Cuidados de la menta

Los cuidados de la menta son importantes para su cultivo

Entre las plantas aromáticas más populares a día de hoy se encuentra sin lugar a dudas la menta. Este bonito y bienoliente vegetal es sumamente decorativo y se puede emplear en diversas recetas culinarias o para elaborar infusiones y bebidas. Además, resulta una planta muy beneficiosa para nuestra salud, ya que es un remedio natural estupendo para diferentes tipos de dolencias. No obstante, si queremos disfrutar de este vegetal en nuestro hogar y cultivarlo correctamente, es imprescindible que sepamos cuáles son los cuidados de la menta.

Si habéis adquirido una de estas plantas y la queréis mantener adecuadamente para que os siga produciendo sus hojas y soltando su fragancia por el hogar, lo mejor es que sigáis leyendo. En este artículo explicaremos todos los cuidados de la menta para que pueda crecer y desarrollarse correctamente y sin problemas.

¿Cómo se cuida la planta de menta?

Los cuidados de la menta incluyen el riego y la poda

Antes de hablar sobre los diversos cuidados de la menta, primero debemos destacar un aspecto muy importante a tener en cuenta. Esta mata puede llegar a ser muy invasora. Es decir: Si la dejamos crecer lo bastante, acabará invadiendo el espacio de otros vegetales en el jardín o en el huerto, provocando así la muerte de otras especies que estemos cultivando. Por este motivo, lo más recomendable es cultivarla en maceta y así evitar que dañe otras plantas que se encuentran a su alrededor. Teniendo en cuenta este pequeños detalle, veamos cuáles son los cuidados de la menta.

Como pasa con todos los vegetales, el riego es uno de los puntos más importantes para conseguir que crezcan bien. En el caso de la menta, este debe ser frecuente. Es vital para esta planta que la tierra esté siempre húmeda. Así pues, cuando notemos que el sustrato está seco, toca echarle algo de agua. Sin embargo, debemos vigilar de no encharcar las raíces, si no podrían pudrirse y nuestra menta acabaría muriendo. ¿Cómo debemos regarla pues? La mejor manera para llevar a cabo esta tarea es vertiendo abundante agua en el sustrato y esperar a que acabe saliendo por los agujeros de drenaje de la maceta. Todo el líquido que quede acumulado en el plato de la base deberá ser retirado.

Otro de los cuidados básicos que requiere la menta es la poda. Se trata de una planta con un crecimiento muy rápido, motivo por el cual tendremos que ir cortando sus hojas incluso si no nos hacen falta. Además, resultará de gran ayuda para el vegetal si quitamos todas las hojas marchitas. Así no sólo mejoraremos su aspecto físico, si no que también evitaremos que malgaste energía y recursos.

También hay que destacar la importancia de los nutrientes. En este aspecto, lo más aconsejable es cambiar la tierra una vez cada año. De esta manera aportaremos nuevos nutrientes a la menta. El mejor momento para llevar a cabo esta tarea es en primavera, que es cuando más falta le hará nutrirse.

¿Dónde ubicar la planta de menta?

A parte de los cuidados que tengamos que brindarle de manera constante, también es de suma importancia la ubicación de la menta. Si bien es cierto que es una planta aromática de interior, también podemos cultivarla en exteriores. Sin embargo, debemos tener en cuenta que puede marchitarse muy rápidamente si la dejamos expuesto al sol directo, por lo que es preferible ubicarla en un lugar con sombra. A pesar de ello, la luz es esencial para que pueda crecer correctamente, así que el mejor sitio es aquel donde reciba luz solar de manera indirecta.

En el caso de que queramos cultivar la menta en exterior, es importante tener en cuenta que tendremos que trasladarla cuando empiecen a bajar las temperaturas. Esta planta no sobrevive a las heladas, por lo que tendremos que guardarla dentro de casa o en un invernadero. En el caso de tenerla en interior, podemos dejarla donde está, pero los cuidados de la menta seguirán siendo los mismos. Eso sí, es bastante probable que tengamos que regarla menos en invierno que en verano.

Cuidados de la menta: Plagas y enfermedades

La menta puede sufrir diversas plagas y enfermedades

Ahora que ya sabemos cuáles son los cuidados de la menta, sólo nos queda un tema por discutir: Las plagas y las enfermedades. Es vital para las plantas saber qué puede dañarlas, saber detectarlo y poder tratarlas a tiempo. Por suerte, la menta no es muy propensa a enfermar. Aún así, vamos a comentar las dos enfermedades más frecuentes de este vegetal:

  • Marchitamiento por Verticillium: Se trata de una enfermedad fúngica y que se transmite por el suelo. El hongo penetra la planta por las raíces y puede llegar a provocarle la muerte. Por desgracia, este patógeno puede vivir en la tierra durante varios años aunque no haya ningún huésped vegetal. Lo mejor es aplicar medidas preventivas para evitar la aparición de este hongo.
  • Moho en la menta: También es una enfermedad fúngica, esta vez provocada por Puccinia menthae. Cuando la menta es atacada por este hongo, aparecen manchas con tonos marrones y naranjas en la parte inferior de las hojas. Esta enfermedad puede causar la defoliación completa o parcial de la planta. El riego por arriba del vegetal puede ayudar a este hongo a propagarse. Una buena manera para prevenir su aparición es mejorar la circulación de aire, reduciendo el soporte de la menta. En el caso de que la planta ya haya contraído esta enfermedad, podemos aplicar fungicidas.
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A parte de estas enfermedades, la menta también puede verse atacada por ciertas plagas, siendo las más comunes los trips, los pulgones y los ácaros. Lo que tienen en común es que todas residen normalmente en la parte inferior de las hojas. Los síntomas que nos pueden indicar la existencia de estos insectos son la aparición de manchas y la decoloración de las hojas. Además, pueden darse casos de defoliación completa o parcial. Cabe decir que estas plagas no sólo dañan a la planta, si no que favorecen la aparición de las enfermedades fúngicas, razón de más por la que debemos combatirlas lo antes posible.

Ya tenéis toda la información necesaria acerca de los cuidados de la menta. Sólo os queda disfrutar de este precioso vegetal y de la fragancia que desprende.


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