La Caña de Azúcar, Conoce sus Características

La Caña de Azúcar es una planta cultivada para la producción de azúcar en los países tropicales, tiene una historia muy interesante desde su descubrimiento. Mundialmente ha contribuido a endulzar el paladar de muchas personas, entre otros usos, gracias a que todas las partes que componen esta planta se pueden utilizar, por lo que si deseas conocer un poco más sobre sus características, te invitamos a seguir leyendo este artículo.

CAÑA DE AZÚCAR

La Caña de Azúcar

La caña de azúcar es una hierba considerada de tamaño grande del género Saccharum, tribu Andropogoneae y es parte del grupo Poaceae. Entre sus rasgos destaca el tallo duro con un tejido dulce y fibroso que se utiliza para producir azúcar, puede alcanzar los seis metros de alto, tiene hojas alargadas y flores de color violeta en una panícula piramidal. Los cultivos modernos de caña de azúcar son híbridos interespecíficos que provienen de un proceso que involucra tanto la caña noble, es decir la Saccharum officinarum como la caña silvestre llamada Saccharum spontaneum, seguidos de una serie de retrocruces con el progenitor noble.

El registro histórico más antiguo conocido de la caña de azúcar y el azúcar proviene de escritos indios de hace 3000 a 3400 años. El nombre genérico de la caña de azúcar, Saccharum, se originó en el término sánscrito indio «sharkara» para el producto azucarado crudo obtenido de las cañas de miel. La dispersión de la caña de azúcar india hacia el oeste ocurrió durante el primer milenio antes de Cristo. Se sabe que los soldados de Alejandro Magno lo llevaron a Europa desde la India alrededor del 325 a. C. Más tarde, los escritores griegos y romanos se familiarizaron con la caña de miel india y su producto «miel» (azúcar).

La historia temprana de la caña de azúcar está cubierta por varios autores, incluidos Deer (1949) y Barnes (1964). El origen de esta planta es complejo, diferentes especies probablemente se originaron en varios lugares, por ejemplo, el Saccharum robustum en Nueva Guinea, Saccharum barberi en India y Saccharum sinense en China. Se piensa que la especie S. officinarum se produjo durante un período de miles de años tanto en el área del Océano Pacífico, mientras que las cañas indias más delgadas se desarrollaron y cultivaron en la región del norte de la India y el sur de China.

Inicialmente, los trozos de tallo de caña se habrían masticado para obtener el jugo dulce, de allí que las cañas de mascar todavía proporcionan una forma convenientemente empaquetada de alimento energético en muchas culturas. Por otro lado, se puede destacar, que la extracción de jugo del tallo y su concentración por secado o calentamiento para producir un producto azucarado crudo, debe haber sido desarrollado en una forma rudimentaria hace al menos 3000 años.

El arte de la fabricación de azúcar tardó más en desarrollarse, probablemente en la India y quizás hace menos de 2000 años. Deer (1949) consideró que los monjes cristianos nestorianos de la desembocadura del río Éufrates fueron los primeros en refinar el producto crudo en una forma de azúcar blanca alrededor del año 450 d. C. La industria azucarera mediterránea fue la primera importante en Europa y comenzó aproximadamente en la época de la conquista árabe de Egipto en el 640 d.C.

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Fue distribuida por el norte de África y en España hacia el 750 d. C., donde fue importante durante muchos años, con 30.000 hectárea sembradas de caña en 1150 d. C. A principios del siglo XVI d.C., los españoles llevaron la caña al Caribe y las Américas, y los portugueses al África occidental y Brasil. Y así nació la industria mundial de la caña de azúcar. Antes del siglo XX, la industria mundial de la caña de azúcar dependía de las cañas nobles (S. officinarum) y de la caña de India y China (S. barberi y S. sinense, respectivamente).

Estas cañas se caracterizaban por tener altos niveles de sacarosa y bajos en fibra, pero eran susceptibles a diversas plagas y enfermedades. Situación que promovió un mejoramiento continuo en la selección de la planta especialmente desde que en 1858 se determinó que las panículas producían semillas viables. Por lo que fueron los holandeses los que establecieron un programa de reproducción y mejoramiento en 1888 en para incorporar la resistencia a enfermedades, la resistencia y la capacidad de macollamiento de S. spontaneum en el material genético de S. officinarum.

Los híbridos resultantes se cruzaban continuamente con S. officinarum, este proceso resultó en el lanzamiento de las primeras siembras mezcladas de caña nobilizados en 1921, sirviendo de base en el pedigrí de casi todas las plantaciones modernas de la caña desarrolladas localmente y adaptados en todo el mundo. La nobilización se estableció como un método para retener las cualidades deseables de S. officinarum, conservando la dureza y la resistencia a enfermedades de S. spontaneum, mientras que diluye los efectos negativos del germoplasma silvestre.

