta, un año después, el astrónomo Marius, les dio el nombre de Ío, Ganímedes, Calisto y Europa, siendo este último el más pequeño de los satélites Galileanos.
Europa (satélite), también conocido como “Europa luna de Júpiter”, es el satélite número seis en cuanto a cercanía se refiere y el sexto con mayor tamaño del sistema solar.
Ío
Compuesto en su mayoría por Azufre. Es el más cercano a Júpiter de los cuatro satélites Galileanos, posee actividad volcánica constante debido a las fuertes mareas provocadas por la interacción gravitatoria con Júpiter, que son sumamente fuertes, a consecuencia de esto, éste satélite no posee cráteres.
Ganímedes
Es el satélite de más dimensión de Júpiter y el de mayor tamaño del sistema solar. Compuesto de Silicato y hielo, con una capa de líquido congelado que se mantiene suspendida sobre el manto de pantano presente en su superficie.
Se descubrió en el año 2015 que este satélite posee un océano oculto bajo su faceta, recubierto por una capa helada de 150 km de grosor, el océano tiene un fondo de aproximadamente de 100 km, superior a los océanos del planeta Tierra.
Calisto
Es la luna de Júpiter que está más alejada él, posee una superficie muy desgastada y vieja, con múltiples cráteres que la recubren casi en su totalidad.
Europa
Es el de menor tamaño, pero el más estudiado por los científicos, debido a sus interesantes características, cubierto por hielo y muy pocos cráteres, se presume que bajo esa gruesa capa de hielo debe existir un océano salado, que podría albergar vida por su alta concentración de oxígeno.
Movimientos
Europa (satélite) tarda aproximadamente 60 horas en girar alrededor el planeta Júpiter, con un radio orbital de 670.900 km., con una excentricidad eclíptica (casi circular) de 0,009 y una inclinación 0.470 grados con respecto al ecuador, igual a la de los otros satélites Galileanos, una de las caras de Europa siempre mira hacia Júpiter durante su órbita.
La excentricidad eclíptica de Europa está determinada por las revueltas gravitacionales de los otros satélites, esto genera que la eclíptica de Europa se alargue y distienda constantemente durante su órbita.
Durante su órbita, Europa se acerca a Júpiter, aumentando la atracción gravitatoria, lo que hace que la eclíptica de Europa se alargue, por el contrario cuando Europa se aleja de Júpiter, la atracción gravitacional disminuye, generando que la eclíptica regrese a su forma normal (casi circular), todos estos movimientos crean mareas en el océano de Europa (satélite).
La resonancia orbital de Europa con el satélite Ío, es la que impulsa la excentricidad eclíptica de Europa, provocando dentro del satélite múltiples mareas que mantiene el océano líquido. La rotación de Júpiter es la fuente de energía que genera estas mareas y que son transferidas a Europa, Ío y Ganímedes por resonancia orbital.
Características de la Luna Europa
El satélite Europa posee una de las estructuras, superficies y atmósferas más fascinantes del mundo de la astronomía.
Estructura
Europa (satélite) está compuesto en su mayoría por rocas silíceas, recubierto por una corteza de agua en forma de hielo de 100 km aproximadamente y por debajo de esta se presume que su superficie está formada por un océano de agua salada, se sospecha que el núcleo está compuesto de hierro.
Estudios recientes determinaron que es muy probable que exista una superficie líquida en Europa, debido al campo magnético que se forma, mediante la interacción de este con el campo magnético de Júpiter.
El campo magnético de Europa es débil, sólo alcanza la cuarta parte de la intensidad del magnetismo de Ganímedes y Calisto, esta intensidad puede variar en el momento que atraviesa el campo magnético de Júpiter. En el año 1998 la NASA recabando toda la información dejada por Galileo y con las exploraciones realizadas por ellos, determinó que existe en Europa un material de conducción magnético, siendo lo más probable la existencia de un océano.
En la superficie de Europa se pueden observar zonas de color rojo, además de otras particularidades que hacen pensar a los científicos que la superficie de este satélite está compuesta en su mayoría minerales salados, como el sulfato de magnesio, que deben estar alojados en el agua presente en planeta y que se desplazan al exterior cuando se evapora.
