¿Qué es un Gavilán?, Características y Comportamiento

El Gavilán común es un ave de rapiña de reducido tamaño que forma parte de la familia Accipitridae. Hay una notable disparidad de masa corporal entre el macho y la hembra, la que es un 25% más grande. Pese a que es un depredador usual de aves de bosque puede cazar en cualquier hábitat. Para conocer más de esta ave de rapiña debes proseguir la lectura.

Gavilan

El Gavilán

El gavilán común es una variedad de ave de rapiña accipitriforme que pertenece a la familia Accipitridae, la cual hace presencia en numerosas zonas de Eurasia, de la península hispana al norte africano alcanzando hasta Japón y Vietnam. El área superior del macho adulto es de tonalidad gris azulado presentando en su espalda franjas de color naranja; la hembra y los jóvenes tienen su espalda de color marrón y muestran franjas del mismo color en el pecho y vientre.

Su nombre científico es Accipiter nisus​ y es una de las especies de aves de rapiña diurnas con un importante dimorfismo sexual en lo referente a su tamaño, ya que la hembra tiene un tamaño 25 % más grande que el del macho. No obstante es un depredador que se especializa en las aves del bosque, el gavilán puede localizarse en cualquier hábitat y en las ciudades frecuentemente caza pájaros de jardín.

El alimento de los machos son especies modestas, como los páridos, fringílidos o paséridos. Las primordiales presas de la hembra son los túrdidos y estúrdidos; asimismo puede atrapar aves con un peso mayor a 500 gramos.

Hay siete subespecies, cuyos tamaños varían levemente en tamaño y coloración del plumaje. Pueblan áreas templadas y subtropicales del Viejo Mundo. Las subespecies que moran en el norte emigran hacia el sur para la invernada, en contraste las que habitan en el sur residen allí a lo largo del año o no hacen parte de los movimientos de dispersión. Realizan su reproducción en zonas boscosas de cualquier clase y elabora su nido, que alcanza hasta un tamaño de 60 centímetros de diámetro, en la parte elevada de los árboles con ramas pequeñas.

La hembra libera cuatro o cinco huevos de coloración azul claro con manchones marrones. Lo exitoso de la cría va a depender de la faena del macho para que la hembra mantenga elevado su peso. Los polluelos llegan a nacer luego de de 33 días de incubación y dejan el nido de 24 a 28 días después.

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Algo más de una tercera parte de los jóvenes llega a superar su primer año, pero la tasa de sobrevivencia para los adultos de un año al siguiente es del 69 %. El número de muertes entre los machos jóvenes es más elevado que el de las hembras jóvenes, y regularmente la longevidad de ambos es de cuatro años. Ésta variedad de aves es una de las rapaces de mayor presencia en Europa, pese a que las cifras se han desplomado tras la Segunda Guerra Mundial.

La utilización de insecticidas organoclorados, elaborados primordialmente para controlar las plagas, se expandió a las poblaciones de aves a lo largo de la segunda parte del siglo XX, siendo la concentración usada suficiente para el exterminio de algunos gavilanes o para el debilitamiento de otros. Las aves aquejadas liberaban huevos con cáscaras endebles que se quebraban durante la incubación.

A partir de la prohibición de estos componentes químicos, su población se fue recuperando y se transformó en relativamente frecuente. Hoy en día se le califica como de preocupación menor en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La conducta rapaz del gavilán le hizo enfrentarse con los humanos por centenares de años, particularmente con los dueños de palomas de carreras y con aquellos que crían aves de corral o aves de caza. Asimismo ello ha conllevado a la reducción de la población de pájaros cantores. Los estudios científicos no han determinado un nexo entre el incremento poblacional de los gavilanes y el declive en ciertas aves de campo o de bosque tras la Segunda Guerra Mundial. En la jerga de los cazadores, los machos se denominan Sprinz, entretanto el nombre Terzel se usa para las hembras

Investigaciones acerca del deceso de palomas de carreras evidencian que los gavilanes tienen la responsabilidad de menos del uno por ciento de tales pérdidas. Los cetreros emplean al gavilán desde al menos el siglo XVI y, aunque es cierto que la especie tiene la fama de ser difícil de adiestrar, igualmente es alabada por «su coraje». Ha sido utilizada como imagen representativa de las mitologías germana, griega y egipcia, y se le refiere en las obras de ciertos escritores como William Shakespeare, Alfred Tennyson y Ted Hughes.

Características de las Aves Rapaces Diurnas

El conjunto de las aves de rapiña de costumbres diurnas es muy variado y exhiben escaso parentesco entre sí. Pese a ello, muestran algunas características en común que las distinguen:

  • Exhiben un plumaje críptico que les posibilita camuflarse de manera excepcional con su entorno.
  • Poseen fuertes garras muy puntiagudas para capturar a sus presas y les es de utilidad para retener y desgarrar la carne. A veces, sus patas se hallan emplumadas para protegerse contra los climas fríos.
  • Tienen un pico curvado y aguzado que usan primordialmente para el desgarre y despedazado de las presas. El tamaño del pico es variable de acuerdo a la especie y la clase de animal presa que cacen.
  • Su capacidad visual es muy penetrante, unas diez veces más potente que la de los humanos.
  • Ciertas rapaces, como los buitres, poseen un sentido del olfato sumamente evolucionado, que les posibilita reconocer animales en descomposición a algunos kilómetros de distancia.

Diferencias Entre Aves Rapaces Diurnas y Nocturnas

Así como las aves rapaces diurnas, las nocturnas muestran características afines, como son sus garras y su pico. Aún así, presentan caracteres disimiles que las distingues con facilidad:

  • Las rapaces nocturnas cuentan con una cabeza con forma más redondeada, que les posibilita escuchar mejor los sonidos.
  • Otro rasgo que las diferencia es que pueden compartir el territorio pero no el tiempo, esto es, cuando las rapaces diurnas se retiran a su lugar de reposo, las nocturnas empiezan su rutina diaria.
  • El sentido de la vista de las rapaces nocturnas se encuentra adaptado a la oscuridad, con lo que puede ver en la negrura completa. Las diurnas poseen un extraordinario sentido de la vista, pero requieren de la luz.
  • Las rapaces nocturnas pueden reconocer el más mínimo sonido merced a la fisionomía de sus oídos, dispuestos a ambos lados de la cabeza pero uno más elevado que otro.
  • El plumaje de las rapaces nocturnas difiere del de las diurnas ya que muestran una apariencia terciopelada que es útil para reducir el sonido durante el vuelo.

Descripción del Gavilán

Es un ave no tan grande con alas prolongadas y redondeadas y una cola extensa de la cual se sirve para moverse entre los árboles. Usualmente la cola es de mayor longitud que el ancho de las alas, y en el macho adulto muestra de cuatro a cinco franjas en forma de onda. Posee patas largas y amarillentas y su talón no es más amplio que el diámetro del ojo.​

El tamaño de las hembras es hasta un 25 % mayor que el de los machos, y con un peso dos veces superior. Tal «dimorfismo sexual invertido» no es usual en los vertebrados superiores, pero frecuente entre rapaces y de mucha mayor notoriedad en aves ornitófagas.​

Los machos adultos tienen de 29 a 34 centímetros de largo (de 11 a 13 pulgadas), con una envergadura de 59 a 64 centímetros​ (de 23 a 25 pulgadas) y pesan de 110 a 196 gramos (de 3.9 a 6.9 onzas).​ Su área superior es de color gris pizarra (en algunos se  torna azulado). En su dorso se pueden ver delgadas líneas rojas sobre un fondo blanco que se aprecian como anaranjadas de lejos; su iris es naranja amarillento o rojo con naranja.

