Características de la cultura Purépecha, orígenes y más

Una de las civilizaciones más poderosas de Centroamérica, que aún ejerce influencia en las tradiciones mexicanas, fue la Cultura Purépecha. ¡Si desea conocer más sobre esta antigua sociedad, hay mucha información en este artículo sólo para usted!

CULTURA PURÉPECHA

La cultura Purépecha

La civilización tarasca conocida también como cultura purépecha, fue una sociedad que dominó el oeste de México, construyendo un gran imperio que se mantenía en conflicto constante con otra importante civilización del período posclásico, los aztecas.

El imperio tarasco ocupaba más de setenta y cinco mil kilómetros cuadrados, que controlaban desde la capital Tzintzuntzan, sin embargo, aún era una extensión de territorio menor que la gobernada por los aztecas.

Los estudios indican que la cultura purépecha estaba mucho más avanzada que la de otras tribus náhuatl, que se asentaban alrededor de las montañas de la Sierra Madre.

Durante la época pre colonial, los purépechas gobernaban su territorio en el área de Michoacán, sin ningún tipo de interferencia de los aztecas.

Esta civilización no fue conquistada por los europeos de la misma forma y al mismo tiempo que los aztecas, quienes fueron sometidos por las fuerzas extranjeras a principios del siglo XVI.Los purépechas se mantuvieron al margen de estos conflictos hasta cerca de 1530, cuando fueron invadidos por los españoles. Se presume ignoraron las peticiones de ayuda que presentaron los aztecas durante varias décadas.

El proceso de conquista y colonización sobre el territorio purépecha, fue muy diferente al aplicado a sus vecinos aztecas, a quienes los europeos sometieron y dominaron totalmente. El territorio de la cultura purépecha fue gobernado por los extranjeros como un estado feudal que pagaba impuestos.

CULTURA PURÉPECHA

Las asperezas entre las tribus vecinas estaban presentes, los conflictos y la guerra entre las dos naciones terminó en favor de los purépechas, esto principalmente por el hecho de que los tarascos elaboraban sus armas con metales, especialmente cobre y bronce.

Hacia 1470, los purépechas no solo habían ganado la guerra que libraron con los aztecas, sino que se apoderaron de algunas de sus tierras, instalándose en Tenochtitlán, un punto importante azteca.

Esta cultura también era avanzada y estructurada, tenía una organización política y social jerárquica, como otras civilizaciones de la región. Los purépechas tenían líderes religiosos, asesores, guerreros, artesanos y una gran mayoría eran plebeyos. Los religiosos solían diferenciarse porque portaban calabazas de tabaco colgadas del cuello.

Los artesanos eran un sector muy importante para esta sociedad que dependía en gran medida del comercio. Estos fueron reconocidos por sus joyas hechas de obsidiana, plata, oro, bronce, cobre y turquesa.

Entre las actividades fundamentales de esta cultura estaba el comercio, que permitía mantener bajo control a los aztecas, después de los conflictos de 1470.

También poseían habilidad para pescar, considerados los Maestros de los Peces. Además de controlar las minas de plata y oro del área, que los hacían una sociedad muy importante en el comercio sobre todo en el área de Michoacán.

CULTURA PURÉPECHA

Los productos mayormente comercializados en los mercados de la cultura Purépecha eran piezas de cerámica, armas de bronce y cobre, joyas, pescado, tabaco y grandes surtidos de verduras.

Ubicación

La tribu Purépecha estaba ubicada en la región de Michoacán de México a lo largo de las montañas de la Sierra Madre. Originalmente se conocieron como Tarascos y tomaron un área bastante grande para sí mismos, aun teniendo muy cerca a los aztecas, tribus famosas por su tendencia a los conflictos y la dominación.

Los purépechas tenían una cultura, un idioma y una tradición totalmente distintas y originales de la región, por ejemplo el idioma purépecha, no guarda relación con el idioma azteca vecino, a pesar de que su ubicación geográfica era bastante cercana.

La sociedad purépecha se convirtió en una cultura sofisticada con un alto grado de centralización política y estratificación social en el período postclásico medio, siendo la tribu más importante la Wakúsecha, del grupo étnico chichimeca, cuyo jefe Tariacuri estableció la primera capital en Pátzcuaro alrededor de 1325 después de Cristo.

El territorio controlado por los tarascos llegó a duplicar la extensión de los ocupados por las generaciones anteriores y la producción y el comercio de maíz, obsidiana, basalto y cerámica aumentaron en la misma medida.