Por lo general las sales son hialinas (transparentes) o blancas, por lo que se presume que debe existir otro mineral o sustancia que le otorgue ese color rojo, puede ser sulfuro proveniente del satélite Ío u otro componente derivado del hierro.
En el año 2013 fueron avistadas fumarolas que salían de la superficie de Europa, lo que confirmó la gran mayoría de las teorías que presumían la existencia de agua salada en la superficie.
Estas observaciones fueron comparadas con los datos obtenidos en la sonda Galileo que se aproxima unos 400 km, donde se observó variaciones en el campo magnético de Europa (satélite), registrándose descensos de hasta 200 nt, a su vez con aumento de la consistencia del plasma hasta 2000 cm3.
Se determinó que las mediciones realizadas podrían relacionarse con la expulsión de humo de un geiser (torrente) de agua líquida presente en su superficie.
Superficie
La superficie de Europa es llana, con marcas entrelazadas, aparentemente formadas por las diferencias en el porcentaje de radicación, con un relieve vertical muy pobre. Posee pocos cráteres y estos son de pequeño tamaño, alcanzando máximo 5 km, uno de ellos es el cráter Pwyll que mide aproximadamente 39 km.
La reflexión de Europa es una de las más grandes de todas las lunas, lo que indica que la faceta de este satélite es aún joven y con mucha actividad, se presume que Europa no debe superar los treinta millones de años de existencia, esto determinado por el choque de cometas que muy probablemente son soportados por Europa.
Sus características de poco relieve y surcos muy marcados se comparan con los del océano congelado de la Tierra, por lo que se piensa que debajo de la capa de hielo de Europa debe existir una masa de agua líquida, que se mantiene en este estado por el calor que producen los movimientos de mareas gravitacionales en Júpiter.
La temperatura de la superficie de Europa, alcanza los -163° centígrados en la línea ecuatorial y -223° centígrados en los extremos, los cráteres parecen estar llenos de agua congelada, esto más el calor que se genera por las mareas, hacen presumir que este espesor de la corteza de hielo solido es de aproximadamente 30 km, lo que significa que el océano estaría a una profundidad de más de 90 km.
Dentro de los elementos que más caracterizan la superficie de Europa (satélite) está una cadena de capas minerales oscuras que se entrelazan por toda la extensión de la luna, asemejándose a las hendiduras del hielo de mar presentes en la Tierra. La corteza de Europa refleja en sus extremos los desplazamientos de las grietas desde su forma original.
Las franjas de mayor tamaño alcanzan 20 km, de un extremo a otro, siendo estas más indefinidas en sus orillas, además de poseer estrías regulares. La franja central es de un componente más soluble, que se presume nació de erupciones de volcanes de agua o geiser, que al abrirse la superficie dejan expuestas las franjas más calientes del interior.
Esto se podría comparar con la superficie que se presenta en la cordillera trasera de los océanos de la tierra, también conocida como “zona Rift”.
Europa al estar anclada a Júpiter por marea (así como la luna a la tierra), que está en constantemente sube y baja, generando movimientos de hasta 30 metros en la superficie, crean las grietas que determinan las características físicas de Europa.
Las grietas más recientes que posee Europa deben estar determinadas por este fenómeno, otras parecen estar relacionadas con eventos diferentes por lo antiguas que son. Esto estaría determinado por un movimiento muy acelerado de la superficie de Europa en relación a su interior, evento posible por los movimientos del océano en su interior que desacoplan el manto de rocas de la luna y la gravedad que ejerce Júpiter sobre la capa externa de Europa.
Otra peculiaridad de la superficie de Europa son las manchas tipo lunares, que se observan en su superficie desde la tierra, pudiendo tratarse de huecos, cavernas o simplemente manchas planas, otras sin embargo, posee bordes irregulares. La superficie de las torrecillas se observan como pedazos de llanuras antiguas.
Una teoría insinúa que las cúpulas se crearon mediante cubos de hielo calientes que se elevaron dejando al hielo más frío por debajo, proceso parecido al que ocurre en los cráteres de magma presentes en la Tierra.
Las manchas parecen haberse formado por el agua en estado líquido, que viaja al interior cuando se quiebra la superficie de hielo; los lunares irregulares nacen presuntamente de la unión de pequeños fragmentos de corteza que se localizan en la superficie de las manchas, como los icebergs en el mar.
