Conoce quiénes fueron los Emperadores Romanos

El poderío épico que ostentó por casi quinientos años  la antigua Roma, hasta el colapso del Imperio Occidental en el siglo V d.C, sigue siendo uno de los períodos más fascinantes y estudiados de la historia de la humanidad, sobre todo por sus complicados lideres. Vamos a conocer la historia de los misteriosos y excéntricos emperadores romanos. 

EMPERADORES ROMANOS

¿Quiénes eran los Emperadores Romanos?

Roma se expandió hasta convertirse en una enorme capital que gobernó a más de sesenta millones de personas en Europa, África y Asia, un imponente imperio con una gran variedad de emperadores poderosos a lo largo de su historia, cada uno con cualidades, estilos de gobierno y personalidades muy particulares.

Tan particulares, que la historia de los emperadores Romanos lo tiene todo: amor, asesinatos, venganza, miedo y codicia, envidia y orgullo, hasta un toque de locura. Cada una de sus historias es una montaña rusa que pasa de la paz y la prosperidad al terror y la tiranía, sobre todo en el primer siglo.

Pero, ¿Por qué fue tan turbulento el primer siglo? La respuesta es simple, una de las grandes causas es la regla hereditaria. Durante la mayor parte de este lapso de tiempo, estas figuras de autoridad no eran elegidos sobre la base de su habilidad u honestidad, sino simplemente porque nacieron en la familia adecuada.

Es por eso que el destino del imperio con cada Emperador Romano era tan incierto, pues muchos no tenían las aptitudes para ese cargo. Por cada gran líder, como Augusto, Claudio y Vespasiano había un tirano como Calígula, Nerón o Domiciano. Sólo al final de este período Roma tomó la sucesión en sus propias manos, seleccionando personas que consideraban razonables, inteligentes, honestas y en sus cabales.

Este poderoso imperio comenzó a través de la violencia y dependió de la fuerza. Generalmente, los Emperadores Romanos solo podrían sobrevivir si su gente creía que podían superar a todos. Si un ejército estaba insatisfecho, el emperador estaba en problemas, pero si la insatisfacción se extendía aún más, definitivamente estaba acabado.

La guerra civil había llevado a César al poder, una vez en el poder y sin un heredero, adopta a Augusto, este fue el primero en realizar una sucesión hereditaria, pero no fue el último. Claudio, por ejemplo, dejó de lado a su propio hijo, favoreciendo a Nerón.

Con un trono imperial que ofrece un poder incalculable y las reglas de la herencia siempre abiertas a la interpretación, es fácil suponer que los miembros de la familia real se disputarán el puesto, utilizando si era necesario métodos extremos para obtener el resultado que les beneficiaba.

EMPERADORES ROMANOS

Cuando finalmente estaban en el trono, no existía salida fácil, no había elecciones, ni límites de mandato, ni retiro. Era un trabajo de por vida, así que, si un emperador estaba loco, era malo o peligroso, la única solución era acortar esa vida y todos lo sabían, por lo tanto reinaba la paranoia.

Para muchos, los sacrificios necesarios para conseguir el puesto superior fueron enormes: Tiberio tuvo que divorciarse de la mujer que amaba por una que no amaba, Calígula vio a la mayoría de su familia ejecutada o exiliada, Claudio fue traicionado y luego envenenado por las mujeres que amaba.

Aunque las recompensas del poder eran enormes, eso es innegable, muchos no llegaron a disfrutarlo después de haberlo recibido, tal es el caso de hombres como Titus, Galba o Vitellius, que apenas tuvieron tiempo de probarse las túnicas imperiales antes de morir. Realmente en el primer siglo, la política podía ser muy peligrosa para la salud.

¿Cómo era la vida de los Emperadores Romanos?

En la cúspide de la sociedad romana estaba el emperador y las clases patrias, aunque disfrutaban de una riqueza, poder y privilegios fabulosos, estos beneficios tenían un precio. Como líderes de Roma, era inevitables las peligrosas luchas por el poder.

Su vida rodeada de lujo como gobernante absoluto de Roma y un enorme imperio a su disposición, le hacían el blanco de la ambición desmedida. El emperador y su familia vivían de la manera que se espera de personas con tanta importancia, se alojaron en las mejores villas, comieron la mejor comida y se vistieron solo con ropas magníficas.

La vida era lujosa, extravagante e indulgente, los familiares del emperador podían pasar sus días disfrutando de sus pasatiempos favoritos, como la música, la poesía, la caza y las carreras de caballos, sin mayores obligaciones.

Aun así, no fue una vida fácil, estaban rodeados de constantes intrigas, sobre todo porque la sucesión de los  Emperadores Romanos no era estrictamente hereditaria, el trono podía pasar a hermanos, hijastros o incluso cortesanos favorecidos, pero cualquier heredero tenía que ser aprobado antes por el Senado.

Esto definitivamente desencadenaba en los palacios constantes intrigas políticas, pues los herederos potenciales y sus familias siempre necesitaban poner su nombre sobre la mesa, ganar aliados, hacer su reclamo y apresurarse por un puesto.

EMPERADORES ROMANOS

Por lo tanto, los Emperadores Romanos debía mantener una vigilancia constante sobre sus rivales, cosa que incluía a los miembros de su propia familia y poner más atención a las facciones políticas dentro del Senado. En muchos casos para asegurar su puesto se requeriría de traición, puñaladas por la espalda e incluso asesinato. Esto definitivamente era una vida muy estresante, en la que solo los más fuertes y decididos podrían sobrevivir.

Los Patricios

Justo debajo de los Emperadores Romanos y sus parientes, encontramos a los patricios. El termino patricio proviene del latín patres, que significa padres. Las familias patricias dominaban Roma y su imperio, pues eran líderes políticos, religiosos y militares del imperio.

La mayoría de los patricios eran ricos terratenientes de familias antiguas, pero la clase estaba abierta a unos pocos elegidos que habían sido promovidos deliberadamente por el emperador.