Características

Esta gran herbácea perenne se cultiva por su alta tasa de acumulación de azúcares, facilidad de propagación a través de esquejes de tallos vegetativos, múltiples cosechas de una sola plantación y por ser una de las siembras principales de las regiones tropicales y subtropicales que proporcionan aproximadamente el 70% del azúcar a nivel mundial. De allí que es importante dar a conocer todos los aspectos que la caracterizan, por lo que a continuación lo explicamos detalladamente:

Tallo

Entre sus características más resaltante está sin duda su tallo, del cual se extrae un jugo grisáceo, verdoso y de sabor un poco amargo. Una planta de caña tiene entre 5 y 20 tallos verticales, también llamados «macollos», que miden de 2 a 5 metros de altura y de 2 a 4 centímetros de diámetro. Cada tallo es una sucesión de nudos y entrenudos, cada nodo tiene una yema y una banda de primordios de raíces. El azúcar se almacena en la médula, debajo de la corteza dura y cerosa. De los esquejes de unos pocos nudos de los tallos se pueden utilizar para replantar los campos de caña cada cinco a diez años.

CAÑA DE AZÚCAR

Ahora bien, para que sepas más sobre las zonas del tallo, este comprende los canutos desarrollados a partir de las yemas, estos son cortos en la base del tallo y de diferentes alturas en el resto de este cilindro vegetal, ya que logra alcanzar un máximo en su parte media y luego disminuye gradualmente hasta llegar al ápice, donde vuelven a ser nuevamente cortos, además, la longitud de los tallos puede variar dependiendo de la variedad y las condiciones ambientales donde se desarrolla.

Cada unidad de canuto tiene 2 nudos donde se articula la hoja correspondiente. Por su parte, el entrenudo es la porción central de un canuto, delimitado por dichos nudos y también presenta una variación en cuanto a su diámetro siendo más gruesos desde la base y disminuye a medida que avanza hasta la parte central del tallo, desde donde se hace constante para luego decrecer paulatinamente hasta llegar al ápice. Otras partes del canuto son las siguientes:

El anillo de crecimiento que es la zona de división entre el nudo y el entrenudo. La banda de raíces, que representa la franja que se encuentra inmediatamente encima del nudo. La cicatriz de la hoja que es el punto de unión de la vaina nomófila al tallo aéreo y se encuentra por debajo de la yema lateral. Asimismo, se encuentra un anillo de cera, llamada así por lo blanquecina de la zona situada inmediatamente debajo de cada nudo, donde se acumulan grandes depósitos de lípidos céreos en concentraciones relativamente altas.

A su vez, también se pueden señalar las conocidas rayas de súber o estrías de marfil, el canal de la yema, que es una ranura bien definida directamente encima de la yema lateral, presente en algunas variedades de caña de azúcar. A su vez, tiene las yemas que son un conjunto de catafilos mucho más sencillos que los nomófilos, los cuales poseen una consistencia coriácea y carecen de clorofila, Al respecto, se resalta que de cada yema brotará el tallo primario.

Raíces

La clase de raíces que posee esta planta es la de las conocidas como ramificadas o fasciculadas, fibrosa constituida por un manojo de raicillas de igual o similar grosor. Estas pueden derivarse de los primordios radicales de la estaca plantada, así como también de los primordios del rizoma. A su vez, aquellas que se originan de la estaca reciben el nombre de raíces transitorias, estas son delgadas y ampliamente ramificadas. Mientras que las raíces que surgen de los anillos radicales inferiores del rizoma son gruesas, carnosas, blancas y de menor ramificación.

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Uno de los aspectos a conocer sobre las partes de la planta tiene como objetivo tomar agua de la tierra para facilitar el proceso de obtención de los nutrientes necesarios para la conformación del nuevo vástago hasta que la nueva planta desarrolle su propio sistema radicular. Además, el progreso de las raíces en la caña de azúcar mantiene el mismo patrón general de la clase de plantas monocotiledóneas. Como dato adicional, gracias a la densidad y la profundidad de las raíces, se puede decir, que es una planta que protege bien los suelos, incluso cuando hay una erosión generadas por las lluvias o tormentas.

Rizoma

Por otro lado, no se puede dejar de mencionar que existe un elemento constitutivo de la caña de azúcar que para muchos expertos se puede llegar a considerar como una especie de tallo, el cual es el rizoma. Del mismo se generan las raíces y debido a las condiciones de ser la base de esta vegetación, puede tener fácilmente una vida bajo tierra, no requerir de hojas y por ende de clorofila; bien podría confundirse con la raíz de la planta.

Adicionalmente, hay que tener presente que la situación de poseer catafilos o también conocido como yemas, y que tenga una composición caulinar y para nada radical, hacen que este elemento de la planta para algunos especialistas sea considerado como integrante de la raíz. Durante el lapso del año donde se presentan las condiciones menos beneficiosas para la planta que sirve para obtener la azúcar, el rizoma ofrece una debida protección contra los fenómenos naturales del entorno en que se encuentra el cultivo.

Hojas

Las hojas tienen una forma alargada, fina y no muy gruesa, las cuales están cubiertas de pequeños filamentos semejantes a unos pelos con numerosas aperturas estomáticas, las mismas se articulan de los nudos del tallo de forma alterna, estableciéndose dos hileras a lo largo de este. Según sean las variedades de la caña la forma de la hoja puede ser espiral o entrecruzadas y van experimentando cambios durante su ciclo de vida, es decir, en una primera fase se van separando del tallo para después presentar la posición inclinada muy característica de la planta, lo que favorece el proceso de aprovechamiento de la energía solar.

