¿Cómo viajar con un gato a otro país?

viajar con un gato en coche, avión o barco

Viajar con un gato. ¿Sueñas con irte a vivir al extranjero o has decidido cambiar de vida en busca de nuevas oportunidades? O quizás… ¿te han ascendido a trabajar para un contrato importante al otro lado de la frontera y quieres llevarte a tu amado gato contigo?.

Salir de España y viajar con tu gato no es fácil, pero tampoco imposible. Estas son las cosas que debe saber antes de llevar un gato al extranjero.
Digamos de entrada que llevar un gato al extranjero es una operación compleja desde varios puntos de vista perose puede hacer perfectamente siempre que se haga con previsión y antelación.

Hoy os vamos a dar una lista de cosas que hacer, con todas las sugerencias necesarias, divididas por puntos, para pasar fácilmente por todos los trámites necesarios y las precauciones de salud de tu pequeño peludo.

Documentación necesaria para llevar un gato al extranjero

Además de la tarjeta sanitaria común para gatos (la que llevas contigo en cada visita al veterinario), el documento más importante que necesitas para llevar un gato al extranjero es el pasaporte europeo para animales de compañía.

Es un folleto azul que muestra:

  • los datos personales y domicilio del titular;
  • el número de microchip del gato, una foto del mismo (opcional pero muy útil);
  • el certificado del estado de buena salud de este último;
  • vacunas obligatorias realizadas.

Si tu gato aún no tiene microchip y en caso de ir de viaje, es necesario ponerle el microchip al gato para su identificación y para que nos puedan contactar y que sepan que es nuestro gato en caso de pérdida.

Además, la vacunación antirrábica es totalmente obligatoria y, para algunos países (especialmente Reino Unido, Irlanda, Suecia y otros) también la titulación de anticuerpos contra esta enfermedad. Este cumplimiento adicional asegura que no ha habido infección o contacto con la rabia en el período inmediatamente anterior a la vacuna.

gato viaje

¿Cuándo preparar toda la documentación?

Como hemos comentado con anterioridad, es necesario empezar a planificar la mudanza con tiempo antes de llevar un gato al exterior. La vacunación antirrábica debe realizarse 30 días antes de la salida y es necesario informarse si el país de destino también requiere titulación de anticuerpos, de lo contrario existe riesgo de rechazo en la frontera o que le hagan hacer una cuarentena obligatoria al animal.

El cambio de un gato de un hogar a otro

Para el gato, cada cambio de su entorno doméstico (a veces incluso el simple cambio de disposición de los muebles de la casa) es una fuente de estrés.

El viaje y la instalación en el nuevo hogar agitan mucho al gato que, al no reconocer su propio territorio, podría volverse temeroso o agresivo o desarrollar algunos trastornos psicosomáticos como la cistitis, a causa del estrés.

También necesitará algo de tiempo para aclimatarse y frotarse dejando su olor en su nuevo entorno para hacerlo suyo.

¿Cómo podemos prevenir estos inconvenientes?

En primer lugar, antes de viajar, es necesario que tu gato sea examinado por tu veterinario de confianza: tras un control minucioso, se te entregará un certificado de buena salud y el gato recibirá todas las vacunas obligatorias.

En el momento que lleves al gato al vetrinario te recomendamos que expreses todas sus dudas sobre la situación y, si el veterinario lo considera oportuno, se le puede recetar un tranquilizante (fármaco o natural) para administrarle al gato y hacer más sereno el viaje y el inicio en el nuevo alojamiento.

Sigue escrupulosamente los consejos del médico veterinario e informa sobre los detalles de cualquier cambio en el comportamiento de tu pequeño peludo.

Nada más llegar a tu nuevo hogar, intenta, en la medida de lo posible, volver a proponer al gato la rutina habitual y los horarios de mimos y comidas.

Dale sus accesorios habituales (caseta y juguetes) y deja que se instale poco a poco, habitación tras habitación.

Durante los primeros momentos conviene no dejar salir al pequeño porque podría salir corriendo en busca de su antigua casa o… ¡pelearse con los nuevos vecinos!

gato tren

Viajar con el gato

En coche o en tren

Si viajas por medios terrestres, como coche o tren, las reglas suelen ser las mismas de siempre:

  • deja que tu amigo estire las patas cada 2 horas aproximadamente;
  • nunca lo dejes sin agua fresca y limpia.

Obviamente tendrá que viajar en su transportín para estar seguro y no molestar a otros viajeros.

Evitar las náuseas…

Pregúntale a tu veterinario cómo prevenir cualquier episodio de náuseas. El gato podría comenzar a salivar profusamente, regurgitar o acurrucarse en el suelo con los ojos en forma de «bola».