El aumento del nivel del lago en la cuenca de Pátzcuaro también significó que muchos sitios bajos fueron abandonados y la competencia por los recursos se volvió cada vez más feroz. Así también, en las tierras más altas de Zacapu, la concentración de la población aumentó considerablemente, de modo que 20.000 personas habitaron solo 13 sitios.

CULTURA PURÉPECHA

Este período estuvo marcado por un aumento en las rivalidades estatales locales y una inestabilidad general entre la élite gobernante

Hoy en día, hay más de cien mil mexicanos que afirman su ascendencia, son hablantes de purépecha y pueden rastrear su linaje hasta esta tribu.

Orígenes de la cultura Purépecha 

La historia de los tarascos se ha reconstruido a partir del registro arqueológico y las tradiciones locales, situando sus orígenes en Suramérica, asociados a los incas. En esta área permanecieron hasta la emigración a América Central, donde se asentaron en los mismos territorios que los aztecas.

Algunos datos importantes están descritos en la Relación de Michoacán, documento donde se recopilan las diferentes costumbres de los pobladores de Michoacán, México, previo a la llegada de los europeos y que fue escrito por el fraile franciscano Jerónimo de Alcalá a mediados del siglo XVI.

La cultura purépecha tenía una historia de más de dos milenios, asentados en el centro y norte de Michoacán término que significa lugar de los maestros pescadores, en las adyacencias de las cuencas de los lagos de Zacapu, Cuitzeo y Pátzcuaro.

Mitología y religión

La religión purépecha tenía algunas similitudes a la de sus vecinos en la región, las otras tribus náhuatl que solían centrar su religión en sacrificios de sangre. Los purépechas aun cuando realizaban sacrificios de sangre, se centraban más en las ofrendas de oraciones que en la sangre. Tenían un panteón conformado por varias deidades muy relacionadas también a los poderes de la naturaleza.

CULTURA PURÉPECHA

La religión tarasca reclamó la cuenca de Pátzcuaro como el centro del cosmos y el de su poder. Para ellos el universo estaba dividido en tres partes: El cielo: gobernado por la deidad más importante y principal, el dios del sol Kurikaweri, el señor del cielo y la guerra, que según las creencias purépechas podía ser contactado a través de la sangre y la quema de leña.

Su esposa, la diosa purépecha Kwerawáperi era la Madre de la Tierra, gobernaba a su lado junto con su hija Xaratanga, diosa muy importante que controlaba el mar y la luna.

La religión tarasca fue dirigida por un Sumo Sacerdote Supremo que era el jefe de una clase sacerdotal dividida en varios niveles. Los sacerdotes fueron fácilmente identificados en las comunidades purépechas por la calabaza de tabaco que llevaban alrededor del cuello.

Se presume que los tarascos tomaron divinidades locales antiguas y las asociado o combinado con dioses tarascos nuevos y originales. También se puede observar que muchas de las deidades de las tribus conquistadas eran incorporadas a su panteón oficial.

Fueron adorados y obsequiados con sacrificios y quema de ofrendas, además construyeron pirámides en honor a los dioses, cinco en Tzintzúntzan y cinco en Ihuátzio.

Una característica de la religión tarasca era la ausencia de dioses comunes en otras religiones mesoamericanas, tales como Tlaloc el dios de la lluvia o Quetzalcóatl el dios serpiente emplumada. Como puede apreciar los purépechas fueron politeístas, sin embargo los descendientes actuales siguen la religión católica romana.

Los purépechas o tarascos no emplearon el calendario de doscientos sesenta días, pero sí organizaban el año solar, en dieciocho meses de veinte días cada uno.

CULTURA PURÉPECHA

Deidades del panteón Tarasco

Como se mencionó anteriormente la cultura Purépecha era politeísta, es decir veneraban diferentes dioses, cada uno con autoridad sobre ciertos y determinados aspectos. El panteón tarasco esta conformado por diferentes divinidades entre las que encontramos:

-Curicaveri, la deidad principal y más antigua, asociado al fuego, es además el que rige la recolección, la cacería y  las guerras. -Cuerauáperi (Kuerajperi): se le considera madre de todas las deidades y esposa del dios principal, Curicaveri.  Está asociada a la tierra, la luna, la lluvia y la producciòn de las nubes. Entre sus hijas mas mencionadas están:

La Madre de la nube colorada o la que cubre con velo de fuego, la Madre de la nube blanca o la que cubre con velo, la Madre de la nube amarilla o la que cubre con el velo amarillo y la Madre de la nube negra o la que cubre con el velo negro.