Adicionalmente se puede mencionar sobre los elementos que constituyen sus hojas, los cuales generalmente son dos: la lámina o limbo y la vaina. La vaina de la hoja por lo general es verde claro, en tallos muy jóvenes las vainas se superponen en el ápice, como protección a las yemas nuevas allí ubicadas y al meristemo apical. La forma es tubular y cónica en el cuello. En la vaina de la hoja se pueden apreciarse dos caras: interior y exterior. La interior mayormente blanquecina y lisa, y la exterior es de color verde, pudiéndose observar con frecuencia abundancia de vellos que en algunas especies resulta desagradable su manipulación.

También se debe conocer que la zona donde ocurre la intersección entre la vaina y la lámina de la hoja, la cual los expertos la llaman como el cuello. Este puede ser distinto según los tipos de esta planta e inclusive en una misma especie, en la medida en que ésta madure. Las formas de los cuellos en hojas ya maduras constituyen una característica de identificación varietal, clasificadas en tres tipos principales, entre otras: Rectangular o cuadrada, Deltoide o triangular y Ligular.

Por otro lado, el elemento conocido como el limbo de la hoja de la planta puede alcanzar los dos metros de longitud y entre tres o siete centímetros de ancho. Medidas que varían según sea la variedad, manifestando así los caracteres predominantes de las especies originales. De igual forma el color también varía yendo de un verde con tonos amarillos hasta un verde oscuro, dependiendo no solo de la variedad sino como de las condiciones de nutrición o salud de la planta.

A su vez, se puede destacar que dicho elemento presenta en su estructura unos bordes con forma de diente, además el ápice del mismo puede llegar a presentar una forma algo puntiaguda, con una nervadura central, que sirve para la conducción del agua y nutrientes de la planta. De igual manera, se llega apreciar que la nervadura central también provee de un soporte a la hoja. De forma paralela a la nervadura central, se desarrollan varios haces vasculares.

Flores

La inflorescencia o espiga, es una panícula que comprende una multitud de flores que producen semillas diminutas, conocidas como «pelusa». El racimo floral está constituido por un eje principal con articulaciones, en donde se insertan las espigas que contienen una flor hermafrodita con tres anteras y un ovario con dos estigmas. Además, cada ovario cuenta con un ovulo que una vez fertilizado da origen a un fruto simple del tipo cariópside. Asimismo, el fruto que tiene una forma ovalada con medidas de 0,5 mm de ancho por 1,5 mm de largo.

De igual manera, se puede señalar que el surgimiento de las flores va a estar sometida a una serie de factores, de las cuales se puede decir que son: edad, fertilización, fotoperíodo, temperatura y humedad. En estas condiciones la plata pasará de un estado de crecimiento vegetativo a uno reproductivo. Los entrenudos del taño de la caña seguirán alargándose y finalmente aparecerá la hoja puntera, indicando la pronta llegada de la inflorescencia.

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Especies más relevantes

Los expertos en la caña de azúcar consideran que son 6 las especies más relevante dentro del campo de la genética como progenitoras en el origen de los híbridos para su comercialización (Saccharum spp.), en función de su contenido de azúcar, el grosor del tallo, las características florales, el número de cromosomas y los pelos epidérmicos. Las primeras cuatro de la lista a continuación, están en cultivo, mientras que las dos últimas (S. spontaneum y S. robustum) son especies silvestres que crecen en el sur de Asia y Nueva Guinea.

  • Officinarum L: es una caña de jardín dulce, jugosa y de tallo grueso, nativa de Nueva Guinea.
  • Barberi Jesw: son cañas indias dulces y de tallo fino.
  • Sinense Roxb: es una especie de caña china, muy dulce y de tallo fino.
  • Edule Hassk: es una caña de jardín de inflorescencia comestible, natural de Nueva Guinea, Melanesia.
  • Spontaneum L: son cañas silvestres muy delgadas, resistentes, bajas en azúcar, que se dan mucho en Nueva Guinea y Asia meridional.
  • S. robustum Brandes & Jeswiet ex Grassl: son cañas silvestres de tallo alto, duro y grueso, jugosas bajas en azúcar, se producen principalmente en Nueva Guinea e Indonesia oriental.

Cultivo de la Caña de Azúcar

El éxito de los cultivos en países como Brasil, India, China, Tailandia, Indonesia, México, Guatemala, Venezuela, Colombia, Ecuador y Cuba, entre otros, está en la disposición abundante del agua y los suelos adecuados para que las plantas se desarrollen bien en un lapso aproximado de 11 a 17 meses, así como su ubicación tropical permite que los sembradíos asimilen suficientemente la iluminación solar. Al respecto, se estima que, una plantación eficiente puede generar una producción entre 100 o 150 toneladas de caña por hectárea cultivada por año.