La hembra es de mucho mayor tamaño ya que tiene de 35 a 41 centímetros de largo (de 14 a 16 pulgadas) y pesa de 185 a 342 gramos (de 6.5 a 12.1 onzas),​ con una ancho de alas de 67 a 80 centímetros (de 26 a 31 pulgadas). Ese tamaño la hace algo más grande que el cernícalo y casi equipara al azor macho joven.​ Presenta color marrón oscuro en su área superior y su dorso es blancuzco con franjas grises y marrones.

El iris es de color amarillento o brillante a naranja, y generalmente está recubierto por una lista superciliar pálida.​ Raramente se observa en las hembras que las franjas del dorso tengan color marrón rojizo, al igual que conseguir machos adultos con franjas más claras.​

Los jóvenes posee un color acanelado por arriba, las plumas coberteras del área superior poseen lados más claros, y cuentan con franjas gruesas o están moteados marrón por debajo, y el fondo de sus ojos es amarillento claro.​ El cuello posee líneas oscuras fraccionadas.​

Lo contrastante entre el dorso claro y el área superior oscura es un ejemplo de la ley de Thayer (igualmente denominada contrasombreado). El «contrasombreado» se puede reconocer en las rapaces cuyas presas son aves y otras criaturas que se mueven con rapidez. Las franjas horizontales presentes en los adultos son características de las aves rapaces de la floresta, entretanto que la tonalidad azulada de los machos adultos igualmente se puede ver en otras aves ornitófagas como lo son el halcón peregrino, el esmerejón y otras variedades del género Accipiter.

El pico corto le es de utilidad para tomar y arrastrar a sus presas más que para matarlas o descuartizarlas. Sus extensas patas y garras se encuentran adaptadas para atrapar y engullir a las aves. El dedo exterior es sumamente largo y delgado; el dedo interior y los posteriores son más o menos pequeños y gruesos. El del medio es de cierta longitud y lo puede emplear para tomar objetos. De su lado, la prominencia ubicada en la parte baja de la pata posibilita al ave cerrarla sin dejar aberturas. ​

Especies Similares

Debido a las semejanzas con su plumaje han recibido su nombre la curruca gavilana y el búho gavilán, ya que sus siluetas al volar son parecidas a la del Accipiter nisus, pese a que estos poseen una cabeza grande. El cuco asimismo cuenta con plumas y tamaño similar.

Una investigación con pájaros disecados evidenció que las aves son menos proclives a aproximarse al cuco (variedad que parasita a las crías), ya que cuenta con un dorso parecido al Accipiter nisus. El carricero muestra mayor agresividad hacia los cucos con poco parecido al gavilán común, lo que es señal de que su similitud con ésta última ave posibilita acceder al nido del huésped.

El gavilán común es de mayor tamaño que el gavilán chikra, y sus llamados de alarma son disimiles. El macho es levemente de más tamaño que el esmerejón, pero semejante al gavilán griego. Éste último se distingue del Accipiter nisus por poseer alas más angostas y puntiagudas, una cola más pequeña, el extremo de las alas oscura en los dos lados y más franjas oscuras en su cola (6 a 8 en vez de 4 o 5), pero más delgadas. Igualmente tiene los dedos más pequeños y la dieta se compone de lagartos e insectos.

A causa de la sobreposición en el tamaño, se puede confundir a la hembra con el azor macho, que es casi del mismo tamaño, pero inferior que la hembra de Accipiter nisus. El gavilán común es mucho más chico y delgado y las alas son más pequeñas y menos aguzadas, Su cola es cuadrada, extensa y con base angosta, entretanto que la del azor es de forma redonda y con base ancha. Las caderas de esta especie son igualmente más delgadas, y el cuello es más pequeño.

Finalmente, mueve sus alas mucho más rápidamente que los azores. ​Cuando se encuentra en tierra, el gavilán común se reconoce con facilidad debido a sus prolongadas patas delgadas, mientras que el azor cuenta con patas fuertes con talones gruesos. Hay cierta posibilidad de que sea confundido con el gavilán besra, pero Accipiter nisus melaschistos, la subespecie local, es mucho más grande en tamaño. ​

Vuelo y Comunicación

El vuelo de los gavilanes es característico, sinuoso, alternando aleteos raudos con vuelos breves en recorridos curvos.  A la hora de cazar, vuela a escasa altura en las proximidades de los árboles y arbustos para desconcertar a su presa. De acuerdo a Svensson, a lo largo del invierno el ave es cautelosa y silenciosa. A través de su temporada de reproducción, «chirría» o se «excita», emitiendo un cacareo que abarca una sucesión de sílabas individuales como kyukyukyukyukyu o kikikikikikiki.​

La cadencia del llamado cambia de acuerdo al uso, si va a ser requerido para una exhibición, una alerta o para advertir el retorno al nido,​ pese a que usualmente es muy reservado cuando se halla alejado del nido.​ Newton hizo la observación de que cuando la hembra se encuentra en el nido empollando, emplea un «hui-ou lastimoso» para demandar alimento al macho.

Se puede contemplar al gavilán común sobrevolar los bosques y predios de cultivo cercanos en busca de aves y modestos mamíferos. Durante el invierno, son numerosos los gavilanes que se aproximan a los sitios habitados por humanos en procura de los pajarillos que allí se resguardan.

Alimentación

El gavilán es un relevante cazador de pequeñas aves del bosque,​ pese a que apenas un 10 % de los ataques son exitosos.​ Su método está compuesto de ataques imprevistos, empleando arbustos, matorrales, bosques, huertos y otras zonas de su hábitat usualmente frondosas para esconderse. La escogencia de adónde vivir va a depender de la existencia de estos puestos de cacería. Igualmente hace presencia en los jardines de las áreas urbanizadas, para aprovecharse de las presas que se hallan en ellas.​

Aguarda, oculto, contemplando a las aves, y luego surge por la parte inferior tapada con un vuelo raudo. En ocasiones puede tener lugar una actuación defensiva del ave, por lo que el gavilán toma a sus presas por la espalda y la voltea boca abajo; de no lograrlo la presa huirá hacia la vegetación próxima. Igualmente puede capturar a la presa durante un vuelo elevado.​

El ornitólogo inglés Ian Newton reseñó un número de siete técnicas de caza empleadas por el gavilán, las cuales se listan a continuación:

  • Caza desde una posición elevada de corta duración
  • Caza en vuelo elevado y detención
  • Abrazo durante el vuelo
  • Cacería constante
  • Acercamiento por debajo
  • Cacería por sonido
  • Cacería a pie

De acuerdo a lo que observó, el más importante es la caza por posaderos a escasa distancia, en la que el gavilán se mueve por los árboles del bosque mediante brincos de rama en rama, con los que supervisa las inmediaciones hasta conseguir a su presa.​

Los machos logran exterminar aves con un peso de hasta 40 gramos (1.4 onzas), y en oportunidades de hasta 120 gramos (4.2 onzas), entretanto que las hembras pueden capturar presas que pesan hasta 500 gramos (18 onzas) o más. En los ejemplares adultos, la ingesta diaria de carne se calcula de 40 a 50 gramos (de 1.4 a 1.8 onzas) para los machos y de 50 a 70 gramos (de 1.8 a 2.5 onzas) para las hembras. A lo largo de un año, un par de gavilanes podría aniquilar a 2.200 gorriones, 600 mirlos o 110 palomas torcaces.​

Generalmente, las especies que comen al descampado, o que son notorias por su conducta o coloración, tienen más probabilidades de ser atrapadas por el gavilán. Por ejemplo, el carbonero y el gorrión están indefensos ante sus ataques. A las rapaces se les puede achacar la responsabilidad de más 50% de las muertes en ciertas especies, pero esta cifra es variable de una zona a otra.​

La alimentación del macho comprende solamente pequeños paseriformes no más grandes que los zorzales, como páridos (carboneros y herrerillos), fringílidos (pinzones, canarios, jilgueros y carpodacos), paséridos (gorriones del Viejo Mundo) o emberízidos (escribanos). La hembra come primordialmente túrdidos (tordos, mirlos) y estúrdidos (estorninos), pero igualmente puede embestir contra aves de mayor tamaño. Las presas de mayor tamaño (como colúmbidas o urracas) no perecen de inmediato, pero se rinden al quitarle el gavilán las plumas o al comérselos.