Este es un inconveniente que aunque no es peligroso para el animal sí les resulta muy estresante. Se le pueden administrar algunos productos para prevenir los síntomas y garantizar un viaje tranquilo.

También podemos reducir el riesgo de que esto ocura dándole comidas ligeras unas horas antes de la salida para limitar el trabajo del estómago y los intestinos durante el viaje y evitar los vómitos.

Necesitarás arenero para viajar con el gato

Hacer sus necesidades en el coche o en el transportín son otros inconvenientes que pueden ocurrir, sobre todo si se juntan el gato y un largo viaje en coche.

Para hacer frente a estas eventualidades, es recomendable disponer de un arenero de viaje para gatos que se pueda sacar cada vez que decidas hacer una pausa en una zona de descanso equipada.

Limpio y discreto, permite al gato realizar sus funciones biológicas siempre que lo necesite sin causarle daño.

¿Cómo calmar al gato en el coche?

Es importante prever las situaciones de estrés a las que se puede ver sometido el gato durante el traslado, sobre todo si se sabemos que el gato va a hacer un largo viaje en coche.

Si llora o maúlla, puedes probar los siguientes remedios. Es posible utilizar alguna herramienta que tranquilice al gato. Hablamos, por ejemplo:

  • del juguete favorito del gato;
  • de la manta que siempre usa (y que, por eso, está impregnada de su olor);
  • de lociones a base de feromonas para relajar al gato…

Uso de tranquilizantes

Se puede utilizar un sedante, pero esto siempre tiene que ser bajo supervisión del veterinario y siguiendo las pautas exactas que te den. Nunca se debe exceder la dosis ni las tomas.

También se puede recurrir a la medicina natural, por ejemplo dándole al gato una dosis de flores de bach para calmarlo, tal como el Rescue Remedy. Este tratamiento es preferible a los sedantes: no lo adormecen, pero lo tranquilizan y le dan confianza. Para más información, consulte a su veterinario.

Es útil rociar el interior del transportín y del coche con Feliway 20 minutos antes de la salida. Al imitar las feromonas que liberan los gatos a gusto, calmará al gato.

Viajar en avión con el gato

Las cosas se vuelven más complejas si viajas en avión o en barco. Algunas aerolíneas aceptan mascotas a bordo, mientras que otras no.

Infórmate bien para buscar soluciones alternativas con suficiente antelación y comprar transportadores que cumplan con la normativa de la empresa.

Las que aceptan animales suelen ofrecer dos posibilidades: el gato puede viajar junto con su dueño en cabina (como una especie de equipaje de mano, marcado con la abreviatura » mascota en cabina «) o puede ir en la bodega. Aunque la bodega esté presurizada y adecuada para el transporte seguro de animales domésticos, el aire de este último se enrarece de todos modos y se alcanzan temperaturas más altas que en la parte superior del avión, dependiendo también de las características técnicas de la aeronave. Es por tanto una solución menos agradable para el gato y, si es posible, mejor que la evitemos.

En la cabina: debe guardarse en el trasportín debajo del asiento frente a nosotros. Cuesta unos 75/95 euros por trayecto. El animal debe poder levantarse y darse la vuelta y no debe desprender mal olor. El fondo del recipiente debe ser impermeable. No puede salir a menos que todos los pasajeros y el piloto del avión estén de acuerdo.

El transportín homologado y generalmente aceptado no puede superar los 46x25x31 cm aunque esto es mejor consultarlo siempre con la aerolínea que se vaya a coger. El peso permitido no debe superar los 6/10 kg en total, incluido el transportín de la mascota. Dentro de un contenedor pueden viajar de 3 a 5 animales de la misma raza, siempre dentro del peso máximo requerido.

En la bodega: viaje en un área con temperatura controlada dentro del avión, aunque son temperaturas más altas que en cabina. Coste: unos 110/150 euros por trayecto.

Algunas aerolíneas, para determinados destinos, exigen un certificado de buena salud y una lista de vacunas realizadas, emitido por un médico veterinario acreditado. Deben estar fechados 10/20 días antes de la salida.

gato barco

Viajar en barco con el gato

Finalmente… ¡el barco! Ya no estamos en la era de los viajes transoceánicos de nuestros abuelos que buscaban fortuna en América pero… ¡siempre puede pasar que tengamos que tomar un ferry!.

Normalmente se trata de barcos grandes por lo que los movimientos oscilatorios serán percibidos con menor intensidad por el gato, al menos en el caso de mar en calma.

No obstante, incluso en este caso, es recomendable pedir consejo al veterinario sobre cómo hacer que nuestro amigo viaje de forma adecuada y sobre todo contactar con la naviera para conocer la normativa en cuanto al transporte de animales.

Los métodos explicados para viajar en avión son más o menos válidos, con la ventaja de que no hay necesidad de presurizar las cabinas y así respirar aire ambiente normal.


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