Características del Jaguar: Hábitat, Reproducción y Más

El Jaguar es un felino que se caracteriza por contar con una de las mordidas más poderosas de la naturaleza y por su notorio pelaje amarillo manchado. Otra de las características del jaguar es su conducta solitaria y su demostrada fortaleza a la hora de la cacería y del acarreo de sus presas. Podrás conocer mucho más del jaguar al continuar la lectura de este artículo.

Características del jaguar

Características del Jaguar

Al jaguar igualmente se le conoce como Yaguar o Yaguareté y se encuentra en la tercera posición de los felinos de  mayor tamaño del planeta, tras el tigre y el león. Es un carnívoros perteneciente al género Panthera y es la única variedad de este género que se puede conseguir en América. Es considerado el felino de mayor tamaño y que se encuentra más extendido en los entornos tropicales del continente americano.

Tamaño y Peso

Es un animal sumamente fuerte, de cuerpo fornido con extremidades cortas y musculosas, de cabeza ancha, orejas modestas y redondeadas. Su largo se ubica de 1,5 y 2,4 metros y  su extensa cola cuenta con una longitud de 45 a 75 centímetros. Su peso va de los 45 a los 120 kilogramos y, habitualmente los machos exceden a las hembras en tamaño de un 10 a 20%. Su contextura varía en relación a la zona donde habita y los animales que pueblan Mesoamérica son de menor tamaño que los de Sudamérica.

Coloración de la Piel

La coloración de su piel varia del amarillo al rojizo en el lomo y los costados, blanco en el abdomen y la parte interior de las patas, y tiene el cuerpo recubierto por rosetas de tamaños diferentes, con manchas menudas en el centro. El patrón de pintas es único para cada animal, merced a ello se les puede identificar.

Hay una variedad de jaguar en color negro pero que sigue manteniendo las manchas típicas. Los jaguares negros o melánicos son muy frecuentes en Sudamérica, no obstante en México no se ha corroborado su presencia.  Coloquialmente son conocidos como Pantera Negra. En contraste, igualmente se sabe de ejemplares con carencia de pigmentación a los que llama como Panteras Blancas.

Alimentación del Jaguar

Estos carnívoros cuentan con una dieta conformada por más de 85 especies. Su estilo de caza es totalmente letal. Puede trepar, arrastrarse y nadar, por lo que es muy difícil que una presa se le escape. Sus dientes son tan poderosos, que le coloca en el primer sitial de todos los felinos de la más potente mordida  (al mismo nivel que la pantera nebulosa), inclusive antes del tigre y león, y como el número dos de todos los mamíferos del planeta, tras de la hiena manchada cuyo alimento es la carroña.

Características del jaguar

Para ejemplificar su fuerza, toda vez que el jaguar se arroja contra su presa, éste ataca de modo directo el cuello provocándoles asfixia, o bien, inserta sus fuertes colmillos en el área posterior del cráneo, traspasando el hueso y alcanzado el cerebro. Pueden traspasar pieles de gran espesor y ásperas como la de reptiles y perforar fácilmente caparazones de tortugas. Asimismo pueden arrastrar por ocho metros animales de gran peso y pulverizar sus huesos.

Con esas destrezas puede capturar animales salvajes de hasta 300 kilogramos, pues sus métodos de ataque son únicos.

Reproducción

Mediante vocalizaciones, los jaguares interactúan previo a la copulación. Al estar la hembra en celo, produce sonidos que son contestados por los machos. Éstos usualmente rivalizan para decidir al vencedor. Tras la cópula, la hembra no soporta la presencia de los machos. Éstas logran su madurez sexual de los 12 a los 24 meses y el macho de los 24 a los 36 meses.

Su época de apareamiento cambia según la geografía y su lapso de gestación es de unos 100 días; generalmente las hembras conciben dos crías, aunque pueden engendrar hasta cuatro. Las crías vienen al mundo moteadas y se quedan con la madre por un año y medio o dos, cuando logran su madurez sexual, para luego desplazarse a un nuevo lugar para asentarse.

Su ciclo estral dura unos 37 días con 6 a 17 días de lapso de celo. A través de ese período, las hembras expelen un aroma sumamente fuerte que atrae el interés de otros jaguares. Los nacimientos ocurren frecuentemente en temporadas húmedas, esto en razón de la gran profusión de presas.