-Xarátanga:  considerada la diosa lunar o una advocaciòn de la misma, es también conocida como la luna nueva y se asocia a la fertilidad, la agricultura, la naturaleza y el nacimiento de las plantas que proporcionan alimento, como el maíz, el frijol, etc.

-Tata Jurhiata, considerado el Señor o Padre Sol, es la deidad del día y por supuesto de este astro. Tiene como compañera a Pehuame.

-Pehuame, se asocia a la labor de parto y posteriormente a cierta planta medicinal que recibe el mismo nombre -Nana Cutzi, antigua deidad que en la actualidad se asocia con la luna.

CULTURA PURÉPECHA

Lengua purépecha

En los suelos mexicanos existen muchas lenguas, el Purépecha es solo una de ellas y fue el idioma de la antigua civilización tarasca.  El purépecha es un idioma aislado que se habla en suelo michoacano.

Su historia se remonta a alrededor del 150 antes de Cristo y es un idioma con características únicas en el área, siendo reconocida junto a otros dialectos como lengua nacional, en el 2003.

Las dos principales son el dialecto del lago, cerca del lago de Pátzcuaro y el dialecto volcánico, cerca del volcán Paricutín.

Incluso después de la llegada de los conquistadores españoles y los asentamientos de los mismos en el territorio de los purépechas, esta cultura aún conservaba su independencia cultural y preservaba sus raíces lingüísticas.

El purépecha tiene cierta relación con el quechua, el idioma hablado por la tribu inca sudamericana ubicada en lo que hoy es el Perú, por lo que se presume que los purépechas pueden haberse originado en América del Sur entre los incas y posteriormente emigraron a América Central para establecerse en la misma área que ocupaban los aztecas.

Tradiciones y expresiones artísticas

Las diferentes fiestas son celebraciones que se realizaban para reconocer a la nación Purépecha, generalmente tenían una duración de varios días, que incluyen actos religiosos, canciones, bailes y manualidades. La música y la danza era expresiones muy importantes en la cultura purépecha. Los bailes tradicionales como la Danza de los Viejitos o el baile del anciano, conocida en lengua purépecha como T’arche Uarakua.

CULTURA PURÉPECHA

Se realizaba como ofrenda al Dios Viejo o Tata Jurhiata con la intención de disfrutar de buenas cosechas y otros favores durante el año, siendo interpretada por los petámunis, los ancianos sabios de la comunidad tarasca. Se danza al ritmo de pirekuas, estilo musical de estos pueblos, que fué creado teniendo como referencia los cantos religiosos de los misioneros que vinieron al continente a evangelizar.

El día primero de febrero en nuestro calendario es el día en que los purépechas festejan el inicio de un nuevo año o Fuego Nuevo, celebración dedicada al dios Curicaueri el gran fuego, marcando el inicio de otro nuevo ciclo.

Un aspecto relevante es que a pesar de la llegada de los conquistadores españoles y el paso del tiempo, el pueblo purépecha ha conservado muchos de los elementos culturales que los diferencian del resto de México.

Leyendas y cuentos Purepechas

Muy similar a otras culturas mesoamericanas los  Purepechas tenían mitos, leyendas y cuentos tradicionales, relacionados generalmente con sus deidades, sin embargo esto no era la regla. Conozcamos algunos muy interesantes:

 La reunión en la Puerta del Cielo

Esta antigua leyenda purépecha relata la ocasión en la que los dioses del panteón Tarasco se reunieron en la Puerta del Cielo y predijeron el fin de este imperio:

Ya han aparecido otros hombres (los españoles) y han de venir a las tierras; esto es lo que ellos querían que Kueravajperi no permitiera y no fueron oídos.

CULTURA PURÉPECHA

Camécuaro, el lago de lágrimas

Existe un relato tarasco que narra la historia de una princesa purépecha llamada Huanita y su amor por Tangáxhuan, heredero del monarca Tariácuri, fundador del orgulloso y extenso Imperio Purépecha, localizado en Michoacán y algunas zonas de Jalisco y Guanajuato.

Muy grande era el amor de los  dos jóvenes, pero la belleza de la princesa era una tentación para muchos, el atrevido Candó, un sacerdote vil e impío la secuestro y la mantuvo cautiva en el interior de una yácata de Cutzé. Huanita asustada y triste lloró por muchos días esta calamidad. Su llanto formó un gran estanque, que actualmente se le conoce como el Lago Camécuaro, lugar de la amargura oculta.