Existe otra teoría que plantea que los lunares son zonas “Chaos”, perfectamente delimitadas, de superficie entallada y quebradiza; las manchas y las cúpulas serían entonces el resultado de una mala interpretación de las imágenes, lo que tendría como resultado que la capa gruesa de hielo de Europa es sumamente delgada y no podría soportar una deformación.
Atmósfera
Investigaciones recientes revelan que la atmósfera de Europa es en realidad muy ligera, de aproximadamente 12 bares de presión, está compuesta de oxígeno y otros gases.
De los satélites naturales que conforman el sistema solar, se conoce que únicamente siete que poseen atmósfera, entre los que se encuentran cuatro de los satélites de Júpiter (Ío, Ganímedes, Calisto y Europa). A pesar de tener oxígeno, éste a diferencia del de la tierra es un oxígeno no biológico.
Lo más acertado es que este oxígeno se forme por los rayos de sol y las partículas que se estrellan sobre la superficie de hielo, lo que genera vapor de agua, que se divide en hidrógeno y oxígeno, el primer componente escapa a la gravedad de Europa, pero el oxígeno no.
Cráteres
Por poseer una superficie muy joven y lisa, no son muchos los cráteres de impacto que se pueden encontrar en su superficie, además hay una teoría que sostiene que este satélite está recubierto por una capa de hielo y bajo ella una superficie líquida, es muy posible que los cráter estén llenos de agua.
Estos son los cráteres hasta ahora descubiertos en la superficie de Europa (satélite) y su epónimo:
- Áine (Áine)
- Amergin (Amergin)
- Angus (Angus)
- Avagddu (Avagddu)
- Balor (Balor)
- Brigid (Brigid)
- Camulus (Camulus)
- Cilix (Cilix)
- Cliodhna (Cliodhna)
- Cormac (Cormac mac Airt)
- Deirdre (Deirdre)
- Diarmud (Diarmuid Ua Duibhne)
- Dylan (Dylan Eil Ton)
- Elathan (Elathan)
- Govannan (Govannan)
- Gráinne (Gráinne)
- Gwydion (Gwydion)
- Llyr (Llyr)
- Mael Duin (Mael Dúin)
- Maeve (Maeve)
- Manannán (Manannan mac Lir)
- Math (Math ap Mathonwy)
- Morvran (Morvran)
- Niamh (Niamh)
- Oisín (Oísin)
- Pryderi (Pryderi)
- Pwyll (Pwyll)
- Rhiannon (Rhiannon)
- Taliesin (Taliesin)
- Tegid (Tegid Veol)
- Uaithne (Uaithne).
¿Hay vida en Europa?
No existen pruebas que respalden la teoría de que pueda existir vida en el satélite Europa. Se habla de la propuesta de que en el océano que está por debajo de la capa de hielo de Europa puede existir algún tipo de vida, esto basado en las similitudes que tiene esta superficie con las presentes en el fondo de los mares del planeta Tierra, como por ejemplo las condiciones presentes en los cráteres volcánicos y el lago Vostok en la Antártida.
A pesar de no tener base de que esto puede ser posible, no han escatimado esfuerzos en evitar la contaminación en el satélite.
La operación Galileo de la NASA tuvo fin en el año 2003, cuando colisionó una nave en Júpiter, que de no haber sido abandonada, podía haber chocado contra Europa, contaminando toda su superficie con microorganismos de la tierra. De haber ocurrido esto nunca se hubiese podido determinar la posible existencia de organismos biológicos en Europa.
En los análisis más recientes se ha determinado que Europa (satélite) posee una gran cantidad de agua en estado líquido con una elevada concentración de oxígeno, que supera la cantidad presente en los océanos de la Tierra, lo que para los científicos permitiría la vida sustentable de microorganismos y formas de vida más complejas.
Científicos como Makuch refieren que microorganismos muy parecidos a los de la Tierra pudieran vivir en el fondo del océano de Europa en forma de fumarolas, pero siendo estas insuficientes, no es viable que existan formas de vida más complejas, debido a que no pudieran ser más grandes que un gramo de masa.