Los niños nacidos en estas familias recibían una educación extensa, generalmente de un tutor privado que se encargaba de darles a conocer los temas que los nobles sofisticados deben manejar, para sus futuras carreras. Temas como poesía, literatura, historia y geografía, algo de mitología e idiomas importantes, como el griego.

Las lecciones de oratoria y las leyes eran una parte esencial de una buena educación en la antigua Roma, pues la mayoría de los jóvenes patricios seguirían carreras en la política y el gobierno, siendo aspectos de gran importancia para cualquiera de estas profesiones. Aunque muchas de los grupos familiares patricios también esperaban que sus descendientes ayudaran a continuar con los antiguos sacerdocios.

Realmente tenían una posición privilegiada solo en algunos aspectos, por ejemplo, sus miembros estaban exentos de algunos deberes militares que se esperaban de otros ciudadanos y tenían oportunidad de convertirse en emperadores.

Pero tener opción al trono atraían grandes peligros, podían verse envueltos en intrigas palaciegas que en ocasiones terminaban por destruir su posición y su vida acomodada, fácilmente podían perder su hogar, sus tierras e incluso sus vidas, si estaban en el bando perdedor.

Pero aparte de las conspiraciones y la política, las familias tanto reales como patricias tenían muy pocas responsabilidades reales y fueron beneficiados con una vida relativamente cómoda y encantadora, en comparación con los otros habitantes de Roma en esa época tan conflictiva.

EMPERADORES ROMANOS

Una larga lista de Emperadores Romanos

Se dice que los emperadores romanos fueron los gobernantes más poderosos que jamás hayan existido, una mezcla complicada de hombres sabios, pacíficos, visionarios, brutales y desquiciados, que por más de cinco siglos dirigieron un imperio multiétnico que casi siempre estaba en guerra, con naciones vecinas o facciones rebeldes dentro del propio imperio.

El alcance total de su poder no figuraba o se especificaba en el derecho constitucional, hecho que dio pie a que muchas de estas figuras se extralimitaran, con resultados desastrosos. Además, la falta de reglas claras en lo que se refería a la sucesión causo la muerte violenta de la mayoría.

Sin embargo, cuando lo observamos en conjunto, los emperadores romanos sirvieron como una figura que daba cierta estabilidad a un reino que se extendía por tres continentes, cubría más de 32 estados-nación modernos y que albergaba una población de casi sesenta millones de personas en el apogeo de su prosperidad.

La historia romana es una mezcla de testimonios de testigos presenciales que fueron compilados posteriormente, algunos restos arqueológicos e inscripciones en monumentos y monedas.

Ciertamente muchos de los relatos contemporáneos disponibles, no son necesariamente dignos de total confianza, ya que los mayores rivales políticos de los emperadores romanos generalmente eran miembros del Senado, que probablemente eran los que también escribían la historia.

Esto indica que es posible que muchos informes mordaces sobre la conducta de los emperadores romanos sean bastante parciales o mal intencionados, por lo que deben leerse con cautela y pensar que de alguna manera pueden estar equivocadas.

La historia nos indica que un número considerable de emperadores romanos lideraron la expansión del territorio, personajes muy famosos y renombrados, cuyas sangrientas batallas e historias espantosas ahora se han convertido en cosas de leyendas.

Le presentamos una lista de los Emperadores Romanos conocidos hasta el momento, líderes influyentes y notorios que tuvieron bajo su poder el icónico imperio a través de los siglos:

EMPERADORES ROMANOS

Emperadores Romanos del Siglo I

  • Augusto (Augustus): 31 a. C.-14 d. C.
  • Tiberio (Tiberius Iulius Caesar Augustus): 14-37 d. C.
  • Calígula (Gaius Julius Caesar Augustus Germanicus): 37-41 d. C.
  • Claudio (Tiberius Claudius Caesar Augustus Germanicus): 41–54 d. C.
  • Nerón (Nero Claudius Cæsar Augustus Germanicus): 54-68 d. C.
  • Galba (Servius Sulpicius Galba): 68–69 d. C.
  • Otón (Marco Salvio Otón): enero-abril de 69 d.C
  • Aulo Vitelio (Aulus Vitellius): julio-diciembre de 69 d.C.
  • Vespasiano (Tito Flavio Vespasiano):69-79 d. C.
  • Tito (Tito Flavio Vespasiano) 79-81 d. C.
  • Domiciano (Tito Flavio Domiciano): 81-96 d. C.
  • Nerva (Nerva Caesar Augustus): 96-98 d.C

Emperadores Romanos del Siglo II

  • Trajano (Marcus Ulpius Traianus): 98-117 d. C.
  • Adriano (Caesar Traianus Adrianus Augustus): 117-138 d. C.
  • Antonino Pío (Tito Aurelio Fulvo Boyonio Antonino): 138-161 d. C.
  • Marco Aurelio (Marcus Aurelius Antoninus Augustus): 161-180 d. C.
  • Lucio Vero (Lucius Aurelius Verus): 161-169 d. C.
  • Cómodo (Lucius Aelius Aurelius Commodus): 177-192 d. C.
  • Pertinax (Publius Helvius Pertinax): enero-marzo de 193 d.C.
  • Didio Juliano (Marcus Didius Severus Julianus): marzo-junio de 193 d.C.
  • Septimio Severo (Lucio Septimio Severo): 193-211 d. C.