Existe un registro de sus presas que supera las 120 variedades de aves, y cada gavilán se puede especializar en una de ellas. Las aves que atrapa la rapaz son, generalmente, adultos o jóvenes, pero asimismo se puede alimentar de polluelos en el nido y carroña. En ciertas ocasiones, atrapa modestos mamíferos como los murciélagos,​ siendo la ingesta de insectos muy rara.​

Los pájaros chicos perecen instantáneamente o al ser comprimidos por las dos grandes garras de la pata del gavilán. La rapaz empleará sus garras para prensar y herir a las presas que traten de defenderse. Las extensas patas son de utilidad cuando la presa que pretenda defenderse sea de mucho mayor tamaño, para así poder darle picotazos sin que el cuerpo padezca mayor daño.​ Se alza por encima de su presa, le arranca las plumas y la descuartiza.​

Usualmente se alimenta al inicio de los músculos del pecho. Únicamente quedan los huesos, pero el gavilán puede quebrarlos con el gancho del extremo de su pico. Así como otras rapaces, el gavilán genera plumadas compuestas de partes que no puede digerir de sus presas, las cuales miden de 25 a 35 milímetros de largo (de 0.98 a 1.38 pulgadas) y de 10 a 18 milímetros de ancho (de 0.39 a 0.71 pulgadas), con una punta más angosta y aguzada que la otra. Usualmente están compuestas de modestas plumas, ya que las grandes se rompen y no llegan a ser tragadas.​

Una investigación analizó la evolución de un conjunto de herrerillos en una región en la cual un par de gavilanes empezó a anidar en 1990. Se llegó a determinar de que la tasa de sobrevivencia anual (la relación entre la cantidad de ejemplares vivos al finalizar el año y la cantidad de ejemplares al inicio del año)​ de los herrerillos adultos en esa zona se había reducido de 0.485 a 0.376. La magnitud de la población reproductora no había cambiado, pero había una menor cantidad de ejemplares no reproductores.​ En el bosque, los gavilanes tuvieron la responsabilidad del fallecimiento de un tercio de la totalidad de los jóvenes herrerillos.​

Los llamados de alarma de dos clases de advertencias hechas por carboneros, al ser acosados por un depredador o al huir de una rapaz, se hallan dentro del rango óptimo para ser oídos por otros carboneros y el depredador. El llamado de alarma agudo proferido al volar un gavilán a lo lejos no puede ser oído por los carboneros.​ En Sussex se evidenció que el perjuicio de la depredación del gavilán en la perdiz pardilla fue más grande al ser menor la concentración de la perdiz.​

Otra investigación realizada a lo largo de una década en Escocia determinó que los gavilanes no escogían aves archibebes por su tamaño o situación; esto probablemente era debido a que la técnica de caza utilizada era un ataque por sorpresa.​ En otro estudio se demostró que el peligro de depredación por gavilán y azores se incrementó en 25 veces si la presa se encontraba contagiada con el parásito hematófago Leucocytozoon, y las aves aquejadas de malaria aviar contaban con 16 veces más probabilidades de perecer aniquilados.​

A lo largo de la persecución, el gavilán puede recorrer de 2 a 3 kilómetros diarios (de 1,2 a 1,9 millas). Grzimek registra que el ave asciende por arriba de los árboles cuando desea presumir de su territorio, exhibirse para dominar su zona, y para recorrer distancias más extensas.​

Una investigación efectuada en un área boscosa de Noruega reveló que el tamaño medio del territorio era de 9,2 kilómetros cuadrados para los machos y 12,3 kilómetros cuadrados para las hembras. Otros estudios llevados a cabo en Gran Bretaña habían determinado territorios de menor tamaño, lo cual podría tener una explicación en que las tierras de menor producción en Noruega están vinculadas con una concentración menor de presas.

Para poder capturar a sus presas, los gavilanes utilizan una técnica efectiva que se fundamenta en perseguirlas hasta por tres kilómetros de ser necesario, aguardando el instante idóneo para arrojarse sobre ellas. Al llegar dicho momento, estas aves rapaces se precipitan en picada con gran rapidez desconcertando a sus víctimas y aminorando así, las probabilidades de que escapen. Es por medio de dicha maniobra que los machos logran ingerir una suma diaria de casi 50 gramos de carne, entretanto las hembras comen unos 20 gramos más que ellos.

Reproducción del Gavilán

El gavilán realiza su reproducción en bosques vastos, usualmente de coníferas o mixtos, pese a que prefiere bosques más frondosos o densos para poder volar libremente. El nido lo puede ubicar donde nacen las ramas de un árbol, próximo al tronco y, en ocasiones en la base de dos o tres ramas, en una rama horizontal localizada en la parte baja del dosel, o cercana a la parte superior de un gran arbusto. El ave tiene predilección por las coníferas ​ y las píceas.

Elabora un nuevo nido cada año, generalmente próximo al nido del año previo; en ciertas oportunidades, sobre los remanentes de un nido deshabitado de una torcaz, o un cuervo picudo, algo que Accipiter nisus melaschistos hace frecuentemente. ​ El macho realiza la parte más importante de la construcción. La estructura, elaborada de ramitas separadas, tiene hasta 60 centímetros de longitud, y un diámetro medio de 60 centímetros. Para su emplazamiento, se agrega un recubrimiento de ramitas más delgadas o pedazos de corteza. ​

A lo largo de la temporada de reproducción, el macho adulto llega a perder algo de peso, ya que es el responsable de la alimentación de su hembra hasta que libere los huevos, e igualmente al ser los pichones más grandes y necesiten más alimento. Las hembras adultas llegan a alcanzar su peso máximo en mayo, por la postura, y el mínimo en agosto, al completarse el ciclo reproductivo. La cantidad de huevos liberados y una reproducción exitosa están supeditados al hecho de mantener a la hembra con un peso alto.

La mayoría de los gavilanes se quedan en su territorio a lo largo de una sola temporada de cría, otros alcanzar a quedarse en el mismo unos ocho años. Generalmente, un reemplazo de pareja o tentativas fallidas en la reproducción conllevan a un cambio territorial; las aves de más avanzada edad propenden a quedarse en el mismo sitio. Los gavilanes que conservan su territorio llegan a ser más exitosos reproductivamente, constantemente cada año.

Las hembras que mudan su territorio alcanzan un mayor éxito al año subsiguiente. En Europa Central, el gavilán, así como el azor, «anula» un área en las inmediaciones de su nido en el que no realizará caza o depredación alguna. Allí arriban numerosas aves pequeñas a nidificar, ya que se sienten resguardadas de los depredadores dada la existencia de un par de rapaces.​

Puesta y Eclosión

La hembra libera los huevos al finalizar mayo o junio, los cuales exhiben color azul claro con numerosas manchas marrones, pero al recolectarse su color de fondo se va perdiendo con el tiempo. Cada huevo tiene medidas de 35-46 x 28-35 milímetros (1.4-1.8 x 1.1-1.4 pulgadas) y llegan a pesar casi 22,5 gramos (0.79 onzas),​ de los que el 8 % concierne al cascarón. La calidad del huevo puede decrecer debido a un tamaño y masa inferiores, a un cascarón delgado y frágil, estructura y porosidad anormales, y existencia de contaminantes (DDE, PCB, HEOD y Hg).