Del total anual cosechado se obtienen valores promedio de 15,5 % de sacarosa, 15 % de fibra y un 2 % de otros productos solubles aprovechables. En cuanto a los nutrientes requeridos se encuentran el nitrógeno, fósforo, potasio y ciertos oligoelementos para su fertilización, además, es importante prever que se necesitará azufre para controlar los niveles de sodio en espacios de alta salinidad. En tal sentido, a continuación especificamos más sobre los aspectos que permiten el crecimiento de los cultivos:

Clima: este es un factor fundamental para las plantaciones ya que se desarrollan mejor en regiones cálidas y soleadas, por lo que es importante saber manejar información relacionada en primer lugar con la temperatura, la cual deberá rondar como mínimo los 14 a los 16 °C y la ideal debe estar entre los 32 a los 38 °C. En segundo lugar, se requiere de una humedad relativa alta ya que a niveles bajos de esta aunado a la falta de riegos frecuentes conduce a que la planta no llegue a crecer o desarrollarse de forma adecuada. Y en tercer lugar, los cultivos se favorecen de la intensidad alta y prolongada de la energía solar.

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Suelo: en cuanto a este factor es bueno destacar que es una planta que se puede cultivar en todo tipo de suelo, los cuales deben ser bien drenados tanto de forma externa como interna y deben poseer materia orgánica. Se recomienda que tengan un pH entre 5.5 a 7.8 para un óptimo desarrollo del cultivo. Además, se suele sugerir que sean suelos franco limoso y franco arenoso. Sin embargo, debe conocer que puede llegar a presentar problemas con los suelos ácidos, en los suelos calizos puede aparecer clorosis.

Riego: este debe óptimo y de esta forma permitir la absorción, transporte y asimilación de los nutrientes por parte de la planta. Los requerimientos de agua de estos cultivos se estiman entre los 1200 a 1500 mm por año. Durante el mes antes de proceder a la cosecha de la caña, es conveniente disminuir la frecuencia y cantidad de riego. En último lugar se recomienda en general evitar los encharcamientos de agua en las bases de las plantas, ya que estas lo pasan muy mal ante una situación así.

Fertilización: este tipo de siembra debido a sus características puede llegar a presenciarse que la vegetación consume en un periodo corto la mayoría de sus nutrientes, por lo tanto, es necesario hacer la planificación de una correcta fertilización. En general se puede decir que los requerimientos de nutriente son los siguientes: Como sustrato: distribución por cada hectárea cultivada de 100 kg de fósforo, 250 kg y 100 kg de nitrógeno. Además, el abonado en cobertera: distribución por cada hectárea cultivada entre 200 a 300 kg de nitrógeno en dos o tres aplicaciones durante el verano y el otoño.

Adicionalmente, se puede destacar en este punto sobre la fertilización de la caña otra clase de nutrientes, como son los siguientes: 47 kg de calcio, 47 kg de magnesio y 60 kg de azufre, todas estas cantidades distribuidas por hectárea cultivada. De igual manera, es fundamental tener en consideración que, si las plantaciones de este tipo de vegetación muestran síntomas deficiencia en las plantas, las dosis de lo nutrientes principales, así como el momento de su aplicación puede variar, como a continuación se señala:

  • En caso de presentar hojas amarillentas, lentitud en su crecimiento y disminución del grosor de los tallos, se debe aplicar entre 100 y 150 Kg de nitrógeno por hectárea según el tipo de variedades, es decir, 12 meses para el primero y 24 meses el segundo. Esto se debe aplicar durante el momento del cultivo.
  • A su vez, cuando se observan hojas de color purpura, desarrollo lento y disminución de la floración, se debe aplicar 200 a 500 Kg de fosforo por hectárea, la cual debe aplicarse durante el cultivo.
  • Al momento de observar tallos muy finos y con una tonalidad amarillenta, como también los bordes de las hojas marchitadas y viejas, lo mejor es aplicar 800 Kg de potasio por hectárea antes de su periodo de mayor desarrollo.

¿Cómo se Siembra?

El momento de su siembra va a estar condicionada al tipo de especie que se escoja. De manera general su siembra puede realizarse dos veces al año, de febrero a marzo; y de junio a julio. Además, hay que tener en consideración que esta planta por sus características fisiológicas no produce semilla verdadera en sus condiciones comerciales, por lo que su propagación es realizada por medio de esquejes de los tallos denominados semilla de procedencia vegetativa.

Uno de los principales modos para llevar a cabo su reproducción es por medio de la técnica de esquejes, también conocida como semillas con estacas o pedazos de tallos; a su vez, se recomienda la utilización de insumos frescos, sin cambios en su composición genética, libre de plagas y enfermedades. Generalmente se usan esquejes de tres yemas para la plantación, aunque en algunos lugares también se utilizan esquejes de dos yemas.

Es común que esta clase de cultivo se aplique una serie de cortes que son necesarios con el fin de conseguir un producto que tenga unas medidas por encima del medio metro de longitud, con 4 yemas reunidos en grupos de treinta elementos de esquejes. Posteriormente se procede a repartir los diferentes esquejes trasplantándolos en el surco. Por otro lado, la densidad de la siembra de los esquejes puede cambiar con la forma de arreglo de los surcos. Actualmente se usa una densidad que varía entre 9 y 12 yemas por metro de surco. Se aconseja que el cultivo se lleve a cabo de oriente a occidente para obtener mayor luz solar.

