Poemas del Barroco ¡Un listado de los más conocidos!

En su mayoría, los poemas del Barroco son extravagantes y ostentosos, fieles al estilo de cada uno de sus exponentes. En este artículo conocerás las mejores obras de este género.

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Poemas del Barroco

Los poemas del Barroco están ubicados históricamente entre finales del siglo XVI y comienzo del siglo XVIII. Este tipo de literatura constituyó una nueva forma de concebir el arte de la cultura occidental de la época, caracterizada por la narrativa extravagante.

Al respecto, debemos mencionar que los poemas del Barroco son una evolución natural entre dos movimientos culturales, y no una ruptura entre ellos. De esta manera, podemos afirmar que el Barroco es la corriente artística que sigue al Renacimiento.

En general, los poemas del Barroco tuvieron su mayor auge en el siglo XVII, gracias a destacados personajes que se mencionan a continuación:

Principales autores

Básicamente, el éxito de los poemas del Barroco se debe al ingenio literario de autores como: Góngora, Quevedo y Lope de Vega, entre otros.

Luís de Góngora

Luís de Góngora es el máximo representante de una corriente interna del estilo conceptista, denominada culteranismo. No obstante, su obra pertenece tanto a la poesía popular como a la poesía culta.

Francisco de Quevedo

Los poemas de este autor están llenos de burla y satirismo, muchos relacionados con la vida tumultuosa que él solía llevar. La obra de Francisco de Quevedo abarca diversos subgéneros de su época, entre ellos el amor, la religión, la moral, el heroísmo y lo fúnebre.

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Lope de Vega

Este autor es considerado uno de los genios de la poesía barroca, su obra se vio principalmente influenciada por sus frecuentes fracasos amorosos. Curiosamente, Lope de Vega fue amigo de Francisco de Quevedo y enemigo de Luís de Góngora.

Pedro Calderón de la Barca

Pedro Calderón de la Barca fue un artista español dedicado al teatro, la poesía y la comedia, considerado como un gran exponente del arte Barroco. Con base a los estudios de su vida, todo parece indicar que fue un poeta reservado, solitario y que no generó polémicas.

Sor Juana Inés de la Cruz

Los poemas del Barroco pertenecientes a Sor Juana Inés de la Cruz se ubican dentro de diversas categorías, entre ellas: la lírica y la prosa. Fue una poeta mexicana caracterizada por su estilo humanista, filosófico y creativo.

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Esta autora pasó la mayor parte de su vida en un convento sin poseer vocación religiosa. A ella le valió más mantenerse alejada del matrimonio para así poder dedicarse a su verdadera pasión: la literatura.

Si quieres conocer más acerca de la obra de esta fabulosa autora, te invito a leer soneto de Sor Juana.

Miguel de Cervantes

Miguel de Cervantes Saavedra fue uno de los más importantes poetas, dramaturgos y novelistas españoles, denominado por algunas personas como Príncipe de los ingenios. Paradójicamente, este extraordinario autor tuvo que dedicarse a otros quehaceres no relacionados con la literatura porque su oficio de escritor no era lo suficientemente rentable.

William Shakespeare

William Shakespeare es un consagrado dramaturgo y poeta inglés, además es considerado el más importante autor del teatro barroco. Él es el más grande genio de la literatura universal, cuyos cimientos modernizó a través de su estilo sublime y a la vez realista.

Te invito a leer sobre William Shakespeare y sus libros. ¡No te quedes sin conocer los detalles sobre este interesante autor de la literatura clásica!

Andreas Gryphius

Andreas Greif es un poeta alemán de estilo lírico, caracterizado por su fidelidad al discurso típico barroco de su país natal. En general, su vida estuvo llena de desgracias y tristezas, aspectos que plasmó en la mayoría de sus obras.

Características

La principal característica de los poemas del Barroco es el uso del lenguaje refinado con sintaxis  elaborada, además de la inclusión del juego de palabras. En general, es común el empleo de contradicciones y paradojas, a través de las cuales los sentimientos son expresados de forma exagerada.

Adicionalmente los sentimientos son expresados negativamente, principalmente, a través del pesimismo; así mismo, los poemas del Barroco son fugaces y efímeros. Por otra parte, permanecen cercanos a la tradición popular, mediante la glosa, el villancico, la letrilla y el romance.

Estilos

Dentro de los poemas del Barroco pueden distinguirse dos estilos: el conceptismo y el clasicista. El primero emplea variados juegos de palabras y distorsiones gramaticales, mientras que el segundo es natural y mantiene las características propias del Renacimiento.

Principales poemas del Barroco

Como es de esperarse, la lista de poemas del Barroco es bastante amplia, sin embargo, haremos el esfuerzo de mencionar los más destacados. De esta manera, a continuación daremos a conocer algunas de las principales obras de los autores que mencionamos con anterioridad.

La más bella niña

La más bella niña

De nuestro lugar,

Hoy viuda y sola

Y ayer por casar,

Viendo que sus ojos

A la guerra van,

A su madre dice,

Que escucha su mal:

Dejadme llorar

Orillas del mar.