Tangáxhuan fué informado del paradero de la princesa y sin dudar fue en su búsqueda, arco y flecha en mano bajaba los cerros, hasta que divisó a lo lejos a Candó. Haciendo gala de su puntería Tangáxhuan, tomo arco y flecha y disparó, atravesando al malvado, quien quedó clavado en un árbol de Ahuehuete, al que se conoce como sabino.

La fuerza de la flecha y el golpe del cuerpo de Candó partió el tronco del árbol, surgiendo de él una gran cantidad de agua verde que formo un manantial que nunca se seca.

Tal era la tristeza de la princesa cuando lloraba que sus lágrimas tienen poderes peligrosos. Dice esta leyenda de la cultura Purépecha que aquellos que nadan hacia el fondo del lago pueden ver entre las aguas a una bella y misteriosa  dama que los toma de los pies para retenerlos a su lado para siempre.

Otras historias

Existen muchos relatos cortos y muy entretenidos en la cultura purépecha, que aún en nuestros días son del agrado de muchos lectores de todas las edades. En este video puede conocer otras simpáticas historia tarascas:

Gastronomía

Muchas de las ciudades y comunidades nativas sembraron diversos tipos de maíz, auyamas, frijoles, chile, etc. Generalmente se podía observar maíz azul, morado y blanco, que además de ser unos de los principales alimentos servía como producto para comercializar, fuera por intercambio o venta, para adquirir otros bienes necesarios para las comunidades.

Pero ante todo la siembra de maíz y frijol representaba la comida de las familias purépechas   con maíz y por ende su forma de subsistencia.

Las clases bajas trabajaban en la milpa, la familia entera, mujer, hombre, junto a sus hijos y en muchos casos sus nietos, preparaban el terreno, sembraban y atendían el cultivo, asegurando así sus alimentos. Pero el trabajo de la tierra no era fácil, se trabaja todo el día y se come en la milpa, para luego seguir trabajando.

Es por eso que la comida fuera de la jornada de trabajo debía ser un momento especial, además de variada y nutritivas. Existían algunos platillos puntuales para los momentos y celebraciones especiales en la vida de esta sociedad.

El atole de masa o blanco, una bebida dulce y caliente elaborada con grano de maíz cocidos y aliñada con especies aromáticas,  por ejemplo, se ofrece durante el nacimiento a la madre, como alimento principal y se ofrece como un presente en el bautismo.

También se sirve atole en las bodas, en la ceremonia de nombramiento de cargueros y en los funerales o velorios. El churipo es un plato tradicional que consiste en caldo de carne de res, aderezado con chile rojo y un tipo de tamal conocido como corundas. Se sirve en bodas, bautizos y celebraciones de algún santo patrono.

La corunda se elabora con maíz y se le coloca como relleno jaguacatas, palabra purépecha que designa a los frijoles. Cuando se trata de velorios y funerales, es tradición servir atapakua a quienes deciden hacer acto de presencia. Este plato es un mole rojo al que se le adiciona maíz morado o azul molido, semilla de auyama o chilacayote y tiene consistencia densa. Existe otro plato muy similar que además se le agrega carne y se conoce como xanducata.

Arte y arquitectura

Una característica de la arquitectura postclásica tardía de los Tarascos son las construcciones descomunales conocidas como Yácata, que combinan las pirámides escalonadas con forma de rectangulo  y circulo.

Las Yácatas son templos-pirámides, que inicialmente fueron rectangulares, pero que luego fueron construidas mucho más grandes y con diversas formas.

En Tzintzúntzan, existen cinco construcciones que descansan sobre una enorme plataforma de cuatrocientos cuarenta metros de largo por unos doscientos cincuenta metros de ancho, donde se realizaban ceremonias religiosas.

Los yácata en su interior contenían capas de piedras que se ajustaban y sostenían con un tipo de piedra volcánica conocidas como yanamu, que se mantenían unidas y firmes con barro. Las excavaciones en estos complejos monumentos han revelado tumbas, con numerosos artefactos, objetos cotidianos y joyas.

Muy cerca de la Yácata se colocaron esculturas, a las que generalmente se le presentaban ofrendas y sacrificios, muy similar a otras culturas mesoamericanas.

Existen diversas teorías que relacionan estos monumentos con la mitología y religiosidad tarasca, afirmando que esta cultura piensa que la Yácata ubicadas en zonas altas de la región representan el cielo, la zona poblada por su gente es la tierra y el lago como un posible inframundo.

