¿Sabes qué son emociones secundarias?, descúbrelo aquí

¿Has escuchado hablar sobre las emociones secundarias? Puede que muchas veces estas no sean fáciles de detectar. Además de que se originan por el medio en que nos desenvolvemos, se deben también por las personas que tenemos en nuestro entorno. Si te interesa saber más, quédate en Energía Espiritual. A continuación, te explicaremos todo lo que necesitas saber. ¡No te lo pierdas!

emociones secundarias

¿Qué son las emociones secundarias?

Para comenzar podemos definir estas emociones como las que son originadas a partir de las emociones primarias. Estas agitaciones se saben que tienen un nivel de complicación poco común y que requieren cierto nivel de progreso epistemológico para poder entenderlas. Por lo general, estas emociones secundarias suelen manifestarse en nuestra vida para los dos o tres años.

Se conocen gracias a diferentes estudios que estas sensaciones son desarrolladas en un ámbito con las relaciones interpersonales. Lo que quiere decir que están muy asociadas a los conocimientos de desarrollo y de relacionarse con el entorno. Estas conmociones suelen ser capaz de cambiar la percepción que tienes sobre tu personalidad, influye además en la autoestima y en la identidad.

Las emociones van a ser diversas dependiendo del entorno en que te desenvuelvas, esto no ocurre con las conmociones primarias. Pues estas últimas suelen ser originadas por los sentimientos que te originen las demás personas. A continuación, te comentaremos cuáles son estas emociones secundarias y de estas maneras puedas identificarlas. Ya está disponible en nuestro blog sobre el color índigo.

¿Cuáles son?

Entendiendo que las emociones primarias están conformadas por sentimientos como la satisfacción, la angustia, la furia, el temor, la repugnancia y la admiración. Entonces no nos queda más que explicarte en que se basan estas emociones secundarias, como te hemos indicado identificar estos sentimientos no son una tarea muy fácil. Pues por lo general suelen ser demostrado a penas con un gesto.

El importante psicólogo americano destacado por sus estudios en las expresiones faciales, Paul Ekman, para el año 1990 aproximadamente. Identificó algunas emociones secundarias como lo son: el cargo de conciencia, el sofoco, la ofensa, la satisfacción, el arrebato, la vanidad, el goce, el deleite y el encogimiento. Una de las cualidades de estos sentimientos es que son adquiridas y aprendidas. No son como las otras emociones que nacen naturalmente con nosotros.

Rueda de las emociones

Está basada en un estudio que presentó el psicólogo y profesor americano Robert Plutchik, en el año 1980. Donde tomó diferentes emociones primarias, específicamente 8 y ocho emociones secundarias, de las cuales estas últimas eran combinadas con 2 básicas. Algunos ejemplos de ellos son:

  • El amor: se basaba en alegría y confianza.
  • El optimismo: relaciona la alegría con la anticipación.
  • La culpa: combina la alegría con el temor.
  • La envidia: tristeza con la rabia.

Como estas combinó muchísimas más, de las cuales se puede sacar la conclusión de que estas emociones secundarias están basadas en la autoestima, el conocimiento y la identidad, como se ha mencionado con anterioridad. Además, que se ven afectadas por los valores sociales que nos han enseñado desde nuestra niñez. Asimismo, las situaciones que nos acontecen en nuestro día a día mucho tienen que ver en estas emociones.

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Se habla entonces de la gran relevancia que desde niños se nos inculquen los buenos valores. A apreciarnos, a valorar a los que nos rodean, el respeto y muchos valores positivos que nos forjarán como buenas personas en nuestro desarrollo en la adultez.

Conexión de las emociones

En este punto entra mucho de lo que hemos explicado de la ruleta de las emociones. Pues se sabe que las emociones secundarias son producidas por ciertas combinaciones de las emociones primarias. Varios estudios realizados por diferentes psicólogos arrojan como resultado que dichas agitaciones secundarias representan ciertas dificultades en nuestros pensamientos. Los que gradualmente se recomiendan ir suprimiendo para no padecer las consecuencias.

¿Aún no queda muy claro? Pues un ejemplo de esto es que tenemos ciertas situaciones donde sentimos mucho temor y este nos sirve como escudo para no sufrir. Sin embargo, cuando no detenemos estos sentimientos podemos desarrollar otros como la ansiedad. A esto se le conoce como continuaciones del pensamiento de las emociones básicas, que si no se detienen su desarrollo puede traer como consecuencias algunas enfermedades.

Otro buen ejemplo de esto puede ser sentir la angustia, se cree que padecer este sentimiento por un tiempo nos indica que estamos en recuperación de un trauma. Por el contrario, prolongar este sentimiento indicará que desarrollemos malestares como la depresión y pensamientos autodestructivos.

Esto también puede observarse con emociones como el regocijo, la cual nos permite desarrollar otras emociones como el afecto o la rabia. Dando comienzo a otras más fuertes como la ira o la animadversión. Quizás te interese leer sobre me siento triste.

Manifestación en los niños

Este es uno de los puntos más importantes que tomar en consideración, pues desde que somos pequeños debemos lidiar con estas nuevas sensaciones. Lo primero que se toma en consideración en cuanto a los más pequeños de la casa es que puedan reconocer que tipo de sentimiento están manifestando. Para lograr esto los padres deben incitar al desarrollo de la inteligencia en las emociones.

Para lograr esto lo mejor es indicarle mediante adiestramientos o destrezas para que puedan reconocer de la mejor manera las emociones que están manifestando. Estos ejercicios pueden ser basado en pinturas o juegos didácticos. Se sabe también, mediante algunos estudios que identificar estas emociones en los niños se deben conocer de la mejor manera posible que nos dicen nuestros niños por sus expresiones faciales.

¿Consecuencia de las malas conductas?

Es posible que, si estas emociones secundarias no son trabajadas con tiempo en los niños, sean la consecuencia de malas conductas. Una de las principales razones de que esto ocurra es porque si no se habla con los pequeños de los sentimientos que están manifestando y los ayudas a entender que sucede, lo más seguro es que se acostumbren a reprimir las emociones. Los que les traerá como consecuencia agotamiento en sus pensamientos, baja autoestima, cero empatía y problemas de conducta.

Es entonces que estos niños con las emociones reprimidas, las terminarán expresando presentando malos comportamientos. Si no reciben el adiestramiento adecuado, terminarán siendo unas personas con gran resentimiento y mucha negatividad.

Entendiendo lo que te hemos desarrollado de las emociones secundarias, debemos dejar claro que el apoyo y la educación recibida en casa es muy importante para no desarrollar los malos comportamientos en nuestros hijos. Ayúdales y enséñales a comprender sus emociones. Si te gustó este artículo, te invitamos a leer sobre juegos de inteligencia emocional para niños.


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