Pues me disteis, madre,

En tan tierna edad

Tan corto el placer,

Tan largo el pesar,

Y me cautivasteis

De quien hoy se va

Y lleva las llaves

De mi libertad,

Dejadme llorar

Orillas del mar.

En llorar conviertan

Mis ojos, de hoy más,

El sabroso oficio

Del dulce mirar,

Pues que no se pueden

Mejor ocupar,

Yéndose a la guerra

Quien era mi paz,

Dejadme llorar

Orillas del mar.

No me pongáis freno

Ni queráis culpar,

Que lo uno es justo,

Lo otro por demás.

Si me queréis bien,

No me hagáis mal;

Harto peor fuera

Morir y callar,

Dejadme llorar

Orillas del mar.

Dulce madre mía,

¿Quién no llorará,

Aunque tenga el pecho

Como un pedernal,

Y no dará voces

Viendo marchitar

Los más verdes años

De mi mocedad?

Dejadme llorar

Orillas del mar.

Váyanse las noches,

Pues ido se han

Los ojos que hacían

Los míos velar;

Váyanse, y no vean

Tanta soledad,

Después que en mi lecho

Sobra la mitad.

Dejadme llorar

Orillas del mar.

El poema La más bella niña data del año 1580, y es una de las obras más conocidas de Luís Górgora. El poema trata sobre una joven mujer que debe dejar ir a su prometido a la guerra poco tiempo antes de celebrar el matrimonio.

Es una historia desgarradora, caracterizada por la exageración de la mujer ante la pérdida de un amor. La protagonista expresa su dolor ante la suposición de no volver a ver a su enamorado, sin que éste haya llegado aún a la guerra.

Poderoso caballero es Don Dinero

Madre, yo al oro me humillo,

Él es mi amante y mi amado,

Pues de puro enamorado

Anda continúo amarillo.

Qué pues doblón o sencillo

Hace todo cuanto quiero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.

Nace en las Indias honrado,

Donde el mundo le acompaña;

Viene a morir en España,

Y es en Génova enterrado.

Y pues quien le trae al lado

Es hermoso, aunque sea fiero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.

Son sus padres principales,

Y es de nobles descendiente,

Porque en las venas de Oriente

Todas las sangres son Reales.

Y pues es quien hace iguales

Al rico y al pordiosero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.

¿A quién no le maravilla

Ver en su gloria, sin tasa,

Que es lo más ruin de su casa

Doña Blanca de Castilla?

Mas pues que su fuerza humilla

Al cobarde y al guerrero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.

Es tanta su majestad,

Aunque son sus duelos hartos,

Que aun con estar hecho cuartos

No pierde su calidad.

Pero pues da autoridad

Al gañán y al jornalero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.

Más valen en cualquier tierra

(Mirad si es harto sagaz)

Sus escudos en la paz

Que rodelas en la guerra.

Pues al natural destierra

Y hace propio al forastero,

Poderoso caballero

Es don Dinero.

Este poema de Francisco Quevedo expone la relación que tiene el dinero con el poder, mostrando su influencia sobre la humanidad en distintos aspectos. Poderoso caballero es Don Dinero fue escrito antes del año 1604 y está contextualizado en la sociedad española y el entorno político de la época.

Amor con tan honesto pensamiento

Amor con tan honesto pensamiento

arde en mi pecho, y con tan dulce pena,

que haciendo grave honor de la condena,

para cantar me sirve de instrumento.

No al fuego, al celestial atento,

en alabanza de Amarilis suena

con esta voz, que el curso al agua enfrena,

mueve la selva y enamora el viento.

La luz primera del primero día,

luego que el sol nació, toda la encierra,

círculo ardiente de su lumbre pura,

y así también, cuando tu sol nacía,

todas las hermosuras de la tierra

remitieron su luz a tu hermosura.

Mediante este poema, Lope de Vega expresa de la forma más pura el amor hacia la mujer, describiendo tanto lo bueno como lo malo. Esta obra muestra los diferentes estados de ánimos por los que pasamos cuando estamos enamorados, así como la disposición para hacer cualquier cosa por amor.

No obstante, el autor no deja de lado la pena y el dolor que puede sufrirse en medio de una relación. Para expresar todos estos sentimientos, Lope de Vega utiliza tanto las hipérbolas como las metáforas.

La vida es sueño

Es verdad; pues reprimamos

esta fiera condición,

esta furia, esta ambición

por si alguna vez soñamos.

Y sí haremos, pues estamos

en mundo tan singular,

que el vivir sólo es soñar;

y la experiencia me enseña

que el hombre que vive sueña

lo que es hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive

con este engaño mandando,

disponiendo y gobernando;

y este aplauso que recibe

prestado, en el viento escribe,

y en cenizas le convierte

la muerte (¡desdicha fuerte!);

¡que hay quien intente reinar,

viendo que ha de despertar

en el sueño de la muerte!