Emperadores Romanos del Siglo III

  • Caracalla (Lucius Septimius Bassianus):198-217 d. C.
  • Geta (Publius Septimius Geta):209-211 d.C.
  • Macrino (Marcus Opellius Macrinus):217-218 d.C.
  • Heliogábalo (Varius Avitus Basianus): 218-222 d.C.
  • Alejandro Severo (Severus Alexander): 222-235 d. C.
  • Maximino el Tracio (Gaius Julius Verus Maximinus): 235-238 d. C.
  • Gordiano I (Marcus Antonius Gordianus Sempronianus Romanus Africanus): marzo-abril de 238 d. C.
  • Gordiano II (Marcus Antonius Gordianus Sempronianus Romanus Africanus): marzo-abril de 238 d. C.
  • Pupieno (Pupienus Maximus):22 de abril a 29 de julio de 238 d. C.
  • Balbino (Decimus Caelius Calvinus Balbinus):del 22 de abril al 29 de julio de 238 d. C.
  • Gordiano III (Marcus Antonius Gordianus Pius):238–244 d. C.
  • Filipo (Marcus Iulius Philippus):244–249 d. C.
  • Decio (Gaius Messius Quintus Traianus Decius):249-251 d. C.
  • Hostiliano (Gaius Valens Hostilianus Messius Quintus): 251 d.C.
  • Galo (Cayo Vibio Treboniano Galo): 251-253 d. C.
  • Emiliano (Marcus Aemilus Aemilianus): 253 d.C.
  • Valeriano (Publius Licinius Valerianus): 253-260 d. C.
  • Galieno (Publius Licinius Egnatius Gallienus): 253-268 d. C.
  • Claudio II (Marcus Aurelius Valerius Claudius Augustus​ Gothicus);  268-270 d.C.
  • Quintillus (Marcus Aurelius Claudius Quintillus):270 d.C.
  • Aureliano (Lucius Domitius Aurelianus Augustus): 270-275 d. C.
  • Tácito (Marcus Claudius Tacitus Augustus):275-276 d. C.
  • Floriano (Marcus Annius Florianus Augustus): junio-septiembre 276 d.C
  • Probo (Marcus Aurelius Probus): 276-282 d. C.
  • Caro (Marcus Aurelius Carus): 282-283 d. C.
  • Numeriano (Marco Aurelio Numerio Numeriano): 283-284 d. C.
  • Carino (Marcus Aurelius Carinus): 283-285 d. C.
  • Diocleciano (Gaius Aurelius Valerius Diocletianus Augustus):este, 284-305 d.C zona este del imperio) y Maximiano (286-305 d. C zona oeste del imperio)

EMPERADORES ROMANOS

Emperadores Romanos del Siglo IV

  • Constancio I (Flavio Valerio Constancio): oeste, 305-306 d. C.
  • Galerio (Cayo Galerio Valerio Maximiano): este, 305-311 d. C.
  • Severus (Flavius Valerius Severus): oeste, 306-307 d. C.
  • Majencio (Marcus Aurelius Valerius Maxentius): oeste, 306-312 d. C.
  • Constantino I (Flavio Valerio Aurelio Constantino): 306–337 d.C logró reunificar el imperio.
  • Maximino Daya (Gaius Valerius Galerius Maximinus):310-313 d.C
  • Licinio (Flavius Galerius Valerius Licinianus Licinius): 308-324 d. C.
  • Constantino I (Flavio Valerio Aurelio Constantino): 324 – 337 d.C
  • Constantino II (Flavio Claudio Constantino): 337-340 d. C.
  • Constancio II (Flavius Julius Constantius Augustus): 337-361 d. C.
  • Constante I (Flavio Julio Constante):337-350 d. C.
  • Constancio Galo (Flavius Claudius Constancius Gallus): 351–354 d. C
  • Juliano (Flavius Claudius Iulianus):361–363 d. C.
  • Joviano (Flavius Claudius Iovianus): 363–364 d. ​​C.
  • Valentiniano I (Flavius Valentinianus): oeste, 364-375 d. C.
  • Valente (Flavius Iulius Valens): este, 364–378 d. C.
  • Graciano (Flavius Gracianus Augustus): oeste, 367-383 d.C  y  coemperador con Valentiniano I.
  • Valentiniano II (Flavius Valentinianus Junior): 375–392 d.C y fue coronado de niño.
  • Teodosio I (Dominus Noster Flavius Theodosius Augustus): este, 379–392 d.C, posteriormente este y oeste, 392–395 d.C.
  • Arcadio (Flavius Arcadius Augustus): coemperador en el este, entre el 383 y el 395 d.C y emperador único entre el 395 y el 402 d.C.
  • Magno Clemente Máximo (Magnus Maximus): oeste, 383–388 d. C.
  • Honorio (Flavius Honorius Augustus): coemperador en el oeste, 393–395 d.C y emperador único entre 395–423 d.C.

Emperadores Romanos del Siglo V

  • Teodosio II (Flavius Theodosius): este, 408–450 d. C.
  • Constancio III (Flavius Constantius): oeste, 421 d.C., fue coemperador.
  • Valentiniano III (Flavius Placidius Valentinianus): oeste, 425–455 d. C.
  • Marciano (Marcianus): Roma Orienta entre 450 y 457 d. C.
  • Petronio Máximo (Petronius Maximus): oeste, 17 de marzo al 31 de mayo de 455 d.C.
  • Avito (Dominus Noster Eparchius Avitus Augustus): emperador del oeste entre 455–456 d. y obispo de Placencia,  C.)
  • Mayoriano (Flavius Julius Valerius Maiorianus Augustus): oeste, 457–461 d. C.
  • Libio Severo (Libius Severus): oeste, 461–465 d. C.
  • Antemio (Procopius Anthemius Augustus): oeste, en el periodo comprendido entre el 467 y el 472 d. C.
  • Olibrio (Flavius Anicius Olybrius): emperador del oeste, desde abril hasta noviembre de 472 d. C.
  • Glicerio (Glycerius): oeste del imperio, 473–474 d. C.
  • Julio Nepote (Flavius Iulius Nepos Augustus): gobernó el oeste, entre 474–475 d. C.
  • Romulus Augustulus (Flavius Momyllus Romulus Augustulus): gobernó el oeste del imperio entre 475 y 476 d. C.
  • Leo I:  (este, 457–474 d. C.)
  • Leo II (este, 474 d.C.)
  • Zenón (este, 474–491 d. C. Roma Oriental)

Emperadores Romanos que marcaron la historia 

Como puede apreciar, la lista de hombres que estuvieron en el trono es tan larga como el vasto imperio que gobernaron y aunque todos por el simple hecho de ser emperadores serán recordados a lo largo de la historia, algunos definitivamente fueron muy importantes en la antigüedad.

