Consulta en este enlace en qué cines de España podrá verse El irlandés
¿Ha llegado el momento de «romper» Disney, tal y como sugiere Matt Stoller, autor de Goliath: cien años de guerra entre poder monopolístico y democracia? Pulp Fiction fue la primera película que estrenó Disney tras comprar en 1993 el estudio Miramax, por el que pagó 80 millones de dólares para después venderlo en 2010 por 660 millones. Desde entonces, el juego de estampitas de la factoría Mickey Mouse no ha hecho más que crecer, y a algunos el asunto les ha dejado de hacer gracia. Puede que Martin Scorsese no posea el mismo don que Kanye West para sacudir las telarañas mediáticas cuando acecha uno de sus estrenos, pero qué duda cabe de que el director de El irlandés sabe hacerlo. Y con estilo. Después de quedarse a gusto en una entrevista con la revista Empire en la que calificó las películas de Marvel de «parques de atracciones» (y no en el buen sentido), esta semana Martin Scorsese ha justificado sus críticas ni más ni menos que haciéndolo desde una tribuna en el New York Times.
«Me hicieron una pregunta sobre las películas de Marvel. Yo respondí. Dije que intenté ver algunas de ellas y que no son para mí, que en mi opinión, están más cerca de los parques temáticos que de las películas, tal y como yo las he conocido y amado durante toda mi vida. Y que al final, no creo que sean cine »
Por el camino, nos ha regalado un artículo que más bien parece una lección de historia. Una carta de amor dirigida al cine auténtico, y que habrá que archivar de cara a la posteridad:
Tras elogiar algunos de los grandes nombres propios que conformaron su amor por el séptimo arte (Cascos de acero de Samuel Fuller, Persona de Ingmar Bergman, Vivre sa vie de Jean-Luc Godard o toda la filmografía de Alfred Hitchcock), la segunda parte del artículo de opinión de Martin Scorsese se adentra en terrenos más lúgubres. Una de las frases finales, quizás la más brillante, basta para condensar su posición: «La situación es que ahora, lamentablemente, tenemos dos campos: hay entretenimiento audiovisual mundial y cine».
Scorsese, que sabe de lo que habla tras haber lanzado la semana pasada El irlandés en un número de salas americanas inusitadamente bajo (estreno en España el 15 de noviembre), alude directa e indirectamente a la concentración de poder de los grandes estudios cinematográficos, entre los cuáles Disney es el indiscutible coloso.
El gran pastel del cine se reparte hoy entre cinco estudios cinematográficos: Disney, Warner Bros, Sony, Universal, y Paramount.
Scorsese desencadenado
Desde que arrancó el milenio, el cambio más grande que ha experimentado la industria del cine ha sido el de la «gradual pero constante eliminación del riesgo», dice Scorsese. En su opinión, aquello que más engrandece a una buena película es, al mismo tiempo, el elemento menos atractivo en la hoja de ruta de una empresa: «muchas películas hoy día son productos perfectamente manufacturados listos para su consumo inmediato […] que carecen de algo fundamental en cine: la visión unificadora del artista individual. Porque, por supuesto, el artista individual es el mayor factor riesgo de todos».
La naturaleza de la franquicia moderna es la de una ristra de películas que «se dicen secuelas, pero que en espíritu son remakes […]; «películas que obdecen a estudios de mercado y que han sido testeadas con audiencias, examinadas, modificadas, reexaminadas y remodificadas hasta que están listas para su consumo».
Es difícil decir más con menos.
Disney, a por el mundo entero
Aunque 2009 y 2012 fueron años históricos para Disney gracias a la compra de Marvel y LucasFilm respectivamente, varios indicadores sugieren que este 2019 Disney va camino de reventar todos los registros. Las seis películas más vistas en el mundo en lo que va de 2019 son suyas: Los Vengadores: Endgame, El rey León, Spider-man Far from home, Captain Marvel, Toy Story 4 y Aladdin.