Comportamiento del Jaguar

Se reconocen por la fácil que se movilizan en su entorno, siendo magníficos por lo que usualmente buscan asentarse en zonas próximas al agua. Los adultos usualmente son solitarios, con excepción  de la época de apareamiento y primordialmente activos al atardecer. Es difícil llegarlos a ver en la naturaleza, por motivo de sus costumbres nocturnas. Estos felinos pueden llegar a vivir en libertad de 10 a 12 años.

Para hacerles seguimiento se ha requerido dotarles de radio-collares con un posicionador satelital para posibilitar el monitoreo de sus hábitos y desplazamientos. Merced a esta tecnología, por ejemplo, se llego a saber que en el lapso de un año en la zona de Calakmul, al sur de la Península de Yucatán, los jaguares machos ocupaban zonas de actividad de más de 700 kilómetros cuadrados, un área equivalente a 65.000 campos de fútbol. Entretanto que las hembras se desplazan por cerca de 160 kilómetros cuadrados, área equivalente a 15 mil campos de fútbol.

El patrón de desplazamiento en las hembras cambia al depender de cuando disponible este el alimento y la clase de hábitat, mientras que en los machos esto está determinado por disputas de espacio y de hembras. El jaguar es un cazador nato, ya que aguarda con sigilo a que su presa se exhiba para saltarle encima y propinarle una mordida en la cabeza. A su mordedura se le tiene como una de las más poderosas entre los grandes felinos. Como parte de su dieta se han reconocido más de 22 variedades de mamíferos (70% de su dieta), aves, reptiles y peces.

Hábitat del Jaguar

El jaguar puede morar en diferentes ecosistemas, entre los que están manglares, bosques de pino templado, desiertos e inclusive zonas montañosas, pero se inclina por las selvas bajas cálidas y los bosques subtropicales localizados por debajo de los mil metros de elevación. En ellos consigue una inmensa abundancia de animales y vegetales, así como de agua.

Esta especie poblaba de Estados Unidos al norte de Argentina, pero con su aniquilación producida por el hombre, actualmente sólo constituye parte de las selvas tropicales de América Central y del Sur. La presencia más grande de este felino se localiza en la cuenca del Amazonas y en el norte y oriente del litoral caribeño de Venezuela y Guayana

En México poblaba las zonas cálidas y subtropicales, de Sonora y Tamaulipas en el norte del país, descendiendo por las planicies litorales del Golfo de México y del Pacífico, a Chiapas y la Península de Yucatán. Ha desaparecido más del 40 % de su presencia en el país, por lo que se ha limitado a regiones forestales fragmentadas, apartadas y de dificultoso acceso en los litorales del Pacífico y del Golfo de México, la Sierra Madre Occidental, la Sierra Madre Oriental y el sur-sureste de México.

Para conocer su condición poblacional en México, se comenzó en el 2008 el primer Censo Nacional del Jaguar y sus Presas (Cenjaguar) en 15 lugares de prioridad para la preservación del felino. Una tarea minuciosa que duró tres años y que puso a México a liderar las estrategias de preservación de la especie. La investigación contó con el apoyo de la Alianza WWF-Fundación Telmex Telcel y fue planificada por el Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México en unión a variadas instancias gubernamentales, académicas, científicas y civiles.

Según dicho primer censo, en el país había una población estimada de 4 mil ejemplares; localizándose la mayor parte de ellos en la península de Yucatán. El segundo censo, de reciente conclusión, reportó que la población había aumentado a 4,800 felinos.

Amenazas

El jaguar vive confinado en razón de la devastación de su hábitat, la cacería ilícita y el constante conflicto jaguar-humano fruto de las cada vez mayores actividades en su ambiente. La desaparición de su hábitat se considera como el mayor desafío que encara pues es una especie necesitada de inmensa superficies de territorio para subsistir. El establecimiento de infraestructuras, la propagación de las labores agrícolas y ganaderas, la construcción de viviendas y la desaparición de vegetación son elementos que han menoscabado y fragmentado su hábitat.

La disminución de su territorio, y por ende de su perímetro de actividad, ocasiona que las poblaciones de jaguar se aparten y sean más propensas a la extinción, ya que además de incrementarse los conflictos con los humanos, la especie presenta inconvenientes de variabilidad genética, una táctica natural de sobrevivencia de largo plazo.

La caza furtiva es el otro gran desafío que encara la especie, ya que la consecución de su piel, garras y dientes para ser comercializados en el mercado negro, ha ocasionado que el jaguar actualmente sea considerado como “especie casi amenazada”. En ciertas naciones, como Bolivia, centenares de jaguares han muerto por este motivo y esta tendencia se presenta igualmente en Perú, Belice y Brasil.

