Hay una gran variedad de tipos de hoyuelos, en las mejillas, en la espalda o en las manos, algunos de ellos están considerado atractivos y dan un rasgo diferenciador a la persona que los posee.
Lo que muchas veces podemos preguntarnos es el porqué de la aparición de estos hoyuelos en unas personas si y en otras no. Os adelantamos que la genética juega un papel importante, pero hay mas.
Tipos de hoyuelos y cómo se forman
Los hoyuelos son pequeñas hendiduras que se forman en la piel. Comúnmente están asociados con ciertas características físicas como la sonrisa o la expresión facial. Para muchas personas los hoyuelos resultan atractivos y es que hay tipos de hoyuelos para todos los gustos: en las mejillas, el mentón, etc. Cada uno de estos tipos tiene un origen diferente. A continuación vamos a ver que tipos hay y cómo se forman teniendo en cuenta la genética y el contexto cultural.
Tipos de hoyuelos
Hoyuelos en las mejillas
Cuando hablamos de hoyuelos, los primeros que nos vienen a la cabeza son los de las mejillas. Son los más comunes y se dejan ver cuando la persona sonríe, ya que se ubican a ambos lados de la comisura de los labios. Que se vean al sonreía, hace que en muchos casos estén relacionados con un rasgo atractivo de la persona.
La formación de estos hoyuelos se debe a una variación en la estructura del músculo bucal. En las personas que tienen hoyuelos, el músculo de la mejilla que se encuentra dividido en dos partes, hace que al sonreír se forme un pequeño pliegue en la piel. Tener o no este tipo de rasgo físico está determinado por la genética, por lo que si un padre posee hoyuelos es probable que el hijo los herede.
Hoyuelos en el mentón
Son unos hoyuelos muy característicos, que parten el mentón por la mitad (unas veces de manera más pronunciada que otras). Suelen ser más propensas a tenerlos aquellas personas que tienen un mentón prominente.
La formación de estos hoyuelos es muy similar a los anteriores, proceden de una variación muscular. La estética del mentón y su forma también pueden influir en la aparición de los mismos, así como la constitución física de la persona, que suele estar determinada por factores genéticos.
Hoyuelos en el pecho
Este tipo de hoyuelos es muy poco frecuente, son pequeñas depresiones en la piel de área pectoral producidas por variaciones en la estructura del tejido muscular, adiposo o la piel de la zona. Pueden también ser resultado de la forma de las costillas o del propio músculo pectoral que puede estar más desarrollado o en una posición particular que favorece la aparición de los hoyuelos.
Hoyuelos en la parte baja de la espalda
Conocidos como hoyuelos sacros o lumbares, son unas hendiduras que presentan algunas personas en la parte baja de la espalda. Su aparición parece estar ligada a la forma en que se conecta la piel con el tejido subyacente, así como a la estructura ósea de la pelvis.
Junto con las mejillas y mentón, son uno de los hoyuelos considerados atractivos.
Hoyuelos en las manos
Se trata de pequeñas hendiduras que pueden aparecer en diferentes partes de las manos, en especial en las yemas de los dedos o en las palmas. Estos hoyuelos pueden estar causados por diferenticas en la estructura de la piel o el tejido subcutáneo. La presión continuada o el trabajo duro en las manos también contribuyen a que aparezcan.
Hoyuelos en otras zonas del cuerpo
En realidad, los hoyuelos pueden aparecer en numerosas partes del cuerpo como piernas o cadera, sobre todo en aquellas personas que tienen una menor proporción de grasa corporal.
Formación de los hoyuelos
La formación de los hoyuelos, como hemos visto, está asociada a un factor genético, pero además hay dos teorías para su aparición. La primera de ellas es la teoría de una variación en el músculo, donde éste en vez de ser un único, está dividido en dos. Esto implica que no se aprieta el músculo de la misma manera en una persona con el músculo partido. Al moverse o contraerse ese músculo, entre sus dos partes se formará un pliegue en la piel dando lugar al hoyuelo.
Por otro lado, hay una teoría del tejido conectivo que explica que la formación de los hoyuelos podría ser cómo el tejido conectivo subyacente se ancla a los músculos de la cara y de otras áreas del cuerpo. En algunas personas, el tejido conectivo puede ser más flexible y permite que se hunda la piel al presionarla, dando lugar al hoyuelo.
En cualquier caso, aunque su origen se debata, los hoyuelos son características físicas que dan un rasgo diferenciador a la persona que los posee. Un recordatorio de la singularidad que tenemos cada uno de nosotros.