La pérdida hídrica está vinculada con valores de contaminación y acumulación de metales pesados, lo que es debido a la nidificación en áreas contaminadas. El gavilán usualmente libera de tres a seis huevos,​ pero es frecuente conseguir nidos con cuatro o cinco. La postura la efectúa regularmente por la mañana, con una distancia de dos a tres días entre cada huevo. De llegar a perderse ésta, la hembra puede restablecerla con dos huevos más, pero de inferior tamaño.​

El hueso tarsometatarso de aquellos polluelos provenientes de huevos grandes se desarrolla en menor tiempo y con un tamaño más grande que los procedentes de huevos pequeños.​ La incubación es efectuada por la hembra, ya que la masa corporal del macho, más pequeña, no podría cubrir todos los huevos. La hembra empieza a incubar al liberar el segundo o tercer huevo. Un huevo eclosiona luego de 33 a 35 días de incubación. De resultar difícil la incubación, el tiempo total que tomará la hembra ascenderá a cuatro o cinco semanas.​ A lo largo de ese lapso, el macho dará de comer a la hembra.

Crecimiento de las Crías

El plumón de las recién nacidas aves es corto, poco y totalmente blanco. Nacen además ciegas y sordas y son alimentadas por la hembra con presas desplumadas por el macho a lo largo de sus iniciales 8 a 14 días de existencia. A posteriori prosiguen siendo alimentados por los dos padres, pero ya cuenta con la capacidad de comer la presa por sí mismos. El siguiente plumaje juvenil es lanudo y marrón.

El macho lleva al nido las presas que atrapa hasta en seis ocasiones al día a lo largo de la primera semana, un numero que asciende a ocho para la tercera semana y a una decena de veces al día en la semana final que los jóvenes permanecen en el nido, tiempo en que la hembra empieza a cazar igualmente. De los días 24 y 28 tras la eclosión, las crías empiezan a pararse en las ramas próximas al nido y a tantear su primer vuelo.

Reciben alimento de sus progenitores por otros 28 a 30 días, y se quedan cercanos al nido el tiempo requerido hasta aprender a volar. En esta etapa de su existencia son sumamente sonoros, y sus chirridos para llamar a sus padres frecuentemente  se oyen a una gran distancia.

Luego de dejar de ser alimentados por sus padres es cuando los jóvenes se emancipan.​ Todos los polluelos obtienen la misma proporción de alimento, pero los machos, que cuentan con apenas la mitad del tamaño de las hembras, llegan más rápido a la madurez y parecen prestos para dejar el nido antes.​ La edad en que se independizan es inversamente proporcional al incremento de peso en la edad prematura.​ Solo luego de uno a tres años es que se logra la madurez sexual.​

Demografía, Depredadores y Parásitos

Hasta los veinte años y tres meses, es la mayor edad de existencia que se registrado para un gavilán salvaje, y correspondía a un ejemplar localizado muerto en Dinamarca el cual fue anillado;​ sin embargo, la expectativa de vida característica es de apenas cuatro años. El estudio de datos efectuado por la British Trust for Ornithology evidencia que el porcentaje de jóvenes que logran sobrevivir el primer año es del 34 %; la sobrevivencia en adultos de un año al siguiente es del 69 %.

En su año inicial de existencia las aves cuentan con un peso inferior al de los adultos y son peculiarmente ligeras en los dos primeros meses luego de su independencia. Posiblemente padezcan de una tasa de mortalidad elevada a lo largo de este lapso, particularmente entre los machos jóvenes.​ Una investigación efectuada en el sur de Escocia planteó que la mortalidad elevada entre los machos jóvenes podría deberse a su tamaño reducido frente al de sus presas, lo que les fuerza a alimentarse por su propia cuenta (ya que no era responsabilidad de los padres) y a cazar con más frecuencia.

Su reducido tamaño igualmente le restringe la diversidad de presas que puede atrapar. Se ha calculado que con un peso medio, las hembras podrían subsistir hasta siete días sin comer, esto es, tres días más de lo que un macho de peso medio podría lograr.​ Otra investigación acerca de las hembras expuso «evidencias sólidas» de que la tasa de sobrevivencia se incrementó en los tres primeros años de existencia y luego se redujo en los postreros cinco o seis años. La senescencia fue el motivo de tal disminución.

Igualmente se han conseguido enormes variaciones intraespecíficas en la concentración-dependencia de la dinámica poblacional, y dichos cambios retornaban a un punto de equilibrio en casi 1,7 a 22,5 años.​ En el bosque de Ae, al suroccidente de Escocia, un estudio determinó que el 21 % de las crías murieron luego de dos días en razón del deficiente suministro de comida, depredación o debido al abandono del nido por parte de los padres.​

Los depredadores habituales del gavilán son la lechuza, el cárabo, el azor, el halcón peregrino, el águila real, los búhos del género Bubo, los zorros, la garduña y la marta.​ El parásito Leucocytozoon toddi puede ser transmitido de los progenitores a los polluelos estando todavía en el nido, ya que el poco espacio que comparten entre cada ave posibilita su propagación.​ El gavilán puede hospedar a cuantiosos parásitos, como el acantocéfalo Centrorhynchus magnus, los cestodos Mesocestoides perlatus y Cladotaenia globifera, Ascaris depressa, Porrocaecum angusticolle y los nematodos Synhimantus laticeps.

Entre otros que puede alojar se encuentran el Porrocaecum depressum, Diplotriaena falconis, Hamatospiculum accipitris, Chandlerella natali, Gnathostoma spinigerum, Habronema leptoptera, Microtetrameres sp., Physaloptera alata, Physocephalus sexalatus, Spirocerca lupi, Cyathostoma lari, Baruscapillaria falconis, Capillaria tenuissima y Eucoleus dispar, y los trematodos Brachylecithum strigis, Neodiplostomum spathula, Neodiplostomum spathoides, Plagiorchis elegans, Plagiorchis maculosus, Prosthogonimus cuneatus y Strigea falconis.​

Distribución y Hábitat

El gavilán se encuentra repartido por todas las áreas templadas y subtropicales del Viejo Mundo. El gavilán reside o anida en una zona calculada en 23,1 millones de kilómetros cuadrados.​ Es una de las especies rapaces más frecuentes de Europa, en unión al cernícalo y el ratonero.​ Accipiter nisus es de presencia frecuente en la mayor parte de las regiones boscosas de la distribución geográfica e igualmente  en las áreas más despejadas con árboles desperdigados.​

El gavilán tiende a cazar en las proximidades de las márgenes de los bosques, pero puede vigilar y capturar presas (sobre todo aves migratorias) en cualquier entorno.​ La ascendiente proporción de bosques de edad intermedia, concebidos con métodos forestales modernos, fue de provecho para la especie, de acuerdo a un estudio hecho en Noruega.​ En contraste a su pariente, el azor, se puede observar al gavilán en jardines y áreas urbanas,​ e inclusive llega a reproducirse en los parques de las ciudades.​

Los gavilanes de zonas frías del norte de Europa y Asia emigran hacia el sur debido al invierno, y arriban a sitios como el norte de África (algunos tan alejados como África ecuatorial oriental) o la India. Los ejemplares en regiones sureñas residen allí cada año o se diseminan fuera de la temporada reproductiva. La migración de los jóvenes precede a la de los adultos y las hembras jóvenes son las que primero parten (previo a los machos jóvenes).​

Un examen de los datos de aves anilladas que se recolectó en Helgoland (Alemania) determinó que los machos realizaron un mayor recorrido y más frecuentemente que las hembras. En otro estudio con aves anilladas en Kaliningrado, se develó que los machos recorrieron una distancia media de 1.328 kilómetros y las hembras, 927 viajaron previo a su recaptura.