Otro método para su cultivo es a través de los semilleros en el cual se deben escoger semillas con características especiales como estar ausente de enfermedades, un tamaño adecuado y un estado nutricional óptimo. Las variedades a usar deben aquellas que se cosechan a los 12 meses y ser cortados entre los 7 y 9 meses para ser llevados a campo. La distancia de siembra utilizada entre plántulas en los semilleros es de 80 cm, en variedades con poco macollamiento puede alcanzar los 70 cm. El trasplante es realizado de forma manual y mecánica. Usando métodos mecánicos es posible el trasplante de 12000 plántulas en 8 horas.

Preparación del terreno

Es importante señalar la necesidad de poseer un ambiente que contenga todas las condiciones necesarias que permitan el desarrollo y crecimiento de la caña de azúcar. Con este procedimiento se busca transformar el suelo para garantizar el adecuado suministro de agua. De tal manera se puede distinguir dos clases del mismo: el tradicional y por otro lado, el que se hace con mínima labranza. La selección de uno u otro método va a depender de las características del mismo y del cultivo que se desee establecer.

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En este orden de ideas, se puede decir que el uso de la maquinaria pesada en la plantación y en la recolección, como también el traslado del producto hacia los molinos pueden deteriorar las condiciones físicas del suelo generando compactación, reducción del almacenaje, movimiento del aire y agua originando una mayor resistencia mecánica para el crecimiento radicular y la dificultad de absorción de nutrientes aportados por el mismo suelo o por los fertilizantes.

A su vez, la transformación extensa del terreno antes de iniciar una nueva temporada de siembra beneficia un desarrollo correcto de los esquejes, además, el surgimiento de la vegetación en el campo, favorece el crecimiento del conjunto de raíces debido a una mejor aireación y baja compactación, facilitando la obtención de los nutrientes para una mayor productividad. Por otra parte, permite la incorporación de restos de cultivos anteriores y abonos orgánicos, destruye las malas hierbas, plagas y enfermedades. En general, este proceso facilita una adecuada actividad química y biológica en el suelo.

Por su parte, el modelo tradicional de transformación del suelo que se ha practicado durante generaciones, supone los siguientes elementos indicativos: el arado inicial que se realiza a medio metro o más de profundidad para romper la tierra compacta; además, se tiene el arado para juntar los restos de la siembra anteriores y los fertilizantes orgánicos, donde las operaciones de labranza realizadas con implementos acoplados al tractor son las más apropiadas y rápidas.

Cuando el suelo es fuerte, irregular y tiene vástagos que nacen de una misma planta, es recomendable usar una técnica de discos para trabajar la tierra. Si se desea invertir el suelo debe utilizarse un arado de vertedera. A su vez, ten en cuenta ajustar el terreno, para darle el gradiente de pendiente adecuado y drenar los excesos de agua durante la estación lluviosa. Al respecto, se considera la elaboración de surcos con una profundidad de entre 25 y 30 cm. La profundidad de los surcos debe ser de 25 cm. El fondo del surco debe quedar suelto hasta unos 10 cm.

En relación a los canales de drenaje, los mismos tienen que tener estos deben estar más hundidos que los surcos, a lo largo de los bordes del campo y también dentro del campo, espaciados a intervalos regulares. Son especialmente importantes en zonas con altas pluviometría para drenar el exceso de agua durante la estación lluviosa. Mientras que, en un sistema de mínima labranza, sobre abono verde se limpia el terreno pasando rollo cuchillo sobre la vegetación existente, 15 días antes de la siembra para permitir que la vegetación se seque.

Amontonar la tierra y resiembra

Es una actividad que trata en quitar una porción pequeña de tierra a cada lado del surco, para después rodearla con ello la base de los tallos. Debe ser aplicada luego de un mes y medio de haberla sembrado, a los fines de conseguir que el lugar donde esta cultivada la caña se llene parcialmente. Posteriormente a los 120 días se realiza el amontonamiento completo de la tierra coincidiendo con el período de máxima población de retoños.

Este procedimiento se suele hacer de forma manual o utilizando la maquinaria correspondiente. Las ventajas ofrecidas por ella es que permite detener el desarrollo de nuevos vástagos, dando así un mayor volumen de suelo para la proliferación de raíces, aireación de la tierra y un mejor anclaje al cultivo. El proceso de resiembra es utilizado con el fin de rehabilitar todas las zonas en los cuales quedaron espacios perdidos a causa de que las cepas y retoños han desaparecido. Se sugiere mantener un promedio de 110 a 125 semillas por hectáreas al momento en que se vaya a realizar la cosecha.

Control de la maleza

La existencia de mala hierba puede perjudicar el cultivo que se desea realizar. La identificación, así como el potencial daño económico al cultivo debe realizarse a través de exámenes habituales en los sembradíos para conocer los controles que hay que aplicar. El mismo debe comenzar al principio o final de la temporada; lo ideal es que se planifiquen una serie de prácticas que conduzcan a un control integrado de malezas, más hacia prevención del daño económico que ellas puedan causar entre las que se encuentran el control manual, la preparación adecuada del terreno y uso de cultivos de rotación y asociados.