Cada uno reconocido por su estilo particular para dirigir un Imperio Romano muy variado y extenso, están presentes en los libros y relatos como protagonistas de una época interesante y cautivadora para quienes aman la historia. Vamos a conocer a los Emperadores Romanos más nombrados, aunque no todos por su rectitud y benevolencia:

Augusto (27 a.C – 14 d.C)

Realmente su nombre era Octavio, pero durante las largas guerras civiles que extinguieron la República Romana, en las que participó venciendo a un rival tras otro y convirtiéndose en el indiscutible hombre fuerte del imperio en plena expansión, se autodenominó Augusto y fue el primer emperador de Roma.

Fue hijo adoptivo de Julio César y  obtuvo el puesto como líder de Roma luego de ganar una batalla mortal contra Marco Antonio y Cleopatra, siendo quien gobernó el gran imperio romano entre el 27 a. C. y el 14 d. C.

Augusto César se convirtió en un líder benévolo, marcando el comienzo de un período de solidez, conocido como la Pax Romana, que mantuvo gracias a un estricto control militar en el territorio.

Además de reclamar y conquistar tierras en Europa y Asia Menor, Augusto expandió caminos y carreteras manteniendo al imperio conectado, construyó acueductos y encargó la realización de piezas arquitectónicas y un sinnúmero de esculturas. Incluso nombró un mes en su honor, nada menos que ¡Agosto! Se considera uno de los mejores Emperadores Romanos.

Tiberio (14 – 37 d. C.)

El notorio líder Tiberio Julio César Augusto fue el sucesor de Augusto, al frente de Roma del 14 al 37 d. Considerado uno de los generales más importantes del imperio, adoptado por Augusto luego de casarse con Livia Drusila, su madre.

Durante sus años de reinado fue catalogado como un hombre miserable y paranoico, que asumió el papel de Emperador y esposo de la hija de Augusto, obligado, haciendo a Roma y a su matrimonio muy infeliz.

Al principio de su liderazgo fue conocido por su talento como comandante militar y un administrador diligente, pero en años siguientes, se dice que posterior a la muerte de su hijo, se convirtió en un dictador cruel y duro, maltratando y asesinando a muchos de sus senadores.

Se retiró a la isla de Capri, en una especie de autoexilio, algunos dicen que vivió una vida extraña y solitaria de libertinaje sexual, aunque otros creen que se trataba de rumores difundidos por enemigos. Tiberius falleció en marzo de 37 d.C y expresó que su Imperio fuera gobernado por Calígula y Tiberio Gemelo.

Calígula (37 – 41 d. C.)

Cayo César o Calígula es recordado como un emperador tiránico, uno de los más volubles y peligrosos entre los Emperadores Romanos, con una vida de excesos y desatinos. Obtuvo el poder total del Imperio Romano una vez que se libró de Tiberio Gemelo.

Pero sólo gobernó durante cuatro años, un periodo bastante corto que abarca del 37 al 41 d.C, pues fue brutalmente asesinado. No obstante, ya había dejado suficientes relatos macabros para llenar un libro de historia.

Este personaje se adjudicaba poderes extraordinarios, comparándose a sí mismo con una divinidad, lo que le daba el poder para cometer asesinatos, actos despiadados y libertinos, sumiendo a Roma en un profundo terror e incertidumbre.

Calígula se caracterizó por su naturaleza inestable, autoindulgente y ridícula, anunciando proyectos como la construcción de un puente flotante de tres millas de largo a través de la bahía moderna de Nápoles para poder cabalgar en él, decapitar estatuas y reemplazar la parte faltante con su busto o nombrar a su propio caballo cónsul.

Se considera el más trastornado de todos los Emperadores Romanos, que ejecutó numerosas personas indiscriminadamente y envió a su ejército a maniobras absurdas. Pero, no sabemos si sus crímenes fueron exagerados por las fuentes antiguas o realmente fue un hombre atormentado que sembró terror en el imperio romano.

Claudio (41 – 54 d. C.)

Claudio, al que muchos subestimaron fue nombrado sucesor de Calígula por capricho de los guardias imperiales, sin embargo, algunas fuentes indican que es posible que el participara en la conspiración que puso fin a la vida de Calígula y haber dispuesto todo para su ascenso al trono.

Cualquiera que sea la ruta que usó para llegar al poder, su reinado fue sorprendentemente exitoso entre los Emperadores Romanos hasta el momento, aun cuando tenía una seria de dolencias físicas desde el nacimiento, incluida la parálisis espástica y la epilepsia, que hicieron suponer a muchos que no podría convertirse en Emperador.

Su familia lo mantuvo escondido, pero en reclusión Claudio se convirtió en un erudito notable, con conocimientos en diferentes áreas como historia y política, que lo convertirían en un excelente líder entre el 41 y el 54 d.C.

Realmente fue una sorpresa para todos, ingenioso e inteligente, dirigió con éxito una de las invasiones militares más importantes del primer siglo, la conquista de Gran Bretaña. Valiéndole la admiración y el homenaje con un arco de triunfo en la Vía Flaminia que lleva de Roma a Ariminuma, a su regreso.

Su tiempo de gobierno fue una época de prosperidad, desarrollo y crecimiento en todas las áreas, fue respetado por su ejército y amado por la gente del pueblo, por lo que se ganó un lugar en la historia, bien merecido.

Claudio descubrió diferentes conspiraciones durante su mandato y muchos senadores fueron ejecutados. Pero la conjura que puso fin a su vida, vino de su círculo más allegado y aunque no existe certeza sobre su identidad, la culpa recae sobre la esclava Locusta; el catador, Haloto; su médico, Jenofonte o Agripina, su esposa y madre de Nerón, hijo adoptivo y sucesor de Claudio.

Nero (54 – 68 d. C.)