Taxonomía y Sistemática

Pese a que su origen preciso aún se encuentra en debate,​ el Diccionario de la Lengua Española y el filólogo Joan Corominas aseguran que el vocablo «gavilán» procede del gótico gabila, que a su vez proviene del alto alemán ancestral gabala o gabila,​ o del anglosajón geaflas.​ De acuerdo a Calero, éste último probablemente quiera decir «horca», al vincular las garras del ave con la horquilla usada por los campesinos.​

La Real Academia Española RAE conjeturaba si se aplicaba a una variedad particular de gavilán empleado en la cetrería (no en específico al Accipiter nisus) y que prontamente comenzó a aplicarse a todo la especie Accipiter.​ Los términos gavião (portugués), gabirai (vasco) y gavilans (mallorquín) quizás tengan raíces etimológicas relacionadas;​ sin embargo Meyer-Lübke ha desechado tal hipótesis.​

Las variedades en castellano medieval se hallan registradas en «El Espéculo»​ y el «Libro de los Animales que Cazan»​ del Rey Alfonso X «el Sabio», Elena y María y en «Libro de la Caza» de Don Juan Manuel. Corominas igualmente plantea que el término español moderno posee las cualidades de un nombre propio masculino utilizado por los godos, que usualmente latinizaban como «Agîla» o «Agîlānis».​

Taxonomía y Nomenclatura

La especie Accipiter nisus fue reseñada en 1758 por el naturalista de Suecia Carlos Linneo en su texto Systema naturæ y con el término original Falco nisus,​ posteriormente modificado a su actual género, Accipiter, por Mathurin Jacques Brisson en 1760.​ La denominación científica actual procede del latín «accipĭter» término empleado para clasificar distintas aves rapaces (como los gavilanes, azores y halcones), y nīsus, para «esparaván».

Este último vocablo se origina de una figura de la mitología griega: Niso, el soberano de Mégara, quien contaba con un flequillo de pelo púrpura en la cabeza que le aseguraba su existencia y el trono. Su hija Escila, encariñada de Minos (adversario de Niso), corta el flequillo púrpura a su progenitor mientras éste dormitaba para brindárselo a Minos como señal de su amor. Al rechazarla éste último, se convierte en garceta, y su padre, en gavilán.

Sistemática

El gavilán corriente conforma una superespecie en unión al gavilán patirrufo de África oriental y meridional, y probablemente con el gavilán malgache. Las desigualdades morfológicas se consideran de naturaleza clinal, esto es cambios graduales de rasgos por causas medioambientales, en la que las aves de Europa Oriental son de tamaño mayor y de plumaje más claro que las del occidente del continente.​

En Gran Bretaña, los gavilanes que residen más al norte son de mayor tamaño que sus semejantes australes: con cada grado al norte que se vaya desplazando, la cuerda máxima (medida estándar del tamaño del ala) se incrementa 0,86 milímetros en los machos y 0,75 milímetros en las hembras.

El Congreso Ornitológico Internacional que se reunió en el año 2015 y el ornitólogo inglés Alan P. Peterson​ admite siete subespecies de Accipiter nisus:

  • A. n. nisus (Linnaeus, 1758),​ la subespecie modelo, mora desde Europa hasta el sudoeste de Siberia y Asia Central.​ Las agrupaciones septentrionales migran al sur para la invernada en el Mediterráneo, el noreste de África, la península arábiga o Pakistán.
  • A. n. nisosimilis (Tickell, 1833)​ reside desde el noroeste de Siberia hasta el norte de China y Japón.​ Ésta subespecie es totalmente migratoria: hace su invernada en Pakistán y la India, y arriba el este cruzando el Sudeste Asiático, el sur de China hasta Corea y Japón. Inclusive se sabe de ciertos ejemplares que alcanzan hasta África. Es muy parecida a la subespecie modelo, pero levemente más grande.
  • A. n. dementjevi Stepanyan, 1958 puebla las montañas Tian, en Asia Central;​ ciertos investigadores lo estiman sinónimo de A. n. nisosimilis.
  • A. n. melaschistos Hume, 1869 puebla desde el oriente de Afganistán hasta el sudoeste de China;​ nidifica en las cumbres afganas y en toda la cordillera del Himalaya del sur del Tíbet hasta el occidente de China, pero en los inviernos baja a las planicies de Asia Meridional. Es de mayor tamaño que nisosimilis​ y la cola es más prolongada.​ Las áreas superiores presentan coloración gris pizarra y son más oscuras, entretanto que las franjas rojizas exhiben una disposición diferente en el dorso.
  • A. n. wolterstorffi O. Kleinschmidt, 1901 mora en Córcega y en Cerdeña.​ Ésta es la subespecie de menor tamaño entre todas;​ las áreas superiores son más oscuras y el vientre muestra franjas más gruesas que la subespecie modelo.
  • A. n. punicus Erlanger, 1897 reside al noroeste de África.​ Es de gran tamaño y con plumaje claro,​ y muy parecido a A. n. nisus.
  • A. n. granti Sharpe, 1890, cuyo nombre particular recuerda al coleccionista de esta subespecie, William Robert Ogilvie-Grant. Ésta ave reside solo en Madeira y en las islas Canarias.​ Es de menor tamaño, oscuro​ y exhibe más franjas longitudinales en el pecho que la subespecie modelo.

Se ha de resaltar que, más allá del Accipiter nisus, a otras especies animales se les considera gavilanes, como el gavilán americano (Accipiter striatus), el gavilán bicolor (Accipiter bicolor), el gavilán colilargo (Accipiter gundlachi) y el gavilán pollero (Buteo magnirostris).

Relación con el Ser Humano

Se han determinado una serie de desafíos que amenazan la existencia del gavilán, mayormente son de origen humano, el cual se ha constituido como el mayor peligro para la vida animal en el planeta:

Destrucción del Hábitat

Pese a que de forma mucho más limitada que el pasado, las explotaciones forestales han estado afectando en cierta medida a esta ave rapaz, al ocasionar la devastación y modificación de su hábitat. Particularmente sobresalen las talas indiscriminadas que tiene lugar para la expansión de los espacios destinados a la agricultura y, en otros casos,  para la fabricación de carbón vegetal o la selección de maderos para la obtención de varas y horquetas para su uso en la agricultura.

Molestias Humanas

Éstas vienen ocasionadas por las prácticas silvícolas y la profusión de turistas y  excursionistas que acuden a regiones pobladas por la especie, y que para éste último caso son de mayor impacto en la temporada de cría. Igualmente, la recolecta de piñones o el apresto de pistas forestales a lo largo del período de cría de la especie pueden afectarla.

Incendios Forestales

Pueden llegar a tener una incidencia significativa, ya que los incendios de cierta envergadura terminan considerándose como cataclísmicos para cualquier especie, ya que la alteración del entorno es de tal magnitud que serian décadas sino siglos el tiempo que tomaría su reposición. La situación es aún de mayor gravedad de ocurrir en hábitat que presentan una mayor fragmentación.

Fragmentación Forestal

Esta creciente problemática se puede observar con cada vez mayor claridad en aquellos espacios habitados por esta variedad de ave rapaz, con la cual se reducen sus territorios. La notoria separación y fragmentación entre las distintas masas boscosas pobladas por el gavilán resultan ya limitantes para el estilo de vida de esta especie.

Caza Ilegal

En un tiempo pasado éste se constituyó en un factor de amenaza de gran relevancia. Hoy en día su impacto debe ser menor, aunque no deja de ser cierto que de vez en cuando se reportan aves heridas por disparo en los centros de recuperación de aves.