Exploraciones
Comenzaron en los años 1973 y 1974 con los sobrevuelos de las sondas Pioneer 10 y 11, las fotos tomadas en estas exploraciones eran de muy mala calidad, lo que no permitieron determinar gran información. La misión Voyager atravesó la órbita de Júpiter en el año 1979, recabando fotografías muy detalladas de la superficie de hielo de Europa.
Con estas imágenes comenzaron las sospechas de la existencia de un océano por debajo de corteza de Europa. Durante ocho años (95-03), la exploración sonda Galileo permaneció alrededor de Júpiter, siendo este hasta ahora el más actual y reconocido recorrido de los llamados satélites Galileanos.
Otras exploraciones fueron la Misión Galileo Europa y Misión Milenio Galileo, con muchos viajes cercanos a la órbita de Europa, para el año 2007 se pudo tomar una fotografía de Europa mientras pasaba el sistema Joviano camino a Plutón.
Futuras Misiones
La nueva era de la vida fuera de tierra, han desviado la atención directamente hacia Europa, siendo de gran interés para futuras misiones, conducidas por presiones políticas.
Las exploraciones irían dirigidas a exámenes de composición química de Europa y búsqueda de vida en el aún supuesto océano subsuperficial. Estas misiones comandadas por robots deberán resistir las altas radiaciones que rodean el satélite y a Júpiter. Las radiaciones que recibe Europa superan los 5.4 sv diarios.
JUICE
La Agencia Espacial Europea, configuro el programa “Explorador de lunas heladas de Júpiter” (JUICE) con el cual planean realizar observaciones en Europa, se espera que su expulsión sea en el año 2022.
Objetivos científicos
Destinada a realizar investigaciones en Ganímedes, no como un satélite sino como un cuerpo planetario, evaluando a su vez la posibilidad de la existencia y sustentabilidad de vida en él.
Las investigaciones en Europa y Calisto se realizarán en menor medida pero con el mismo objetivo, la búsqueda de la existencia de microorganismos vivos y la estructura química de estos.
Europa Clipper
El programa Europa Clipper, se estima que llegará a la órbita de Europa en el año 2025, con misiones de carácter astrobiológicas, buscando como objetivo principal señales de vida.
Objetivos científicos
Su principal objetivo es la exploración de Europa, determinar su habitabilidad y comprobar si posee las condiciones para futuros aterrizajes en su superficie. Entre otros objetivos específicos se encuentran:
- Corroborar la presencia de océanos e identificar el hábitat del agua dentro o por debajo del hielo, así como los métodos de compensación superficie-hielo-océano.
- Distribución y química de los compuestos de su superficie y su relación con la composición del océano.
- Características y conformación de los eventos geográficos superficiales
Adaptaciones de Europa
Europa (satélite) representó un elemento relevante en la adaptación fílmica y el libro del autor Arthur Clarke, en el año 2010, llamada “Odisea II” y su continuación.
Narra la historia de la vida extraterrestre muy avanzada, que se muestra interés por las arcaicas formas de vida bajo la corteza helada de Europa, a través de rocas que transforman al planeta Júpiter en una estrella, que le llaman Lucifer, para aumentar la evolución de los Europanos. En la adaptación “Odisea III”, en el año 2061 Europa se transforma en un océano tropical.
En la obra literaria de Greg Bear “La Fragua de Dios” en 1987, se cuenta la historia de que Europa es devastada por los extraterrestres, se utilizan dos grandes fragmentos de hielo de Europa para ser lanzados al espacio para que impacten contra Marte.
La película Europa Report estrenada en el año 2013, crea la trama de que el satélite Europa es visitado en una misión la “Europa One” con el objetivo de encontrar cualquier señal de microorganismo vivo.
Existe otra adaptación de Europa, esta vez en videojuego, presente el modo campaña de “Call of Duty: Infinite Warfare”, donde Europa es escenario de algunas misiones, también en el modo de jugador múltiple, se presenta un mapa de juegos definido como el centro de investigación que se ubica sobre la corteza helada de Europa.
Otro videojuego es “Barotrauma” en versión 2D, que se desarrolla en el océano de Europa y los Anillos de Júpiter, en el que el participante se encuentra con distintos personajes terroríficos que allí viven.
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