Nero Claudius Drusus Germanicus ascendió al trono cuando tenía solo 17 años, se destacó por su interés en las artes y la arquitectura, encargando una serie de magníficos edificios y esculturas.

Redujo las tasas impositivas y ordenó celebrar juegos públicos cada cinco años, sin embargo, eso fue por un breve lapso de tiempo, pronto las cosas desmejoraron rápidamente y comenzó a ejecutar a cualquiera que se atreviera a estar en desacuerdo con él, incluso a su propia madre.

Cuando gran parte de Roma se incendió, algunos especularon que él inició el incendio, sobre todo cuando ordenó que se erigiera un nuevo palacio de unos cien acres en su lugar, con una estatua de él, que medía cerca de treinta metros justo en el centro. La extravagante figura fue llamada el Coloso de Nerón.

Nerón fue el quinto emperador romano, hijastro y heredero del emperador Claudio, que se hizo famoso por sus libertinajes, extravagancias personales, la quema de Roma y las persecuciones de los cristianos. Pero muy aparte de eso, centro su mandato en la diplomacia, el comercio y en fortalecer la cultura en este vasto imperio.

Este emperador fue víctima de un golpe de estado orquestado por varios gobernadores, que al parecer le obligaron a suicidarse. No obstante, algunos relatos antiguos son motivos de discusión y desacuerdo, pues es difícil constatar que tan reales son estas historias tan inverosímiles.

Galba (68 – 69 d.C)

Galba, en latín completo Servio Galba César Augusto, cuyo nombre original fue Servio Sulpicius Galba, nació un 24 de diciembre del año 3 antes de Cristo y fue el máximo líder del Imperio Romano por siete meses, recordado por su rectitud en la administración, pero por un círculo de consejeros maliciosos y corruptos.

Galba era hijo del cónsul Cayo Sulpicio Galba y Mummia Achaica, que como pueden imaginarse nació y creció en una familia de gran riqueza y un linaje antiguo, que gozó del favor de los emperadores, especialmente Augusto y Tiberio.

Comenzó su carrera a una edad temprana y fue nombrado cónsul, gobernador de Germania y procónsul de África. Participó y provocó el alzamiento y la rebelión contra Nerón, creyendo que el emperador estaba planeando su asesinato, aceptó una invitación de Cayo Julio Vindex, el gobernador de Lugdunensis en la Galia, para encabezar dicha revuelta.

Luego reclutó una nueva legión adicional y consiguió un gran número de seguidores en muchas otras regiones del imperio, alentó a la guardia imperial, la conocida Guardia Pretoriana a desertar y traicionar a Nerón por una gran recompensa. Con una gran cantidad de aliados, lograron deponer a Nerón que, en junio del año 68, se suicidó.

Acompañado por Otón, el gobernador de Lusitania, Galba marchó sobre Roma y fue proclamado emperador por el Senado. En su corto mandato no fue un emperador muy popular, pues intentó recortar el gasto extravagante de Nerón, ordenó ejecutar las tropas reclutadas por el antiguo emperador, así como las de varios oponentes.

Su mala relación con el ejército desencadenó desacuerdos y rebeliones, siendo traicionado por uno de sus aliados, murió asesinado en el Foro Romano el 15 de enero del 69 d.C por Camurius un soldado de la Legio XV Primigenia. Días más tarde quien le relevaría en el poder, Pisón, fue asesinado.

Otón (enero – abril de 69 d.C)

Marcos Otón César Augusto al que se le conoció como Otón, nació en el año 32 d. C, fue un emperador que estuvo en el poder por muy pocos meses, desde enero hasta abril del 69, año en que el imperio tuvo cuatro emperadores.

Fue parte del círculo de Nerón y también se le conoció por ser cruel y excéntrico, sin embargo, esa relación de amistad terminó cuando el emperador decidió enamorar a su esposa.

Exiliado como gobernador de la provincia de Lusitania, se mantuvo por diez años de manera muy moderada, guardando su rencor contra Nerón para el momento apropiado y en el 68 d.C la oportunidad llegó.

Fue aliado de Galba y llevaron a Nerón al suicidio. Pero cuando este no le nombró su heredero al trono, le traicionó y sobornó a las legiones para rebelarse y asesinarlo. Una vez en el poder decidió poner fin a la revolución de Germania y se embarcó en una serie de batallas. Tras algunas malas decisiones, decidió suicidarse en su tienda de campaña.

Aulo Vitelio (julio – diciembre 69 d.C)

Aulo Vitelio Germánico nació el año 15 d. C. y fue el último de los tres sucesores de Nerón, en un mismo año. Vitelio dirigió el Imperio romano desde el 17 de abril hasta el 22 de diciembre del año 69 d.C, tras la muerte de Otón.

Era hijo del político Lucio Vitelio, quien fue cónsul tres veces y su hijo Aulo siguió sus pasos convirtiéndose en cónsul en el año 48 d. C. y procónsul de África en el 61. El nuevo emperador, Galba, lo nombró gobernador imperial de la Baja Alemania en 68.

Las tropas en Alemania no simpatizaban con Galba y esto fue muy beneficioso para Vitelio, que se comportó complaciente y generoso, así que, en enero del 69, sus hombres le nombraron emperador y las tropas de la Alta Alemania, así como gran parte de los lideres de España, Galia y Gran Bretaña, decidieron unirse a su bando.

Dirigió sus tropas a Italia, pero Galba había sido ejecutado y los ejércitos de Vitelio se enfrentaron contra las fuerzas de su sucesor, Otón, en Bedriacum. Las fuerzas del entonces líder y gobernante Otón fueron derrotadas y este se quitó la vida el 16 de abril.

Vitelio fue reconocido por el Senado y sin dudar reemplazó a la Guardia Pretoriana con sus tropas, pero no hizo nada para ganar como aliadas a las tropas de Otón y la de otros lugares de sus dominios, esto lo llevó a enfrentar revueltas e invasiones. En diciembre del mismo año fue asesinado violentamente en el ataque del ejército de Vespasiano a Roma.