Para la aplicación de un programa de control de malezas se recomienda no sembrar por un tiempo el terreno para que se recupere. Las aradas y pases de rastra se deben realizar de forma tal que los rizomas, estolones o tubérculos de las malezas perennes sean expuestos sobre la superficie del suelo para facilitar su desecación por la radiación solar y el viento. Otras alternativas de control contemplan el uso de un barbecho más corto y sembrar una leguminosa capaz de suprimir el crecimiento de las malezas.

Cosecha

Este procedimiento se lleva a cabo al año o año y medio tras haber iniciado el cultivo. Si es por retoño de la planta se hace en el mismo periodo de tiempo, cuando el tallo de esta vegetación haya madurado. Eso ocurre cuando los tallos dejan de desarrollarse, las hojas se marchitan y caen, además de observarse que la corteza del tallo se vuelve quebradiza. En las siembras de las plantas retoñan varias veces y puede seguir siendo cosechada. Las cosechas o cortes sucesivos culturalmente reciben el nombre de zafras.

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Sin embargo, puede suceder que este tipo de cultivo puede dañarse con el transcurrir del tiempo, por muchas zafras sucesivas o por el empleo de tractores que aplastan las raíces. Por lo que se deben resembrar cada quinquenio o decenio, aunque se pueden encontrar plantíos de caña de más de 25 años de edad. Antes de realizar la cosecha toda la plantación es quemada con el fin de eliminar toda maleza que pueda dificultar el proceso de corte de la caña. La caña se puede cosechar a mano o a máquina.

Técnica manual

A pesar de los grandes avances tecnológicos en materia de cultivos, en muchas partes del mundo se siguen aplicando técnicas rudimentarias o manuales. Esta técnica emplea principalmente el recurso humano que corta los tallos de caña con machetes grandes de acero de hoja de unos 50 cm de longitud por 13 cm de ancho, terminado en punta de gancho y con mango de madera. Los tallos se cortan después de quemada la plantación para hacer más rápida y eficiente la faena.

El primer corte al tallo se realiza a corta distancia del suelo para luego remover la parte superior del cultivo. En cambio, el siguiente corte se hace muy cerca del último nudo maduro. Una vez cortadas las cañas los hombres de la faena las van organizando y apilando a lo largo de la plantación. Siendo luego recogidas a mano o a máquina para transportarlas hasta el trapiche. El rendimiento de una cosecha manual es entre 5 a 7 toneladas de caña previamente quemada por día por hombre y un rendimiento de 40 % menos aproximadamente de cosecha de caña sin quemar.

Técnica mecanizada

Esta técnica consiste en el empleo de la tecnología y maquinarias modernas, las cuales cortan los tallos de las plantas, quitándoles las hojas por medio de ventiladores provistos en su interior. El rendimiento de la cosecha mecánica es de 30 toneladas de caña por hora, siendo cuatro veces mayor que el rendimiento de la cosecha manual. No obstante, el proceso mecánico tiene la desventaja que daña con frecuencia la raíz o soca. Por tales motivos afectará los vástagos de la siguiente generación cultivada.

De igual manera, este tipo de sistema de cosecha trae consigo la necesidad de resembrado en muchas ocasiones. Además, cuando las cosechadoras hayan realizado el corte de las cañas, estas deben ser transportadas rápidamente al ingenio a fin de evitar posibles deterioros por levaduras o microbios. El traslado de las cañas hasta el molino se realiza a través de vagones por vía férrea, en camiones o tractores. Si se hacen a través de vagones, estos tienen la capacidad de transportar entre 5 o 20 toneladas de caña cada uno.

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Consecuencias ambientales

Generalmente la técnica tradicional de recolección de lo obtenido involucra la incineración de la plantación. Esta práctica tiene como fin la eliminación de impurezas o maleza, como también eleva el rendimiento productivo de las personas que realizan la labor de recolección. Pero esta actividad inicia problemas por el impacto medio ambiental. Esta práctica habitual en las plantaciones de caña afecta negativamente sobre la calidad del aire.

Por otro lado, la riqueza nutricional del suelo por remover microorganismos y en consecuencia se reduce el contenido de materia orgánica. A su vez, contenido del jugo de la planta también se ve afectado por las elevadas temperaturas a la que son sometidas las plantas durante la quema. Por todos estos motivos negativos sobre el medio ambiente, la industria azucarera está tratando de que toda la actividad sea ecológicamente viable.

Para cualquiera de las dos técnicas ya explicadas para que puedan ser rentables, se requiere que el elemento recolectado llegue con la menor cantidad de impurezas posible a las instalaciones para su procesamiento, se aumente la eficiencia en el corte y dar un uso a los restos de cosecha que se generen. En conclusión, se busca lograr una recolección mecanizada en verde que aumente el rendimiento en el corte de las cañas, disminuyendo en gran manera los residuos generados a través de un aprovechamiento alternativo.