No es de extrañar que a mediados de año, Disney anunciara una facturación récord de 8.000 millones de dólares. Pero es que hay más: el 14 de noviembre Disney lanzará su propio Netflix (Disney +, con producciones propias como la serie de Star Wars The Mandalorian).
Por si alguien lo ha olvidado, a principios de año, Disney le compró a Rupert Murdoch por 71.000 millones de dólares una pequeña golosina llamada 21st Century Fox, propietaria de, entre otros muchísimos nombres, Los Simpsons y National Geographic.
Las seis películas más vistas en la taquilla mundial en lo que va de 2019 son propiedad de Disney
El gran pastel del cine se reparte hoy entre cinco estudios cinematográficos: Disney, Warner Bros, Sony, Universal, y Paramount. Con la adquisición en marzo de 2019 de 21st Century Fox, Disney eliminó de golpe y porrazo a una de las llamadas six majors de la industria del cine. Era la primera vez, desde la casi desaparición, quiebra, salida de la quiebra y pase a un segundo plano de MGM, que un estudio de cine era eliminado del mapa. Las tres películas más taquilleras de 2018 en Estados Unidos fueron de Disney: Black Panther, Los Vengadores: Infinity War y Los Increíbles 2.
¿Y qué hay de malo en esto? ¿No puede simplemente irse a Netflix todo aquel que quiera ver cine de autor?, puede preguntarse el lector, y se auto pregunta (y auto responde con sarcasmo) el propio Scorsese en su artículo: «En cualquier sitio salvo en la pantalla grande, que es para donde el director de cine pretendía que se viese su película».
Que la concentración de la oferta reduce la variedad es un problema para el que tampoco hace falta diseñar un esquema. A diferencia de lo que pueda suceder con sectores como el del libro o la música, el del cine cuenta con la limitación de su soporte: si vienen más lanzamientos editoriales, siempre puede habilitarse una mesa extra en la sección de novedades de la Fnac. Construir una nueva sala de cine es otro cantar.
Aunque Quentin Tarantino también sufrió la venida del huracán Disney al proyectar Los odiosos ocho en menos salas de las que le hubiese gustado, el director de Pulp Fiction se ha mostrado menos hostil hacia las películas Marvel, llegando a declarar que Thor: Ragnarok es su favorita. Con todo, en 2015 Tarantino tuvo que sufrir en sus carnes un drástico descenso de cuota de salas por culpa del Episodio VII de Star Wars, propiedad de Disney.
Scorsese tiene algo que decir al respecto del asunto de las salas: «¿Me gustaría que mi película estuviese en un mayor número de salas durante un mayor periodo de tiempo? Por supuesto que me gustaría. Pero independientemente de con quién hagas tu película, el hecho es que las salas en la mayoría de los multicines están repletas de películas franquicia». Tras su primera pataleta en Empire, Scorsese no tardó en recibir el apoyo de otro grande, Francis Ford Coppola, el cual tachó las películas de Marvel de «despreciables».
Una guerra, dos batallas
Visto el grado de salseo que hay en el gallinero, mejor abonarse a la manta e irse al salón, podría pensar más de uno. Que en el saón se está calentito y, al menos, ahí la cosa estará más tranquila. ¿No?
No.
Con la llegada y consolidación de Netflix y otros servicios de vídeo on demand como modelo de éxito, el mismísimo futuro de la producción y del consumo de cine se nos presenta en forma de sudoku con números que van cambiando de casilla de modo imprevisible.
Roma, de Alfonso Cuarón (Oscar a mejor película de habla no inglesa), se estrenó en sólo cinco cines de España en 2018. La última de las películas de los hermanos Coen, La balada de Buster Scruggs, iba para serie y se quedó en película, con estreno de nuevo acotado a Netflix. El penúltimo episodio de este rompecabezas viene de la mano del propio Martin Scorsese. El irlandés se estrenará en algunos cines españoles el 15 de noviembre, y en todos los salones el 27 de noviembre vía Netflix, que es quien ha financiado la película.