Expolio de Nidos

Es escasa la información disponible que pueda ser evaluada bajo criterios científicos rigurosos. Lo que si se ha corroborado es que dicha práctica puede afectar particularmente a parejas que viven aisladas o en áreas con poca densidad de población.

Agentes Contaminantes

La población de gavilanes se vino abajo en la segunda parte del siglo XX.​ Éste descenso concordó con la incorporación en 1956 de insecticidas organoclorados tales como aldrina, dieldrina y heptacloro, empleados para tratar las semillas en la agricultura. Los elementos químicos acumulados en los cuerpos de las aves que ingirieron dichas semillas produjeron efectos dañinos en sus depredadores, como el gavilán o el halcón peregrino: entre ellos, cáscaras de huevo muy finas y que se quebraban a través de la incubación.​

Sumado a ello, los adultos podían intoxicarse debido a concentraciones mortales del insecticida.​ Estos elementos igualmente pueden ocasionar que las aves adultas se irritaran, convulsionaran y se desorientaran.​ En el occidente de Alemania y previo a los años cincuenta, aproximadamente el 80 % de los nidos tenían pichones con disposición a volar, contra un 54 % que se calculó en los años sesenta y setenta.​

En el Reino Unido, ésta variedad casi se ha desvanecido en Anglia Oriental, zona en la cual tuvieron mayor utilización los referidos productos químicos; en el occidente y el norte, donde no se emplearon dichos pesticidas, no hubo merma en la población.​ La Real Sociedad para la Protección de las Aves compró la reserva natural Coombes Valley en Staffordshire, ya que era el único lugar de reproducción del ave que restaba en los Midlands de Inglaterra.​

Ya que la especie se encuentra bajo protección en Bélgica y Francia, y que el empleo de ciertos pesticidas restantes, entre los que se incluía el DDT, se prohibió, las poblaciones llegaron a recuperarse, luego de la década de 1970, en Bélgica, Francia, Suiza y Luxemburgo. En el Reino Unido, volvió a tomar su ritmo de crecimiento tras ser prohibidos los pesticidas a partir de 1975:​ creció en un 108 % de 1970 a 2005, pero se redujo en un 1 % de 1994 a 2006.​

En Suecia igualmente hubo un incremento poblacional en la década de 1970 con la restricción de los plaguicidas, ya que previamente había tenido lugar una declive crítico desde 1950. Para los años 1980 el DDE o diclorodifenildicloroetileno (una sustancia tóxica resultante de la degradación de DDT) aún permanecía en ciertas zonas de los Países Bajos, pero la caída en la cantidad de posturas pérdidas debido a lo endeble de los huevos en la década de 1970 supone, no obstante, una reducción en el número de los plaguicidas empleados.​

Enfrentamientos con los Humanos

El conflicto entre los humanos y el gavilán ha existido desde hace centurias, tal vez tantos como los que el humano lleva realizando la cría de aves de caza y de corral, dos de los más importantes objetivos del gavilán. Por otra parte, es de importancia indicar que no hay pruebas irrebatibles que vinculen el incremento poblacional de los gavilanes con el declive de otras especies.

Al especializarse el gavilán en el consumo de cierta ave trajo como resultado un conflicto con algunas actividades humanas.​ En el siglo XIX se reseño como «el gran adversario de los modestos cuadrúpedos y aves, y frecuentemente [es] muy destructor con los jóvenes polluelos en el corral a lo largo de la temporada reproductiva»​ o «muy desolador entre las perdices».​ En 1851, T. B. Johnson redactó para los guardas de caza británicos: «El nido de esta ave ha de ser buscado con prontitud… y devastado, disparándoles inicialmente a los padres, de ser posible».​

Para el año 1870, John Murray, de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, redactó: «El gavilán es tal vez el solitario enemigo real del guarda de caza, pero al unísono, es posible que si lo bueno y lo malo que hizo [el animal] fuese valorado con justicia, la balanza se inclinaría a favor del gavilán, ya que su presa predilecta es la torcaz, que actualmente se está expandiendo de forma perjudicial hacia la agricultura».​

En los registros parroquiales en Aldworth (Berkshire) se tiene evidencia de pagos por 106 cabezas de gavilanes, y simultáneamente se estaban llevando a cabo empeños para regular la población de otros paséridos.​ A lo largo del siglo XVIII el gavilán padeció una férrea persecución de parte de los terratenientes y guardias de caza en Europa, pero soportó las tentativas de erradicación.

Por ejemplo, en diversas haciendas de Sandringham (Norfolk), 1.645 «halcones» fueron exterminados de 1938 a 1950, y otros 1.115 de 1919 a 1926 en Langwell y Sandside (ambas locaciones de Caithness).​ Hubo capacidad dentro del grupo de reponer velozmente a las aves perdidas, y con una elevada proporción de aves no reproductoras y no territoriales igualmente podían ocupar fácilmente territorios deshabitados.

Por otro lado, los guardas de coto de caza resguardaban tanto el entorno de las aves de caza como el del depredador (el gavilán); los empeños por exterminar a los azores o las martas, ambos se alimentaban de las crías del gavilán, pudieron haber sido beneficiosos para éste último.​ Su población se incrementó al cesar la cacería, particularmente durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.​ Un estudio acerca de los efectos de los depredadores en las aves británicas desencadenó controversias en 1998, al acentuar el conflicto entre los intereses quienes protegían la naturaleza y los guardas de coto.

La reducción de las poblaciones de ciertas paseriformes de Gran Bretaña en la década de 1960 concordó con modificaciones importantes en las prácticas agrícolas, pero igualmente con un incremento significativo en la cantidad de gavilanes y urracas.​

Al reducirse la población de gavilanes con el arribo de los plaguicidas organoclorados, no se produjo un incremento de significancia en las poblaciones de paseriformes. Asimismo una investigación de las poblaciones de 13 variedades de estas aves, que nidificaban en un bosque de robles de 16 hectáreas en Surrey de 1949 a 1979, determinó que no había distinciones significativas en tales poblaciones al ausentarse los gavilanes de los bosques.​

Para 1998, en otra investigación inglesa, en la cual se habían recolectado datos a partir de la década de 1960, se concluyó que la reducción de aves cantoras no estaba vinculada con el incremento de la depredación de parte de los gavilanes y urracas. Anualmente se observan alteraciones semejantes en las bases de datos taxonómicas, se contemplen o no a los depredadores.​

Es frecuente que los colombicultores achaquen la responsabilidad de las pérdidas en las competencias de palomas al gavilán y el halcón peregrino,​ y han pedido el exterminio o la caza de estas rapaces en las áreas que circundan a los palomares.​

En 2004 las conclusiones de un estudio que se llevó adelante por dos años en Escocia, y parcialmente financiado por Scottish Natural Heritage y la Scottish Homing Union (SHU), señalaron que cada año se llega a perder el 56 % de las palomas, pero a los gavilanes solo se les puede responsabilizar de al menos el 1 % de éstas pérdidas, al comparársele con el 2 % estimado para los halcones peregrinos.​

La investigación fue efectuada por el Laboratorio Central de Ciencias y en ella los investigadores trabajaron con integrantes del SHU, quienes aportaron datos, información acerca de anillos de palomas conseguidos en nidos de halcones peregrinos y restos de palomas.

De enero a abril de 2009, el Gobierno de Escocia efectuó una reubicación a nivel de prueba de ejemplares euroasiáticos de las inmediaciones de palomares de competencia en Glasgow, Edimburgo, Kilmarnock, Stirling y Dumfries. El experimento, cuyo costo ascendió a 25.000 libras esterlinas, tuvo  el apoyo de la Scottish Homing Union, la cual actuaba en representación de los 3.500 simpatizantes de las palomas del la nación.