Por otro lado, existe un conflicto con las colectividades humanas que sienten temor por la seguridad de sus rebaños o por potenciales ataques a los pobladores. Se conoce, por ejemplo, que en determinadas zonas de México los jaguares rivalizan por el alimento con los lugareños ya que los pecaríes, venados, tepezcuintles, armadillos o coatíes han llegado igualmente a ser componente de la dieta local. Al no conseguir alimento en la selva, es frecuente que el jaguar busque al ganado doméstico y, en desquite, sea atacado.

Estado de Conservación

La comercialización de su piel experimentó un gran apogeo al mediar del siglo XX. Para 1963 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hizo pública una decisión para vedar su comercialización. No obstante, fue solo en 1975 cuando la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) catalogó a la especie en su apéndice I y con ello se hizo evidente el problema de cacería que confrontaba este felino y que prosigue siendo un desafío a su supervivencia.

El jaguar se ubica en calidad de “casi amenazada” en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En México está considerada como una especie en riesgo de extinción y su cacería está prohibida desde 1987. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) lo estima como un felino cuya preservación es prioritaria.

Importancia del Jaguar en su Hábitat

El jaguar es una criatura que presta un gran servicio ambiental. Estos servicios se describen como una amplia gamas de situaciones y procesos por los que los ecosistemas naturales y las especies que los pueblan colaboran en el sostenimiento y satisfacción de los requerimientos de la sociedad humana.

Entre ellos se encuentran: el saneamiento del aire y agua; la disminución de las sequías y anegaciones; la generación y preservación de los suelos; la polinización de los sembradíos y la vegetación natural; el esparcimiento de semillas; el reciclaje y desplazamiento de nutrimentos; la regulación de insectos que ocasionan problemas a los predios agrícolas; la defensa de los litorales ante la erosión del oleaje; el equilibrio parcial del clima y el aminoramiento de los climas excesivos y sus impacto.

Los economistas señalan que si se calculara el valor de estas prestaciones en el planeta, podrían llegar a varios trillones de dólares anualmente. Por siglos la humanidad no le otorgó relevancia ni valor a tales  servicios ya que se consideraban inacabables. En la actualidad, es evidente que se hace necesario preservar los ecosistemas en la mejor condición para que sigan aportándonos estos servicios.

Para el caso del jaguar, esta es una especie que ayuda al mantenimiento de un ecosistema saludable. Al desaparecer el jaguar de las selvas y bosques, sus presas que son usualmente grandes herbívoros permanecer como dueños del paisaje y consumen variedades vegetales de manera incontrolada. Ello modifica la composición y configuración de las selvas, de los suelos, llegando a afectar los cauces de ríos y, por ende, tiene un efecto en serie sobre otras criaturas vivas.

En México el jaguar se halla bajo amenaza y por ello las selvas y bosques están dejando de contar con un protector natural. Al cuidar de él aseguramos la permanencia de pasajes biológicos esenciales para México y América que, a su vez, nos prestan servicios ambientales que implican la producción de oxígeno, agua y medicinas.

El Jaguar: gran felino de América

Este enorme felino, que es parte de la familia de tigres y leones, no era conocido por los europeos cuando arribaron  los conquistadores españoles al continente americano. Entonces significó tanto el encuentro con una variedad de pueblos como la convergencia con una diversidad de animales y plantas inconcebibles.

Entre ellos se encontraba el jaguar, un felino moteado al que denominaron tigre, y cuya relevancia era notoria en las civilizaciones indoamericanas. Su nombre procede de la lengua Tupí-Guaraní “yaguara” que quiere decir «el que caza de un brinco».

Se estima que a la hora del arribo de los europeos a América existían más de cien mil ejemplares. En ese tiempo poblaban desde áreas semidesérticas de Norteamérica hasta los bosques cálidos sudamericanos. Actualmente el jaguar es una variedad amenazada de la cual ha desaparecido cerca del 50 por ciento de su entorno histórico en todo el continente.

Está casi desaparecido en Estados Unidos, El Salvador y Uruguay. Sus poblaciones se encuentran distribuidas en 18 países de Latinoamérica: México, Belice, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Guyana Francesa, Guatemala, Venezuela, Guyana, Surinam, Paraguay, Colombia, Argentina, Perú, Bolivia y Brasil.

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