Una de las interpretaciones más populares de la compra de 21st Century Fox, según leemos en Vox, es la de que Disney se prepara para el «largo invierno del apocalípsis streaming». Con la entrada en escena de un quinto actor (Hulu es muy popular en EE UU), un tal Apple TV +, Disney se ha blindado un catálogo en condiciones de toserle (y resfriar) a los mismísimos Netflix y HBO. El cine no está en riesgo de extinción. Si acaso, lo único que peligra es una cierta manera de hacer cine.
En la lista de adquisiciones o absorciones más sonadas de Disney hay nombres interesantes:
1.El canal por cable Capital Cities/ABC en 1995 por 19.000 millones de dólares
2. FOX Family en 2001 por 2.900 millones.
3. Los Teleñecos en 2004 (se estima que por unos 70 millones)
4. Pixar, por entonces comandada por Steve Jobs (y con sólo seis películas lanzadas, todas éxitos rotundos) por 7.400 millones de dólares.
En 2009 llegaría la super compra de Marvel con la que Disney se agenciaría los derechos de uso y explotación de unos 5.000 personajes por 4.000 millones de dólares, y en 2012, y por otros 4.000 millones de dólares, LucasFilm.
En caso de que alquien contemple la posibilidad de que el Star Wars: Episodio IX vaya a ser la última entrega de la saga, le vendrá bien saber que ya hay tres películas más confirmadas. Si a éstas les sumamos la miriada de entregas de Avatar que James Cameron está rodando ahora mismo (y que pertenecen a 20th Century Fox, esto es, a Disney) nos encontramos con que ya están asignados los bombazos navideños de la cartelera de aquí hasta 2027. Así queda el calendario:
Avatar 2: diciembre de 2021
Nueva película de Star Wars 1: diciembre de 2022
Avatar 3: diciembre de 2023
Nueva película de Star Wars 2: diciembre de 2024
Avatar 4: diciembre de 2025
Nueva película de Star Wars 1: diciembre de 2026
Avatar 5: diciembre de 2026
Entremedias, la treintena de películas que actualmente conforman el universo Marvel se ampliaran con un jugosísimo calendario ya confirmado de nuevas secuelas (o remakes, según Scorsese) y del que, a buen seguro, otras páginas web especializadas sabrán informar mucho mejor que Postposmo.
Y fuera del mundo del cine…
GoPro, Photobucket, Cocoa China… Hace tiempo que el asunto dejó de versar sólo sobre películas. La lista de conglomerados, propiedades, filiales, empresas subsidiarias o simples participaciones a las que alcanzan los tentáculos de Disney daría para varias películas. Nadie ha sabido explicar mejor esta organización kasi kafkiana que la web Titlemax.com, cuyo gráfico os invitamos a apreciar en todo su esplendor.
¿Hay lugar para la esperanza en este tunel cuya luz final siquiera puede uno acertar a imaginar? ¿Es la aspiración final del Disney alzarse con el monopolio del mundo audovisual? En el 2010, el mismo año que se deshizo de Miramax, Disney tuvo a bien devolderle a Saban la propiedad de los Power Rangers, a los que ordeñaron cosa mala con siete temporadas televisivas, cada cual con trajes más horrendos. Los Power Rangers han vuelto a casa y hoy es un orgullo poder afirmar que han recuperado su independencia y su identidad. Lástima que desde 2010 no se haya vuelto a saber nada de ellos en la cartelera.
Actualización 6/11/2019: Bob Iger, CEO de Disney, respondió a las críticas de Martin Scorsese Martin Scorsese asegurando no creer que el director «jamás haya visto una película de Marvel»: «Cualquiera que haya visto una película de Marvel no podría hacer con honestidad estas declaraciones», añadió.