El ensayo fue programado de forma original para inicios de 2008, pero fue pospuesto ya que pudo haber afectado a la temporada reproductiva de las aves. Recibió críticas del propio consejero ecológico del gobierno, el Dr. Ian Bainbridge, el órgano gubernamental Scottish Natural Heritage y organismos como la Royal Society for the Protection of Birds y la Scottish Society for Prevention of Cruelty to Animals.

Sus resultados, que fueron hechos público en enero de 2010, demostraron que únicamente siete gavilanes comunes fueron apartados de la zona de cinco palomares. Un halcón retornó un par de veces al área del palomar, entretanto que nuevas aves empezaron a verse en otros dos palomares.

El informe determinó que “la cuantía y calidad de los datos de observación recolectados no eran suficientes para deducir conclusiones sólidas” y el gobierno expresó que “no se realizará ninguna otro estudio que implique la captura o la reubicación de aves rapaces”, entretanto que el SHU sustentó que era “tenían gran optimismo en que la captura y la reubicación con licencia pudiese por fin otorgar alguna protección”.

Por otro lado, el gavilán puede sufrir percances al colisionar contra estructuras humanas, como alambres de púas o cableados. Igualmente suele estar en desventaja en relación a otras aves con las que rivaliza; de acuerdo al sitio en el que se establezca puede ser afectada por la carencia de presas. Algunos matices de su plumaje han hecho que ciertas personas dedicadas a la cacería de rapaces lleguen a confundir a éste animal del bosque con variedades de colores semejantes, como el célebre cuco o la curruca gavilana.

Estado de Conservación

En el año 2009 fueron calculados 1,5 millones de gavilanes comunes con una repartición geográfica muy extensa a nivel mundial. Pese a que es cierto que no se han estudiado las tendencias demográficas globales, la población al parecer se encuentra estable, y la condición de conservación de esta ave es de «preocupación menor» (LC) en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).​

La subespecie Accipiter nisus granti se encuentra registrada en el Anexo I de la Directiva de Aves y, por ende, bajo protección de la Comisión Europea. En efecto, ésta subespecie cuenta con una repartición modesta y población reducida: cerca de 100 parejas en la isla de Madeira y 200 en las Canarias. Las más importantes amenazas son la recolecta ilícita de huevos, la devastación del hábitat y la caza furtiva.​

En Irlanda se le tiene como el rapaz más frecuente, inclusive nidifica en las proximidades del centro de la ciudad de Dublín, pero las poblaciones de Noruega y Albania se han estado reduciendo. En numerosas partes de Europa los granjeros hacen disparos a los gavilanes que se aproximan a sus fincas, pese a que la escasa persecución no ha afectado en demasía a dichas aves.

El Gavilán en la Cultura Popular

Al igual que su elegancia y gran presencia ha sido emblemática para el águila, el gavilán ha desempeñado un rol distintivo en muchas civilizaciones y culturas, en las cuales su imagen ha sido utilizada como símbolo de poder y nobleza. He aquí algunas referencias de su aporte a la cultura humana.

Cetrería

Se llama cetrería a la práctica de caza que cuenta a un ave rapaz como su primordial «herramienta». Ésta ave recibe un adiestramiento particular para atrapar las especies deseadas por el ser humano, pudiéndose decirse que dicho entrenamiento es como una esclavitud. Ya que estas condiciones las  reúne el gavilán, no es de extraño que sea una de las variedades más empleadas en esta actividad.

El gavilán común ha sido empleado en la cetrería a lo largo de los siglos. Los hallazgos arqueológicos señalan que en Mongolia ya se ponía en práctica este arte con finalidades militares cerca del año 1000 a.C. Las etnias del subcontinente indio y el Turquestán abrazaron numerosas costumbres de los mongoles, entre las cuales se encontraba la cetrería.​ Los vikingos importaron este arte y el domesticado del gavilán en los territorios  conquistados al norte de Europa.​

Algunos nobles, como Akbar «el Grande», la estimaban como su ave rapaz predilecta (en el Imperio mogol era conocida como basha).​ Desde el siglo II los nobles le asignaron una nueva ocupación: la caza de presas. En el Medioevo, solo se permitía a la gente aristócrata o distinguida la cría de gavilanes, y en sus travesías usualmente llevaban alguno con ellos. Contaban con la preferencia de las damas nobles o integrantes de la realeza en razón de su reducido tamaño.​

El arte de la cetrería estuvo muy difundida entre la población inglesa del siglo XVI, ya que cualquiera tenía la capacidad de poseer un ave rapaz y el nivel social del propietario definía la especie con la que podía contar: los religiosos, por ejemplo, detentaban gavilanes.​ El cetrero denominaba «mosquete»​ al gavilán macho; éste vocablo procede del francés antiguo moschet que a su vez proviene del latín musca, que quiere decir «mosca».​

Una costumbre georgiana del siglo V se fundamenta en utilizar gavilanes migrantes para capturar codornices. Los que participan son conocidos como bazieri (término georgiano que quiere decir «cetreros con gavilanes»). En 2007 se hallaban registrados más de medio millar de cetreros y tienen su monumento en la localidad de Poti. En Irlanda los gavilanes igualmente son populares entre los cetreros desde épocas celtas. En el cabo Bon (Túnez) y en Turquía, millares de estas rapaces son atrapadas cada año por cetreros y empleadas para capturar codornices migrantes.

Pese a que gran parte de ellos son liberados antes de finalizar la temporada, cuantiosos son los retenidos por motivo de la carencia de gavilanes migrantes. El gavilán, en particular el macho, es tenido como «una de las aves cetreras de más difícil adiestramiento », pero igualmente se le reseña como «valeroso» y que puede brindar una «cacería de elevada calidad». Son apropiados para la caza de presas modestas, como el estornino pinto y el mirlo, pero igualmente pueden usarse para capturar cercetas, urracas, faisanes y perdices.​ En el siglo XIX fue reseñada como «la rapaz más propicia para controlar al ave guía de las codornices».

[… La hembra del gavilán] puede ser de utilidad tanto en invierno como en verano, y [puede] volar en todo tipo de juegos [de caza], más que el halcón. Si en invierno [la hembra del] gavilán se encuentra en favorables condiciones, podrá aniquilar a la urraca, la chova piquirroja, el arrendajo, gallinuelas, zorzales, al mirlo, zorzal real, y numerosas otras aves de igual naturaleza.

Sportsman’s Dictionary.

Referencias Culturales

En la mitología alemana, el gavilán (llamado como krahui o krahug en las tonadas en checo ancestral) era un ave sagrada, que mora en un jardín de deidades y se para en las ramas de un árbol de roble que crece en el sepulcro de un hombre liquidado.​ Entre los griegos, se le consagraba al Sol, del cual era un emisario veloz y leal. El gavilán era de utilidad para los vaticinios y era uno de los emblemas de la diosa Juno ya que tiene la mirada fija y aguda, así como ella cuando se encuentra dominada por los celos.​

En la leyenda de Filomela y Procne, Aristóteles indica que Tereo se convirtió en abubilla, e igualmente señala que la abubilla era un ave que experimentaba una metamorfosis en gavilán al arribar la primavera. Inclusive el mito de la abubilla de Aristóteles pudo emplearse como alusión para el cuco. En efecto, es posible que hubiese un mito parecido en que el cuco era una modesta rapaz que padecía una metamorfosis parecida en gavilán a través del invierno.​

Hay una fábula que se atribuye a Esopo en la que el cuco le cuestiona el motivo por el que las aves pequeñas le eluden, y Esopo le contesta que un día se convertiría una rapaz. En el «Canto XXII» de la Ilíada, Homero realiza una comparación entre diversos animales salvajes y los héroes en batalla:

Como en la montaña el gavilán, que es el ave más liviana, se arroja con fácil vuelo en pos de la temerosa paloma: ésta escapa con sinuosos giros y aquél la acecha de cerca, profiriendo penetrantes graznidos y embistiéndola en repetidas ocasiones, ya que su ánimo le instiga a atraparla: así Aquileo volaba exaltado y Héctor movía las livianas rodillas escapando temerosos alrededor de la muralla de Troya.