Vespasiano (69 – 79 d.C)

Tito Flavio Vespasiano fue el líder de la dinastía Flavia y gobernó el Imperio Romano desde el 69 al 79 d.C. trabajando con ahínco para restaurar la antigua gloria de Roma, después del derrochador reinado de Nerón y la inestabilidad vivida durante los meses siguientes a su muerte.

Se enfocó en recuperar la disciplina y el orden en el imperio, además de la fortuna del mismo, con sus reformas fiscales. Se puede afirmar que fue una gestión exitosa, que logró la consolidación del Imperio Romano, estabilidad política y un vasto programa de construcción.

Es descrito como un hombre decente y moral, con una vida sencilla, que invirtió mucho dinero en mejorar la vida pública, creando carreteras, espacios públicos, baños, restaurando el capitolio y construyendo edificios prominentes como el Templo de la Paz y el imponente Coliseo.

Con la misma intención de estabilización, se dedicó a los asuntos militares y su primera tarea fue restaurar la disciplina a los ejércitos después de los eventos de los años 68 y 69. Vespasiano cultivó un estilo tosco, característico de los orígenes humildes que le gustaba recordar.

Es recordado por su gran capacidad de trabajo y la sencillez de su vida diaria, que definitivamente era un modelo para la aristocracia contemporánea. Pero eso no le restaba astucia y ambición, fundó un partido poderoso desde el principio y muchos de sus nombramientos iniciales se deben al nepotismo o el deseo de recompensar los servicios pasados.

Las políticas de su reinado fueron sensatas y muy formales, no guardan semejanza o relación con la gestión de los emperadores anteriores o posteriores como Trajano o Adriano. Sin embargo, se puede decir que Vespasiano evitó la disolución del imperio romano al terminar con la guerra civil, por lo que la pax o paz civil, es una de las principales características de su gestión.

Falleció debido a una inflamación intestinal a la edad de 69 años. Después de su muerte se le concedió inmediatamente la divinización.

Trajano (98 – 117 d. C)

El emperador Trajano tuvo un impacto significativo en la masa continental de Roma, expandiendo enormemente sus fronteras hacia las áreas orientales de Dacia, Arabia y Armenia. En el momento de su muerte, el imperio era significativamente más grande de lo que había sido antes.

Por otro lado, también organizó un importante programa de construcción, dejando una serie obras relevantes hasta nuestros días, por ejemplo, el Foro de Trajano, el Mercado de Trajano y la Columna de Trajano.

Adriano (117 – 138 d.C)

El gobierno de Adriano estuvo marcado por un período de estabilidad y paz, su imperio le respetaba y le amaba, tanto que fue apodado el rey del pueblo. Visitó todas las provincias de Roma en un intento por conectarse con el público, viajando y conviviendo con sus tropas militares.

Era un negociador astuto, que reprimió la revuelta judía de 130-136 d.C. y retiró las tropas del ejército de muchos lugares de conflicto, incluido Irak.

Fue un gran líder y será recordado por muchos aciertos y por obras como la construcción del Muro de Adriano, un límite que marca el Imperio Romano en el norte de Inglaterra, además dirigió la construcción del Panteón y el Templo de Venus y Roma.

Antes de ser nombrado sucesor de Trajano como emperador romano, Adriano pasó un tiempo en Atenas que alentó su interés por la cultura helénica. Después de convertirse en emperador en 117, Adriano patrocinó proyectos de obras públicas en Atenas y otorgó a los griegos una representación equitativa en Roma.

Marco Aurelio (161 – 180 d.C)

Marcus Aurelius provenía de una prominente familia romana, su abuelo paterno tuvo el cargo de cónsul dos veces y su abuela materna fue heredera de una de las fortunas romanas más importantes. Marco se casó con su prima Annia Galeria Faustina, la hija del emperador Antoninus Pius y concibieron cerca de una docena de hijos, entre los que se incluye Cómodo, el sucesor de Marco Aurelio.

Representando e inspirado por el concepto de «Rey platónico» del texto de la República de Platón, Marco Aurelio creía que un verdadero líder debería anteponer sus propias necesidades a las de su pueblo.

Aunque fue necesario su intervención para defender el territorio romano en las Guerras Marcomanas, era esencialmente un hombre pacífico y vivía la Filosofía Estoica. En sus últimos años, compuso una serie de ensayos titulados Meditaciones, que esbozaban lecciones sobre cómo ser sabio y honorable.

Por estos días Marco Aurelio se le conoce como el último de los Cinco buenos emperadores y su gobierno como la edad de Oro del Imperio Romano. Escogió como sucesor a su único hijo sobreviviente, Commodus.

Cómodo (177 – 192 d.C)

Considerado un hombre conflictivo y malvado en marcado contraste con su pacífico padre Marco Aurelio, este emperador pasó a la historia como el Emperador más cruel de Roma. Mimado e indulgente, se diseñó a sí mismo como un Gladiador omnipotente que disfrutaba matando por deporte, imitando a Hércules vistiendo una piel de león.

Sin embargo eligió deliberadamente batallas con competidores que eran débiles e indefensos, sabiendo que ganaría, arrogante y excéntrico llegó a cambiar su nombre a Hércules e intentó que lo nombraran como un dios viviente.

Su comportamiento imprudente llevó a Roma a la ruina financiera y la guerra civil, provocando una reacción en cadena que finalmente colapsó todo el Imperio.

Septimius Severus (193 – 211 d.C)

Un hombre de ejército, Septimius fue fundador de la dinastía Severana, reinando desde 193 hasta 211 d.C. Fue un importante general de ascendencia africana, que transformó al ejército romano, logrando alistar reclutas y formar un ejército más grande, donde los soldados recibían salarios más altos y el derecho a casarse.

Con un ejército más grande fue indetenible, expandiendo el Imperio Romano sorprendentemente hasta alcanzar la cifra de 5 millones de kilómetros cuadrados, el más grande que jamás haya existido. Además construyó el Arco del Triunfo en el Foro Romano y el Septizodium en Roma.

