Si las heces son desechos de la digestión que los animales expulsan a través de la defecación, para algunos seres vivos actúan como alimento o fertilizante, favoreciendo así la recirculación de nutrientes en nuestro planeta. El hombre sabe esto desde hace mucho tiempo, por lo que usa estiércol de vaca en los campos como fertilizante.
Las heces también son útiles a la ciencia para estudiar y conservar la naturaleza, ya que permiten rastrear especies difíciles de observar directamente y obtener diversa información sobre los animales que las produjeron, como su ADN, de qué se alimentan, el nivel de algunas hormonas como el estrés y las relacionadas con la reproducción.
La caca fósil (los excrementos fósiles se llaman coprolitos ) permite a los estudiosos investigar el pasado; por ejemplo, gracias a las heces fósiles descubrimos que nuestros antepasados comían insectos. Pero las heces también brindan pistas para investigar la salud humana y de otros animales.
Defecamos una o dos veces al día, expulsando, de media, entre 100 y 250 gramos de heces. Por lo tanto, la caca es muy familiar para todos nosotros, pero a menudo no sabemos mucho al respecto. Descubramos de qué está hecho, qué elementos lo llevan a oler y otras curiosidades sobre el tema.
Índice
Composición de las heces
Desde pequeños nos enseñan que con la caca eliminamos sustancias tóxicas o superfluas. Sin embargo, además de estos elementos de desecho, también se excretan otras sustancias con las heces.
La composición de nuestros excrementos incluye:
- 75% agua.
- Microorganismos, tanto vivos como muertos, al 7,5%. Estos derivan de la microbiota intestinal, el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro tracto digestivo y que ha establecido con nosotros una relación de beneficio mutuo: fortalece nuestro sistema inmunológico, ayuda a la digestión y produce sustancias útiles, obteniendo, gracias a nosotros, el alimento. Se estima que hay alrededor de 30 billones de microorganismos (equivale a alrededor de un tercio de nuestras células), principalmente bacterias, en las heces.
- Materia orgánica no digerible derivada de alimentos para otro 7,5%. Las conocidas fibras dietéticas entran en esta categoría.
- Colesterol y otras grasas alrededor del 3%.
- Sustancias inorgánicas, como el fosfato de calcio y zinc, en torno al 3%.
- Proteínas, como las enzimas digestivas (las moléculas que aceleran la descomposición de algunos alimentos), alrededor del 0,03%.
- También hay células muertas del tracto intestinal, leucocitos muertos (glóbulos blancos) y bilirrubina. Esta última es una molécula de color amarillo rojizo que se deriva de la degradación de la hemoglobina y es responsable del color marrón de nuestras heces.
La composición y el color de las evacuaciones pueden variar según varios factores, entre ellos la dieta, la velocidad del tránsito por el tracto intestinal (que implica mayor absorción de nutrientes y agua cuanto más lenta sea) y la diversidad de especies de microorganismos en simbiosis con nosotros. De hecho, una mayor variedad en la microbiota intestinal se asocia con una mayor salud de nuestro tracto digestivo.
Las fibras dietéticas se asocian comúnmente a una condición fundamental para el bienestar del organismo: la regularidad intestinal. Pero ese es solo uno de los beneficios que confiere una dieta alta en fibra. Como ha ido surgiendo en los últimos años, se han constatado muchos otros, quizás aún poco conocidos, como el papel protector frente a las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo II y el cáncer de colon.
El estudio de estos factores es útil para descubrir cualquier patología intestinal. Sin embargo, no siempre es posible evaluarlos en el laboratorio. Por esta razón, se han inventado escalas de calificación de heces que se basan en su apariencia.
En condiciones normales, las heces se componen de un 75 % de agua y un 25 % de material sólido que incluye bacterias, fibras no digeridas, grasa, materia inorgánica (calcio y fosfatos), moco, células intestinales descamadas y algunas proteínas. Una parte significativa de la masa fecal no es de origen alimentario; de hecho, las heces también se forman durante el ayuno.
¿Qué tipos de fibras dietéticas hay?
Las fibras dietéticas son, por definición, aquel componente de un alimento de origen vegetal que no es digerible por las enzimas endógenas humanas. De hecho, llegan intactos al intestino grueso, donde son, sin embargo, parcialmente digeridos por la flora bacteriana residente. Desde el punto de vista químico es una variedad de moléculas de las que se acostumbra hacer una distinción aproximada entre insolubles y solubles. Pertenecen al primer grupo: la celulosa, la lignina y algunas hemicelulosas. Ejemplos de fibras solubles son: pectinas, gomas y β-glucanos.
El diferente grado de solubilidad se puede atribuir a su estructura. La de la celulosa, formada por muchísimas repeticiones de un solo tipo de azúcar y estabilizada por puentes de hidrógeno en una estructura muy ordenada, hace muy difícil el acceso al agua. Por el contrario, el menor peso molecular y la presencia de ramificaciones con extremos libres para formar enlaces favorecen su solubilidad.
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