El arte del engaño: animales que sobreviven con trucos sorprendentes

  • La tanatosis es una estrategia defensiva usada por animales como zarigüeyas o serpientes.
  • El camuflaje convierte a calamares, cebras o insectos en artistas del entorno.
  • El mimetismo puede ser visual, químico e incluso conductual, como en aves o hongos.
  • Plantas y hongos también engañan para sobrevivir, atraer o defenderse de enemigos.

Animales que fingen la muerte

En la naturaleza, sobrevivir es un arte complejo que va más allá de la fuerza o la velocidad. Muchos animales han desarrollado técnicas sorprendentes para evadir a sus depredadores a través del engaño. Entre estas estrategias, destaca la tanatosis, más conocida como el acto de «hacerse el muerto», pero hay muchas otras igual de fascinantes. Este fenómeno demuestra cómo el instinto de supervivencia ha moldeado conductas imprevisibles e ingeniosas que todavía hoy sorprenden a la ciencia.

En este recorrido nos adentraremos en el mundo del camuflaje, el mimetismo y otras tácticas defensivas como fingir la muerte, explicando cómo diversos animales utilizan estas habilidades para engañar tanto a aliados como enemigos. Desde insectos hoja que parecen vegetación hasta orquídeas que imitan otras flores, descubriremos un auténtico teatro de la vida donde el engaño es el protagonista.

Tanatosis: el drama de hacerse el muerto

Ejemplo de tanatosis en animales

La tanatosis, o inmovilidad tónica, es uno de los comportamientos defensivos más impresionantes del reino animal. Consiste en fingir estar muerto para inducir el desinterés de un depredador. Algunas especies incluso acompañan esta actuación con secreciones o posturas corporales que refuerzan la ilusión.

Uno de los casos más conocidos es el de la zarigüeya de Virginia. Este animal entra en un estado de parálisis involuntaria cuando se siente amenazado. Durante este trance emite un olor similar al de un cadáver, lo que lo convierte en una presunta presa poco atractiva para sus enemigos. La inmovilidad puede durar minutos u horas dependiendo de la situación.

En el mundo de los reptiles, las serpientes hocico de cerdo son auténticas actrices. Antes de ‘morir’, lanzan ataques falsos, silban y aplanan el cuello para impresionar. Si todo falla, se voltean sobre su lomo, abren la boca y pueden incluso exudar sangre por ella. Esta representación dramática suele ser suficiente para desanimar a la mayoría de sus atacantes.

Las larvas de hormigas león también juegan con la muerte pero de forma impredecible. Estas criaturas permanecen inmóviles tras ser tocadas, engañando a los depredadores. Un estudio realizado por la Universidad de Bristol descubrió que, pese a que el momento exacto de su ‘resurrección’ es impredecible, el patrón general es replicable en toda la población, lo que sugiere un sofisticado mecanismo adaptativo.

También encontramos tácticas similares en el sapo de vientre de fuego. Su vientre brillante advierte de su toxicidad. Si eso no basta, se da la vuelta y muestra su pancita inmóvil como último recurso defensivo. Esta estrategia mezcla disuasión química con tanatosis.

Camuflaje: maestros del disfraz animal

Camuflaje en animales e insectos

El camuflaje es una estrategia que permite a muchos animales confundirse con su entorno para evadir tanto a depredadores como a presas. Algunos ejemplos son tan complejos que engañan incluso al ojo humano más entrenado.

Los insectos hoja y palo son auténticos ilusionistas. Simulan ser hojas secas o ramitas, con detalles como nervaduras, manchas de moho o incluso la textura superficial. El caso del insecto Uropyia meticulodina resulta verdaderamente impresionante: su apariencia tridimensional de hoja enrollada es solo una ilusión en alas completamente planas.

