El Tapir, o como indica su nombre científico, Tapirus terrestris, es un animal mamífero perisodáctilo. El nombre tapir se le da a todas y cada una de las cinco especies de mamíferos pertenecientes al género Tapirus, dentro de estas cinco especies nos encontramos, al Tapir Malayo, tapir Kabomani o también llamado tapir pigmeo, tapir de Baird, el tapir brasileño o amazónico, y por último al tapir de montaña. Sí deseas aprender mucho más acerca de las Características del Tapir, no dudes ni un momento en seguir leyendo este artículo.
Características del Tapir
Cuatro de las especies anteriormente mencionadas tienen su origen en el continente sudamericano, y una sola se encuentra principalmente en Asia. Los tapires poseen una gran variedad de nombres, entre estos tenemos: danta, anta, beorí, mborevi, tatabra, o sachavaca. Al momento de hablar de estos mamíferos nos estamos refiriendo a un animal bastante primitivo, pues, este animal no ha cambiado para nada su aspecto desde hace millones de años.
Dentro de la mitología china y la mitología japonesa, los tapires son muy conocidos por la creencia de que estos se «comen» las pesadillas de las personas. Hablando de la taxonomía de estos animales, estos son integrantes del orden Perissodactyla, vienen de la superfamilia Tapiroidea, a la familia Tapiridae, y por último al género Tapirus.
Descripción del Tapir
La estética de estos animales es bastante similar a la de los cerdos, estos poseen una morfología bastante redonda y robusta. El rasgo más llamativo de los tapires es su probóscide, esta misma consiste en un hocico, labios ligeramente gruesos y también una abertura nasal prominente, a su vez está compuesto enteramente por tejido blando.
Todas y cada una de sus extremidades y su cola son bastante cortas, posee tres dedos en sus patas traseras y cuatro en las delanteras, sin embargo, estos dedos en realidad son pezuñas. Las orejas de los tapires tienen una forma bastante ovalada. En toda la extensión de su cuerpo poseen un pelaje bastante corto y erizado, a su vez también presenta un color que puede ser gris, marrón oscuro o incluso negro.
Estos mamíferos suelen medir un metro de altura hasta sus hombros, y normalmente suelen medir dos metros de longitud total. Es importante mencionar que el peso de los tapires suele encontrarse entre los 150 y los 300 kilogramos.
Distribución y Hábitat
Estos mamíferos se encuentran distribuidos actualmente por toda Centroamérica y también por toda América del Sur, sin embargo, también existe una población de tapires muy reducida en el sur de Norteamérica. Estos singulares animales están muy presentes desde México hasta Venezuela, y teniendo también a Paraguay y Brasil como los límites sureños. Por el otro lado, en el continente asiático, estos están distribuidos en Malasia, Sumatra, Birmania y también Tailandia.
Principalmente, los tapires prefieren habitar en bosques caducifolios, montañas, entornos selváticos, pantanos e incluso también algunas praderas, estos animales son bastante versátiles siempre y cuando exista una fuente constante de agua. En la región de los Andes, los tapires suelen vivir principalmente en las montañas.
Comportamiento del Tapir
Los tapires realizan la gran mayoría de sus tareas en horas de la noche, o bien, cuando está cayendo el crepúsculo, sin embargo, los ejemplares que habitan en las montañas, como los tapires de Los Andes, son más bien completamente diurnos.
Una de las principales características de este animal es que tienen un carácter bastante tranquilo e incluso tímido, a pesar de que estos puedan defenderse perfectamente. Sí estos se asustan, lo más probable es que empiece a atacar usando sus mandíbulas y provoque heridas bastante graves, a pesar de esta capacidad, los tapires siempre evitarán cualquier tipo de conflicto y casi siempre prefieren correr hacia las fuentes de agua más cercanas.
Alimentación del Tapir
Los tapires tienen una dieta completamente herbívora, dentro de su dieta, estos se alimentan diariamente de distintas hojas, flores, ramas, brotes, hierbas y en general cualquier tipo de planta. Una vez que el sol se ha metido completamente, los tapires empiezan a salir en busca de alimento diario, específicamente, estos suelen buscar su alimento en las zonas más arbóreas y el apetito que poseen no rechaza ni siquiera las plantas acuáticas. La peculiar nariz que estos animales poseen, les permite explorar con una gran facilidad sin tener que hacer grandes movimientos con su cabeza.
Reproducción
Los tapires alcanzan su madurez sexual al momento que cumplen entre tres y cinco años de edad, sin embargo, las hembras siempre alcanzan la madurez sexual antes que los machos, y estas mismas suelen reproducirse una vez cada dos años. Una vez que los tapires han copulado dentro del agua, el tapir obtiene una sola cría, la cual nace después de atravesar un periodo de gestación que dura entre 12 y 13 meses, aproximadamente.
Las crías de los tapires vienen al mundo con los ojos completamente cerrados, sin embargo, estos acostumbran a abrirlos luego de una o dos horas. La piel de las crías siempre posee unas franjas muy claras, generalmente de color marrón o beige, a medidas que las crías van creciendo estas franjas se desaparecen, específicamente, cuando estos cumplen los seis meses de edad ya se encuentran completamente exentos de estas. La esperanza de vida la gran mayoría de los tapires suele oscilar aproximadamente entre los 25 y los 30 años de edad, sin importar sí se encuentran en cautiverio, o si se encuentran en estado salvaje.
Amenazas del Tapir
En cuanto a la situación que actualmente viven los tapires, no podemos ser bastante optimistas, cuatro de las cinco especies de estos mamíferos se encuentran en peligro de extinción, o bien, están bastante vulnerables. Las cuatro especies que se encuentran en peligro son: El tapir brasileño, el tapir de montaña, el tapir malayo y por último de tapir de Baird.
Este peligro se acredita principalmente a la caza desenfrenada para obtener la carne de ellos, o para comercializar cualquier parte de ellos; a su vez, también se le atribuye a constante destrucción de su hábitat natural por culpa de la contaminación, la urbanización, la tala, y también por distintas invasiones a las zonas que se supone que están protegidas.
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