Bonitas frases de adiós a mi mascota

mano acariciando las patitas de un perro

El amor por un animal es de las cosas más bellas que se puede experimentar en la vida y por contraposición, su pérdida, una de las experiencias más dolorosas. Por desgracia, el duelo por las mascotas es aún muy incomprendido, incluso un tema tabú, y las personas que experimentan la pérdida de sus mascotas encuentran la dificultad añadida de la incomprensión social a la hora de transitar su duelo.

Un perro, un gato, un pájaro, un hámster, un conejo, una tortuga…no son simples animales, son parte de la familia, por lo que desmerecer su pérdida no ayuda en absoluto. Por fortuna, otra parte de la sociedad sí está sensibilizada al respecto, por eso queremos contribuir a sobrellevar el dolor por la pérdida de tu mascota con un listado de “bonitas frases de adiós a mi mascota”.

Un duelo poco comprendido

niña llorando por la reciente pérdida de su querido perrito

No todas las personas son capaces de establecer un vínculo genuino con sus mascotas, pero quien lo hace, conoce muy bien lo que significa experimentar una pérdida así.

La pérdida de una mascota realmente duele, duele mucho, y así lo confirman estudios científicos como el llevado a cabo por el departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Hawai (Estados Unidos) según el cual, “el 30% de los dueños sienten dolor seis meses o más por la pérdida de su mascota”, mientras que “para un 12% supone un suceso muy traumático en sus vidas”. En este sentido, la doctora Thelma Duffey (2005) también asegura desde la Univesidad de Texas (San Antonio), que” la pérdida de una mascota es experimentada generalmente como una experiencia dolorosa”.

Fase de depresión por la pérdida de una mascota

Por tanto, una vez nos queda claro que se trata de un duelo más, que duele igual que el de una persona (a veces más, según relatan algunos testimonios) queda como tarea sensibilizar a la población ante el dolor que experimentan las personas que pierden mucho más que a un animal. Es importante erradicar el tabú social que existe en torno al duelo por la pérdida de las mascotas y evitar frases del tipo: “qué más da, sólo era un animal”, ”¿de verdad te pones así por la pérdida de un perro?”, “pues adopta otro”, etc. Son frases hirientes y carentes de sensibilidad, que lejos de ayudar a la persona que transita el duelo, la perjudica aún más porque invalidan su dolor.

A nadie se le ocurriría decir en pleno funeral: “¿por qué lloras?, es sólo un padre…adopta otro”, o a una madre que ha perdido a su bebé, “no llores, ya tendrás otro”. La persona que se va es insustituible en el corazón de quien se ve obligado a despedirse. La madre que pierde a su bebé, no curará su dolor teniendo otro, al menos no inmediatamente; el hijo que pierde un padre, no podrá sustituirlo por otro, etc. Es necesario integrar esa pérdida atravesando todas las fases del duelo y posteriormente será el momento de decidir si tener otro bebé, otra mascota…Hay quien decide no tener más animales, otros en cambio, con el tiempo, se ven capaces de llenar sus vidas de amor con una nueva compañía animal…eso será una decisión muy personal.

Bonitas frases de adiós a mi mascota

Foto que ilustra el recuerdo y el dolor de un perro que ya no está

Despedirse por obligación y no por elección, es muy doloroso: cuando fallece nuestra mascota, con ella se van todos los momentos vividos con ella.

Los animales son criaturas nobles e inocentes que ofrecen un amor incondicional a sus dueños, y tal alarde de generosidad es digno de ser correspondido con el mejor de los cuidados y cariño. Por ello, cuando se van, dejan un gran vacío en nuestro corazón.

A veces, escribir un diario puede resultar catártico o simplemente leer frases empatizantes con el dolor que se está padeciendo. Por ello, desde Postposmo queremos ayudarte a pasar por estos duros momentos con un listado de “bonitas frases de adiós a mi mascota”:

  1.  No llores porque terminó, sonríe porque ocurrió.
  2. Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos.
  3. Ahora que ya no estás a mi lado, solo me queda esperar que, allá donde estés, sientas el calor de mi amor. Pues siempre perdurará.
  4. ¿Sabes por qué te extraño tanto? Fuiste mi amigo desde que yo nací, crecimos juntos. Te tendré siempre en mi corazón.
  5. La mayor lección de amor me la dio alguien que no hablaba el mismo idioma que yo.
  6. Nadie como tu sabrá nunca transformar las penas en alegrías de forma tan sencilla.
  7. No hubo un solo día a tu lado en el que las lágrimas no se convirtieran en sonrisas.
  8. Siempre estuviste a mi lado en las buenas y en las malas, nunca me juzgaste. Tanto por agradecerte y tú ya no estás aquí.
  9. Cuando sea mayor quiero ser como tú: bueno, cariñoso y optimista.
  10. Dicen que no hay amor igual que el de un perro a su amo. Sin embargo, mi amor por ti fue igual de intenso y profundo.
  11. Disculpa si algún día no pude dedicarte el tiempo que necesitabas o por no haberte dado mucho cariño, hoy que ya no estás me doy cuenta de lo valioso que eras para mí.
  12. Echaré de menos despertarme con tu hocico en la cara; la mejor señal de que sería un buen día.
  13. Esto no es un adiós para siempre, pues siempre estarás en mi corazón.
  14. Fuiste, eres y serás siempre mi mejor amigo.
  15. Gracias por haberme enseñado a disfrutar de la vida. Has sido mi mejor maestro.
  16. Incluso cuando no te quedaban fuerzas, siempre lo hiciste todo para mí.
  17. Siempre has valido más que la mayoría de personas que conozco. Espero que nunca lo olvides.
  18. Jugamos juntos, hacíamos deporte casi todos los días y una que otra vez hicimos más de alguna travesura. No sabes lo triste que me siento porque ya no estás, sin embargo, aprendí a ser humilde y compasivo gracias a ti.
  19. Los ángeles no siempre se parecen a los humanos; a veces son de 4 patas. Hoy sé que eres uno de ellos, amigo.
  20. Medita al atardecer, mirando las estrellas y acariciando a tu perro. Es un remedio infalible.
  21. Nadie dijo que te perdería tan pronto, te extraño tanto amigo.
  22. No importa si un animal puede razonar. Sabemos que puede sufrir, y solo por eso ya deberíamos considerarlos nuestros prójimos.
  23. Quizá los perros no sean toda tu vida, pero hacen tu vida completa.
  24. Sé que estás en un lugar donde ya no sufres más por esa enfermedad que te alejó de nosotros, te extrañamos mucho.
  25. Si tuviera que elegir a alguien en quien confiar… escogería a mi perro. Hasta ahora, es el único que no ha contado a nadie mis secretos.
  26. Te mando un beso hasta el cielo, porque sé que desde allá sigues siendo mi mejor compañero.
  27. Un verdadero amigo deja huella en tu corazón.
  28. Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas… se encuentran en un perro.

Un poema inspirador: los bellos versos de Pablo Neruda a su perro fallecido

mujer sosteniendo la pata de su perro fallecido

Si hay alguien que fue capaz de escribir con gran maestría unas “bonitas frases de adiós a mi mascota” ese fue Pablo Neruda, quien dedicó un hermoso poema a su perro tras su fallecimiento. No podíamos despedirnos sin ofrecerte tan emotiva dedicación, esperamos que lo disfrutes:

Mi perro ha muerto.
Lo enterré en el jardín
junto a una vieja máquina oxidada.
Allí, no más abajo,
ni más arriba,
se juntará conmigo alguna vez.

Ahora él ya se fue con su pelaje,
su mala educación, su nariz fría.

Y yo, materialista que no cree
en el celeste cielo prometido
para ningún humano,
para este perro o para todo perro
creo en el cielo, sí, creo en un cielo
donde yo no entraré, pero él me espera
ondulando su cola de abanico
para que yo al llegar tenga amistades.

Ay no diré la tristeza en la tierra
de no tenerlo más por compañero
que para mí jamás fue un servidor.
Tuvo hacia mí la amistad de un erizo
que conservaba su soberanía,
la amistad de una estrella independiente
sin más intimidad que la precisa,
sin exageraciones:
no se trepaba sobre mi vestuario
llenándome de pelos o de sarna,
no se frotaba contra mi rodilla
como otros perros obsesos sexuales.

No, mi perro me miraba dándome la atención necesaria
la atención necesaria
para hacer comprender a un vanidoso
que siendo perro él,
con esos ojos, más puros que los míos,
perdía el tiempo, pero me miraba
con la mirada que me reservó
toda su dulce, su peluda vida,
su silenciosa vida,
cerca de mí, sin molestarme nunca,
y sin pedirme nada.

Ay cuántas veces quise tener cola
andando junto a él por las orillas del mar,
en el Invierno de Isla Negra,
en la gran soledad: arriba el aire
traspasando de pájaros glaciales
y mi perro brincando, hirsuto,
lleno de voltaje marino en movimiento:
mi perro vagabundo y olfatorio
enarbolando su cola dorada
frente a frente al Océano y su espuma.
alegre, alegre, alegre
como los perros saben ser felices,
sin nada más,
con el absolutismo de la naturaleza descarada.
No hay adiós a mi perro que se ha muerto.

Y no hay ni hubo mentira entre nosotros.
Ya se fue y lo enterré, y eso era todo.


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