Sueña el rico en su riqueza

que más cuidados le ofrece;

sueña el pobre que padece

su miseria y su pobreza;

sueña el que a medrar empieza,

sueña el que afana y pretende,

sueña el que agravia y ofende;

y en el mundo, en conclusión,

todos sueñan lo que son,

aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí

destas prisiones cargado,

y soñé que en otro estado

más lisonjero me vi.

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño;

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.

 La vida es sueño es una de las obras más importantes de Pedro Calderón de la Barca, fue escrita en 1635. En este poema el autor cuestiona el significado de la realidad contra los sueños y profundiza aspectos importantes de la vida del ser humano.

Esta obra, entre todos los poemas del Barroco, contextualiza la civilización contra la barbarie en la época de la colonización española. De forma general, el poema trata sobre la oposición y la dualidad entre lo real y lo irreal.

En perseguirme mundo ¿Qué interesas?

En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?

¿En qué te ofendo, cuando sólo intento

poner bellezas en mi entendimiento

y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas;

y así, siempre me causa más contento

poner riquezas en mi pensamiento

que no mi pensamiento en las riquezas.

Y no estimo hermosura que, vencida,

es despojo civil de las edades,

ni riqueza me agrada fementida,

teniendo por mejor, en mis verdades,

consumir vanidades de la vida

que consumir la vida en vanidades.

Sor Juana Inés de la Cruz fue una poeta de gran creatividad, así lo demuestra en cada una de sus obras. Particularmente, en el caso de En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?, la autora compara inteligentemente  la belleza con el conocimiento y la destreza para aplicarlo.

A través de esta obra, la poeta y filósofa mexicana quiso plasmar la necesidad y la importancia de desarrollar el intelecto humano. Pues sólo mediante el conocimiento las naciones pueden avanzar y crecer.

Busco en la muerte la vida

Busco en la muerte la vida,

salud en la enfermedad,

en la prisión libertad,

en lo cerrado salida

y en el traidor lealtad.

Pero mi suerte, de quien

jamás espero algún bien,

con el cielo ha estatuido,

que, pues lo imposible pido,

lo posible aún no me den.

En este poema, el afamado autor de El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, plantea la búsqueda de lo imposible. Básicamente el poema trata de la posibilidad de perder lo que sí es posible tener por buscar aquello que es un supuesto imposible.

El sueño de una noche de verano

La ciudad duerme.

Sus luces brillan a lo lejos

como pequeños soles iluminando mil madrugadas.

No me dejan ver el cielo.

Ven conmigo a un lugar

donde los sueños son lo único real

y la realidad está vacía.

Donde podamos ver el cielo.

Túmbate conmigo donde el tiempo no existe,

donde la noche aún es hermosa

y las estrellas son toda la compañía.

Para ver el cielo de las noches de verano.

¡Oh, cómo puede confundir la noche de verano

a unos ojos mortales!

Creeremos que hay burbujas cayendo del cielo

Y hadas danzando a nuestro alrededor.

¡Oh, cuán insignificantes nos sentiremos

cuando podamos ver el cielo!

La brisa nos traerá las voces de los árboles,

y quizá entendamos el sentido del universo.

Cabalgaremos hasta el final del horizonte,

y bailaremos en los anillos de Saturno,

junto a tantas ninfas que se convirtieron en laurel

por culpa de una noche de verano.

Quizá podamos llegar al Sol

a lomos de un fénix de brillantes plumas,

y reflexionar en sus aguas

sobre el cielo de las noches de verano.

Volveremos de nuestro viaje más sabios,

con el cabello cano de nuestros conocimientos,

tras haber llegado a entender

el significado de una noche de verano.

Y cuando, cansados de tanta maravilla

nos tumbemos a descansar sobre nuestro lecho,

despertaremos sabiendo que todo ha sido un sueño.

El sueño de una noche de verano.

William Shakespeare es el autor de uno de los más importantes poemas del Barroco, como lo es El sueño de una noche de verano. En esta obra el escritor mezcla útilmente, en una trama entretenida, el amor con el desamor, y lo trágico con lo cómico.

Es todo vanidad

Vanidad en la tierra, donde eches la mirada.

Lo que hoy éste construye, mañana aquél vulnera:

donde ahora una ciudad, habrá luego una pradera,

en que un niño-pastor jugará con su majada.

La pompa ahora en flor, será pronto pisoteada;

lo que hoy late y porfía, hueso y ceniza entonces:

nada eterno existe, ni el mármol ni los bronces;

por dicha que hoy sonríe, habrá pena demasiada.

De proezas la fama pasará como sueño.

¿Y ha de quedar, juego del tiempo, el hombre cenceño?

¡Ay!, qué es todo lo que tenemos por valioso,

más que nulidad mala, que sombra, polvo y viento;

más que flor de pradera, y de ella un solo encuentro.

¡Y no hay, de contemplar lo eterno, hombre deseoso!

Este poema es, básicamente, una reflexión del poeta alemán Andreas Gryphius acerca de la vanidad humana y la miseria terrenal. Además, el autor trata de plasmar la pasión y la imaginación entre sus líneas.


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