Procesamiento de la Caña de Azúcar

Los tallos una vez recolectados son tratado mediante un proceso de separación y trituración en los trapiches ubicados cerca de los campos de siembra, para facilitar su voluminoso transporte, ya que debe procesarse lo antes posible para minimizar el deterioro del azúcar. Luego, la materia prima se envía a las refinerías para producir azúcar refinada. Los productos finales incluyen azúcar en polvo, granulada y morena, que es azúcar que contiene algo de melaza. Los tallos también son muy ricos en celulosa y lignina, que tienen muchos usos en la industria química verde y como combustibles, energía, entre otros.

Plagas

La primera plaga a mencionar que afecta este cultivo es el gusano taladrador. Con esta plaga se debe tener en cuenta las diferentes fases o generaciones por las que pasa este gusano durante su ciclo de vida. En su fase de adulto se encuentra en estado de reposo. Adicionalmente, el insecto se esconde en el envés de las hojas secas de la caña durante las horas de sol. Al caer la noche el gusano retorna a su actividad atacando a la planta.

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Es interesante explicar que durante su periodo como larva puede conseguir atravesar el raquis de las hojas y de esta forma logra taladrar toda la planta. La acción de la larva en plantas con un desarrollo mayor, se le hace más laborioso a nivel foliar. Por lo que espera la llegada de la segunda muda, penetrando por el tronco, formando galerías a lo largo del tallo. El daño ocasionado por el ataque del gusano taladrador en la caña de azúcar se traduce en pérdida del contenido del jugo, así como disminución de los grados Brix de la planta, muerte de cañas jóvenes y disminución del poder vegetativo de la planta.

Aunque, no se puede dejar de mencionar que existe una variante de este que se le llama Taladrador menor. En este caso la larva taladra la corteza, pero en mayor grado, logrando conseguir hasta la muerte del vástago para una nueva planta. La solución para combatir esta amenaza es desbordar con agua los surcos. Adicionalmente, se tiene conocimiento de la presencia de otra plaga denominada Gusano tornillo, la cual genera un daño gracias a las excavaciones con las que va formando galerías que transcurren de la parte inferior del tallo hasta las raíces.

Otro tipo de amenaza es el Joboto, el cual produce un efecto destructivo en la zona de las raíces del cultivo, logrando que la planta se torne de color amarillento y el follaje se va muriendo lentamente. Un método de control preventivo de esta plaga es a través del paso de la maquinaria destinada a las labores del suelo, la cual logra eliminar las larvas y pupas. Por otro lado, también se puede señalar el Gusano Medidor, que llega a ser una especie de parasito que consume los bordes de las plantas menos maduras, e incluso, se sabe que puede dejar únicamente el nervio principal de la hoja.

Siguiendo con las menciones de los diversos tipos de plagas que azotan estos cultivos, se puede destacar el Picudo rayado, el cual causa problemas en la semilla que por diferentes razones se encuentra más debilitado. De esta forma, se estará sembrando un espécimen ya infectado. Dando como resultado brotes o nuevas plantas que serán débiles. A consecuencia de esto se cosechará una caña de azúcar con un contenido de jugos con menor concentración de sacarosa.

Adicionalmente se puede destacar el salivazo de la caña de azúcar o mosca pinta, el cual, dependiendo de su etapa de desarrollo, podrá preferir atacar una zona concreta del cultivo. Por ejemplo, las ninfas de esta plaga chupan la savia de las raíces de la planta mientras que las moscas adultas prefieren la savia de las hojas. Como dato adicional, al mismo tiempo que chupa la savia le inyecta al cultivo que se obtiene la azúcar una toxina que posteriormente le causará la aparición de manchas rojizas, necrosis y debilitándola hasta secarla del todo.

CAÑA DE AZÚCAR

Una de las plagas que afecta esta clase de vegetación es el Salta Hojas Antillano, que tiene como objetivo succionar la savia y expulsar una sustancia donde se obtiene la fumagina, la cual dificultará la fotosíntesis y transpiración de los tejidos vegetales de la planta. Aunque muchos no lo crean, también puede ser atacadas por las terminas, las cuales ingresan por los cortes en los extremos de los esquejes o por las yemas y se alimentan de tejido suculento. La cavidad formada por las termitas es rellenada con suelo húmedo, dejando galerías libres por las cuales se desplazan y si no son tratadas, puede producir el fin del cultivo.

Enfermedades del cultivo

Las plantaciones de caña de azúcar son perjudicadas por agentes biológicos causándoles a las plantas múltiples enfermedades patológicas. Las principales infecciones que afectan el cultivo son generadas por hongos, aunque también hay constancia de bacterias como de insectos. La primera que se puede mencionar es la dolencia generada del carbón causado por el hongo Ustilago scitaminea Sydow, el cual invade el meristemo de la yema produciendo la formación de algo semejante a un látigo de color negro en los extremos de los tallos infectados, dañando su crecimiento y conllevando a su muerte.