La Ilíada (1910). Traducción de Luis Segalá y Estalella.

Claudio Eliano y Heródoto señalaron que esta ave era consagrada por los egipcios al Horus (la cabeza de éste Dios se parece a la de un gavilán),​ ya que ellos consideraban a tales aves como las únicas que podían elevarse tan alto sin que les molestase la luz del Sol.​ Heródoto dejó escrito que en Buto y Hermópolis sepultaban momias de gavilanes e ibis que perecían de forma natural. ​

En «La Geografía de Estrabón», donde reseñaba a las ciudades próximas a Tebas, escribió que Hieracómpolis (en griego: Ἱεράκων πόλις) quería decir «ciudad de los gavilanes»,​ tal vez motivado a la adoración que le ofrendaban los antiguos egipcios.​ En la cultura China, esta ave simboliza al otoño, temporada de cacería y «de la vida apartada».​ En la «Historia del jeque de la mano bondadosa» (Noches 868 a 873), de «Las Mil y una Noches», se hace alusión a las desdichas que a Hassán el cordelero ocasionó un gavilán:

[Tras hacer sus tareas usuales, Hassán acude al zoco para comprar sus comestibles.] Empecé por adquirir suficiente cantidad de cáñamo, que traje a mi tienda. Luego de lo cual, como hace mucho que no había yo tenido carne en mi casa, fui a la carnicería y adquirí una espaldilla de cordero. Y tomé la senda a casa para ofrecer a mi mujer dicha espaldilla de cordero, con la idea de que lo guisase con tomates. Y ya yo me alborozaba con la alegría de los niños al ver aquel manjar delicioso.

Empero ¡oh mi señor! mi suposición era muy notoria para que permaneciese sin castigo. Ya que me había yo cargado a la cabeza dicha espaldilla, y andaba moviendo demasiado los brazos, con el espíritu extraviado en mis ensueños de abundancia. Y he allí que un gavilán famélico se arrojó a la espaldilla de cordero, y más rápido de que yo pudiese elevar los brazos o realizar el mínimo movimiento, me la arrancó, al igual que el turbante con lo que llevaba dentro, y ascendió en vuelo con la espaldilla en el pico y el turbante en sus garras.

Y al contemplar aquello, me puse a arrojar gritos tan desenfrenados, que los hombres, mujeres y niños del vecindario se perturbaron y unieron sus gritos a los míos para espantar al ladrón y hacerle que soltara su presa. Pero en vez de ocasionar dicho efecto, nuestros alaridos más bien incitaron al gavilán a acelerar el batir de sus alas. Y prontamente se desvaneció en los aires con mis bienes y mi fortuna.

Las mil y una noches (1916). Traducción de Vicente Blasco Ibáñez.

Los cetreros del medioevo denominaban «mosquete» al gavilán macho a causa de su reducido tamaño,​ pero siglos a posteriori se empleó ese término para designar a un tipo de ballesta​ y, más adelante, a un pequeño cañón.​ Shakespeare uso este vocablo en una de las conversaciones de «Las Alegres Comadres de Windsor», empleando en un inicio la fórmula eyas musket que en este entorno querría decir «joven alegre» (textualmente) o «chiquitín» (en ciertas traducciones)​ por semejanza con el gavilán polluelo, que en inglés es conocido como eyas.​

Durante la Edad Media, y de acuerdo a la versión alegórica de Jean Chevalier, el gavilán fue signo de «lucro» y «rapacidad» económica en virtud de sus garras e igualmente, al ser la hembra más poderosa, simboliza a aquellas parejas en las que impera la mujer.​

Uno de los prototipos de aviones caza de Gloster Aircraft Company (fábrica de aviones del Reino Unido, actualmente desaparecida) fue denominado Gloster Sparrowhawk​ (sparrowhawk significa gavilán en inglés). Una obra del galardonado poeta Ted Hughes tiene el mismo nombre del ave (Sparrow Hawk),​ Alfred Tennyson redactó algunos versos acerca de esta especie,​ y en una de las tramas en el libro Demian (1919), de Hermann Hesse, se hace alusión al ave.​ Igualmente ha sido simbolizado en los sellos postales.

El divulgador científico y naturalista Félix Samuel Rodríguez de la Fuente, oriundo de España, fue una figura de gran relevancia para su país en lo que se refería a la aproximación al mundo natural. Mediante su programa televisivo «El hombre y la Tierra» posibilitó que sus seguidores se acercaran a paisajes y especies animales de difícil observación por medios ordinarios. Una de sus áreas de experiencia era justamente la cetrería, la cual justificaba señalando que era la primera oportunidad en que el ser humano no empleaba el látigo para domar al animal.

En el mundo de las figuras animadas para televisión de Looney Tunes hay una que se inspira en el gavilán pollero: Quique Gavilán, o Henery Hawk como se denomina en inglés. Es un polluelo de esta especie que se exhibe como un diestro cazador de gallinas y que ambiciona atrapar al Gallo Claudio, sin éxito alguno.

Para el año 2003, por otra parte, la productora televisiva colombiana RTI Televisión difundió una telenovela denominada «Pasión de gavilanes», con un guion elaborado por Julio Jiménez, la cual contó con la actuación de figuras  muy destacadas como Danna García, Mario Cimarro, Natasha Klauss y Kristina Lilley. Éste relato televisivo, transmitido por Telemundo y Caracol Televisión, se basaba en otra telenovela de la misma nación «Las Aguas Mansas», que fue producido en 1994 por RTI e igualmente había sido creada por Julio Jiménez.

Curiosidades Acerca del Gavilán

La denominación del gavilán en italiano es una mezcla de dos sustantivos germanos antiguos: sparo (gorrión) y aro (águila), con lo que se quiere denotar a un “águila gorrión” o “águila pequeña” por así mencionarlo. En Europa Central hay la probabilidad de confundirla sobre todo con el azor. Al encontrarse las aves sentadas, su diferenciación es mucho más sencilla, ya que los halcones son de mucho mayor tamaño y más poderosos, esto llama la atención particularmente cuando se observan las patas y la cabeza.

Los halcones jamás exhiben coloración naranja en el pecho y el estómago y muestran una línea ocular evidente y blancuzca, que únicamente se puede ver en los gavilanes. Los ojos del gavilán son de forma proporcional de mayor tamaño y, por ende, más apreciables que los del halcón.

Los gavilanes atrapan primordialmente aves de pequeño tamaño con abundante plumaje. Atrapan a estos animales mayoritariamente volando desde tierra o desde su escondrijo en un breve y raudo vuelo de persecución en el espacio aéreo cercano, pero igualmente desde todas las capas de vegetación y hasta entre los árboles.

Los gavilanes comunes alcanzan su madurez sexual al segundo año de su particular calendario biológico, esto es, a la edad de casi 12 meses. A lo largo de su temporada reproductiva tienen un matrimonio monógamo estacional, la bigamia ha sido solo verificada en muy pocos casos. Estos animales exhiben un cortejo muy reservado, durante el cual ambos integrantes de la pareja vuelan en círculos sobre el aposento de cría con la finalidad de precipitarse uno tras otro en picada de forma continua.

El elemento de mayor importancia en la conformación de la pareja y de su enlace es el traspaso regular de alimento del macho a la hembra, acto que es llevado a cabo de forma sosegada por ambos integrantes de la pareja.

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