El camuflaje también puede ser dinámico, como ocurre con el calamar. Gracias a sus cromatóforos puede cambiar instantáneamente de color y forma para mimetizarse con cualquier fondo marino. Sorprendentemente, aunque es incapaz de distinguir colores, posee receptores de luz en la piel, lo que le permite detectar tonalidades y adaptarse al entorno sin usar la vista tradicional.

Otros animales, como la cebra, emplean el camuflaje disruptivo. Sus rayas en movimiento generan efectos visuales que confunden la percepción de la dirección y velocidad. Este fenómeno, conocido como efecto estroboscópico, dificulta que los depredadores calculen la trayectoria del animal, ganándoles valiosos segundos para escapar.

El contrasombreado es otra herramienta de camuflaje muy extendida. Animales como orcas, pingüinos y comadrejas presentan el vientre claro y la espalda oscura. Esta coloración los vuelve prácticamente invisibles ya sea vistos desde arriba o desde abajo, gracias al juego de luces y sombras naturales.

El mimetismo: mentiras biológicas para sobrevivir

En el mimetismo, los animales u organismos adoptan la apariencia, comportamiento o señales químicas de otra especie para obtener algún beneficio. Existen principalmente dos tipos: batesiano y mülleriano.

El mimetismo batesiano se da cuando una especie inofensiva imita a otra peligrosa. Un buen ejemplo son los sírfidos, unas moscas que imitan la coloración negra y amarilla de abejas y avispas. Aunque no pican, logran evitar ataques gracias a este disfraz.

Un caso aún más asombroso lo encontramos en ciertas aves amazónicas. Los polluelos de la plañidera cenicienta presentan un plumaje naranja con puntas blancas que los hace parecerse a orugas venenosas. Además, cuando sienten peligro, no piden comida como otras crías, sino que mueven la cabeza de lado a lado, imitando el movimiento de estas larvas. Todo parece indicar que su supervivencia se basa en engañar visual y conductualmente a sus posibles agresores.

En el mimetismo mülleriano, dos especies peligrosas se parecen y ambas se benefician del aprendizaje de los depredadores. Es el caso de la mariposa virrey y la monarca. Durante mucho tiempo se pensó que la virrey era solo una imitadora inofensiva, pero se demostró que también es desagradable al paladar, colaborando así en el refuerzo del código visual de alerta.

El engaño en el mundo vegetal y fúngico

El mimetismo no es exclusivo del reino animal. Muchas plantas y hongos también lo emplean. Las orquídeas, por ejemplo, a menudo imitan flores de otras especies que sí ofrecen recompensas para atraer a los polinizadores sin darles nada a cambio.

Una de las trampas más sofisticadas la protagoniza el hongo Fusarium xyrophilum. Este parásito infecta plantas del género Xyris en Guyana y genera pseudoflores que imitan visualmente a las verdaderas. Utiliza pigmentos fluorescentes visibles por insectos e incluso aromatiza el «engaño» con feromonas como el α-farneseno o el nerolidol, conocidas por atraer a abejas y abejorros. El objetivo: engañar a los polinizadores para propagar sus esporas.

Además de la mímica visual, algunos organismos engañan mediante sonidos o señales químicas. Hay polillas que reproducen sonidos de los depredadores de sus propios depredadores, espantándolos, o plantas que segregan sustancias que modifican el comportamiento de insectos a su favor.

El disfraz como herramienta de defensa y ataque es universal. Tanto las flores que simulan ser otras para seducir insectos como los hongos que producen falsas estructuras florales participan en una compleja red de interacciones en la que el engaño es clave para su éxito evolutivo.

La evolución ha convertido el engaño en una herramienta indispensable para muchas especies. Ya sea a través de la tanatosis, el camuflaje o el mimetismo, organismos de todos los reinos han desarrollado métodos para confundir, asustar o seducir a sus antagonistas. Tanto la zarigüeya como una orquídea sin néctar o un hongo impostor están jugando al mismo juego: sobrevivir a través del arte del engaño.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Actualidad Blog
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.