Caracalla (198 – 217 d.C)

Fue un líder cruel, implacable y despiadado, hijo mayor de Septimio Severo. Su ambición y su egocentrismo, le llevaron a tener una creciente rivalidad con su hermano menor Geta, conflicto que se agravó cuando Severus murió durante una campaña en Gran Bretaña en el 211.

Caracalla, que pronto cumpliría veintitrés años, pasó repentinamente del segundo al primer puesto en el imperio. Tanto él como su hermano menor heredaron el trono juntos y a pesar de todos los intentos de su madre por lograr una reconciliación entre ellos, finalmente Caracalla mató a Geta, en los brazos de la propia Julia,

No cabe duda de la brutalidad salvaje del acto de Caracalla, no le bastó matar a su hermano frente a su madre, sino que eliminó todo rastro de su memoria de monedas, pinturas y otros recuerdos. Esto es suficiente para deducir el tipo de líder que Roma debería soportar, aunque muchos dicen que entre los dos hermanos no se vislumbraba una solución que hubiera sido moral y factible a la vez.

Dirigió Roma por casi dos décadas, siendo sus principales logros los colosales baños en Roma y el edicto 212 otorgando la ciudadanía romana a todas las personas libres del Imperio Romano, lo que algunos creen que fue un movimiento insensible para recaudar más impuestos. Siguió el estilo de Alejandro Magno e intentó ganar una guerra contra los partos, pero perdió la vida en el proceso.

Caracalla, cuyo reinado contribuyó a la decadencia del imperio, a menudo ha sido considerado como uno de los tiranos más sanguinarios de la historia romana.

Maximino el Tracio (235 – 238 d.C) 

Cayo Julio Vero Maximino es recordado como uno de los emperadores romanos más corpulentos y fuertes de todos los tiempos, las historias relatan que medía cerca de 2.6 metros de altura.

En su juventud ese tamaño y su fuerza bruta le dieron ventaja en el ejército romano, ascendiendo de rango rápidamente, hasta que finalmente se convirtió en emperador romano en el 235 d.C.

Se decía que el Senado romano no comulgaba con su brutal barbarie, pero inspiraba mucho temor para desafiarlo. Su origen era simple, el de un provinciano de clase baja, no tenía formación alguna, salvo la que obtuvo en la carrera militar, por lo tanto, se ponía en duda su capacidad para gobernar, catalogando su gestión como el inicio de la crisis del siglo III.

Maximino inició como un simple soldado de las legiones en el mandato de Septimio Severo, manteniéndose en la misma posición hasta que Alejandro Severo, le asciende como líder de la Legio IV Italica, conformada principalmente por reclutas de Panonia.

El disgusto reinaba entre los legionarios, debido a los pagos realizados por el emperador a los alamanes y además porque esto evitó el choque armado. Se rebelaron, asesinaron al joven emperador y a su madre, nombrando al tracio como nuevo gobernante.

La guardia pretoriana lo aclamaba y el Senado no tuvo más elección que dar el visto bueno a esa decisión, aun en contra de su voluntad. Un campesino, que luego fue militar se alzó en el trono ante el descontento de los senadores. Sin embargo, gracias a su fuerza bruta y pericia militar, finalmente se ganó la disputa en curso con las tribus germánicas para la época, valiéndole el gran título de Germanicus Maximus.

Hacia el año 238, mientras Maximino se enfrascaba en una cruel guerra en Panonia contra los dacios y los sármatas, un grupo de terratenientes en África, descontentos con los impuestos imperiales, se rebelaron y asesinaros a sus recaudadores de impuestos, fue un gran alzamiento en la región que resultó en la proclamación de un nuevo emperador Semproniano Gordiano, que fue aceptado por el senado casi inmediatamente.

Sin embargo, el alzamiento fue reprimido por el gobernador de Numidia, el hijo del nuevo emperador fue asesinado en la batalla y el nuevo líder se suicidó. Pero el Senado romano, utilizó hábilmente la revuelta como excusa para deponer a Maximino y reconocer al fallecido Gordiano.

Se apresuraron entonces al conocer la noticia de su muerte a proclamar dos nuevos emperadores, Pupienus y Balbinus, quienes evitaron el regreso del tracio, quedando atrapado en la ciudad de Aquilea. Cuando el hambre y la necesidad atormentaron a las tropas, estas se amotinaron y asesinaron a Maximino y a su  hijo.

Valeriano (253 – 260 d.C)

El emperador Valeriano gobernó Roma durante la crisis del siglo III. Para la época la invasión extranjera amenazó la seguridad de Roma, era una gran crisis y Valeriano compartió el trono con su hijo Galieno en un intento por restablecer el control del imperio.

Tomó el lado este y dejó el oeste a cargo de su hijo. En la historia se le recuerda como el primer emperador capturado y hecho prisionero, situación que ocurrió luego de la batalla de Edessa, contra el rey persa Shapur.

Fue esclavo y estuvo en esta condición por mucho, sirviendo como un taburete humano para el rey Shapur. Se dice en los antiguos relatos que fue asesinado por los persas, quienes le obligaron a tragar oro líquido.

Galieno (260 – 2680 d.C)

El hijo de Valeriano que gobernó junto a su padre desde el 253 hasta el 260 d.C, se hizo cargo exclusivo del trono tras el deceso de su padre, durante un periodo que abarcó desde el 260 hasta el 268 d.C, en plena crisis del tercer siglo, donde los emperadores difícilmente mantenían el poder por mucho tiempo.

Su imagen de hombre débil y tímido le perseguía, aun cuando luchó por proteger a Roma de una serie de invasiones. El pueblo romano se rebeló y un levantamiento intentó derrocar a Galieno del trono, mientras una serie de sucesores intentaban ocupar su lugar, conocidos como Los Treinta Tiranos.

Pero antes de que las conjuras causaran una sospechosa muerte, encontró su fuerza, repeliendo una nueva invasión de los godos y derrotando a los alamanes. Dio a sus súbditos la sensación de poder mantener el orden y el control, aun cuando los levantamiento y revueltas a lo largo y ancho del imperio eran constantes.