En la actualidad de las cinco yácatas construidas sobre la gran base de piedra en Tzintzuntzan, solo quedan ruinas, en gran parte por el descuido y obviamente por el paso del tiempo, siendo este el factor mas influyente en su progresivo deterioro.

En Ihuátzio, Lugar de Coyotes, fue un asentamiento Purépecha, con mucha diversidad en muestras arquitectónicas, entre las que se cuenta una cancha para el juego de pelota mesoamericano. La cerámica tarasca se caracterizó por sus tarros con forma de animales y plantas, trípodes, recipientes en miniatura y tubulares, todos muy decorados.

Fueron trabajadores metalúrgicos altamente calificados, manipulando con destreza la plata y el oro.  Además, eran artesanos expertos con materiales como la obsidiana, con la que elaboraron  joyas para las orejas y los labios, cubiertas con láminas de oro y con incrustaciones de turquesa.

La gran capital de la cultura Purépecha

Desde la era posclásica tardía entre 1350 y 1520 después de Cristo, también conocido como la fase Tariacuri, la capital del imperio y la ciudad tarasca más grande era conocida como Tzintzúntzan el lugar de colibríes. en la zona noreste del lago Pátzcuaro.

Los purépechas desde ahí controlaban, mediante un sistema político jerárquico y estrictamente centralizado, casi una centena de ciudades en los alrededores del lago.

Hacia 1522 la población de la cuenca acumulaba unos ochenta mil individuos, solo Tzintzúntzan contaba con una población de treinta y cinco mil personas. Esta ciudad capital era el centro administrativo, comercial y religioso del imperio tarasco y hogar del rey o Kasonsí.

Extensos proyectos de riego y terraceo se llevaron a cabo, para hacer que una población tan numerosa pudiera mantenerse con los productos de la agricultura local, sin embargo las importaciones de bienes y materiales fueron una significativas y necesarias.

Una serie de mercados locales y el sistema de pago de tributos, permitieron asegurar bienes básicos suficientes para la población local, no obstante también se mantenía un buen inventario de piezas de cerámica, conchas y metales, sobre todo lingotes de oro y plata, además de mano de obra, para poder satisfacer la demanda de los foráneos.

En estos concurridos mercados se compraban y vendían frutas, verduras, flores, tabaco, alimentos preparados, productos artesanales y materias primas como obsidiana, cobre y aleaciones de bronce.

La clase gobernante se encargaba de controlar todo lo relacionado a la extracción de metales valiosos y a la metalurgia, además de todo lo que elaborarán con ellos los maestros artesanos, que se presume residían en el complejo del palacio de Tzintzúntzan.

Existe evidencia de producción independiente de oro y plata en las regiones sudeste y oeste, acorde con evidencias y muestras de centros administrativos secundarios y terciarios.

Los tarascos comercializaban sus productos en la red de mercados para adquirir o  importar recursos y materiales como:

  • Turquesa
  • Cristal de roca
  • Piedras semipreciosas como el jade
  • Algodón
  • Cacao
  • Sal
  • Plumas exóticas.

Produjeron además campanas de bronce de estaño, cobre y aleaciones de cobre que se emplearon con frecuencia en rituales y danzas ceremoniales en toda Mesoamérica, lo que representaba un ingreso importante. El estado también mantenía el control y decidía sobre lo relacionado a la administración y asignación de:

  • Tierras y bosques
  • Minas de cobre y obsidiana
  • Industria pesquera
  • Talleres artesanales.

Sin embargo, no está muy claro cuál era el grado de control sobre las comunidades y los líderes tribales no tan cercanos a la capital y si las instrucciones seguidas sobre el acceso a estos recursos eran reales.

Estos diversos grupos étnicos dentro del imperio, aunque sujetos políticamente a Tzintzúntzan, también mantuvieron su propio idioma e identidades locales, pero en tiempos de guerra su tributo regular a sus señores tarascos fue aumentado por el suministro de guerreros.

Según la Relación de Michoacán, la nobleza tarasca se dividió en tres grupos: realeza, nobleza superior e inferior. La realeza residía en la capital y en el sitio sagrado de Ihuátzio, que de hecho había sido la capital tarasca anterior.

El funeral de un rey tarasco se describe en la Relación, como una gran ceremonia de la cultura Purépecha, donde se sacrificaba a todo el séquito del gobernante fallecido, para que estos le acompañarán en la tierra de los difuntos.

Este grupo que enfrentaría el fatal destino generalmente estaba conformado por unos cuarenta esclavos, las siete esclavas favoritas, la cocinera, el asistente de baño y el médico, esté por no haber evitado su muerte.

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