Este tipo de enfermedad suele presentarse cuando se generan las condiciones de humedad apropiadas, es decir, cuando se producen encharcamientos, produciendo de esta manera el desarrollo del hongo y su reproducción. El mejor tratamiento de control preventivo es la siembra de especímenes de variedades resistentes. A su vez, se puede mencionar otra infección, la roya, que es generada por el hongo Puccinia melanocephala H. Sydow y P. Sydow, el cual ataca el follaje de las plantas, produciendo perdida en el volumen de la planta infectada. Las plantas más propensas a este tipo de infección son los ejemplares de cuatro meses de edad.

Los síntomas se pueden detectar cuando inicia con pequeñas manchas cloróticas alargadas de color amarillento, fácil de observar en ambos lados de la hoja. Al crecer la hoja las manchas se tornan de color marrón y son rodeadas de un anillo amarillo pálido. Por todo lo anterior, se suele recomendar que, durante el cultivo de esta especie vegetal, se haga empleo de especímenes de que tengan un grado de resistencia y salud optima, ya que es la manera adecuada para evitar este tipo de enfermedad.

La mancha de ojo es otro de los defectos que puede sufrir el cultivo, y llega ser generado debido al hongo Bipolaris sacchari. La identificación de la enfermedad es muy simple, solo debe observar si el cultivo posee manchas ojivales alargadas que se forman en el mismo sentido de las nervaduras de las hojas, las cuales son de color rojizo bordeadas por un halo de color amarillo. Y en un estado más avanzado, los síntomas aumentan apareciendo rayas hacia el extremo de la hoja desde la mancha origen. Se recomienda cultivar especies fuertes y evitar el uso de abono excesivo.

En este mismo orden de ideas, se puede mencionar la conocida mancha de anillo o mancha anular, la cual se produce en la plantación tras ser infectado por un agente fúngico, el cual se aloja principalmente en las láminas de las hojas, pero puede infectar también las vainas y en algunos casos los tallos. Al principio aparecen en las hojas pequeñas manchas rojizas, esféricas, que posteriormente se hacen de forma irregular al aumentar su tamaño. Las lesiones en las hojas presentan en el centro un color pajizo característico, rodeado por un anillo con tonos café rojizo.

Por otro lado, se puede destacar la escaldadura foliar que es generada por el Xanthomonas albilineans. Es una clase de enfermedad algo difícil de detectar, ya que cuando se emplea semillas afectadas no se puede apreciar los síntomas y simplemente los vástagos se mueren. Aunque, puede suceder que, los nudos de los tallos cuando se maduren muestren una pérdida de su tonalidad o se aprecian rayas blancas paralelas en el nervio central de la hoja. La solución contra ello de manera preventiva es la misma que las dos anteriores, sembrar especímenes fuertes.

Por su parte, también tenemos la existencia de la enfermedad conocida como raquitismo de la soca, la cual está causada por un agente fúngico que produce retraso en el crecimiento, disminución en el número de tallos por cepa y ejemplares de apariencia raquítica. El tratamiento térmico de la semilla con la limpieza continua de las herramientas de corte son las principales medidas de control cuando no se dispone de variedades resistentes.

También se debe considerar la raya roja, la cual es generada por un microorganismo que genera dos tipos de problemas graves en el cultivo, por una parte, la raya en las hojas y por otra, la pudrición del brote de la planta. El control más efectivo para esta enfermedad es plantar ejemplares de variedades resistentes, una buena técnica de cultivo y no utilizar material vegetal de siembra infectado. Se recomienda no entresacar plantas enfermas. A su vez, se puede llegar a presenciar otro tipo de enfermedad conocido como el Mosaico Común.

Este último tipo de infección es generada por un virus que puede generar graves problemas el sistema foliar de los cultivos, haciendo que los tallos que se encuentran en la etapa de la madurez presenten una fuerte pérdida de tonalidad en la lámina de las hojas. Como se ha recomendado anteriormente, la mejor solución preventiva es la siembra a partir de semillas que estén garantizadas su calidad y salud, como también de una eficaz implementación de cultivo.

CAÑA DE AZÚCAR

Para finalizar, no se puede dejar de mencionar la infección producida por un agente fúngico denominada Peca Amarilla, la cual como su nombre lo indica puede generar manchas en las hojas. Las mismas pueden ser observadas a simple vista a trasluz. Adicionalmente, se debe resaltar que, al momento de que la infección avance la tonalidad se tornará en rojo con una serie de pecas amarillentas. Al final, las hojas se plegarán y morirán antes de tiempo.

Usos de la Caña de Azúcar

Es una planta que tiene una amplia utilidad en el mundo. Por un lado, tras ser recolectada y cortada su tallo, el mismo puede ser procesado para la obtención de un líquido que puede servir como una bebida de temporada. También puede encontrarse concentrado en una panela que luego podrá ser empleada en las labores de repostería o fabricación de dulces, como a su vez, de bebidas. Otro de los usos más comunes, es para la fabricación de la conocida bebida llamada Ron. Adicionalmente, esta tiene usos en la medicina gracias a las propiedades que mejoran el metabolismo y ofrece elementos antioxidantes, entre otros.

Si le gustó este artículo sobre las Características de la Caña de Azúcar y desea aprender más sobre otros temas interesantes, puede revisar los siguientes enlaces:


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