Realmente este emperador fue hábil tratando de mantener el control del Imperio Romano en tiempos tan difíciles, derrotando invasiones y sofocando rebeliones, no obstante, nunca pudo unificarlo y mucho menos promover y alentar su grandeza en otras áreas como la cultura, salvo en algunos periodos de relativa paz. Fue asesinado por sus soldados.

Constantino el Grande (306 – 337 d.C)

Constantino el Grande llevó a cabo cambios dramáticos en el imperio que alterarían para siempre el curso de su historia. Luchó durante la tetrarquía anterior que puso a cuatro líderes a cargo de la enorme y difícil masa de tierra, tomando el control exclusivo para él, luego de que sus tropas lo proclamaran.

En un giro bastante inesperado en los acontecimientos, aceptó el cristianismo como la religión dominante de la sociedad romana y fundó una nueva capital imperial liderada y regida por el cristianismo en Bizancio que llevaría su nombre, Constantinopla. Esta acción eventualmente dividiría al Imperio Romano para siempre.

Además, cambió y renovó la corte, las leyes y la forma en que se estructuraba y organizaba el ejército. Promulgo algunas regulaciones que mejoraron de cierta forma la vida en el imperio, aquí le presentamos algunas:

  • Se castigó con pena capital a los recaudadores de tributos que cometieran abusos y atropellos en las cantidades cobradas.
  • Se prohibió el secuestro de niñas.
  • Se dio un mejor trato a los prisioneros, quienes no debían permanecer en oscuridad absoluta durante su condena, dándoles el derecho de ver la luz.
  • Se sustituyó la crucifixión por la horca como pena de muerte.
  • Eliminó los juegos de Gladiadores.
  • La celebración de la Pascua ya no era prohibida y podía llevarse a cabo en público.

EMPERADORES ROMANOS

Constantino II (337 – 340 d.C)

El hijo de Constantino el Grande que gobernó entre el 306 y el 337 d.C, recibió el título de césar de manos de su padre en marzo de 317. Cuando Constantino el Grande murió en 337, Constantino II y sus hermanos, Constante y Constancio II, dividieron el imperio romano entre ellos y cada uno Adoptó el título de augusto.

Constantino II se convirtió en gobernante de Gran Bretaña, Galia y España, siempre estuvo al cuidado de su hermano menor, pero cuando este cumplió la mayoría de edad, Constantino II reclamó Italia y África, a inicios del 340, invadió inesperadamente Italia.

Pero al penetrar en Aquileia, Constantino II fue recibido por la vanguardia del ejército de Constante y murió en la batalla. Su hermano tomo el control de aquellos estados que el gobernaba.

Constancio Galo (351 – 354 d.C)

Galo, nacido en Etruria, fue gobernante de las provincias orientales del Imperio Romano, con el título de César, entre el 351 y el  354 d.C. Antiguos relatos de este periodo indican que el reinado de Galo en Antioquía fue tiránico.

Hijo de Julio Constancio y medio hermano de Constantino el Grande, recibió una estricta educación cristiana. Constancio II lo proclamó césar en Sirmio en el 351, y también arregló el matrimonio de Galo con su hermana Constanza.

Pero su educación excesivamente estricta y solitaria lo hizo un ser severo, falto de tacto y duro. Estableció un completo sistema de espionaje entre sus súbditos y ejecutó a varias personas bajo sospecha de traición. Además reprimió duramente y con éxito las revueltas en Palestina y en Isauria, manteniendo también a los persas fuera de sus dominios.

Sus subordinados enviaron informes generalmente desfavorables y en algunos casos falsos a Constancio, quien solicitó la presencia de Galo en Constantinopla, retirarles sus privilegios, despojarlo de sus poderes y finalmente ejecutarlo.

Constancio II (337 – 361 d.C)

Flavio Julio Constancio nació en el 317 hijo de Constantino el Grande y emperador desde el 337 hasta el 361 d.C. Al inicio compartió el poder con sus dos hermanos, Constantino II y Constante I, pero que fue el único gobernante del 353 al 361.

EMPERADORES ROMANOS

Luego de la muerte de su hermano Constantino II en su intento de despojar a Constante I de su reino, quedaron los dos hermanos gobernado el vasto imperio Romano, sin embargo, en el 350 d.C, Constante fue asesinado por Magnencio.

Constancio II no aceptó al usurpador y se enfrentaron en varias batallas por el poder, ante varias derrotas humillantes Magnencio se suicida y el hijo de Constantino el Grande quedo como único regente.

Este emperador llevó a cabo varias campañas militares muy exitosas, pero no murió en batalla, enfermó y falleció culminando el año 361 y nombró a su único primo y rival, Juliano como sucesor al trono.

Rómulo Augusto (475 – 476 d.C)

Rómulo Augusto fue conocido en la historia de los emperadores romanos occidentales como aquel que cerro este ciclo de lideres. Aunque se le consideraba un usurpador y un títere, que no fue reconocido como un gobernante legítimo por el emperador de Oriente.

Romulus era hijo del general del imperio occidental, Orestes. Su apellido original era Augusto, pero se cambió al diminutivo porque aún era un niño cuando su padre, después de expulsar al emperador occidental Julius Nepote de Italia, lo elevó al trono el 31 de octubre de 475.

Aproximadamente un año duró el gobierno de Orestes en Italia en nombre de su hijo, pero finalmente sus tropas y una alianza entre hérulos, esciros y torcilingiosse amotinaron y encontraron un líder en el guerrero alemán Odoacro. Las fuerzas de Odoacro capturaron y ejecutaron a Orestes el 28 de agosto de 476.

Romulus, sin embargo, se salvó debido a su juventud, fue capturado por Odoacro y algunos relatos indican que se retiró a Campania, una región del sur de Italia. Se desconoce como se´ria su vida en años posteriores, pero se afirma que sobrevivió hasta el gobierno de Teodorico (493-526 d. C.).

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